28 de febrero de 2006

Desde el más allá - Día 6

Esto ya dura más que una saga de Stracinsky (y perdón por el chiste friki). Empiezo a estar tentado de dejar estos mensajes a los 8 números me den el ordenador o no (que, por cierto, nunca habían tardado tanto en darme una respuesta. O mi PC está realmente jodido o los técnicos son unos vagos del copón).

En fin, a lo que íbamos. Mucha gente me pregunta por activa o por pasiva por qué no acabo la carrera de una puñetera vez. Debe de ser una de las pocas cosas de las que me da vergüenza hablar, a pesar de que he contado tantas intimidades (salvo mi identidad, por supuesto) que no se si me atreveré a mirar a la cara a otros blogueros el día que asista a una quedada (hablar de cuanto y cómo te pajeas es lo que tiene). Pero he pensado que de perdidos al río y que un poco de autocrítica no me vendrá mal.

Básicamente todo se reduce a tres motivos principales. El primero es, obviamente, que no aprobé la asignatura que me quedaba en su momento. Y esto es lo único en lo que tengo excusa ya que mi caso no fue ni con mucho algo aislado. Si aprender alemán ya es jodido, lo es mucho más si te cambian de profesor y de método cada año, si el departamento exige un 70% de aciertos para aprobar el examen (ni que fuera a conducir maquinaria pesada...) y si además la profesora responsable es tonta del culo. Que lo es. Me da igual que sea una apreciación completamente subjetiva y ofensiva, es lo que piensan la gran mayoría de sus alumnos. He conocido a muy poca gente (dos o tres, si acaso) que la respeten. Sobre todo después de que aproximadamente 15 alumnos suspendiéramos sistemáticamente cada examen de repesca que tan caritativamente nos ofrecían. Era casi grotesco ver siempre las mismas caras en junio y septiembre, o tener que asistir a clases en las que cada vez nos separaba más edad del resto de compañeros (y consecuentemente cada vez nos miraban más raro). Puede que no sea un argumento de peso, pero si conociérais a dicha profesora me daríais la razón.

El segundo motivo, y en este si que no tengo excusa alguna, ha sido el pasotismo. Sí, es cierto que no me he esforzado lo suficiente a la hora de buscarme la vida en el mundo de la traducción, pero también se que la titulación sirve de poco o nada. De hecho en mi currículum consto como licenciado desde hace 5 años (casi 6) y no solo no me han pedido nunca que lo demostrara sino que estoy convencido de que ha sido un impedimento a la hora de optar a según que trabajos. Aunque, como ya he dicho, no es ninguna excusa, lo cierto es que ver como mi título me cierra más puertas de las que me abre ha tenido como consecuencia que le perdiera el respeto. Pégale una patada a una piedra y te saldrá un licenciado en algo, con másters y todo. Así que supongo que la idea de esforzarme para conseguir un papel (bastante caro, por cierto) que luego va a coger polvo en la pared no me resulta demasiado atractiva. Eso es infantil, inmaduro y todo lo que querais, pero si hubiera estudiado fontanería ahora tendría piso propio...

El tercer y último motivo es el que más me avergüenza contar, curiosamente, a pesar de que en cierta medida no es mi culpa, o al menos no del todo. El hecho es que si no apruebo la asignatura que me queda (que ya no es alemán, de esa se me agotaron las convocatorias) es porque... bueno, porque no puedo. Así, como suena, no puedo. De un tiempo a esta parte sufro de un bloqueo que me impide coger un libro. No es solo que me cueste estudiar, como ocurre cuando llevas tanto tiempo apartado de los estudios, sino que soy incapaz de hacerlo. Es solo pensar en estudiar y mi ansiedad sube con más rapidez que los precios. Si se me ocurre sentarme delante de los apuntes la silla me quema, podríamos decir. Me altero, me pongo nervioso, me sofoco incluso. De hecho esto se ha agravado hasta el punto de que ya no soy capaz de ir a clase. Si falto tan solo a dos o tres después me da tanta vergüenza volver sin los trabajos hechos que acabo por no pisar la universidad. Y lo peor es que ahora tengo a uno de los profesores más duros de la carrera y se que si falto ni tan siquiera me dejará examinarme.

Este año al menos he sacado fuerzas de flaqueza (tras un par de broncas de dos amigas, todo hay que decirlo) y he decidido buscar ayuda. La universidad tiene un servicio de orientación que aunque no es totalmente profesional (esto no deja de ser una institución pública) al menos sí que puede echarme un cable para tratar de determinar las causas de mi bloqueo para que pueda combatirlo. O al menos intentarlo. Tan solo he tenido dos sesiones y ya he conseguido identificar una pauta de comportamiento que explica no solo este problema sino otras muchas cosas. Resumiendo: mi cerebro reacciona exageradamente a la hora de enfrentarse a situaciones que me estresan. Como ir de compras, por ejemplo. Parecerá una estupidez, pero antes de comprarme una simple camiseta necesito 5 visitas a la tienda hasta que consigo controlar el pánico y me decido. Supongo que lo que me ocurre con los estudios solo es una versión amplificada de esta reacción, ya que todo el mundo me presiona para que acabe la carrera y así pueda... bueno, la verdad es que no sé que cree la gente que voy a conseguir con eso, pero se supone que me servirá para algo.

Ahora la cuestión es si la terapia realmente funcionará. Ya he identificado el problema, cierto, pero superarlo ya es otro tema. Quizás me vea obligado a buscar ayuda profesional, aunque supongo que tendré que acudir a un psicólogo privado si realmente quiero ver resultados. Así podría aprovechar y tratar otros temas ya de paso, porque no hay nada más estresante, por ejemplo, que la idea de intentar salir (o follar) con alguien. Que lo del título la verdad es que no me interesa mucho, pero lo de estar solo sí que no me hace mucha gracia...

27 de febrero de 2006

Desde el más allá - Día 5

Aprovechando que me han cambiado el turno y a estas horas no hay casi nadie por la oficina (he pasado de chico de los recados a portero), y que el exilio informático me está devolviendo el sentido crítico, voy a practicar mi pseudo-periodismo 3.0 a propósito de cierta noticia que han comentado hoy en La mirada crítica de Telecinco.

Resulta que la OCU ha publicado un estudio en el que se afirma que el agua de varias ciudades españolas no es potable, o, cuanto menos, no tienen suficiente calidad para el consumo humano. Una de ellas es Alicante, lo cual fue primera plana en los periódicos en su momento (hace varios días, en eso los informativos han estado un poco lentos) y ha provocado las quejas de la empresa que gestiona dicho recurso (además de amenazas de querella por parte de varios ayuntamientos, pero eso es otra historia...). Dejando de un lado el tema de la veracidad del estudio (pocas muestras, demasiadas conclusiones), hay algo en lo que han estado muy acertados y que ni siquiera Aguas de Alicante se ha atrevido a rebatir: sabe MAL.

Una de las cosas que ha caracterizado siempre a los consumidores de este país es su conformismo. Sí, nos quejamos mucho, pero entre nosotros y no a quien debiéramos. Afortunadamente esta tendencia se está invirtiendo, pero todavía hay cosas que aceptamos dócilmente aunque no nos gusten, ya sea por pereza, inercia o "tradición". El caso del agua es muy significativo. No es ningún secreto, es algo de lo que todo el mundo se da cuenta al primer sorbo. Sobre todo si vienes de alguna comunidad como la de Madrid, con agua de calidad muy superior a la nuestra, la diferencia es notable. De hecho incluso en los paquetes de detergente esta provincia está señalada como de "agua muy dura" (lo que exige utilizar dos cacitos en vez de uno). No es que sea desagradable, simplemente sabe "raro".

Estoy convencido de que si se hiciera un estudio sobre el tema, Alicante sería una de las comunidades donde más agua embotellada se consume. Es una especie de tradición para todos los que vienen a vivir aquí, sobre todo al principio. Algo que se va transmitiendo de generación en generación de estudiantes: no bebas agua del grifo. Especialmente entre los de los primeros cursos, lo más habitual es ver a los universitarios acarreando garrafas de 5 o 10 litros junto con la compra semanal. Más adelante hay quien opta por utilizar filtros (que eliminan la cal pero no el sabor) o simplemente pasar del tema y beberla sin más. Acabas por acostumbrarte, como todo. De hecho no tiene tanta diferencia con la que bebía en mi pueblo, si acaso con un sabor un poco más "turbio". Sin embargo, ni unos ni otros han (hemos) expresado públicamente sus quejas para que sea mejor procesada y aumente su calidad.

