Alicante, uncovered

La postal que toooodo el mundo compra...

Hablando hace unos días con mi compañera de piso francesa (y rubia, y guapa y además está bastante buena, ¿u os creeis que yo vivo con cualquiera?) salió el tema de las diferencias culturales en cuanto a la forma de vestir se refiere. Porque ella, no solo en tanto que del país vecino sino además porque es bastante religiosa, está algo escandalizada por la aparente impudicia con la que se exhiben las mujeres en estas costas. Por lo visto en su terruño solo llevan minifalda las prostitutas y aquí la usan hasta las niñas de 14 años. Especialmente las niñas de 14 años. Así que tuve que explicarle que en esta Sodoma y Gomera en la que vivimos está completamente aceptado. No obstante, puntualicé, lo de esta ciudad no es precisamente normal...

Tras mi espantada de tierras madrileñas mucha gente me pregunta lo mismo: ¿porqué te fuiste a Alicante y no a otro sitio? A lo que yo solía responder, balbuceando, que si iba a tener un trabajo de mierda con un sueldo de mierda al menos aquí las cosas son más baratas y podría sacarle más partido. Y el clima es mejor, evidentemente. Sin embargo de un tiempo a esta parte soy yo quien se hace esa misma pregunta. ¿Porqué esta ciudad y no otra? ¿Qué tiene de especial? En Elche hay una enorme economía sumergida, en Elda y Petrer calzado y marroquinería, en Crevillente alfombras, en Ibi juguetes (bueno, había, ahora ya casi no quedan fábricas), en Jijona el turrón, en Alcoy los moros y cristianos... pero, ¿que hay en Alicante? No produce nada por lo que se la reconozca en todo el mundo. No tiene una marca que presuponga calidad en algún producto. Los vinos son bastante malos. La playa es pequeña y suele estar sucia. La explotación inmobiliaria ha destrozado el paisaje costero. Los escasos bienes históricos están mal conservados y se caen a trozos. No se promocionan adecuadamente los museos. Hay una filmoteca pero nadie lo sabe. La programación cultural está en manos de entidades privadas. Tenemos el tráfico más denso de la península. Han desaparecido todos los cines tradicionales menos uno. Vivimos en medio de una zona desértica....

Así pues, ¿que tiene Alicante? Bueno, hay pescadores, es cierto, pero con eso no se saca adelante una ciudad tan relativamente grande. No, si tuvieramos que destacar algo que por lo que la gente recuerda su paso por esta capital es por el DESFASE.

¿Que tiene Alicante? Pubs. Montones de pubs. Y bares, y cafeterías, y restaurantes, y taperías, y cadenas de comida rápida, y chiringuitos, y discotecas. Los hay para pobres y para ricos, baratos y caros, con grasa en las paredes y con lo más puntero en diseño. Hay zonas para los que no tienen un duro y otras para los más ultramegapijos. En definitiva, hay oferta de sobra para que cualquiera se pueda pillar una indigestión a la medida de su bolsillo y después el ciego de su vida. ¿Que quieres beber barato? Te vas a un "pafeto" de El barrio antes de la 1 y media y te metes en el cuerpo tantos cubatas de garrafón a 3€ como tu hígado aguante. ¿Que de tanto beber se te ha puesto la polla tiesa? Pues cuando cierre el garito te vas al Puerto, que es más caro pero como tu ya vas cocido puedes limitarte a entrarle a todas las tias calentorras y ciegas de coca que veas bailando por ahí. ¿Que no te va ese rollo? Te vas a la Ruta de la madera a pasarte la noche escuchando punk, jazz, ska o rock mientras encadenas un porro tras otro a espaldas de un camarero que está haciendo la vista gorda a pesar de que sabe que le puede caer una multa del copón. ¿Que tu eres mucho más funky que eso? Pues te metes a alguna de las discotecas que hay dispersas por la ciudad (La Japonesa o Z Club, mismamente) y cuando te echen de allí te buscas un after para seguir metiéndote pastillas hasta la hora de comer.

