Se que llevan mucho tiempo intentando concienciar a los ciudadanos para que respeten las normas de tráfico
Por eso puedo entender que ya no sepan qué decir o hacer en sus campañas para que la gente les haga caso. Si es que alguna vez se lo han hecho, claro está. En una sociedad en la que las películas de terror llenan los cines cada fin de semana (literalmente, raro es el viernes en el que no estrenan otra de japonesas huyendo de fantasmas con el pelo grasiento) y en la que comemos con las cifras de muertos en Iraq de los telediarios, ya no tiene ningún impacto ver sangre o coches siniestrados. Es más, hasta se paga por ello. Pues anda que no vende el morbo. Que no hay más que ver los atascos que se producen para mirar los accidentes. Aunque, curiosamente, si en vez de imágenes violentas se utilizan frases impactantes o argumentos razonablemente perturbadores enseguida aparece la turba enfurecida de turno blandiendo antorchas y horquillas para que los retiren. En fin.
El caso es que, y teniendo en cuenta mi comprensión y apoyo hacia sus loables (y normalmente infructuosos) intentos por salvar nuestras vidas -y justificar sus multas, ya de paso- hay ciertas cuestiones que no consigo entender de su última campaña. A saber:
1.- ¿Era realmente necesario contratar a una directora de más o menos prestigio (allá las opiniones de cada cual, y no pienso repetir la metáfora de los culos) para realizar unos anuncios que no tienen absolutamente nada de particular (un tío gritando en un plano corto) y que, con todos mis respetos al director de fotografía, podría haber hecho yo con mi teléfono móvil?
2.- Asumiendo lo anterior, ¿era realmente necesario contratar a unos actores extranjeros y que casi nadie conoce para que nos insulten? Coño, que la SGAE lo hace gratis y a diario...
3.- E incluso aceptando los dos puntos previos, ¿era realmente necesario grabar los anuncios en inglés para después DOBLARLOS COMO EL CULO?
Y pensar que luego la gente me pregunta para qué sirve la carrera de Traductor e Intérprete...
( Este blog sigue inactivo. Por lo tanto, todo lo que acaban de leer es producto de su imaginación. Nada es real. Todo está en sus cabezas. Por favor, tómense la pastilla azul, cierren los ojos y en breves momentos volverán a encontrarse en la tranquilidad de su habitación)