El que no llora no mama, y esa es una lección que nos está costando aprender. Todavía recuerdo los primeros pasos de la implantación de internet en este país, con aquella Infovía con la que había que pelearse durante horas para conseguir un acceso lentísimo y carísimo. Hubo que esperar a que aumentara el número de usuarios para empezar a protestar en serio por unos servicios que aún hoy en día siguen siendo mucho peores que la media. Pero es la única salida que nos queda: quejarse, quejarse y quejarse. Eso es algo que nos repitió varias veces Xosé Castro Roig, gran traductor profesional, en una charla en la Universidad. Hay que quejarse por todo lo que consideremos que esté mal. Si la traducción de un manual es un galimatías hay que quejarse; si el doblaje de una película contiene errores hay que quejarse; si una web no contiene información suficiente en nuestro idioma hay que quejarse. A ser posible por carta (que parece que duele más), pero si no a través del correo electrónico, o llamando por teléfono, o con los medios de que dispongamos.

El agua de Alicante sabe mal, pero no es ni con mucho la única razón para quejarse que tenemos. Deberíamos empezar a quejarnos en serio por la gestión de la línea de autobús que va hasta la universidad, que se colapsa los días de mercado. Deberíamos protestar más por las obras faraónicas que cortan avenidas enteras durante meses todos los años. Deberíamos reclamar por la instalación indiscriminada de antenas de telefonía, que temas de salud aparte están jodiendo paisajes y monumentos. Deberíamos actuar contra la inseguridad del centro tras el cierre de Correos, contra el abandono del Casco Antiguo, contra la especulación inmobiliaria que dentro de menos de 10 años no va a dejar ni un centímetro de Costa Blanca sin urbanizar.

Aunque, la verdad, que se puede esperar de una ciudad que tiene un alcalde acusado de desfalco y otros chanchullos, y que sin embargo sigue votando al mismo partido todas las legislaturas...

26 de febrero de 2006

Desde el más allá - Día 4

Un concierto para clarinete y flauta de Mozart es algo bonito y agradable de oir, especialmente en directo con una buena orquesta.

Un concierto para clarinete y flauta de Mozart es un espanto insufrible si te lo ponen en la radio a todo trapo a la 1 del mediodía cuando te has acostado agotado apenas 5 horas antes. Pero eso es algo que mi compañero de piso parece no haber tenido en cuenta...

Estoy tentado de decir que mis dos compañeros (tanto él como ella) son muy estúpidos por no saber cuando el ruido que hacen molesta o no (como la mañana después del Carnaval, por ejemplo), pero eso no es del todo cierto. Más bien yo diría que son unos inconscientes. Y quizás algo pasotas. No les puedo culpar, desde luego. En este país dominado por las constructoras en el que parece una obligación moral que cada persona se compre su propia casa (cuando en otros paises europeos a priori más avanzados que el nuestro no ocurre así), vivir en un piso compartido sigue teniendo ese halo de temporalidad, de informalidad, de juventud desenfadada, de "esto no es un hogar de verdad".

Pero yo me niego a aceptarlo.

Un hogar es aquello que tu decidas que sea. Da igual que el piso o la casa sean comprados, alquilados, prestados o incluso okupados, si tu consideras que allí es donde has hecho el nido todo lo demás da igual. Sin embargo la tradición ladrillo-social puede más que eso. En los últimos años apenas si puedo recordar a uno o dos compañeros, de entre los muchos que he tenido, que se preocupara minimamente por el estado de la casa, por organizar la limpieza, por arreglar averías o (mi favorito) por si queda suficiente butano para no tener que ducharnos con agua fria. No, todos vivían con la mente puesta en marcharse de allí pronto, por alcanzar nuestra quimera cultural de tener un buen trabajo, un buen piso, un buen coche y puede que una buena televisión de plasma. Pero, a día de hoy ¿cuantos lo consiguen? Es más, ¿por qué no se limitan a disfrutar de lo que tienen en ese momento en vez de perseguir utopías?

engo muchas ganas de vivir solo. Mataría por tener una "solución habitacional" de 30 m2 si me la dejaran a un alquiler bajo. Ya no por el hecho de no tener que compartir mi espacio (que algo de eso hay también), sino sobre todo por no tener que compartir mi hogar. Por vivir en un sitio donde quedara claro que hay vida, que hay un proyecto de futuro, que no es un picadero ni una sala de fiestas, ni una forma de hacer lo que te da la gana sin que te vean tus "papis". Un lugar donde poder decir "esta es mi casa".

Obviamente hay que hablar de dinero. Si tuviera dinero podría alquilarme un piso entero para mí solo, pero eso es algo que muy poca gente se puede permitir. Tiene gracia la cantidad de gente que me dice que por qué no me busco un buen trabajo con un buen sueldo cuando ellos mismos están en paro o tienen salarios de mierda. ¿Por qué, porque supuestamente soy inteligente? En este país la inteligencia se desprecia, solo se valora el instinto comercial. También me hacen mucha gracia los que me conminan a acabar la carrera para encontrar un buen trabajo. Lo primero es que no necesito el título de traductor para ejercer, esto no es como ser médico. Y lo segundo es que nadie se hace rico con esto. Puede que un mes cobres varios trabajos y que al mes siguiente estés a dos velas. Esa es la vida del autónomo en este país. Ese es el futuro que me espera si finalmente me dedico plenamente a eso.

Mientras tanto no me queda más remedio que seguir viviendo en pisos compartidos y tratar de hacer entender a la gente que tener 27 años no es estar de juerga todos los días. Que hay que vivir, hay que limpiar, hay que respetar, hay que seguir adelante. Y que aunque no beba los días de después de una juerga son mortales...

P.S. La fiesta, bien, gracias. Un poco pasada por agua, pero bien. Solo me faltó ligar, pero no podía ser perfecto...

25 de febrero de 2006

Desde el más allá - Día 3

Me siento como Renton en "Trainspotting" cuando decide dejar la heroína por su cuenta con el método de Sick Boy. La adicción al ordenador no estriñe como los opiaceos, pero sí que me ha vuelto la vena "maruja" y estoy empezando a limpiar toda la casa. Joder, incluso me están dando ganas de volver a planchar. También fumo más, aunque gracias a que me he pasado al tabaco de liar sigue siendo comparativamente menos que hace dos semanas. Y lo que sí es exactamente igual que en la película es que pese al frio que hace este fin de semana mi líbido va en aumento. Pasarme las horas aturdido frente a la pantalla había reducido mis niveles hormonales hasta el mínimo necesario para seguir levantándome de la cama cada mañana. Ahora paseo por la calle al acecho, como un animal en celo, olfateando el aire y persiguiendo escotes y traseros con la mirada.

Claro, que yo no soy Ewan McGregor y no creo que pueda conseguir a alguien como Kelly Macdonald en una sola noche.

Al menos hay planes para esta noche. Si me hubieran dicho hace dos semanas que iba a disfrazarme en Carnaval (con lo poco que me gusta) y que además me iría de fiesta fuera de Alicante le hubiera tomado por loco. O le hubiera mandado a la mierda. Pero sí, ante la perspectiva de pasarme toda la noche soportando la programación de los sábados, he decidido aceptar la invitación de otra bloguera (algo que no es relevante pero que me moría de ganas por decir: "he quedado con otra bloguera"; me hace parecer una persona sociable y todo, ¿verdad?). No tengo ni idea de lo que ocurrirá (posiblemente acabe agotado y hasta las narices de tanto disfraz y tanto borracho), pero en cualquier caso no me apuntaba a algo así desde nochevieja.

Ya solo queda por ver cuanto tiempo durarán mis ganas de abrirme al mundo...

24 de febrero de 2006

Desde el más allá - Día 2

Lo ha hecho a propósito.

Es una gilipollez, lo se, pero estoy convencido de que no ha sido un accidente, ni tampoco una casualidad. No, mi ordenador ha decidido dejar de funcionar a propósito y lo ha hecho por mi. Lo ha hecho porque me quiere.

Hay gente que siente una pasión enfermiza por objetos inanimados. En los hombres está el cliché de querer más al coche que a la pareja. En las mujeres a veces se habla maliciosamente de su apego a la tarjeta de crédito. De los adolescentes se dice que no pueden despegarse del móvil ni para follar. La superadaptada dificilmente podría vivir sin un secador de pelo.

En los frikis es el ordenador (o la videoconsola, si te puedes permitir una). La verdad es que en todo este tiempo no me lo había planteado de esa manera. Para mí solo ha sido un juguete y a veces una herramienta con la que buscar trabajo, nada más. Sin embargo, si lo miramos desde cierto punto de vista (un tanto psicótico, todo hay que decirlo), es la relación más estable que he mantenido en todos estos años. Hemos tenido nuestros momentos buenos y nuestros momentos malos, nuestras alegrías y nuestras tristezas, ambos hemos estado enfermos y sin embargo hemos salido adelante. En muchas ocasiones solo nos tenemos el uno al otro; yo procuro mantenerlo actualizado y limpio de suciedad y virus, él me proporciona ocio y un vínculo con el mundo exterior. Se que empieza a estar viejo y que puede que le acabe dejando por uno más jóven, pero no creo que lo olvide.

