31 de agosto de 2005

Apuntes para un recopilatorio de la NOSTALGIA a través del cine actual




  • La valse d'Amelie, (compuesta e interpretada por Yann Tiersen), de Le fabuleux destin d'Amelie Poulin (Jean-Pierre Jeunet, 2001)
  • Ev'ry time we say goodbye (interpretada por Natalie Cole), de De-Lovely (Irwin Winkler, 2004)
  • Everybody's got to learn sometime (interpretada por Beck), de Eternal Sunshine of the Spotless Mind (Michel Gondry, 2004)
  • No suprises (compuesta e interpretada por Radiohead), de L'auberge Espagnole (Cédric Klapisch, 2002)
  • Playground love, (compuesta e interpretada por Air), de Las vírgenes suicidas (Sofía Coppola, 1999)
  • Summer 78 (compuesta e interpretada por Yann Tiersen), de Goodbye Lenin! (Wolfgang Becker, 2003)
  • Sometime Later (compuesta e interpretada por Alpha), de Mi vida sin mi (Isabel Coixet, 2003)
  • The Blower's daughter (compuesta e interpretada por Damien Rice), de Closer (Mike Nichols, 2004)
  • Mad World (compuesta e interpretada por Gary Jules), de Donnie Darko (Richard Kelly, 2001)

Parecidos muy razonables

Os propongo un juego. Retórico, porque ya me conozco la respuesta. Viendo las fotos (pinchad en ellas para verlas con mayor detalle), ¿me podría decir alguien cuales son las diferencias entre...





... el fanatismo islámico y el fanatismo católico?




... la posición ante las fuerzas de la naturaleza del tercer mundo
y la del primer mundo?




... las fuerzas de pacificación de Afganistán y las de ocupación de Iraq?




... los que quieren "salvar" a España y los que quieren "destruirla"? Posted by Picasa


Citándome a mi mismo (con dos cojones), en el Manifiesto del inadaptado:

Nos llaman provocadores, porque donde otros ven blanco o negro, nosotros vemos un difuso e infinito gris...

30 de agosto de 2005

El relato encadenado

CAPÍTULO 13

Escrito por Crub, del blog La estrella del camino, y publicado aquí por deseo del autor (o eso, o ha habido una confusión muy grande, pero ya es tarde para enmendarla)

***

Juliette dormía en el camastro adosado a la pared. Respiraba en forma entrecortada y por momentos sollozaba en sueños. La sangre seca aún permanecía en parte de su cuello.
Martín la observaba y nuevamente reparó en su aspecto demacrado. Aparentaba llevar a cuestas un gran sufrimiento, y el dormir no era mejor que la vigilia.
Martín había pensado distintos planes de fuga, los que se desvanecían en la oscuridad de la celda. Nunca había deseado tanto un cigarrillo como entonces, pero tampoco aquello era posible. Lanzando una maldición se sentó de espaldas a la entrada de la celda, la cabeza entre las rodillas y las manos en la nuca. Los latidos de su sien llenaban el silencio, que oprimía como una mortaja.
Por el pequeño ventiluz donde la oscuridad de la noche se metía, asomó la luz del plenilunio cuando la cara lunar pasó a la distancia apropiada. Un cono luminoso se proyectó con vértice en la ventana y se extendió sobre la mujer dormida, quien se dio vuelta hacia la pared. Su ropa ahora desgreñada se corrió hacia arriba dejando ver el nacimiento de su cintura.
Martín levantó la cabeza y vió el cuerpo que dormía en posición fetal. Algo atrajo su atención y un latido anticipado golpeó su pecho. Se levantó en silencio y se arrodillo junto a la cama: por sobre la línea del pantalón de la doctora se observaba un tatuaje pequeño; incrédulo, Martín se restregó los ojos. El mismo tatuaje tantas veces entrevisto en otras mujeres: una doble hélice que representaba clásicamente la molécula de ADN, y debajo una inscripción en latín: “quo scripsi, scripsi”.

***

Hacía muchos días que Cliff no se bañaba ni afeitaba. Apenas comía y se encontraba con una constante sensación de inquietud, día y noche, cada día.
Si un psiquiatra lo observara no dudaría en diagnosticar un caso de paranoia. El muchacho se sentía observado, estaba convencido que cámaras de vigilancia lo controlaban en su casa, y había dado vuelta los muebles en muchas ocasiones para detectar grabadores o lentes ocultas.
Pero sobre todas las cosas, tenía la sensación que algo que le atañía estaba por ocurrir.
Casi siempre salía de su casa muy tarde en la noche, e iba a comprar escasa provisiones a un mercado chino que abría toda la noche. Ya casi no tenía contacto con su familia, y optaba por no hablar con nadie.
Sin embargo, en los últimos días, la impresión que algo lo llamaba con voluntad imperiosa lo fue ganando. Una y otra vez rebuscó señales (así lo pensaba) en los cómics y en lo libros de fantasía que llenaban su habitación. “Parezco Gollum tras el Anillo” – se dijo y rió ante la ocurrencia. Recordó el peregrinar del pobre Smeagol tras su tesoro birlado, su sufrimiento de heroinómano perdido que lo guiaba días tras día.
A Cliff no le había gustado la película, pero si los libros.
El Anillo.
Tomó la edición rústica que tenía desde niño y miró las runas que adornaban la portada. Y en ése instante, un golpe de pensamiento lateral casi lo derribó. Los dibujos de la tapa, las runas, se parecían y fundían con otra imagen, con un recuerdo que asomó a su mente sin permiso: la de una escalera de caracol que se entrelazaba consigo misma.
El recuerdo desreprimido fue mas allá, y se vió a sí mismo siendo niño leyendo aquellos tomos interminables mientras comía chocolates en una feria de la montaña, mientras esperaba a que su padre (que no era su padre) terminara sus asuntos con una contorsionista, quien tenía tatuada en la espalda aquella escalera que parecía una hélice.

***
Dana se despertó sobresaltada. La campana del teléfono sonaba sin cesar, atendió con la luz apagada, y apenas articuló un saludo. Desde el otro lado del Atlántico, la voz sonaba imperiosa.
- Ha habido noticias?
-Clara? – preguntó ahora despabilada.
- Si o no?
- Podría decirse. Aún no estamos seguros.
La voz de Clara se afinó y pareció un aullido.
- No llamo para recibir un puede ser por respuesta.
-Señor ... - dijo Dana conteniendo el impulso de colgar- Le informo que tengo un hacker permanente sobre la terminal del objetivo. Si en algún momento puede acceder al sitio, lo sabremos inmediatamente.
- Eso espero – dijo Clara y colgó.
Dana se tapó la cabeza con la almohada. Estaba harta de la gente de Washington, harta de aquella misión, y harta del estúpido nombre clave que le habían asignado.

- Y bien?
- Aún no han podido acceder, Señor – dijo Clara.
- No son buenas noticias. El tiempo ya no está de nuestro lado, y otros se nos están adelantando.
- Si señor, pero los europeos no tienen toda la información.
- Eso no lo sabemos. Pero no me refería a ellos, en todo caso.
-Usted preferiría que lancemos todo a la calle? CIA, FBI, Servicio Secreto? Podríamos ganar tiempo, pero el secreto se perdería, sin duda.
- No, muchacha, no. Todavía tenemos algo de valor en nuestras manos.
- ¿El agente?
- Su ignorancia.
El Presidente salió del despacho y un agente cerró la puerta.

***

Juliette despertó y encontró a Martín junto a su cama.
- Examinaba su tatuaje – dijo en silencio.
La mujer se sentó, descolgó las piernas de la cama y quedó frente a él.
- Muy bien. ¿Lo has reconocido?
- Lo he visto en ocasiones, en distintas personas. ¿Qué significa?
Juliette se levantó y caminó hasta quedar en la oscuridad.
- La doble hélice y el latín son una marca. Una marca que es mejor no tener a la vista pero así son las cosas.
Martín no hablaba, y la mujer continuó.
- Has entendido la frase en latín?
- Sí. Lo escrito, escrito está. Es bíblico.
-No, o sí: lo escrito en el código genético no debe cambiarse. En realidad no he sido completamente honesta contigo. Nosotros eliminamos a los clones.
Una sensación de vacío golpeó a Martín en el estómago
-Pero – continuó Juliette -, la verdad es que tu no eres un clon. El 673 fue muerto por mí misma. En realidad no era quien tenía poderes especiales. Tu eres el verdadero Martín Bishop, Agente Especial ... igual que yo.
- Pero...
- Pero dejamos que todos lo creyeran para que el verdadero clon escapara y nos llevara hacia el laboratorio genuino, no el que se montó para tapar la jugada. El asunto es que el clon se perdió, y ahora todos están tras él.
- Todos?
- Todos. El Mossad, los iraníes, los rusos...
- Y nosotros somos...? –preguntó Martín
Juliette le sonrió.
- Tu eres el agente Bishop. Ya Deberías recordar que trabajas para el Vaticano

***

Kouduglas tomaba su cuarto tazón de café de la noche. Su guardia no había tenido novedad, como desde hacía casi dos meses, y en pocos minutos llegaría su reemplazo. Pero en forma inesperada, la pantalla del ordenador dio paso a la pantalla del sistema.
Kouduglas leyó los datos, y corrió al teléfono codificado. Pocos instantes después logró la comunicación.
- Señor, han accedido al sistema. Si, Señor, están aquí en Londres. La dirección es la registrada, y el nombre del objetivo es Bishop, Cliff Bishop.