En invierno los estudiantes, en verano los turistas, esta ciudad no se sostendría sin el alcohol. Si me apuran, tampoco sin la farlopa. Y, sobre todo, sin el sexo. Desde hace bastante tiempo se ha impuesto la moda de celebrar despedidas de soltero/a en Alicante, especialmente de /a. Creanme cuando les digo que vienen de todas partes para la ocasión. Pero de todas, todas. Durante mi breve etapa como recepcionista de hotel llegamos a albergar a tres grupos distintos de extranjeras que habían llegado con ese propósito: unas eran inglesas, otras alemanas y las últimas suecas (que, aunque parezca increible, ¡habían venido en coche!). Creo que huelga explicar el estado en el que solían llegar a su habitación a la mañana siguiente. Si es que llegaban, claro, porque al ser extranjeras, rubias y buenorras (no todas, vale, pero la mayoría) tenían el polvo casi asegurado. Vuelvan a creerme cuando les digo que en estas ocasiones las amigas de la novia parecen una manada de lobas en celo. Hay tios que cambian de acera cuando ven llegar uno de estos desfiles de mujeres con banda de Miss y pollas de plástico en la cabeza o en la solapa de los trajes, cantando burradas y lanzando piropos que harían sonrojar a un camionero. De hecho un amigo me contó como tuvo que huir de un pub antes de que un grupo de locas le desnudaran allí mismo. Sabiendo el éxito que suele tener con las hembras, me lo creo. Habiendolas visto en acción, aún más.

Los amigos de los futuros maridos suelen tomarselo con más resignación (sobre todo cuando ellos mismos ya están atados), pero desde luego no se conforman con vestir al novio de enfermera, bailarina, monja, torero, bebé gigante o puta, para después ponerse ciegos en el primer garito barato que encuentren. Donde hay una necesidad hay negocio, y en Alicante existe una ingente cantidad de empresas (cada día más) que se dedican a montar espectáculos eróticos para despedidas, fiestas de empresa, cumpleaños o directivos japoneses a los que hay que mantener distraidos hasta que firmen el contrato millonario. No se que coño hago buscando trabajo; pido un crédito en el banco, monto un Boy's en pleno Barrio y fijo que en dos años me sale el dinero por las orejas...

¿Que no quieres desfasar con drogas? Pues desfasa con las tiendas. Es cierto que no este no es el mejor sitio para comprar, pero nos sobran los lugares. Así vamos por la vida, sobrados. ¿Quieres tiendas grandes? Pues en Alicante hay tantos centros comerciales que ya hemos excedido el cupo para el crecimiento de la población de los próximos años: el de Gran Vía, el Puerta de Alicante, el Plaza Mar 2, Panoramis, el de Vistahermosa y seguro que me olvido alguno. Eso sin contar los Mercadona, que estoy convencido hay más que en cualquier otro lugar de este país (que no se dice este país, se dice ¡España!) y los dos mega-edificios de El Corte Inglés. Y el alcalde, especialista en sacar provecho de cualquier parte, quiere aprovechar las futuras obras de urbanización de la antigua cantera para recalificar más superficie comercial. Lo que he dicho, vamos sobrados. Aunque si no te gusta el rollo Walmart siempre te quedarán las tiendas de marca. Porque aquí no es que tengamos muchas, es que las tenemos TODAS: Springfield, Zara, Mango, Massimo Duti, Stradivarius, Benetton... ¡Y en la misma calle! Luego están los miles de zapaterías exclusivas que crecen como setas en cada esquina y las tiendas franquiciadas de ropa para jóvenes, otra plaga más. En cuanto al pequeño comercio... ¿qué pequeño comercio?

Como he dicho, aquí se vende desfase. Puedes desfasar con la comida, con el alcohol, con la farla, con las compras, con el coche (conducir por aquí es como correr el París-Dakar sin arena), hasta con el sexo si te lo montas bien. ¿Quien quiere cultura, industria, turismo de calidad o desarrollo sostenible? Vivimos en la ciudad del exceso y la superficialidad. Bueno, vale, también está Ibiza, pero lo nuestro es todo el año. Así que que se preparen Marina D'Or y todos sus imitadores. Si dicen que "de Madrid al cielo", aquí podemos afirmar que "de Alicante derechito al infierno"....