Ahora ha decidido que estoy pasando demasiado tiempo con él. Se ha dado cuenta de que llevo casi un mes encerrado en mi habitación, escribiendo en el blog, jugando con el emulador de GameBoy Advance y viendo capítulos de series americanas que me descargo con el eMule. No es la primera vez que le dedico tanta atención, pero se ha dado cuenta de que me estoy abandonando, que estoy aislado del mundo, que lo único que hago es trabajar-comer-dormir-usar el ordenador. Por eso se ha desconectado. Por eso anteayer saltó la alarma interna justo antes de apagarse, para llamar mi atención. Por eso después se ha negado a arrancar. Ha sido un suicidio por amor.

Cuando ocurrió me puse histérico. Ayer, tras llevarlo a reparar, me sentí un poco mejor y decidí dar una vuelta por Alicante para tomar un poco el aire. Hacía mucho que no me daba un paseo así. Visité las tiendas de cómics y la FNAC; deambulé por las calles más sórdidas del centro, entre edificios cochambrosos y prostitutas cincuentonas; eché un vistazo a los saldos de los sex-shops del centro; di un rodeo por el puerto antes de volver a casa... Al llegar me acurruqué en un sillón para leer el JLA/JLE vol. 2 con un pitillo de amsterdamer y un té con miel, y después decidí cortarme el pelo ("esquilarme" sería más preciso) con mi Phillips. Es curioso, pero me sentía alguien diferente...

Hoy me he levantado de un considerable buen humor e incluso un poco más salido que de costumbre (lo cual es bueno, a sabiendas de lo apagado que estaba en ese tema ultimamente). Me jode admitirlo, pero necesitaba esto. Mi ordenador lo sabía y por eso se ha sacrificado por mí. No es que ahora me vaya a lanzar a comerme el mundo (yo sigo siendo yo), pero al menos me va a obligar a buscarme otras formas de ocio, a ponerme al día con los asuntos de la casa, a volver a relacionarme con la gente de la que hace siglos que no se nada. Que coño, puede que incluso me disfrace mañana, a pesar de que no me gusta nada el Carnaval. Aunque, la verdad, hace justo un año incluso me entraron. Vale, fue una sueca borracha con la que al final solo intercambié dos palabras, pero...¡me entraron! Quien sabe, puede que mi ordenador también estuviera al tanto de eso. Que quisiera que dejara de lado mis prejuicios y volviera a intentar ligar en estas fechas. Aunque le duela, solo quiere lo mejor para mí.

Hoy, puede que mañana, llamará el informático para decirme que se ha jodido la placa base (o uno de sus componentes principales) o puede que la fuente de alimentación. Que no es grave, pero que sustituir la pieza me va a costar un pico y que en todo caso no lo tendré listo hasta el martes o el miércoles. Que en cualquier caso tendré que buscarme la vida este fin de semana. Y se que en alguno de sus circuitos internos, a su manera, mi ordenador emitirá una risilla cuando lo oiga.

Yo también te quiero...

23 de febrero de 2006

Desde el más allá

escribo desde curro STOP ordenador casa jodido STOP mierda mierda mierda mierda mierda mierda mierda mierda mierda STOP vida un asco STOP trabajo aburrido STOP compañeros piso aburridos STOP no amigos STOP solo ordenador divertido STOP ahora muero aburrimiento STOP depre también STOP ayer ataque claustrofobia en cine STOP retomo medicación STOP además enfermo STOP tos no deja dormir STOP odio todo esto STOP qué coño hago aqui STOP nada tiene sentido STOP no se que quiero STOP mierda mierda mierda mierda...

21 de febrero de 2006

20 de febrero de 2006

Confesionario (III) Un vicio (in)confesable



Algo que no dije sobre mi colocón de ayer y que creo justo confesar.

Me gusta masturbarme viendo una película porno y fumando al mismo tiempo. Pero es más que un simple hábito. Procuro correrme muy poco después de apagar el cigarrillo, cuando el humo comienza a subirse a la cabeza. La combinación de ambas cosas (la nicotina y el orgasmo) hace que sienta descargas por todo el cuerpo.

Para que luego digan que fumar no es un placer...

Drogarse es fácil

¿Cannabis? ¿Hachís? ¿Cocaína? ¿Éxtasis? ¿GHB? ¿Heroína? ¿Opio? ¿Cristal? ¿Ketamina? ¿LSD?... CHORRADAS



Pillar un colocón es mucho más fácil y barato que todo eso. Y además LEGAL. ¿Cómo? Pues muy sencillo. Con el estómago medio vacio, ingiéransen en una misma toma las siguientes sustancias:

  • Un par de cucharaditas de jarabe contra la tos (muchos de los cuales contienen CODEINA y EFEDRINA)
  • Una pastilla de calmante vitaminado (que contiene CAFEINA y TIAMINA)
  • Dos o tres cigarrillos (que contienen NICOTINA)

Subidón instantáneo garantizado. La suma de todas esas -INA alteran tu sistema nervioso mucho más rápidamente que cualquier "pasti" que te puedan vender en una discoteca.

Eso sí, ojalá me lo hubieran dicho antes. Porque para salir de marcha está bien, pero hasta que no se me pase el mareo, la taquicardia y el nerviosismo no se cómo coño me voy a dormir hoy. Y ya son las 4 de la mañana...

Cof, cof...

Ni Bisolvón, ni Bisoltús, ni Cinfatús, ni Respibien, ni Vicks Vaporub, ni Frenadol, ni Aspirina complex, ni Desenfriol, ni caramelos, ni infusiones con miel, ni nada de nada...




He comprobado que cuando estoy acatarrado y la mucosidad de los pulmones me hace toser com un viejo asmático, solo hay algo que me calma: Amsterdamer mild, 0,7 gramos (aprox.), por via oral (inhalación), liado a mano y sin filtro.



¡Prescripción médica ya!

17 de febrero de 2006

Hogar



Una maleta hecha con prisas. Correr hasta la estación. Punzadas en el estómago, todavía lleno. Llegar temprano (como siempre) y matar el tiempo ojeando una revista. Un aviso por megafonía. Esperar el tren en el andén atestado de gente. Subir y buscar un asiento. No encontrarlo y dormitar en el suelo. Incorporarse y mirar por el cristal.

Siempre los mismos paisajes, los mismos pueblos, las mismas vías oxidadas, las mismas estaciones abandonadas, los mismos campos, los mismos castillos centenarios, las mismas ganas de llegar a nuestro destino...

Levantarse antes de llegar y hacer fila frente a la puerta. El frio de la noche golpeándote en la cara. Dos besos de saludo. La olvidada sensación de tener un volante en mis manos. Una procesión de coches a la salida de la estación. Tomar un atajo. Salir a la oscuridad de la carretera comarcal. Curvas, glorietas y señales de tráfico en penumbra. Conversar sobre lo humano y lo divino. Las luces de mi pueblo en el horizonte.

Llegar, de repente, a un oasis de vida en medio de un desierto de viñedos...

Aparcar. Dejar la maleta tirada en cualquier parte. Más saludos, más besos, más noticias. Darse una larga ducha y cenar en abundancia. Amodorrarse viendo la televisión. El tacto de las sábanas en mi vieja cama. Dormir... soñar...

Comidas caseras, viejas amistadas, recuerdos agradables y otros no tanto. Patearse las calles y ver que ha cambiado. Visitar a familiares que hace tiempo que no ves. Descansar, recordar, dejarse querer.

Hogar.


Hasta el lunes...

16 de febrero de 2006

Carta abierta a las víctimas del terrorismo

Foto: EFE. Extraida de www.elmundo.es


Se que no puedo entender plenamente su dolor. Por mucha empatía que demuestre, nunca sabré si no lo vivo lo que se siente cuando te arrebatan por la fuerza un ser querido. La rabia, la tristeza, la indignación, la impotencia... Todo eso me es muy ajeno en estos momentos.

Se que en su posición yo sentiría y pensaría lo mismo que ustedes. Que si perdiera a alguien muy cercano a mi en un atentado terrorista mi único objetivo en la vida sería ver como encierran de una vez por todas a esos criminales. Que cualquier otra vía me parecería un insulto. Que no me contentaría con otra cosa que no fuera su fin definitivo.