Finaliza en el blog El gallipato parlante

Decadencia


Porqué habré dejado de fumar otra vez... Posted by Picasa


Ya llevo 1 mes de desempleo y empiezo a notar las consecuencias. Se que 30 días parado no es nada comparado con aquellos que llevan años buscando trabajo, pero en verano un solo mes parece un siglo. Sobre todo este verano, con la mayor sequía de la década, las amigas de mi hermana gorroneando el piso cada dos por tres, la falta de actividad bloguera, las tormentas emocionales por las que he pasado (y que no viene al caso comentar) y los números rojos de mi cuenta. No lo voy a echar de menos.

Esta mañana al mirarme al espejo he descubierto que vuelvo a tener un principio de barriga. No es que el hecho en sí sea demasiado preocupante, porque al estar tan delgado cualquier gramo de más se nota. Sin embargo eso suele ser síntoma de una periodo prolongado de inactividad y entonces me he dado cuenta de lo asquerosamente rutinaria que se ha vuelto mi vida. Más que rutinaria, completamente anodina. Comer, dormir, buscar empleo, ocuparme de la casa... Hoy solo he salido dos veces: una para ir al supermercado a por algunas cosas que me faltaban; otra a una tienda todo a cien a por una espumadera y bayetas de colores para la cocina. Además este fin de semana, descontando el rato que salí el viernes por la noche, todo lo que he hecho ha sido limpiar y planchar. Y lo que me queda, porque la nevera está hecha un asco y aún no he terminado de ordenar los armarios. Eso sí, solo me da tiempo a hacer las cosas después de la siesta, porque el calor me impide dormir bien por las noches y me levanto tarde, y cuando lo hago tengo que ver "Dawson crece", por supuesto, y después fregar los platos de la cena que no fregué en su momento porque tenía que ver la serie que estuvieran echando esa noche, dependiendo del día de la semana: "Nip/Tuck", "Mujeres desesperadas", "Perdidos" (ahora que por fin he conseguido engancharme desde el principio!), "A dos metros bajo tierra". Y al acabar los platos tengo que revisar el correo, y el blog, y buscar más ofertas de empleo y de que me doy cuenta ya son las 2 y tengo que prepararme la comida, que nunca se que voy a comer pero ya se me ocurrirá algo porque a fin de cuentas improvisar es mi fuerte, aunque siempre acabo terminando de comer a las 4 y pico por lo que no me levanto de la siesta antes de las 6, momento en el cual hecho una partidita del Sacred para desperezarme aunque, dios, ya son más de las 7, será mejor que coja la escoba antes de que se vaya toda la luz, no sea que no me de tiempo a hacer la cena antes de que empiece la serie de la noche...

Os doy permiso para que metais mi cabeza en un cubo de agua hasta que deje de patalear...

Estos días incluso me he sorprendido a mi mismo echando de menos el tiempo que pasé en Madrid, a pesar de lo duro que fue salir adelante. Supongo que la memoria es siempre selectiva, aunque he de reconocer que el hecho de tener que vivir con lo justo y enfrentarme a la soledad de una ciudad tan grande me impulsó a moverme más de lo que estoy acostumbrado (no es que hiciera ninguna locura, pero al menos no me pasaba los dias encerrado en casa). Alicante, por el contrario, ya no me ofrece ningún reto. Es una capital pequeña, cómoda, manejable, tranquila, con una grave falta de autoestima. No es que haya estado mal estos dos años, pero empiezo a necesitar nuevos aires. Echo de menos poder ir a un club de House sin tener que cojer el coche para ello (porque, de hecho, desde que estoy aquí no he puesto el pie en nada parecido a una discoteca). Echo de menos tener una buena oferta de cine independiente o en versión original. Echo de menos descubrir rincones nuevos. Echo de menos los actos culturales sorprendentes (como "Las noches de Max Estrella"). Echo de menos esos estrenos que colapsan la Gran Vía. Echo de menos los rodajes de anuncios, películas o cualquier otra cosa en plena calle. Y también echo de menos cosas como los grandes peep-shows, las putas de la calle Montera o los botellones de Malasaña. Echo de menos sentirme parte de una ciudad viva, con sus cosas buenas y malas, pero que siempre tiene algo que ofrecerte.

En fin, mañana (bueno, por las horas ya puedo decir "hoy") tengo una entrevista para no se que actividad ocupacional del Servicio Valenciano de Empleo. Con un poco de suerte al menos tendré algo que hacer durante estos tres meses y así no pensaré en la operación que me espera. Esperemos que pueda aguantar hasta entonces sin tabaco, porque cuando me lo hagan no podré fumar hasta al menos otros tres meses después y es mejor que lo deje antes. Si es que entonces todavía me quedan ganas, claro. Aunque es posible que tarde o temprano vuelva. Ya lo dijo Jackie Boy en Sin City:

"Es verdad que nadie lo deja para siempre, ¿sabes? Solo por una temporada. Cuando las cosas van mal, un fumador es un fumador"

Espero que al menos me dejen tan guapo como a Dwight...




P.S. Por si alguien se lo preguntaba, aquí esta Wally:




29 de agosto de 2005

Supernova




Ella es fuego.

Ella es amor.

Ella es pasión.

Ella es entrega.

Ella es sentimiento.

Ella es como un vendaval.

Ella es una fuerza de la naturaleza.

Ella es una supernova, una estrella que explota y lo inunda todo con su luz y su fuego.



Y a veces tengo miedo de quemarme...

28 de agosto de 2005

Las razones de la sinrazón


Traslado de una mujer herida en el incidente del encierro de hoy
en S. Sebastián de los Reyes (esto me cabrea tanto que ni siquiera
puedo ser sarcástico) Fuente: EFE. Foto extraida de www.elmundo.es
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Cuando detienen a un delincuente en plena posesión de sus facultades mentales y que comete delitos por voluntad propia, no porque sus circunstancias le hayan empujado a ello, este normalmente no abre la boca salvo quizás para insultar a sus captores. Esto es frecuente sobre todo en estafadores, distribuidores de pornografía infantil, timadores y otros delitos "limpios". A menos que las pruebas contra el sean demasiado endebles para garantizar su encarcelación, estos delincuentes saben que poco o nada van a conseguir argumentando una inocencia que ni ellos mismos se creen. Eran conscientes en todo momento de que estaban cometiendo un delito y que algún día podían ser arrestados.

Esta tarde, al oir a los organizadores y responsables de los encierros comentar el "tapón" que ha causado 63 heridos (tres muy graves), me he acordado de este tipo de delincuentes. Hablaban con el mismo aplomo y la misma frialdad que alguien que es consciente de que está haciendo algo mal pero no le importa. Se que esto no es realmente cierto, pero también se que no se aleja demasiado de la realidad. Prohibir los encierros no es una posibilidad, por muchos heridos o incluso muertos que haya. Se podrán imponer medidas de control, culpar a los borrachos de los incidentes, profesionalizar a los corredores, pero jamás de los jamases se plantearán eliminar esta actividad. Hay demasiados intereses económicos en juego, porque en realidad de lo que se trata y siempre se ha tratado ha sido eso: el dinero.

Soy perfectamente consciente de tener un carácter muy sosegado, e incluso podríamos decir que soy un poco aburrido. Más conservador de lo que creo, poco amante de las aventuras y las emociones fuertes, apenas asumo verdaderos riesgos y en general soy bastante cobarde. Teniendo todo eso en cuenta, soy no obstante abierto de mente y puedo entender que haya gente adicta a la adrenalina que disfrute saltando en paracaidas, escalando montañas, tirándose desde un puente atado a una soga elástica o practicar el sexo infringiéndose dolor. Sin embargo, por muchas razones que me den jamás llegaré a entender qué tiene de atractivo jugarse la vida (porque, no lo olvidemos, mucha gente ha muerto con esto) corriendo delante de un toro. Y no lo puedo entender porque no hay nada que entender. En los encierros no hay cabida para la lógica y la cordura. Es una actividad primitiva, irracional, restos que aún colean de un pasado de analfabetismo que a este paso jamás nos quitaremos de encima. Cuanto más sabiendo que son el preludio de las corridas de toros, ese perenne recordatorio de que no somos la cola de Europa, sino que seguimos siendo la cabeza de Africa.