Se que visto desde fuera el diálogo con ETA suena más factible que cuando vives atenazado por el dolor de una pérdida o por el miedo de las amenazas. Que mientras nosotros lo consideramos un problema político, social, militar incluso, para ustedes es una cuestión personal, una cuestión de justicia. Se que en estos momentos negociar con la banda no es una opción.

Sin embargo me gustaría que me respondieran a una pregunta.

Saben, tan bien como yo, que la desaparición de la banda por la vía policial es algo perfectamente factible, incluso deseable, pero que llevará más tiempo que por otro camino. Saben, también, que ETA está débilitada, que es un animal herido, pero que las fieras que saben que van a morir son las que pelean con más fiereza.

Y por supuesto saben que a la espera de una resolución pacífica no se han vuelto a "poner muertos sobre la mesa", y que caso de no haber acuerdo posiblemente vuelvan a actuar. Que si han de morir, lo harán matando.

Así pues, si se rompiera el diálogo (caso de existir) y ETA decidiera volver a cometer un atentado, y en uno de mis viajes a la capital, o incluso aquí mismo en Alicante, una bomba colocada por estos criminales me quitara la vida...

¿podrían mirar a mi madre a los ojos y decirle que mi muerte era necesaria, que no había otra solución?

Aullidos



Se que no es fácil creer en la influencia de los astros sobre las personas. De hecho yo no lo hago. Suelo mandar a paseo a cualquiera que trate de convencerme de que mi personalidad se debe a la alineación de unas bolas de gas incandescente situadas a varios millones de kilómetros de la tierra. Eso no hay quien se lo trague.

Sin embargo hace mucho que tuve que aceptar el influjo de la luna en mí. Se que hay explicaciones para todo eso, relacionadas con la cantidad de luz y la atracción gravitatoria, aunque la verdad es que no terminan de convencerme. Puedo estar encerrado todo el día en casa y notarlo de igual manera. Empiezo a pensar que más que su efecto es mi propio cuerpo el que se encarga de regularse a sí mismo de acuerdo con sus distintas fases.

En cualquier caso hay luna llena. Y como en tantas otras lunas llenas (aunque no siempre es así) he sentido una energía, un desasosiego, una excitación que no es normal en mí. Hay veces en que apenas me puedo quedar en casa, en que tengo ganas de salir al balcón a aullar, a lanzarme a la calle en plena noche buscando una hembra en celo.




Lástima que salido o no sea siempre igual de tímido y no me coma una rosca...

15 de febrero de 2006

¡Esto suena muy raro!

CONSEJOS SOBRE TRADUCCIÓN DE PARTE DE UN TRADUCTOR QUE NO HA TRABAJADO COMO TAL EN SU PUTA VIDA



No todas las cagadas las cometen los españoles...


A modo de flashback, y sin que sirva de precedente, voy a escribir un "artículo" de esos tan largos que me gustaba publicar en el Asco de vida pre-crisis. Más que nada porque hablar sobre uno mismo llega a ser aburrido y mi reciente etapa de adicto a las series me ha hecho desempolvar uno de mis temas favoritos: las cagadas en las traducciones.

Si hay algo que le guste más a los traductores que un puesto estable en una gran empresa (la quimera a la que todos aspiran) es poner a parir a sus colegas. Nos encanta comentar los errores que aparecen en las traducciones profesionales de películas o libros. Muchas veces son cometidos por las prisas a las que se ven sometidos por la distribuidora o la editorial (seguro que yo también metería la pata si tuviera día y medio para hacerlo), pero eso no nos impide burlarnos cruelmente sobre todo de aquellas incorrecciones que se repiten una y otra vez de forma inexplicable. ¿Que cómo las descubrimos? Os aseguro que no nos hace falta tener el guión original para saber cuando algo se ha traducido mal...

Este es un pequeño catálogo de pifias comunes que, afortunadamente, empiezan a desaparecer (la ventaja de ser tantos es que nos hemos vuelto más competitivos), pero que de vez en cuando todavía se cuelan en las traducciones:


1. "FALSOS AMIGOS"

Por "falsos amigos" (horrenda traducción de la expresión inglesa "false friends") se entienden aquellas palabras que aún siendo muy parecidas a otras españolas tienen significados bien distintos. El ejemplo común es el término "constipation". Aunque suena a "constipado" en realidad quiere decir "estreñimiento". Imaginaros lo hilarante que puede ser traducirlo mal...

Sin embargo hay otros términos que por algún motivo inexplicable a mis colegas les cuesta traducir de forma correcta, hasta el punto de que de tanto oirlos algunos comienzan a ser aceptados con el significado inglés. Estos son mis tres favoritos:

  • Agenda - En español hace referencia a la lista de cosas que se van a tratar en una reunión o las actividades que uno piensa realizar. En inglés es parecido pero con un matiz: también significa "plan de acción". Puede sonar demasiado sutil, pero puesto en contexto suena realmente mal. Recuerdo una escena de una película de acción en la que los dos protagonistas andaban siguiendo la pista del malo y en determinado momento ocurrió algo que les hizo replantearse su estrategia (lamento ser tan poco específico, daré ejemplos más concretos en los siguientes). Uno de ellos le preguntó al otro "Y bien, ¿cuál es tu agenda?". Obviamente aquí se tradujo MAL. ¿Acaso esperaba que sacara su ídem y mirara si tenía un hueco para seguir investigando? No, lo que debería haber dicho es "Y bien, ¿cual es tu plan" o algo similar.
  • Scenario - En español alude a las "circunstancias que rodean un hecho", mientras que en inglés tiene la acepción de "situación hipotética que se ha considerado con anterioridad". Se que vuelven a ser acepciones similares y de hecho pueden ser intercambiables; sin embargo aunque de tanto oirlo nos parezca lo mismo el matiz es muy importante. Un ejemplo se vió en la película X - Files: Fight The Future (perdonad mi pedantería de poner algunos títulos en su forma original, pero ese es otro tema del que quizás hable en el futuro). Cuando al principio de la película el extraterrestre se despierta, matando a alguien ya de paso, un oficial llama a su superior y le dice "¿Recuerda el escenario que habiamos temido? Pues ha sucedido" (o algo así). ¿Estamos hablando de las circunstancias? No, estamos hablando de un hecho concreto: que un extraterrestre que lleva dormido miles de años se despierte con muy mala leche y trate de invadir el mundo. Así que se tradujo MAL.
  • Remove - El mejor de todos. A pesar de lo mucho que se ha criticado esta cagada (incluso nos hablaron de ella en la carrera), de vez en cuando sigue habiendo alguien a quien el cerebro le juega una mala pasada y vuelve a caer en la trampa. Aquí no hay matices que valgan: "remove" significa "quitar, apartar", mientras que "remover" significa "mover algo agitándolo". Ejemplo: "Harry Potter y la cámara secreta". Cuando Harry accede a la cámara un montón de piedras caen de las paredes bloqueando la salida. Entonces Ron grita: "Voy a tratar de remover las piedras". ¿Qué va a hacer, batirlas con la varita? Se puede remover la tierra, en todo caso, pero los pedruscos de varias toneladas se apartan. Nuevamente, se tradujo MAL.

2. NOMBRES PROPIOS

Este es un error bastante sangrante, porque más que a las prisas se debe culpar a la ignorancia de los traductores o, como mucho, a su pereza para buscar un equivalente aceptable en castellano. Los podemos englobar en dos categorías:

  • Nombres de persona - Este es un tema controvertido en el que hay opiniones para todos los gustos. En los tiempos de la dictadura, por ejemplo, era común "españolizar" todos los nombres. Aún hoy en día hay gente que habla de "Carlos Marx" y no de "Karl Marx". A pesar de que hay casos en los que es comúnmente aceptado, como en los de reyes y reinas, yo considero que hay que dejar siempre el original. Otra cosa son aquellos nombres que tengan un significado específico y que pueda resultar relevante conocer para la historia. Batman siempre será Batman, pero no olvidemos que en español es "hombre murciélago". La norma hoy en día es traducir solo los motes o apellidos graciosos cuyo significado pueda ser relevante. Sin embargo esta paranoia de no dejar chistes sin traducir puede conducir a grandes cagadas. Una de ellas se vió en un especial de Halloween de Los Simpson en el que Lisa y Bart se convertían en superhéroes. Al final de la historia Lucy Lawless (la actriz que encarna a Xena) les rescataba y a la pregunta de como era posible que ella pudiera volar se pudo oir "Yo no soy Xena, yo soy Lucy Sin Ley". Impagable.
  • Nombres de instituciones - Muy comentado fue un error gordísimo que se cometió en la traducción de la serie "Los 4400" que emitió Antena3 hace poco tiempo. Durante toda la serie, una y otra vez, se pudo oir a los protagonistas hablar de "Homeland Security". Dicho así parecería que estaban mencionando una empresa como puede ser Microsoft, pero en realidad se referían al departamento estadounidense de Seguridad Nacional, el encargado de prevenir ataques terroristas. No han sido los únicos, en CSI: Miami también se oyó. Un simple vistazo a Google habría bastado para evitar esta cagada, pero nadie reparó en ello. También es común traducir mal o de cualquier manera nombres de instituciones que no tienen un equivalente inmediato en español. Por ejemplo está la "Drug And Food Administration", que juro que alguna vez he oido traducir por "Administración de comida y drogas" cuando en realidad estamos hablando del departamento estadounidense de Salud Pública. Hay que fijarse en estas cosas...

3. EXPRESIONES

Cada país, cada lengua, cada región e incluso cada vecindario tienen expresiones propias para hablar de ciertas cosas. Por ejemplo, en mi tierra se dice "doblar las uñas" para hablar de morir. Se que es difícil encontrar siempre equivalentes en otro idioma, aunque los términos sean distintos, pero eso no quita que no se pueda hacer el esfuerzo de buscarlos o incluso inventarlos.

Para esta sección me voy a centrar tan solo en un ejemplo, una expresión maldita que nadie consigue o quiere traducir de forma correcta, sino que se limitan a dejarla tal cual o con pequeños cambios sin importancia. Se trata de la muy utilizada "the sky is the limit". Este modismo viene a significar "no hay límites" o "no hay barreras", cuando en una situación tienen libertad absoluta para actuar o están hablando de realizar sus sueños. Así a bote pronto se me ocurren equivalentes como "hasta el infinito" o incluso "hasta donde la imaginación alcance". Sin embargo en todas partes se sigue escuchando a personajes de película decir "el cielo es el límite". ¿Qué coño significa eso? ¿Alguien ha dicho alguna vez "el cielo es el límite"? No, por supuesto que no. Cuando lo oyes te puedes hacer una idea de lo que significa, pero resulta antinatural, forzado, realmente extraño. Esos detalles son los que separan las buenas de las malas traducciones.


4. TACOS

En inglés lo tienen fácil. Pueden expresar prácticamente cualquier cosa utilizando el término "fuck" o un equivalente. Sin embargo no hay razón para que dejemos de lado nuestro riquísimo vocabulario de tacos y utilicemos por todas partes variaciones de la palabra "joder". A pesar de que de tanto oirlo en las películas nos hemos acostumbrado a ello, para mi la expresión "jodidamente jodido" nunca sustituirá a "como una puta mierda". Y además está el hecho de que cuando están cabreados los angloparlantes utilizan muchas más veces "fuck" que nosotros cualquiera de nuestras expresiones. Si no hace falta no hay que poner "joder" cada tres palabras...

Otro tema son los términos o giros que resultan extraños en una película. Por ejemplo, pocas veces se oye a alguien decir "me cago en tu madre". No obstante hay otras palabras que todavía se siguen usando a pesar de lo mal que suenan. El falso amigo "bastardo", sin ir más lejos. A pesar de que llamar "bastardo" a alguien es bastante feo, jamás tendrá la fuerza de su equivalente real, "cabrón". También es bastante frecuente que se exclame "¡mierda!" respondiendo al muy utilizando en inglés "shit!". Pero tenemos decenas de interjecciones castellanas mucho más sonoras que "mierda", como por ejemplo "¡ostias!". No podeis imaginar hasta que punto me hizo feliz oir la semana pasada al doctor House decir a la madre que quería comprar una tarta "light" para su hija: "¡Cómpresela con azucar, coño!". Mis más sinceras felicitaciones por ese "coño" al traductor de la serie.


5. INTERJECCIONES

Los ruidos son universales. La representación de los mismos cambia radicalmente de una lengua a otra. En inglés los perros hacen "woof" en vez de "guau" y los gallos "cooc-a-doodle-do" en vez de "kikiriki". Evidentemente si los oimos en una película nos la pela como se transcriba después, pero en un medio escrito ya es otro cantar.

A pesar de lo mucho que me gusta, el cómic Alias es todo un catálogo de despropósitos en este tema. Debo reconocer que lo demás está bastante bien traducido, pero la mayoría de las interjecciones se dejaron tal cual, como si el traductor asumiera que cualquiera pueda entenderlas. Y por muy frikis que seamos, lo más probable es que haya una mayoría que no sepa que carajo está diciendo Jessica Jones en esos momentos. Las más repetidas son estas:

  • Uh-huh - Interjección de afirmación (y a veces de negación). Para alguien que no sepa el suficiente inglés posiblemente no le dirá nada, pero si se sabe que esa "u" se pronuncia como "a" la cosa cambia. No es que se parezca, es que es la forma inglesa de transcribir "ajá", que nosotros escribimos "ajá" y que por tanto debería haberse traducido "ajá".
  • Huh - Esta interjección tiene varios usos, tanto de afirmación como de duda y también sorpresa. Por tanto tiene distintas traducciones, ya bien el citado "ajá" como otras más neutras como "Mmm", "Eh", "Oh", "Ah" o incluso "Uh", aunque esta última denota desilusión y, francamente, se usa más bien poco.
  • Tsk - Chasquido de la lengua con el que expresamos frustración, enfado o similares. Esta es un poco más dificil de traducir ya que aunque nosotros también chasqueamos la lengua no tenemos un equivalente directo. Podríamos usar según el contexto "Uff", "Buf", "Bah" o puede que alguna otra, pero aunque resulte tentador tener una palabra con un significado tan preciso eso NO es castellano.
  • Okey - De acuerdo, es muy americano y por tanto no desentona en un cómic cuyos personajes son estadounidenses. Pero si nos ponemos a traducir, se traduce. Si hay que ir se va, porque ir para nada es tontería. Así que habría que echar mano de otras expresiones como "Vale" o incluso, ¿por qué no?, la más correcta "De acuerdo".
  • Uhah - Interjección de sorpresa y a veces de dolor o cansancio. Puede que "Guau", "Bah" u "Oh" no sean tan precisos fonéticamente como esta expresión, pero aun así cualquiera que lo lea sabe a primera vista que eso tampoco es castellano.
Me he dejado algunas que han aparecido de forma aislada como "Doh", la interjección de rabia que tanto usa Homer Simpson y que podríamos traducir como "Ay", o la expresión "Ey" de la que resulta fácil adivinar que es igual a nuestro "Eh". Pero, bueno, habrá que perdonarle alguna...

Con esto concluye mi tocho de hoy. Si has llegado hasta aquí... joder, ¿de verdad no tenías nada mejor que hacer? Bueno, si lo que quereis es contratarme podeis mandarme una oferta de trabajo a la dirección de correo que aparece al lado. Si no... búscate un hobby, coño.

Nota mental: dejar de ver House. También empiezas a hablar como él...

14 de febrero de 2006

Un temita...

Me gustaría recordar a los señores joyeros, floristeros, pasteleros y demás comerciantes que hacen su agosto en estas fechas que un corazón...



...es ESTO


Y de bonito tiene poco. Así que, por favor, dejen de tocarnos los cojones con la decoración de San Valentin de siempre...

13 de febrero de 2006

¡Aleluya!

Ni Dios, ni Alá, ni Buda, ni ostias...


Ahora más que nunca, y tal y como está el patio, quiero reafirmar mi fe en el Monstruo de espagueti volador.


QUE SUS FIDEOS OS BENDIGAN

12 de febrero de 2006

Totem



Hay gente que está convencida de que en el pasado fue alguien importante. Que son la reencarnación de reyes, artistas u otras figuras históricas de relevancia.

Yo no. Yo estoy convencido de que en mi vida anterior fui un gato. No uno callejero o de alguna raza exótica, o perteneciente a alguien importante, sino un gato doméstico cualquiera de una familia cualquiera.

Hace ya mucho tiempo que me identifico con ese tipo de animales. De cierta forma, tengo personalidad de gato. Me gusta que me cuiden y me hagan caricias de vez en cuando, pero al mismo tiempo soy muy independiente, necesito poder ir a mi aire sin que estén constantemente pendientes de mi. También soy muy casero, me gusta pasarme todo el día ocioso viendo la tele o leyendo, y muchas noches siento la necesidad imperiosa de salir para dar vueltas por la ciudad sin un rumbo fijo, cuando las calles están más tranquila y puedo esconderme en las sombras.

Además tengo ciertas manías propias de un gato. No me gusta demasiado el agua, por ejemplo. Debo ser una de las pocas personas que viviendo en una ciudad con playa casi nunca se baña en ella. También tengo la mala costumbre de deambular por la casa a oscuras; nunca enciendo la luz del pasillo, sino que avanzo casi a tientas de una habitación a otra. Podría hablar también de lo inexplicablemente cómodo que me siento en las azoteas de los edificios en los que he vivido, cuando he tenido acceso a ellas. O ese desagradable hábito de cruzar siempre la calle casi sin mirar...