Argumentos en favor de los encierros hay muchos, a cada cual más insostenible. Que no sería peligroso si los corredores fueran más profesionales, que es una experiencia irrepetible, que en realidad no ha muerto tanta gente... Mi favorito es, por supuesto, el que hace referencia a la tradición. Son muchas y variadas las actividades y comportamientos inexcusables cuyo único motivo de existencia parece ser ese. Pues perdonadme por la grosería pero yo me paso la tradición por el forro de los cojones. El hecho de que la gente haya repetido la misma gilipollez año tras año no significa que sea algo bueno, sino simplemente que ya no pensamos por nosotros mismos. Los de Estopa (ese grupo cuyo éxito tampoco entiendo), contaban esta anécdota, real o no, en la presentación de su último disco: un grupo de monos fue encerrado en una jaula, en la que había unos plátanos encima de una escalera. Cada vez que uno de los monos intentaba coger los plátanos se lanzaban chorros de agua a presión sobre todo el grupo. Llegó un momento en que cuando uno hacía ademán de ir a por ellos los demás le apaleaban para que no lo hiciera. Primero se sustituyó a uno de los monos por otro que no había recibido nunca agua y pronto empezó a imitar a sus compañeros. Poco a poco se fueron sustituyendo los demás hasta que no quedó ninguno del grupo original. Pero igualmente apaleaban a cualquiera que intentara alcanzar los plátanos. Según decían ellos, si estos últimos monos pudieran hablar y les hubieran preguntado los motivos de semejante violencia, habrían contestado: "no se, aquí siempre se han hecho las cosas así".

Según dicen la culpa de todo es de Hemingway. Fue el quien se asentó en España y comenzó a cantar las alabanzas de las corridas y los encierros, atrayendo a nuevos visitantes. Eso sí, no me consta que llegara nunca a ponerse delante de un toro. Siempre es mucho más fácil y más cómodo ver las cosas desde la barrera. En cualquier caso me revuelve las entrañas oir a los organizadores quejarse de la "excesiva afluencia de público". Los encierros son un gran negocio del que al menos Pamplona y S.S. de los Reyes sacan una buena tajada todos los años y cuanta más gente haya, mejor. Y si hay que culpar a alguien de los incidentes, los primeros deberían ser ellos. Son los organizadores y no otros quienes dan publicidad a sus fiestas y enmascaran una realidad bien simple: que un toro es peligroso y te juegas la vida en la carrera. Por muchas medidas de seguridad que haya, por muy experto que seas, un solo resbalón a destiempo y puedes ver tus vísceras desparramadas por el empedrado. Pero claro, ese no es el tipo de imagen que se le quiere dar a una fiesta.

Porque ese es el otro gran problema, que se enmarquen dentro de unas celebraciones multitudinarias en las que el alcohol será siempre el protagonista. Dicen que los Sanfermines no serían lo mismo sin los toros, yo digo que no serían lo mismo sin el vino y la cerveza. La gente va allí porque son siete dias de desenfreno, y en medio de ese ambiente nadie piensa en que mañana podría estar durmiendo eternamente en un cajón de pino. Los organizadores se quejan de los borrachos, ¿y que cojones esperabais? Mientras haya fiesta habrá alcohol, la gente irá borracha a correr, y si tienen la suerte de acabar el encierro sin que les roce un toro irán difundiendo como un cáncer la idea de que no es tan peligroso como lo pintan. Y la gente, ávida de diversión, de alcohol, de sexo, de emociones fuertes, acudirá cada vez en mayor número para obtener su pedacito de aventura que contar a sus nietos. Si es que un pitón afilado no les desgarra el pubis y les impide tenerlos, claro.

Dicen que antes de los encierros se hacen controles para comprobar el estado físico de los posibles corredores y evitar problemas. Yo digo que antes de dejarlos entrar en la ciudad habría que controlar su nivel de inteligencia...

27 de agosto de 2005

Invisibles


A ver quien tiene cojones a encontrar a Wally... Posted by Picasa


"Ya sabéis cómo miramos todos a las chicas feas y jorobadas, y la suerte que tienen. Nadie las invita a salir por las noches, y pueden terminar su tesis doctoral [...] Quería la seguridad diaria de estar mutilada. Buscaba la felicidad de una chica tullida, deforme y desfigurada, que puede conducir con las ventanillas abiertas sin preocuparse de que el sol no les ha estropeado la piel"

Monstruos Invisibles, de Chuck Palahniuk (el puto amo)

Para los que hemos estado muy metidos en el tema, los chats son como el tabaco: nunca lo dejas del todo. Tarde o temprano el aburrimiento vence y te dices: "bueno, vamos a entrar un ratito, solo un ratito". Afortunadamente para mi personalidad adictiva los chats ya no son lo que eran y sería incapaz de engancharme durante horas como hacía antes. Sin embargo hay cosas que nunca cambian, como por ejemplo que un nick normal de tio (lo que no implica que haya un tio detrás, por cierto) pasará completamente desapercibido a menos que se empeñe en llamar la atención. Y si estamos hablando de un canal de sexo (o de ligue, básicamente son lo mismo) lo tendrá aún más difícil para destacar entre los otros cientos de usuarios que haya conectados en ese momento.

En el mundo real, y sin querer entrar en debates metafísicos sobre qué es real y qué no, las cosas son básicamente iguales. En cualquier lugar de Europa o Norteamérica un hombre blanco adulto, afeitado, con el pelo corto y vestido de forma estándar (pongamos unos vaqueros y una camiseta de algodón) puede andar por dónde le de la real gana sin que nadie se fije en él. Eres invisible. En una sociedad hecha por hombres y para hombres, curiosamente los hombres somos lo de menos: toda la atención se centra en las mujeres. Ellas son las reinas de las pasarelas, las que nos observan desde las grandes vallas publicitarias, las destinatarias de la mayor parte de los anuncios, las receptoras de las miradas.

Una noche cualquiera de un fin de semana cualquiera, en una ciudad occidental cualquiera, un tio solo caminando entre los bares o los pubs es una sombra proyectada contra las paredes. Nadie repara en tu presencia; los relaciones públicas que reparten descuentos te ignoran; donde las mujeres entran gratis, tu pagas; hay que realizar aspavientos para que los camareros te atiendan; las mujeres se cuelan delante de tí en la cola del baño; la gente te aparta de su camino como si fueras un mueble viejo; acabas arrinconado contra la pared por una multitud que no considera que tengas derecho a ocupar un espacio para tí solo. Juro que hay veces que tengo ganas de sacar una escopeta recortada y abrirme hueco a balazos...

En los chats, especialmente en los de sexo o ligue (que, como ya he dicho, son básicamente iguales, aunque para ser honestos en TODOS los canales la gente busca lo mismo) muchos optan por utilizar nicks sugestivos, provocativos o directamente ofensivos. Lo importante es que te miren, aunque te miren mal. De pequeño soñaba con convertirme en un monstruo, en alguien que diera miedo, mucho miedo. De esa manera no solo superaría mis propios temores sino que además dejaría de ser invisible para todos. Supongo que, aun a pesar de ser un inadaptado, quería que me prestaran atención. Por eso nunca me he dejado impresionar por una forma de vestir escandalosa, una actitud rebelde o una lengua viperina. En este mundo en el que vivimos donde cada vez sobra más gente, cualquier cosa es válida para no convertirse en uno más, para no desaparecer entre la masa.

Quizás por eso empecé este blog. Para gritar bien alto, "eh, estoy aquí, pedazo de cabrones, y tengo mis propias ideas sobre este asco de vida". En cualquier caso últimamente me conformo con desahogarme aquí para no liarme a tiros en el pub por la noche....

26 de agosto de 2005

Yo quiero ser de Batasuna


Menos mal que se supone que
son sólo cuatro gatos...
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Antes que nada, aclaremos una cosita. Como buen castellanomanchego de nacimiento no entiendo el nacionalismo, en ninguna de sus variantes. Siempre hemos sido los más pobres, junto a nuestros hermanos extremeños, y lo único que nos interesa es que en nuestra localidad haya los suficientes servicios para la gente y que no se joda la cosecha. De hecho somos un territorio con una densidad de población tan baja que nos importa una mierda lo que pase en los pueblos vecinos, situados a mucha distancia del nuestro (la población de más de 10.000 habitantes más cercana está a 30 kilómetros). Y aún diría más: cuando en otros lugares ya se daban de hostias por los fueros y cosas así, en mi región no había nada. Nada de nada. Solo miles de leguas de tierra seca y pedregosa que nadie tenía cojones a labrar.

Sin embargo reitero lo que digo en el título. Hoy quiero ser de Batasuna. Y no porque comparta sus ideas (que ya he dicho que no es el caso), ni porque me caigan bien, ni porque considere que su causa es justa, sino POR JODER. Sí, que se jodan el resto de partidos legales, que se joda el gobierno, que se jodan todos. Hoy soy un radical abertzale así que, ¡venid a por mi! ¡Cread una ley para prohibir toda referencia en la blogosfera sobre este partido! ¡Rastread mi ip y mandad una patrulla para detenerme e interrogarme! ¡Escribid comentarios insultantes sobre mi falta de sensibilidad hacia las víctimas y otros tópicos parecidos! ¡Despreciadme, dejad de visitarme, castigadme con el ostracismo!

Estoy harto, muy harto, completamente agotado del asunto del conflicto vasco. Joder, solo tengo 26 años y ya estoy hasta las pelotas del tema. Y no hay que ser muy inteligente para darse cuenta de que jamás se solucionará porque no quieren que se solucione. ¿Para que querrían solucionarlo? Es la excusa perfecta para articular un programa electoral, para impulsar medidas políticas impopulares, para desviar la atención de otros asuntos más importantes, para no tener que pensar racionalmente y dejarse llevar por odios primitivos. Que nadie tenga huevos a decirme que en 25 años de democracia no han podido encontrar una solución. Si consiguieron un acuerdo (tenso y debil, pero un acuerdo al fin y al cabo) con Irlanda del Norte, que fue casi una guerra civil, no me creo que no podamos llevar esto a buen puerto.

He dicho antes que no me caen bien. Eso no es cierto del todo. Hay una cosa por los que incluso admiro a Otegi y sus acólitos: consiguen que los partidos hagan y digan gilipolleces. Sobre todo que digan, porque eso es lo mejor que saben hacer: hablar, hablar y hablar. Hablan, y se reunen, y discuten, y se insultan, y hacen declaraciones y ruedas de prensa, y se pasan la vida intercambiando miradas de odio como en un duelo de samurais en un cómic japonés. Pero también hacen tonterías, muchas tonterías. Lo que hoy me ha sacado de mis casillas es todo el revuelo que se ha formado por las manifestaciones de estas dos últimas semanas. La primera cuestión es, ¿desde cuando importa tanto una manifestación? Millones de personas en todo el país salieron a la calle para pedir la libertad de Miguel Angel Blanco ¿Le importó a ETA? NO. Millones de personas en todo el mundo pidieron el cese de las hostilidades en Iraq ¿Le importó al PP y a Estados Unidos? NO. Miles de personas han manifestado su descontento con las últimas reformas de este gobierno ¿Le importó al PSOE? NO. A los gobiernos las manifestaciones les importan una mierda, a menos que vayan acompañadas de fuertes presiones políticas como ocurrió con la "Revolución naranja", o de protestas muy violentas, como ocurre a menudo en sudamerica. Así que, joder, que se manifiesten lo que quieran, ¿no se supone que es un derecho constitucional?

La segunda cuestión, y la más importante, es que parece que en este país la legalidad solo importa cuando nos interesa. Un grupo de independentistas forma un partido político completamente legal, al cual pertenecen antiguos miembros de ETA y otros que son sospechosos de tener conexiones. Quedémonos con este dato, sospechosos. Lo lógico hubiera sido actuar contra los que tienen delitos reconocidos, pero a los que hacen las leyes les jode que les ganen en su propio juego. Así que vamos a cambiarlas para dejarlos fuera. Yo me sentiría orgulloso, se han molestado en escribir y aprobar una ley a propósito para anular a un solo partido (o al menos esa es la intención, porque sienta un precedente extremadamente peligroso). Sin embargo esto tampoco es suficiente. Desde entonces se han dedicado a buscar los motivos más peregrinos para anular todos y cada uno de los movimientos de la organización. Y lo exasperante es precisamente eso, que están forzando las reglas porque han descubierto que la libertad de expresión no les conviene. Si bien la manifestación de la semana pasada no debió haberse producido, ya que fue un gesto chulesco y prepotente por parte de Batasuna, la de esta semana era legal. Ese es el juego, esas son las leyes: los individuos de forma particular tienen derecho a convocar manifestaciones. Todos sabiamos quienes iban a hacerlo, pero, repito, era LEGAL. Ellos lo sabían, nosotros lo sabíamos, y por eso las razones que han dado en su contra son una gilipollez: "es que la manifestación es muy parecida". Qué gran argumento jurídico. Y lo mejor ha sido la respuesta del gobierno, "nosotros no hacemos comentarios sobre este tipo de actos". Un "calla, chucho, que no te escucho" hubiera sonado igual de mal.

Si queremos jugar a la democracia hay que hacerlo con todas sus consecuencias. Que no se nos ocurra olvidar que detrás de un partido hay votantes, y en el caso de Batasuna son muchos miles. Así que si no nos gusta que la gente tenga derecho a expresar sus ideas dentro de la legalidad, por muy radicales que sean, vamos a dejarnos de tonterías: que entre el ejército, o una milicia organizada, en el País Vasco y detenga o ejecute a todo aquel que no piense como nosotros, vista raro o nos mire mal. Que los más reaccionarios satisfagan su sed de sangre. Montemos una bonita limpieza étnica en la zona hasta arrasarla por completo y ya tendremos tiempo de organizar unos cuantos juicios de Nuremberg. ¿Demasiado irracional? Pues si no queremos eso hagamos las cosas bien de una puta vez. ¿Que los miembros de Batasuna tienen vinculación con ETA? Pues eso en mi poco entender se llama "asociación a banda armada" y por esas cosas la gente va a la cárcel. ¿Que no se puede demostrar? Pues puede ocurrir que quizás esa vinculación no sea tan real como pensamos, que no por ser vascos y abertzales ya tienen que ser terroristas por cojones . Y aunque exista, si no la podemos demostrar existe algo llamado "presunción de inocencia". Así que quizás hubiera que dar una oportunidad a esos miles de votantes a expresar sus propias ideas, que no tienen porqué coincidir con las de los dos partidos principales y los 3 o 4 nacionalistas importantes, y dejar de buscar motivos estúpidos para condenarles a la ilegalidad política, eso que en época de Franco tanto se temía y odiaba (y si no que se lo pregunten al partido comunista).

Yo nunca he votado al PP o al PSOE en las generales, pienso que la libertad debería ser igual para todos, que los políticos que tenemos no son ni mucho menos tan listos como quieren hacernos creer y que las cosas van mucho peor de lo que nos las pintan. Quizás después de todo también sea un elemento peligroso. Quizás, sin saberlo, ya soy de Batasuna...

25 de agosto de 2005

Basura, pies gigantes y marionetas


Por si alguien tiene curiosidad, sabe a lata... Posted by Picasa


El spam (o correo basura, que a veces se nos olvida que estos términos tienen traducción) ha llegado a la blogosfera. Desconozco cual es el sistema por el cual los spammers eligen a sus víctimas, pero si un blognicho como el mio ha recibido 6 mensajes no deseados en un solo día quiere decir que no son muy selectivos. Así las cosas, me he visto obligado a activar la protección del sistema de comentarios, basada en una palabra retorcida y a veces ininteligible que hay que repetir para que el sistema sepa que el que escribe es humano. O algo parecido.

Dicen que la mayor pandemia del mundo civilizado es la basura. Sin embargo, en mi opinión todavía se hace un uso limitado del término, puesto que en general hace referencia a los deshechos que producimos los seres humanos. Pero pienso que existe mucha más basura que la que acabamos tirando a los contenedores (o a las cunetas). Como muestra tenemos precisamente el spam. Buscando información sobre el tema he descubierto que el origen de la palabra es precisamente lo que se puede ver arriba en la foto, una marca de carne de cerdo enlatada. A pesar de que se hizo muy popular en su época, los Monty Python lo encontraron tan risible que los convirtieron en un chiste habitual de su Flying Circus; tenían la costumbre de repetir la palabra constatemente, con todo tipo de entonaciones, llegando a superponerse al resto de los dialogos. Se puede decir que crearon la "palabra basura". Algún informático pensó que el concepto resultaba muy apropiado para la avalancha de mensajes publicitarios no deseados que comenzaba a invadir la red y desde entonces todo el mundo lo llama así.

En mi última visita al hogar paterno he descubierto horrorizado que cada vez se parece más a un basurero, en especial mi antigua habitación. Hasta hace algún tiempo manteniamos el orden e incluso cierta pulcritud a la hora de almacenar todo tipo de cosas, pero está claro que ya hemos perdido la batalla. Por todas partes se acumulan libros, discos compactos, recuerdos, aparatos electrónicos que no utilizamos, regalos e incluso algún mueble viejo. Y lo peor es que no somos ninguna excepción; cualquier domicilio en cuyos habitantes hayan pasado el suficiente tiempo se acaba convirtiendo en un gigantesco trastero. Los humanos tenemos la desagradable tendencia a guardar todo tipo de objetos que posean para nosotros un valor económico o sentimental, independientemente de si nos resultan útiles o no. En mi última mudanza tuve que hacer 6 viajes en el coche, tan solo para transportar dos años de vida en común de dos personas (mi hermana y yo) que practicamente han vivido con lo justo. No quiero ni pensar lo que hubiera ocurrido si hubieramos tenido la intención de quedarnos en ese piso de forma permanente y no solo temporal.

En la película Dentro del laberinto, la de David Bowie y Jennifer Connelly, la protagonista tiene que superar una prueba para continuar con su viaje. En determinado momento se encuentra en una habitación llena de todos aquellas cosas que había dado por perdidos: animales de peluche, una barra de labios, una caja con recuerdos... La criatura que la mantiene allí pretende que se quede encerrada en su pasado para que se olvide de su verdadero propósito: llegar a tiempo al castillo del rey de los duendes para rescatar a su hermano. Finalmente consigue recordar y al huir del lugar se da cuenta de que estaba dentro de un basurero. No es una metáfora gratuita: los años no solo nos traen arrugas y problemas de salud, sino que también depositamos nuestras vivencias en una serie de objetos a los que nos aferramos para no olvidar.