Aunque si tuviera que quedarme con solo una cosa, elegiría esa fascinación casi sobrenatural que siento por la luna llena. Hay noches en las que voy andando por la calle y cuando alzo la mirada y la descubro en el horizonte me quedo clavado en el sitio mirándola embobado. Creo que incluso maullaría, si supiera como.

Me pregunto cuantas de mis siete vidas he gastado ya...

10 de febrero de 2006

Corn Flakes


Hace algún tiempo, en una de esas estúpidas películas que ponen las tardes de los fines de semana, escuché una alegoría sobre la búsqueda de pareja. Es una de esas gilipolleces que siempre cuento a quien no esté todavía harto de escucharme y de la que me parece ya he hablado aquí. En fin, soy así de plasta. La historia era algo como:

Imagina que todas las mañanas desayunas un plato de cereales. Te encantan, los llevas comiendo desde hace años y has probado todo tipo de marcas. Un día notas que empiezan a aburrirte y decides que ya es hora de probar algo distinto. Entonces vas a coger un bollo... y te das cuenta de que la bolsa está llena de cereales. Te acercas a la nevera para servirte un zumo y descubres que en el cartón solo hay cereales. Rompes un huevo para hacerte una tortilla y también está lleno de cereales. Busques lo que busques solo hay cereales por todas partes.

Con esta chorrada el personaje de la película quería ejemplificar esa afirmación de que siempre nos atrae el mismo tipo de persona. Discusiones freudianas aparte sobre si tratamos de follarnos a nuestras madres o algo así, la teoría es que incluso a un nivel subconsciente siempre buscamos gente con las mismas características. Puede que quieras algo diferente y escojas a alguien completamente opuesto a lo que estás acostumbrado, pero tras la fachada se ocultará el mismo tipo de persona con la que has estado saliendo (o follando) hasta el momento.


A pesar de que este tema da para intensas discusiones filosóficas (especialmente con un porro en la mano), lo cierto es que me lo creo a pies juntillas. Sobre todo porque es la puta historia de mi vida [Nota mental: dejar de ver series americanas; empiezas a hablar como ellos]. No es que haya tenido muchas relaciones; solo puedo llamar como tales a dos de mis cinco "historias". Sin embargo mis cinco "partenaires" son tan increiblemente parecidas que empiezo a asustarme.

A priori nadie lo diría. Si las juntáramos a todas apenas podríais decir algo que tuvieran en común, aparte de ser mujeres. Edades diferentes, características diferentes, estudios diferentes, orígenes diferentes... Sin embargo todas tienen una personalidad y unos problemas parecidos. Todas son sensibles, cariñosas, inteligentes, profundas, coquetas pero no superficiales, duras y tiernas a la vez. Y todas han visto o están viendo a un psicólogo por problemas parecidos a los mios: ansiedad, depresión, cierta inestabilidad emocional...

Una broma recurrente de los gays de película es responder, a la pregunta de como se reconocen entre ellos, que "se huelen". Empiezo a pensar que me ocurre lo mismo. Es lo que me ocurrió, por ejemplo, con F. (me encanta el rollo este de las iniciales, espero que al Príncipe no le moleste que se lo copie). La conocí a través de internet y por tanto apenas sabía nada de ella en un principio. Sin embargo sentía curiosidad, entramos en contacto y al poco de hablar empecé a sospechar algo. Se lo pregunté y, ¡bingo!, problemas psicológicos a la vista. ¿Casualidad? No, ya no lo creo. No se exactamente cual es la característica social (o asocial) que nos podría identificar a todos fácilmente, pero creo que está en mi subconsciente de algún modo y siempre busco esa pauta sin saberlo.

Después de mi última relación estoy empezando a plantearme seriamente este tema. No es que realmente tenga ningún reproche que hacerle a ellas, puesto que sigo pensando que son todas mujeres maravillosas y que las experiencias valieron la pena, pero creo que este camino no es bueno. Ni para mi ni para los demás. Aunque nadie podría comprender mejor lo que me pasa que alguien que haya sufrido algo similar, lo cierto es que no puede ser sano que haya una relación entre dos personas con esos problemas. La inestabilidad puede llegar a convertirse en una bomba de relojería. No necesariamente, puesto que para eso está la ayuda profesional, pero la simple posibilidad de que los dos recaigan (recaigamos) al mismo tiempo ya es suficiente para joderlo todo.

Ahora me pregunto que es lo próximo que debería "desayunar". Tengo miedo tanto de buscar una personalidad tan diferente a la mía que nunca consiga entablar una relación como de abrir el cartón de zumo y volver a encontrarme cereales dentro. Pero no soy una persona dada a las aventuras, las historias de una noche o saltar de cama en cama (de hecho incluso estoy empezando a cuestionarme mi afinidad con el sexo, pero ese ya es otro tema). La cuestión es que si siempre he estado perdido en estas cuestiones ahora lo estoy más que antes.

Y, la verdad, me muero por tener un buen "english breakfast" con huevos, bacon y tostadas...

9 de febrero de 2006

Gravedad cero

Se supone que yo tendría que estar haciendo algo...

Se supone que debería ocuparme de un montón de cosas, de temas económicos, de labores domésticas, de dilemas sentimentales, de cuestiones informáticas, de reflexiones existenciales, de asuntos intrascendentes...

Se supone que este no es uno de esos blogs en los que el autor habla de como le ha ido el día y de lo mucho que quiere a su gato; bueno, en todo caso a mi planta (el único ser vivo que ha resistido a mi lado más de un año, después de mi hermana).

Se supone que soy consciente de que una de las fases de la ansiedad es entrar en un estado letárgico (pasota, más bien) y por tanto debería actuar en consecuencia. Salir a pasear, hacer ejercicios de relajación, tomar mis pastillas, meterme en una pelea, irme de putas... no se, algo.

Todo eso se supone.

Pero la cuestión es que no me apetece hacer nada. Que después de mi más bien monótona jornada de trabajo lo único que me interesaba hoy era saber si Spike se reuniría con Julia y cumpliría finalmente su destino.


Ha sido una gran tarde...


Esta noche es la fiesta oficial de bienvenida de los Erasmus. Estará todo dios, según me han dicho. Muchas tias buenas, completamente perdidas y con muchos tópicos en la cabeza. Un buen lugar de caza, si no fuera tan incapaz para estos temas. Alguien me ha conseguido una invitación y puede que vaya más tarde.

Pero mientras tanto, ¿sabeis qué?, tengo ganas de saber que ha sido de los Fisher.



Abrochense los cinturones, volvemos a entrar en gravedad cero...

................

P.S. ¡Ah, se me olvidaba!

LOS DE LA SGAE SON TODOS UNOS LADRONES.

Es que nunca he estado en un juicio y tengo curiosidad...

8 de febrero de 2006

INADAPTIRAS: House


Tira de homenaje a la serie House... sin el doctor House. Lo siento, pero hacer siluetas es más complicado de lo que parece. Y además así he podido meter más texto...

Como niños

Me hago llamar inadaptado porque no entiendo muchas cosas del mundo que me rodea. Un buen ejemplo son los patrones de comportamiento de la gente. Yo asumo que pese a mi edad sigo siendo considerablemente inmaduro, alguien a quien le cuesta enfrentarse a las realidades de la vida. Sin embargo, ¿quién se supone que es maduro?


¿Estos dos impresentables, que se pelean como preescolares en el patio del colegio?


¿El capo de la SGAE, que es capaz de querellarse con todo el país solo por no perder sus beneficios?


¿Los maltratadores, incapaces de asumir que todos somos iguales o que las relaciones a veces se terminan?


¿Los futbolistas de élite, que a pesar del pastón que ganan y las macizas a las que se follan no solo muchas veces juegan mal sino que además nunca lo reconocen?


¿Los seguidores de los anteriores, de partidos políticos, religiones o cualquier otra agrupación, muchos de los cuales (aunque no todos, menos mal) no solo no saben mantener una sana rivalidad sino que además llegan a agredirse (o matarse) unos a otros por nimiedades?


¿O quizás este menda? ¿Esto es ser maduro?


Puede que todavía sea un crio, pero si madurar significa parecerse a alguno de ellos la verdad es que prefiero no crecer nunca...

7 de febrero de 2006

Alto voltaje

Hoy es uno de esos días en los que la ansiedad me recorre las venas como una carga eléctrica. Tengo ganas de correr una maratón en la playa; de lanzarme en paracaidas desde una montaña; de darme de ostias con el primer bakala que pase por la calle; de drogarme hasta las cejas con opio; de robar un banco a punta de pistola; de echar un polvo salvaje con dos mujeres a la vez.