El origen de las hogueras de San Juan se basa en un rito compartido en muchas otras culturas alrededor del planeta: quemar en la hoguera esos objetos que nos encadenan al pasado para poder afrontar el futuro. En una palabra, se trata de renovación. Si nos plantearamos más a menudo hacer borrón y cuenta nueva podriamos solucionar muchos de esos problemas que a veces nos parece que no tienen salida. No es fácil, ya lo se, pero evolucionar significa cambiar y para eso tenemos que desprendernos de todo lo que nos impide avanzar. Estos días me he sorprendido a mi mismo negándome al cambio. Me he acomodado en esta monótona existencia de soledad, trabajos esporádicos y largas sesiones delante del ordenador hasta el punto de haber olvidado todo aquello por lo que luché mientras estaba en la universidad. Pero me aguardan cambios, grandes cambios y va siendo hora de que me plantee muchas cosas.

Un día de estos cojeré un avión y no se si volveré...

24 de agosto de 2005

Hasta que los muebles os separen


Bodas más raras se han visto... Posted by Picasa


Los años pasan, inexorablemente, y cada vez que vuelvo a mi pueblo de origen ("My hometown", que bonitas suenan estas cosas en inglés...) esta realidad se hace más patente que nunca. De la extinta y dispersa pandilla de amigos que se formó en el colegio y el instituto, separada en 3 o 4 subgrupos distintos, ya han pasado dos chicas por el altar. Ahora le va llegando el turno a los chicos. El primero lo hará de aquí a un mes, y aunque los demás no parecen pensar en ello todos sabemos que el efecto dominó será inevitable. Incluso hay apuestas sobre el tema (y, por si lo quereis saber, yo soy el último en todas las listas).

He de confesar que me he tragado un considerable cantidad de episodios de esa patética serie de las mañanas llamada Sabrina. No porque me guste, sino porque siempre desayuno delante de la tele y dentro de la horrorosa serie matinal es siempre el mal menor; o eso, o un programa de cotilleos y la teletienda. De entre todos ellos, horriblemente traducidos siguiendo el estilo de El príncipe de Bel Air (ya sabeis, metiendo con calzador chistes referidos a cosas típicamente españolas), hubo uno que sí me hizo gracia. Sabrina está preparando su boda y para ello le pide consejo a Cenicienta para que sea perfecta; por supuesto las cosas empiezan a salir mal (siempre hay algo que le sale mal) y cuando vuelve a hablar con ella para preguntarle por su matrimonio esta le responde:

- ¿Matrimonio? Hace mucho tiempo que me divorcié del príncipe. Pero, eso sí, mi boda fue absolutamente per-fec-ta.

Hace ya mucho tiempo, puede que siglos, que las bodas se superponen al hecho realmente importante: contraer matrimonio. Cada vez que hablo con alguien que está haciendo los preparativos de su enlace me pregunto hasta que punto recuerdan que después de la pompa y los fastos está una realidad que supone formar una estructura legal y emocional estable durante un lapso considerable de tiempo. Tiempo que cada vez es menor, eso es cierto, porque me da la impresión de que la gente cada vez es menos consciente de lo que un matrimonio supone. A mi, particularmente, me pone los pelos de punta oir que alguien se va a casar "por amor". ¿Desde cuando es esa una buena razón? El amor y la pasión se acaban, pero la convivencia con tu pareja hay que llevarla a cabo desde el primer día y no todo va a ser un camino de rosas. Habrá problemas, puede que incluso grandes problemas, tendrán que aceptar los defectos del otro, crear una entidad económica que sostenga el hogar, puede que incluso formar familia teniendo unos hijos que no se van a criar solos y que son los que se van a llevar la peor parte en caso de ruptura. Y vuelvo a preguntarme, ¿cuantos piensan en todo eso mientras eligen los muebles del salón o las flores para el banquete?

Yo siempre digo que en mi pueblo no se casan dos personas, se casan dos familias. En un lugar donde las relaciones sociales parecen supeditarse a todo lo demás, una boda es una gran operación de marketing. Lejos ya de los tiempos de la dote, las familias en cuestión se ocupan de tejer los hilos (a veces débiles y tensos) que los mantendrán conectados mientras el matrimonio dure y puede que más adelante. Mientras, los novios se embarcan en una campaña de relaciones públicas para convencer a todo el mundo, puede que incluso a ellos mismos, de lo maravilloso que será todo. Como muestra, esa costumbre arcaica y en mi opinión un tanto risible de mostrar la casa en la que van a vivir. Al ver algunos de esos futuros hogares me he pregunto si los han amueblado para ellos o simplemente para fardar ante los demás: esas delicadas mesitas de cristal que relucen recién compradas y que después muchos acaban tapando con un mantel para que no se rayen; esas figuritas de porcelana en los aparadores que con el tiempo se convierten en un estorbo para limpiar; esos sofás de diseño cuya tapicería es finalmente cubierta con mantas o sábanas para que no se manche o por lo incómoda que resulta; esas paredes pintadas a la última moda, tan caras que los propietarios se vuelven locos para evitar que ningún mueble roce con ellas...

No hay que ser sociólogo ni filósofo para declarar que el concepto de matrimonio, con todo lo que engloba, está definitivamente obsoleto. Cuando descubrimos que la boda de fantasía es casi más importante que la realidad posterior y que la mitad de estas uniones fracasan, es que algo falla. Puede que en el pasado un enlace de este tipo fuera todo un acontecimiento, en la época en las que las mujeres estaban condenadas a ser amas de casa y al esposarse con un buen hombre tenían la vida resuelta, además de otorgarle una nueva posición social a su marido. Pero esto ya no es válido. Aunque no sea así siempre en la realidad, jurídicamente todos tenemos los mismos derechos, todos tenemos opción a tener una vida más allá de las cuatro paredes de nuestro hogar, y sobre todo no tenemos porqué dar cuentas a nadie. Son esas dos personas (hombres o mujeres, eso ya no importa) las que tienen que formar un todo que sea superior a la suma de las partes, una entidad estable con el paso de los años para sostenerse mutuamente o para crear el germen de un hogar adecuado para criar unos hijos. Y lo que opinen los demás está de más, que dijo Mecano. Sin embargo parece que nos cuesta quitarnos de enmedio la fantasía. Cuantas mujeres que se consideraban modernas y de vuelta de todo han sucumbido al tópico del carísimo e inutil vestido blanco, cuantos ateos han pasado por el altar para ofrecer su matrimonio a un dios en el que no creen, cuantas parejas han organizados grandes banquetes para unos familiares que ni siquiera soportan.

En resumen, y en mi opinión, el problema del matrimonio actual es que lo que menos importa son las personas. Son las familias, los tópicos, el dinero o la posición social lo que mueven a muchos adentrarse en un terreno desconocido del que la mitad sale huyendo, dejando a gente herida atrás. Creo que va siendo hora de ver menos películas, hacer menos caso a lo que nos cuentan los demás y crear nuevas estructuras para una sociedad que está cambiando más deprisa de lo que creemos. Aunque tengamos que renunciar a cosas buenas, para evitar males futuros.

Y ahora, si me disculpais, hay que ir preparando la despedida de soltero de mi amigo...

20 de agosto de 2005

Punto muerto


Me pregunto a qué velocidad irá este coche en sexta... Posted by Picasa


Me siento considerablemente ridículo escribiendo mensajes de advertencia. Es decir, esto no deja de ser un estúpido blognicho personal y, aunque tenga la costumbre de escribir a diario, yo no tengo porqué rendir cuentas ante nadie. Dudo mucho que el retraso o la falta de textos vaya a disparar ninguna alarma.

Sin embargo, en calidad de "gestor" o "editor" del relato encadenado sí que me veo en la obligación de advertir de mis periodos de ausencia, al menos mientras dure el juego. Pues bien, voy a estar fuera de la blogosfera posiblemente hasta el martes por la noche, por lo que durante estos tres días no podré actualizar las listas de jugadores ni publicar los capítulos en el blog del relato. Podría hacerlo desde el ordenador que hay en casa de mis padres, pero la conexión se realiza a través de un antediluviano módem a pedales de los que tardan horas en cargar una sola página. Mmm, debería aprender a escribir a través del teléfono móvil...

En fin, solo os pido que por favor no os retraseis en la publicación de los capítulos y que sobre todo no os olvideis de poner los enlaces al blog siguiente, ya que hasta que vuelva no podré publicarlos de forma correlativa a los demás.

Hasta la semana que viene. Sed malos...

19 de agosto de 2005

Psychoview: La femme Nikita


La sección uno de nunca sabremos cuantas


En el principio estaba Luc Besson. Y el dijo "hágase una película sobre una joven que es arrestada por cometer un crimen, y en vez de ser ejecutada el servicio secreto francés la convierte en una asesina anónima". Entonces surgió La femme Nikita. Y Hollywood vió que era bueno, y decidió hacer un remake casi literal con solo pequeños cambios argumentales llamado Point of No Return (que aquí conocemos como Nikita, la asesina). El público llenó las salas y los productores vieron que era bueno. Entonces dijeron "explotemos la gallina de los huevos de oro". Y así fue como 4 años después apareció la serie de televisión que llevaba irónicamente el mismo nombre que la película de la que hicieron el remake que tuvo tanto éxito en su propio país.

¿Complicado? Mucho más complicado sería tratar de englobar en un par de frases las cinco temporadas de Nikita. Serie retorcida dónde las haya, ni siquiera el supuestamente inamovible punto de partida resistió los envites de los giros argumentales. Pero para no empezar a poner spoilers vamos a contar el origen de todo tal y como se nos fue presentado. Al igual que en las dos películas (bueno, en realidad también hay un remake hecho en Hong Kong llamado Black Cat que, por lo que he visto, seguramente le gustará a los aficionados al cine asiático de acción) la serie trata sobre Nikita, interpretada por Peta Wilson, una joven que es acusada de un crimen y condenada a muerte. Sin embargo en vez de ser ejecutada se despierta en una sala de un complejo subterraneo. Allí le informan de que ha sido escogida para ser parte de la Sección Uno, un grupo antiterrorista que actúa de forma completamente autónoma y, según descubriremos más tarde, con métodos ciertamente cuestionables. Primero deberá pasar por un duro periodo de entrenamiento. Si sobrevive, su antigua identidad será borrada por completo y se convertirá en un agente de la Sección. Si se niega a participar será ejecutada. Si deserta será ejecutada. Si traiciona a la Sección será ejecutada. Si deja de ser útil será ejecutada. Su única opción es seguir adelante...



Cherchez la femme... Posted by Picasa


Según cuentan por la red, al igual que ocurrió con Expediente X, esta serie al principio solo tuvo un pequeño grupo de fieles seguidores para más tarde convertirse en todo un fenómeno (gracias a lo cual llegó a España y pudimos disfrutarla). La pregunta obligatoria es, ¿realmente es tan buena esta serie? Bueno, eso depende del punto de vista. El aspecto técnico deja bastante que desear: pocos exteriores y en ocasiones peligrosamente parecidos (aun estando supuestamente en paises distintos), abuso de almacenes o fábricas abandonadas como centro de operaciones, mucho rodaje en la Sección Uno (que también parece una fábrica, todo sea dicho). Es cierto que la parte informática estaba bastante lograda (esos mapas o imágenes de personas proyectados en tres dimensiones en las reuniones previas a la misión), pero muchas veces se utilizaba como recurso para enmascarar la falta de decorados (era frecuente ver una imagen termica del interior de un edificio pero no ver el edificio, por ejemplo). Además el tema de la lucha en la sombra contra organizaciones terroristas es un argumento bastante sobado. De nuevo, ¿qué tiene entonces esta serie que tanto atrae?

A mi parecer, la razón del éxito de Nikita recae en dos aspectos: el magnetismo de los personajes y el retorcido argumento del que hablaba antes. Como base de lo primero tenemos el manido truco de la "tensión sexual no resuelta" que tan bien funcionó con Expediente X. Nikita mantiene casi desde el principio una tensa relación sentimental con Michael, interpretado por Roy Dupuis, un agente de alto nivel tan efectivo y letal como frio y serio (apenas si se le ve sonreir en toda la serie). Esta relación se convierte en un lastre para ellos, puesto que pone en peligro sus vidas constantemente y no es vista con buenos ojos por sus superiores. Sin embargo esta es solo una hebra de toda la complicada red de relaciones entre los personajes, que con el paso de las temporadas se enreda más y más. Nikita es considerada demasiado débil por Operaciones (Robert Glazer), el líder de la sección uno, y Madeline (Alberta Watson), la segunda de a bordo. Como suelen repetir a lo largo de los capítulos, es "la única agente que aún tiene alma". Esto, sin embargo le ayuda a entablar amistad con Birkoff (Matthew Ferguson), el genio de la informática, y con Walter (Don Francks), el responsable de la armería. El "alma" de Nikita será un recurso muy utilizado en toda la serie, ya que en aquellas situaciones donde otros agentes matarían sin pensarlo dos veces ella arriesga su propia vida para salvar a otros.

No obstante con estos elementos no se llenan cinco temporadas. No olvidemos que en el fondo se trata de una serie con muchos elementos de género negro y esa es la mayor baza con la que cuentan. Deliberadamente, la información sobre los personajes y el entramado de la Sección Uno se nos va dando con cuentagotas, piezas de un puzzle que con el tiempo descubrimos es mucho más grande de lo que creiamos. Ninguno de los personajes es lo que al principio pensabamos que era y cada vez que creemos poseer una perspectiva de las cosas éstas cambian por completo. Los giros argumentales son constantes, algunas veces rayando la paranoia, pero manteniendo en todo momento una sutil aunque complicada coherencia. Quizás la mayor pega que le podría poner es que se abusa del "efecto Marvel", esto es, que, al igual que en los cómics de dicha editorial, la gente tiene tendencia a resucitar cuando todo el mundo los creía muertos.

No quiero acabar esta crítica vacía y un poco estúpida sin mencionar uno de los puntos fuertes de La femme Nikita: la música. Como serie de inspiración claramente cyberpunk, los capítulos solían estar acompañados de temas electrónicos de ritmos contundentes pero también sedantes, con el trip-hop a la cabeza. Como admirador del género, era un auténtica gozada poder escuchar uno de estos temas al final de cada episodio, mientras la cámara abría plano sobre el decorado de la Sección Uno y se fundía en negro.

Y vuelvo a repetir la pregunta que ya hice al comentar Nip/Tuck: ¿por qué coño no se harán series así en este país? Tanta comedia de situación y tanto culebrón de medio pelo ya empiezan a cansar...

18 de agosto de 2005

La viga

Mueren 17 soldados españoles tras caer un helicóptero en Afganistán

La OTAN confirmó que se trató de un accidente, después de que se barajara la hipótesis de un ataque de talibanes (Fuente: El Telegrama de Melilla).





El Partido Popular, principal partido de la oposición, declara en rueda de prensa que no piensan hacer un uso partidista de las muertes de los soldados, con la puntilla de que eso es lo que hicieron otros partidos en el pasado. Y digo yo, ¿eso no es hacer un uso partidista de las muertes?





17 militares mueren por causas aún oscuras en una supuesta misión humanitaria en un país en el que los helicópteros tienen que volar a baja altura para que no les lancen un pepinazo. El gobierno decide entonces lanzar de nuevo la campaña de alistamiento en las Fuerzas Armadas Españolas, en concreto el anuncio en el que se habla de esas misiones humanitarias. Y digo yo, ¿de verdad piensan que este es el mejor momento para hacerlo?





Sheehan, madre de un soldado muerto en Iraq, ha acampado cerca del rancho del presidente Bush para que le reciba y exigirle la retirada inmediata de las tropas de un país dónde, a todas luces, no parece que sean bienvenidos. Desde España, los que se oponen a esa guerra han aplaudido la protesta. Y digo yo, sabiendo que han muerto 17 españoles en un territorio también en guerra donde, parece ser, las fuerzas armadas de la OTAN tampoco son bienvenidas, ¿se le ha ocurrido a alguien preguntarle a las familias de los soldados si a ellos les gusta la idea de mantener a nuestras tropas en Afganistán?

¿Cómo era eso de la paja en el ojo ajeno y la viga en el nuestro...?

El regalo




¿Quién iba a pensar que conocería algún día semejante entrega? ¿Quién me iba a decir a mi que llegaría a sentirme tan afortunado? ¿Cómo iba a saber yo que esto podía existir de verdad, que no es un sueño, que se puede llegar al cielo sin tan siquiera moverse de aquí?

Me has dado más de lo que creí que podría darme nadie. Me has dado tu cuerpo, tu alma, tu amor. Me has hecho el regalo más grande que podría esperar de una persona.

Hoy, por primera vez, he llorado de felicidad...

17 de agosto de 2005

El juego: desvíos y descarrilamientos




Sabíamos que este tipo de eventualidades pasarían, así que al menos no nos pilla de sorpresa. La siguiente jugadora de la lista, Rakele (del blog Cerebro de porespán), no da señales de vida, por lo que para evitar más retrasos vamos a saltarnos su turno. Así pues le corresponde ahora a Dawn (del blog Stop running after me) continuar el relato, mientras que Rakele pasará provisionalmente al penúltimo lugar hasta que sepamos si piensa jugar o no. Zero, por favor, modifica tu relato para que enlace con el blog correcto.

También tenemos que lamentar una baja. Tete, del blog del ídem, ha decidido retirarse del juego por motivos personales (esperamos que te pongas bien pronto). Si alguien más considera que no puede cumplir con su parte, por favor avisadnos para que podamos modificar la lista.

Recuerdo a los hipotéticos lectores de este blognicho que mientras dure el juego del relato encadenado cualquiera puede apuntarse. Solo tiene que decirlo e indicar la página en la que va a publicar su parte.

¡Más madera!

15 de agosto de 2005

La maldición de ser bueno


Esto es un poco largo de traducir,
así que esta vez paso del tema...
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Me cago en todos los putos sermones de iglesia, en los anuncios, en las películas, en los consejos de extraños, en los libros y en cualquier medio o persona que haya afirmado alguna vez que hay que ser bueno en esta vida.

Y una polla.