Y, sin embargo, soy absolutamente incapaz de moverme de la silla. De hecho ni siquiera me hubiera levantado hoy de la cama de no ser por que tengo que ir a trabajar...

6 de febrero de 2006

Beba Inadaptado Light

Un aplauso muy fuerte para mí porque por fin me he comido el último trozo de turrón de estas navidades que quedaba en casa...



Otro aplauso para mí porque después de más de 15 años de beberlo a diario he sustituido el vaso de cacao de las mañanas por cereales solubles...



Un nuevo aplauso para mí porque he conseguido lo que parecía imposible: cambiar los muebles de sitio en mi minúsculo dormitorio...
Y, vamos todos, un último aplauso para mí porque he vuelto a dejar de fumar "para siempre" aun a sabiendas de que no aguantaré ni dos meses (si llega) antes de que vuelva a ponerme un cigarrillo o un porro en la boca.


Sí señor, ya lo dice el anuncio: el mundo es de los que se atreven... pero a reirse de ellos mismos.

5 de febrero de 2006

Arenas movedizas


Hay dias, como hoy, en los que me siento como si estuviera atrapado en un pozo de barro que me va tragando lenta pero inexorablemente. Es malestar, es apatía, es desorientación, es falta de objetivos, es no tener control sobre tus propios actos y pensamientos.

Y en el momento en que la mierda ya me llega al cuello es cuando empiezo a luchar y a revolverme, solo para darme cuenta de que es demasiado tarde y que lo único que puedo hacer es esperar a que llegue al fondo para intentar salir de nuevo...

4 de febrero de 2006

Fe de errores

Hace pocos días dije que los comentarios de la reposición de Humor Amarillo en Cuatro no tenían ni la mitad de gracia que los de su emisión en Telecinco.



Me retracto. Por si el programa no fuera lo suficientemente cafre de por sí, oir cosas como que el pelanas del laberinto del chinotauro es "como Julian Muñoz pero en guapo" o que a los concursantes "están recibiendo más que Celia Blanco en Todos contra Celia" es absolutamente hilarante. O los rótulos sobre el chino cudeiro, o las entrevistas a los concursantes, o el "mojón asesino"...

¡Que vuelva el Pressing Catch!

El mundo es un lugar extraño

Se que hay gente que haría cualquier cosa por tener buena imagen...



... pero esto es lo más ridículo que he visto en mi vida.

3 de febrero de 2006

Down Ten

Cada vez que alguien me pregunta cómo me gustan las mujeres (si altas, bajas, rubias, morenas, delgadas, gorditas...) yo suelo responder que "me gustan todas". Y si bien es cierto desde un punto puramente teórico (a priori soy incapaz de hablar mal de ninguna hembra, por educación y por si acaso) la verdad es que mis gustos son mucho más definidos e incluso exigentes de lo que me gusta admitir.

Es por ello que para contrarrestar mi ya larga lista de fetiches femeninos he decidido publicar un Down Ten con diez reconocidos rostros populares e iconos eróticos (en mayor o menor medida) que, sin embargo, a ni no me interesan en absoluto. A veces por razones estúpidas, otras sin motivo aparente, estas diez mujeres nunca ingresarán en mi imaginario lúbrico. Pido perdón de antemano a todas las sensibilidades que voy a ofender en este mensaje...


CINDY CRAWFORD


Cuando una mujer es guapa se dice que tiene lunares. Cuando es fea, verrugas. Me vais a perdonar, pero lo que tiene esta mujer encima de la boca es una verruga con todas las de la ley, por muy guapa y muy buena que estuviera en su momento. Se que es una de las cosas que la hicieron más famosa (creo recordar que muchas se lo pintaban para imitarla), pero me crea tal repulsión que es lo único en lo que puedo fijar la mirada cuando la veo.


CLAUDIA SCHIFFER


De acuerdo, esta mujer siempre ha tenido un cuerpo monumental (a la foto me remito) y es una excelente modelo, pero cada vez que la veo sonreir pierde para mi todo el erotismo. En pocas palabras, y dicho con todo mi cariño, se le pone cara de bobalicona. En vez de morbo lo único que me produce, si acaso, es simpatía. Y después de ver lo mal que actua (como en Love Actually), más aún..


NAOMI CAMPBELL


Compañera junto a las anteriores dos del Olimpo de modelos de los 90, todavía hoy la llaman la "diosa de ébano". Será quizás porque a mi las mujeres de color son las que menos me atraen, pero la cuestión es que no entiendo la fascinación que aún provoca. Aunque hay que admitir que cuando desfila se come la pasarela, su cara de mala ostia y su acusada delgadez me repelen más que me atraen. Donde esté Tyra Banks que se quiten todas las demás...


PAMELA ANDERSON


Un misterio que escapa a mi comprensión. ¿Como llegó esta mujer a convertirse en la más buscada en Internet durante tanto tiempo? ¿Sólo porque le botaban las tetas mientras corría por la playa con un traje de baño dos tallas más pequeño? Puede que en aquellos momentos no vieramos demasiada silicona en televisión, pero aun así me parece excesivo. Y más que aún sea un icono erótico después de haber visto sus trajes horteras, su cara sin maquillar y la película Barb Wire.


JENNIFER GARNER


Se que criticando a la mujer que ha encarnado a Elektra en el cine y que protagoniza una serie de culto como es Alias (que tampoco me parece para tanto, por cierto) lo único que voy a conseguir es que me retiren el carnet de friki, pero la verdad es que no me gusta. Ya de por sí ni me parece demasiado guapa ni creo que tenga un físico destacable, pero además hay algo que tira mi líbido por los suelos cada vez que la veo: sus orejas. Es una estupidez, lo admito, pero cuando aparece con el pelo recogido y las orejas al descubierto me parece hasta fea. Algo freudiano, seguro...


KATIE HOLMES


Lo que tiene esta chica es que es mona. Aun más, es la perfecta definición de "ser mona": guapa pero no demasiado, y con un físico aceptable pero que no llama la atención. Sin embargo no creo que eso sea motivo suficiente para aparecer en las portadas de las revistas o en listas de famosas deseadas. De hecho incluso como actriz es bastante sosita, como demostró en Batman Begins (donde casi todo el mundo coincide en que ella sobraba). Supongo que por eso la escogió Tom Cruise, para que no le eclipsara como hizo Nicole Kidman. Por cierto, tampoco me gustan sus orejas...


JENNIFER LOVE HEWITT


Esta scream queen es otro buen ejemplo de eclipsamiento mamario. En su caso la delgadez del resto del cuerpo hace que parezca, parafraseando a Quevedo, "una mujer a un busto pegada". Tetas aparte, a mi no me parece guapa y de hecho tampoco creo que sea buena actriz. A pesar de todo alguien cometió el sacrilegio de darle el papel de Audrey Hepburn en un biopic televisivo. No he visto la película pero, por favor, ¿no había nadie más?


JULIA ROBERTS


Otro gran misterio. ¿Como ha conseguido una actriz que estuvo durante bastantes años a la deriva sin que le dieran un papel llegar a ser la mejor pagada de todo Hollywood? Estas cosas solo pasan en América. Sí, es cierto que la cámara le adora, que cuando sonrie llena la pantalla (literalmente, ejem...) y que ha hecho buenas interpretaciones, pero, joder, no creo que sea para tanto...


ANNA KOURNIKOVA


Tiene guasa que una tenista que ya ni siquiera aparece en la lista de la WTA y que no ha ganado ni un solo torneo sea mucho más famosa que cualquiera de sus colegas, pero lo cierto es que entre la publicidad y las portadas seguramente gane mucho más dinero que ellas. A mi entender el único motivo de su éxito ha sido un morbo que rayaba lo pornográfico: la tenista joven, rubia y más o menos apetecible que llevaba faldas muy cortas con las que dejaba poco a la imaginación y que lanzaba grititos obscenos. Lo dicho, parece el argumento de una película porno. Puede que esté más buena que la mayoría de ganadoras de los Open de tenis, pero de eso a convertirse en modelo hay un abismo...


BEYONCE KNOWLES


Tengo una teoría extraña: esta mujer es fea, pero con el maquillaje, los trajes provocativos y sus contoneos no nos fijamos y por eso ha llegado a ser una estrella. Se que me estoy metiendo en un terreno peligroso porque hay muchos que idolatran a esta cantante; sin embargo juro que no le encuentro el atractivo. Ni en su cara ni en su cuerpo, nada. Puede que de nuevo me esté dejando llevar por mi falta de afición a las mujeres de color, pero aun así no consigo entender el porqué de tanta fascinación. Ahora, eso sí, pienso que canta de puta madre.