Ser bueno no es una opción, es una maldición en toda regla. Sea por condicionamiento socio-cultural, sea cuestión de nacimiento, el caso es que algunas personas (en las que por supuesto me incluyo puesto que de eso trata este mensaje) tenemos en la cabeza un conglomerado de neuronas que no solo nos impiden realizar malas acciones por el placer de hacerlas, sino que además intentamos por todos los medios que nadie se moleste por nuestros actos. Juro que si supiera como hacerlo me las haría arrancar.

Habrá quien diga, "mira tu este, que se cree buena persona". Pues no es una cuestión de falta de modestia, sino que más bien es una confesión de algo que me llega a avergonzar. Ser bueno hoy en día es como ser disminuido psíquico; careces de una facultad elemental que te impide llevar una vida normal y corriente. Y no se puede tratar de engañar a tu propia naturaleza, puesto que cada vez que haces algo, por pequeño e insignificante que sea, enseguida te asaltan los estúpidos remordimientos. Me gustaría culpar a mi pasado católico, pero no solo sería demasiado tópico sino que después de 8 años de ateismo profundo esa teoría ha perdido toda validez.

Hay gente a quien le cuesta entender el magnetismo que tienen los grandes dictadores, los asesinos en serie, los villanos de película, pero yo lo veo muy claro. La maldad proporciona credibilidad y respeto, algo de lo que quienes vamos de buenos por la vida carecemos por completo. Por ejemplo, lo que ha ocurrido hoy (y que, obviamente, me ha impulsado a escribir esto). Tras un incidente ocurrido con las amigas de mi hermana, que yo he considerado toda una falta de respeto, le he soltado la mayor bronca que recuerdo haberle dirigido nunca a nadie. Si hubiera sido un dibujo animado me habrían puesto una vena bien gorda en el cuello. He gritado, he golpeado la mesa, he amenazado con echarla del Nido (y juro que lo haré como vuelva a ocurrir algo así). Pero a ella le ha entrado por un oido y le ha salido por el otro. Y ya no es por el hecho (incuestionable) que mi hermana sea una consentida sin el más mínimo de respeto a la autoridad, sino porque no me cree. No importa cuanto levante la voz, no importa que rompa el mobiliario, yo soy una buena persona y mis broncas no tienen validez. Yo no puedo ser malo.

No es, en absoluto, la única ocasión en la que mi imagen me ha perjudicado. Porque es una cuestión de imagen, por lo visto llevo un puto cartel pegado en la frente que pone "buen tio" (y si no preguntádselo a Gemmita, del blog El rinconcito, puesto que ella sí que me ha visto en persona). Durante los últimos días que pasé en mi último curro, en un hotel, tuve que enfrentarme casi a diario con dos clientes que afirmaban rotúndamente que las camareras le habían robado un par de prendas de ropa. No importaba cuantas veces les repitiera que eso era imposible y que no podiamos responsabilizarnos de aquello; sabían que carecía de la suficiente autoridad moral y psicológica para convencerlas y por eso era el único de los cuatro recepcionistas a quien acosaban con sus peroratas. Y en mis otros trabajos siempre me he visto metido en situaciones de las que me ha tenido que sacar alguna encargada con bastante más mala baba que yo. No importa el uniforme, el cargo, el corte de pelo, la situación legal: la gente lee en mis ojos "puedes meterte conmigo".

¿Sabeis cual es una de las frases que más me irritan en esta vida?: "No me esperaba esto de ti". Una vez encasillado en el papel parece que no puedes salirte de ciertos límites. No eres alguien que gaste bromas pesadas. No eres alguien que baile en pleno ciego subido a la barra de la discoteca con la corbata en la cabeza. No eres alguien que pueda decir cosas realmente insultantes. Los que me conocen durante el suficiente tiempo SABEN que soy un salido, pero me consideran completamente inofensivo. Esa es una de las principales razones por las que he ejercido durante tanto tiempo de "amigo gay" con mis compañeras de carrera o trabajo: no represento una amenaza sexual. Si me hubiera acercado a cualquiera de ellas y le hubiera soltado un "quiero follar contigo", no solo no se hubieran ofendido sino que seguramente me habrían respondido "venga, no digas gilipolleces". Como si no tuviera polla. Como si no contaran las miradas babosas que les he dirigido a sus escotes. Yo no soy así. Yo no soy malo. Yo soy bueno.

Me pregunto que es lo que tendría que hacer para cambiar o para librarme del aire de santurrón. ¿Volar una escuela, con los crios dentro? ¿Follar con una despedida de soltera en pleno, futura novia incluida? ¿Ser hospitalizado por sobredosis de éxtasis? Y, con todo, seguro que pensarían que ha sido una enajenación mental transitoria, o que me lo invento, o que lo he hecho porque estoy pasando un mal momento. Es cierto que bien aprovechado puede ser una ventaja; puedes cometer una maldad, mentir y que te crean. Pero para eso habría que soportar los remordimientos de conciencia toda tu vida. Es lo que tiene ser bueno.

Llevo cuatro años mintiéndole a mis padres sobre el tabaco. Oficialmente, no fumo. No es un crimen, pero bastante me presionan de por sí como para tener que soportar también discursos diarios sobre lo malo que es el tabaco (nota: mis padres lo dejaron, aunque en realidad mi madre sigue fumando ocasionalmente). Y sin embargo, si algún día me encuentro agonizando en una cama de hospital con los pulmones consumidos por el cáncer y vienen mis padres a acompañarme en mis últimos momentos, seguro que lo único que oigo es "no nos esperábamos esto de ti".

Hay que joderse. Asco de vida...

14 de agosto de 2005

Un poco de publicidad gratuita y sin venir a cuento de nada


El superhéroe aspañó en su pose molona Posted by Picasa


Me avergüenza profundamente reconocerlo, pero hasta el día de ayer no había visto ni un solo episodio de Cálico Electrónico, la serie de animación en flash creada por Niko. Sí, ya lo se, soy lo puto peor.

Así que si a estas alturas queda alguien que no conozca al mayor superhéroe aspañó de todos los tiempos, os quiero ver echando ostias hacia la web oficial de la serie para ver todos los capítulos o me voy a cagar en vuestras muelas, coño ya.

Ala, ya no me apetece escribir más hoy...

13 de agosto de 2005

Night of the Dead II : Summer Zombies


Ponednos unas birritas, guapa... Posted by Picasa

El calor y la humedad son factores fundamentales para el desarrollo de tres tipos de parásitos humanos: los insectos, las infecciones y los veraneantes gilipollas. Para mi desgracia, existen métodos para evitar la aparición de los dos primeros, pero no de los últimos...

A pesar de nuestro supuesto libre albedrío y de los rápidos cambios culturales y sociales que se están produciendo, existen una serie de clichés monolíticos e inamovibles que se transmiten de generación en generación. ¿Y cual es el medio de transmisión? El oral no, por supuesto, ya que hay muchos padres que se cortarían un brazo antes de admitir ante sus hijos su auténtico pasado. Así que todo apunta al cine, la televisión y, sobre todo, la publicidad como los máximos responsables de que tanto padres como hijos repitan las mismas gilipolleces década tras década.

Uno de los clichés que más me cabrea y que jamás entenderé es el de la "fiesta salvaje". ¿Quién no ha querido organizar o participar alguna vez en su vida en una "macrofiesta", una "fiesta inolvidable", "la fiesta", la "puta fiesta del siglo", o similares? Joder, incluso yo lo he hecho, cuando era aún más estúpido que ahora. Sin embargo, ¿hasta que punto estamos desarrollando unas expectativas reales? En otras palabras, ¿realmente queremos tanta marcha o solo estamos dando rienda suelta a una fantasía lúdico-onanista? Creo que se debería inventar, pero ya, un octavo pecado capital que defina al deseo desmesurado de juerga. Ya me imagino lo que hubiera hecho el asesino de la película "Seven": encerraría a la víctima discoteca tras discoteca, after tras after, con una buena dosis de pastillas durante una semana entera hasta que le estallaran los oidos por la música, se le parara el corazón por las drogas o muriera de agotamiento.

Si bien las ganas de fiesta en un fin de semana durante el periodo laboral se mantienen dentro de la cordura, cuando llega el verano (o la Semana Santa, o las fiestas patronales..) hay gente que pierde todo sentido de la mesura, la vergüenza y el raciocinio. De hecho estoy convencido de que hay muchos que se dejan el cerebro en casa para no tener que sufrir el agotador proceso de pensar en sus vacaciones. Y una vez han llegado a su residencia estival dan rienda suelta a todas las pajas mentales que se les han ocurrido en la mesa de la oficina o detrás del mostrador, por muy absurdas que sean. Porque SE SUPONE que eso es lo que se hace en vacaciones, por lo menos en sus mentes calenturientas. Esas fiestas hasta el amanecer en la playa, con mucha marihuana y gente follando en la arena; esas sesiones interminables en la macrodiscoteca de moda, con muchas pastillas y gente follando en los baños; esos botellones en casa, con mucho alcohol y gente follando en los dormitorios. Distintas fantasías lúdicas que tienen todas algo en común, y no es el sexo: si rebuscáramos un poco, tan solo un poco, en nuestra memoria seguro que recordaríamos la película en la que lo hemos visto antes.

Sin embargo la realidad pocas veces coincide con la ficción. No solo hay poca gente que pueda presumir de haber vivido alguna experiencia semejante, sino que afortunadamente no todo el mundo busca lo mismo durante las noches de verano. Y de esa forma se producen las bochornosas escenas que seguro más de uno ha vivido en vivo y en directo: ese grupo de jóvenes que se comportan como una manada de orangutanes en celo, gritando, dando empujones, bailando como animales y diciéndole burradas a cualquier chica guapa que se les cruza en el camino, mientras el resto de clientes del pub les mira entre divertidos y aterrorizados; esa pareja (o trio) de guiris que se han creido el rollo de la libertad sexual española y se ponen a follar en una mesa de billar delante de un montón de desconocidos; esos adolescentes ateridos de frio que han montado una fiesta en la playa, con una hoguera en la que se están quemando productos que desprenden humos tóxicos y que después ni siquisera se molestan en recoger toda la mierda que han dejado; esos descerebrados que se piensan que por estar de vacaciones su hígado es de acero y acaban durmiendo en la calle porque incluso sus propios amigos se avergüenzan de la cantidad de alcohol que han ingerido en tan solo dos horas...

Entiendo que este país viva todavía en buena parte del turismo, pero esto es como los trailers que nos venden una película como lo que no es y luego nos decepciona cuando la vemos. Tenemos que dejar de lado la frivolidad del "Sun, Sex, Sand, Siesta y Sangría" y empezar a promover un turismo inteligente. No es de extrañar que en Europa no levantemos cabeza: somos el puto pub en la playa del continente. Aqui la gente solo viene a lo que viene, pagan la factura y se marchan sin tan siquiera preguntarse dónde han estado.

Hace poco leí que el gobierno de Baleares va a emprender una fuerte campaña contra el consumo de drogas en Ibiza. No saben la que les espera...

(Por cierto, si alguien quiere leer la primera parte el enlace es este de aquí).

12 de agosto de 2005

Psychoview: Simon, el hechicero tocapelotas


Ah, que tiempos... Posted by Picasa


En estos días de ociosidad extrema mi mayor refugio es el ordenador, tanto los blogs como los videojuegos (me gustaría pasarme el día follando, pero ya sabeis que no es lo mio). Precisamente hace poco terminé la campaña principal del Sacred, un más que decente juego de rol que me ha tenido entretenido durante un mes largo con sus misiones secundarias y esa obsesión de la que se suelen contagiar sus jugadores por encontrar a todos los dragones y matarlos (porque matar dragones, en este o en cualquier otro juego de rol, mola). Sin embargo, al acabar me he sentido insatisfecho, vacio, como si hubiera visto una película de poca calidad que ni siquiera merece la pena comentar a la salida del cine. Entonces me he dado cuenta de que hace mucho, mucho tiempo que no me rio delante de la pantalla del ordenador.

Dentro de 10 años los chavales ni se lo creerán, pero hubo una época en que lo que más importaba de un videojuego eran las carcajadas que provocaba y no los gráficos, el sonido o la cantidad de misiones que contiene. Una época en la que no había gráficos 3D con sopocientos millones de polígonos y los personajes tenían que obedecer una serie de órdenes prefijadas que marcabas con ratón. Una época en la que los guiones eran políticamente incorrectos sin necesidad de mostrar sexo, sangre o violencia extrema. Fue la gran época de las aventuras gráficas, de Monkey Island, de Maniac Mansion, de Larry y por supuesto del juego del que voy a hablar hoy.

Simon the Sorcerer (I y II, el 3D no cuenta) no es la mejor de las aventuras de esta época, que duda cabe, pero precisamente por ser la hermana pequeña la he elegido para hablar de este tema. Y en especial quiero hacer hincapié en la segunda parte, que es uno de los juegos con los que más me he reido en mi puta vida. Y eso que el argumento en principio es bastante simple. En la primera parte vemos a Simon en su 12 cumpleaños buscando a su perro Chippy para torturarle. Este ha huido al desván y rebuscando entre los trastos ha encontrado un libro de hechizos. Simon lo tira de nuevo al suelo y se abre un portal que le conduce a un mundo de fantasía clásica. Allí unos goblins tratan de merendárselo, pero escapa y llega hasta la cabaña del mago Calypso, que en una nota pide ayuda para escapar de las garras del malo del juego, Sórdido. Ni que decir tiene que después de mil paranoias Simon rescata a Calypso y regresa por fin a casa.

Para elaborar la segunda parte los creadores decidieron mejorar el apartado gráfico y sobre todo añadirle mucha mala leche. Pero mucha, mucha, oiga. Para empezar decidieron parodiar el primer libro de "Las crónicas de Narnia" de C. S. Lewis (en que se basa la película homónima que se estrenará estas navidades), subtitulando al juego "El león, el brujo y el armario". Y en vez de currarse una presentación como la del primer juego, decidieron prescindir de la coherencia. Esta vez un armario aparece de la nada delante de las narices de Simon y este, sin preguntarse de dónde ha salido, se mete en él. Como era de esperar vuelve a la tierra de fantasía del primer juego, para descubrir que el espíritu de Sórdido ha regresado de entre los muertos y está buscando la forma de conseguir un cuerpo (no olvidemos que en aquella época a los malos les costaba mucho morirse), además de haber secuestrado a Alix, la sobrina del mago Calypso. Pero a Simon se la pela. Porque este es posiblemente el único juego que conozco en el que el protagonista llega a caerte mal: es chulesco, cruel, se mete con todo el mundo (¡incluso con los jugadores!), hace chistes malos... Lo único que le motiva es volver a casa, pero para eso necesita encontrar algo llamado blandimoco. Y ahí comienza la aventura.

O más que aventura, la parodia. Porque en este juego se hace un repaso ácido y cruel a algunos clásicos de la fantasía literaria. Por ejemplo, provocaremos que los tres ositos se merienden a Ricitos de Oro, sustituiremos a la Dama del Lago artúrica (que en realidad es una vulgar currante con traje de neopreno que trabaja de cara al turismo) y despertaremos a un genio resacoso que vive en una botella de whisky. Pero no es este el único blanco de las maldades de los guionistas. También descubriremos que uno de los personajes más plastas del primer juego, Swampling (el bicho que vivía en el pantano comiendo cieno), ha abierto una cadena de comida rápida llamada MucSwampling en la que junto a los menús te dan bolsas para vomitar. O compartirás cautiverio en un barco pirata con un tio que es clavadito, clavadito a Mr. T, el del equipo A. Y así hasta llegar a uno de mis chistes favoritos. En determinado momento, Simon entra en una cabaña llena de frikis jugando al rol y este les pregunta:

- ¿A que estais jugando?
- A Oficinistas y Estudiantes
- ¿No jugais a Dragones y Mazmorras?
- Tio... ¡ya vivimos en un mundo lleno de dragones y duendes!

Oir como transcurre la partida es lo más hilarante que he oido jamás. Porque ese es el gran punto a favor del juego. Aunque los gráficos no sean gran cosa, aunque la música sea repetitiva y machacona (hay que desconectarla para no volverte loco), aunque avanzar resulte relativamente fácil, esta es una aventura gráfica que te hace reir a carcajadas. Y eso es algo que prácticamente ningún juego moderno consigue (bueno, quizás el "Leisure Suit Larry: Magna Cum Laude", aunque ya sabemos por dónde van los tiros en esa saga...). Es un tipo de diversión sana y políticamente incorrecta, muy alejada del rollo infantil de Nintendo, o de la tensión de los juegos de acción y terror en primera persona, o de las carreritas con coches tuneados. De hecho ni siquiera el manual es serio. Tras mostrarnos una transcipción de la conversación que mantuvieron Simon y un psiquiatra tras su primera aventura, esta es la explicación de cómo usar el CD:

"EH... ¿¿¿Y QUE PASA CON LOS DISCOS??? De hecho, no hay discos. Esa cosa redonda y brillante es de hecho un frisbee de armadillo sudamericano utilizado para determinar si un joven pretendiente es digno de tomar la mano de la princesa gobernante en matrimonio. El objetivo es dejar inconsciente a un armadillo adulto con sólo tres frisbees y medio coco a una distancia de 20 metros"

Me he pasado tardes enteras al alimón con mi hermana (una apasionada de estos juegos) intentando descifrar los enigmas para avanzar en la aventura sin tener que recurrir a buscar las soluciones en internet. Pero esa época ya ha acabado, definitivamente. Después de esa obra maestra que es "Grim Fandango" las aventuras gráficas tuvieron que retirarse a un discreto segundo plano y dar paso a las nuevas generaciones de juegos y videoconsolas. Han seguido apareciendo, incluso ha habido intentos de ofrecer una imagen más seria, más profesional (eso sin contar con la saga "Myst", que es para darle de comer aparte), pero ya no han vuelto a ser como antes.

Se que esto en el fondo es una batallita de abuelo cebolleta, pero me horroriza pensar que los niños de hoy día van a crecer sin saber lo que es reirse a carcajadas delante del monitor o del televisor...