Réplicas, quejas y amenazas de muerte, en los comentarios.

2 de febrero de 2006

INADAPTIRAS: Ansiedad

En precario

Hoy, tras firmar un contrato tan falto de clausulas que casi parece irreal, me he convertido oficialmente en becario, uno de los pocos sub-trabajos que faltaban en mi expediente laboral (solo me queda repartir folletos en la calle y disfrazarme de Papa Noel, aunque todo se andará). Y además trabajando en una división de una institución pública (sobre la que obviamente no puedo dar pistas por la cuenta que me trae) en cuyas oficinas trabajan un 90% de mujeres, algunas de las cuales, todo hay que decirlo, están muy buenas.



La verdad es que volver a tener una nómina y ser el trabajador sumiso en un ambiente tan poblado de féminas debería de alegrarme, cuando no directamente ponerme cachondo. Y sí, vale, la verdad es que es un alivio haber abandonado el estatus de parásito social y hacer algo útil con mi tiempo. Pero si no lo estoy celebrando por todo lo alto es porque mi cometido es terriblemente pesado y aburrido (ahora entiendo por qué necesitan a un pringao solo para esto), mi sueldo es bastante exiguo, mi contrato solo dura unas semanas y el mismo hecho de que haya tan poquitos hombres me sugiere que mis posibilidades de seguir trabajando allí a partir del mes que viene son bastante reducidas (me consta que siguen haciendo entrevistas y no precisamente a tios).

En fin, veámoslo por el lado positivo. Voy a estar entretenido por un tiempo rodeado de mujeres y cuando acabe podré cobrar el paro acumulado (que por fin ha alcanzado una cifra no demasiado humillante). Si no fuera como soy me dedicaría a tirarle los tejos a todo bicho viviente. Aunque si veo que la cosa pinta mal siempré me podré dedicar a robar material de oficina de los almacenes...

1 de febrero de 2006

Oh, mierda...


Blog.Worm

Yo también me he infectado...

Pongamos que hablo de Madrid



Madrid es como un imán, como un agujero negro que me atrae inexorablemente una y otra vez por mucho que intente alejarme. Es la meta inevitable del triángulo de las Bermudas que conforma junto a Alicante y mi pueblo. He recorrido tantas veces la distancia que los separa que si algún día echara a andar a ciegas inevitablemente acabaría llegando hasta la capital. La prueba es que apenas acabo de dejar las maletas en el suelo y ya estoy hablando de ella...

Pongamos que hablo de una época en la que para recibir un tratamiento adecuado tenías que desplazarte hasta la ciudad. Nací con un defecto que me llevó desde que era un crio a buscar profesionales que no había (ni hay) en mi tierra y desde entonces no he parado de hacer el mismo peregrinaje cada pocas semanas. Recuerdo que en los primeros viajes sabíamos que nos estábamos acercando por la gran nube de contaminación que coronaba la urbe. Ahora los cielos están despejados, pero los kilómetros pesan igual que antes.

El trayecto es largo para tan solo unos minutos de consulta. En tren hasta mi pueblo, para descansar unas horas, puede que un día o dos, y entonces coger un autobús hasta la ciudad. Mi cuerpo es sabio, ha aprendido a dormir durante todo el viaje. Sabe que al llegar le espera la misma fea estructura de hormigón de la Estación del Sur que no ha cambiado ni un ápice desde que la inauguraron. Nada más pisar el suelo me pongo en marcha mecánicamente hasta la entrada del subterraneo. Y en cuanto llego a las taquillas la misma ceremonia de siempre: cambiar la cartera de sitio, agarrar bien la mochila, fruncir el ceño, acelerar el paso. En pocas palabras, ponerme el traje de urbanita estresado.

Pongamos que hablo de un Metropolitano que intenta desesperadamente cambiar su imagen. Pintura de colores, paredes de latón, televisores en las vias e iluminación de cine. Todo lo que haga falta para ocultar la verdad: esta es una ciudad de hombres-topo. Pero el metro siempre será igual. No faltarán los músicos en las galerías, la caras abotargadas en los coches, los pedigüeños que huyen de los seguratas ni las colillas en los andenes. No faltará quien robe carteras, quien corra de un tren a otro, quien se pegue a la pared temiendo un empujón fatal. No faltará quien mire al techo y sea consciente, quizás durante unos segundos, que el cielo está muy arriba.

La siguiente parada es Atocha, una auténtica ciudad dentro de la ciudad. Un caos de viajeros y maletas, de azafatas y policías, de despedidas y reencuentros. El invernadero de la estación vieja es pura poesía; bajo las grandes hojas de las especies tropicales se mezclan mendigos, empleados, gente de paso y jubilados que a veces se meten en los baños a masturbarse mirando de reojo pollas más jóvenes. Muchas veces me siento tentado a detenerme, pero aún no he llegado a mi destino. Aún he de bajar a los húmedos y frios andenes para hacinarme con decenas de trabajadores y estudiantes en el primer cercanías que me lleve hasta mi cita. Nada parece haber cambiado desde aquel 11 de marzo. Pero una sombra de tristeza y duda sigue agazapada en los vagones.

Pongamos que hablo de un hospital donde cada vez hay una protesta distinta a la entrada. Donde la pintura fresca no puede ocultar el peso de los años ni la amargura de sus facultativos. Donde al subir las escaleras te encuentras colillas en cada rellano. Donde tengo que esperar durante horas en una fea sala de espera, de desnudas paredes blancas, leyendo suplementos dominicales atrasados. Donde el médico apenas me dirige la palabra, y tras unos minutos de tortura me devuelve a la calle con la duda de si en realidad no se estarán riendo de mi.

A veces desando el camino, cojo un tren y vuelvo a Alicante con el rabo entre las piernas. Sin llegar a pisar la calle, como un auténtico hombre-topo. Otras veces postergo el viaje para volver a echar un vistazo a la ciudad que me acogió durante dos años. No es auténtica nostalgia, sino más bien síndrome de Estocolmo. Se que lo primero que veré al salir de la estación serán las faraónicas obras del "tunel de la risa". Que seguiré esquivando coches a los que les cuesta entender el significado de un semáforo en rojo, manteros vendiendo libros viejos, repartidores de panfletos, gente con demasiada prisa y turistas despistados. Que, en realidad, todo sigue igual.

Con todo lo que Madrid tiene que ofrecer, siempre sigo la misma ruta. Paseo por las mismas calles, visito las mismas tiendas de cómics, como kebap en el mismo restaurante, me pajeo en los mismos peep-shows. Cuando has vivido allí todo se convierte en rutina. Siempre paso por la Fnac, aunque muy rara vez llego a comprar algo. Siempre miro las carteleras de los cines, aunque nunca tengo tiempo para ver una película. Siempre deambulo por la calle Fuencarral, aunque todo vestigio de la Movida es barrido poco a poco por las tiendas de marca. Siempre espero que por fin se hayan acabado las obras, aunque todos sabemos que eso no ocurrirá nunca.

Pongamos que hablo de lo que hay tras la cortina de modernidad. De las bandas de rumanas que roban carteras con descaro a plena luz del día. De los limpiabotas que resisten a duras penas en un mundo de zapatillas deportivas. De como las putas del este (cada vez más guapas, cada vez más jóvenes) han ocupado una calle Montera tan llena de policias que uno duda quién vigila a quién. De sus colegas más baratas y más pobres, que aún deambulan por los callejones, entre chulos borrachos y yonkis chutándose, a tan solo unos metros de la Gran Vía. De los africanos que venden hachís infecto a los incautos en el Retiro. De los negocios mayoristas de los que viven muchos inmigrantes en el barrio de Lavapiés y que el alcalde quiere cerrar. De las miles de personas que llegan a la ciudad con un sueño y acaban siendo engullidos por ella.

Cuando por fin cojo el tren de vuelta tengo los pies doloridos y las fosas nasales negras del humo que he respirado en mi camino. Uno llega a la conclusión de que en la ciudad fumar es más que un derecho, es autodefensa. Me desplomo en mi asiento y trato inutilmente de dormir; las luces del vagón y el cansancio acumulado no me dejan conciliar el sueño. Es entonces cuando repaso mentalmente mi día y comienzo a reprocharme todas esas cosas que debería haber hecho y he dejado pasar. Los lugares por los que no he pasado, las compras que no he hecho, las visitas que no he realizado. Pero se que en realidad no importa. Mis pasos me volverán a traer pronto al mismo sitio y se que cuando regrese todo estará igual que antes.

Pongamos que hablo de una ciudad que amo y odio. Pongamos que hablo de Madrid.