30 de diciembre de 2008

136

El sexo masculino y femenino están destinados a no entenderse mientras el debate sobre la igualdad se centre en si el muñequito de los aseos para mujeres debe llevar falda o no, en vez de preguntarnos por qué nos empeñamos en habilitar en todas partes dos espacios separados casi iguales para hacer exactamente lo mismo.

28 de diciembre de 2008

135

Lo único realmente interesante del día de los santos inocentes es que puedes decir o hacer cualquier barbaridad y aún así tendrás 24 horas para huir antes de que la gente se de cuenta de que iba en serio.

26 de noviembre de 2008

Una propuesta para salvar la cultura

Excmo. Sr. Ministro de Cultura:

Quiero, ante todo, disculparme por mi exabrupto de ayer. Mi reacción ante su nueva campaña contra la piratería fue exagerada e irracional y, si bien no tengo excusa, me gustaría hacerle comprender que mi arrebato fue debido a lo que, en mi modesta opinión, es una mala gestión de una causa noble. Buenas intenciones no siempre van acompañadas de buenas ideas y en este caso en concreto el desafortunado enfoque que se ha dado a la lucha por salvar la cultura no pudo menos que despertar mi indignación, aunque, como ya he dicho, eso no justifique mi actitud.

Con el ánimo de compensar tamaña afrenta a usted y al ministerio que dirige, me gustaría ofrecerles una propuesta que, siempre desde mi humilde punto de vista, encontrará mucho más eficaz a la par que satisfactoria para alcanzar sus objetivos.

En primer lugar, y con carácter de urgencia, hay que deshacerse de la mala imagen que las entidades gestoras de derechos de autor llevan cargando desde hace algunos años. Para eso es necesario que dichas entidades sean fusionadas y estatalizadas en una gran Agencia Nacional de Derechos de Autor, estructurada en diversas secretarías, una por cada uno de los sectores de la cultura implicados. En dichas secretarías se mantendría, por supuesto, al personal, directivos y, sobre todo, consejos de administración de las entidades gestoras, con sus sueldos y derechos íntegros (primas incluidas), en pago a los servicios prestados hasta entonces.

En segundo lugar, y también con carácter de urgencia, es necesario abordar el tema del canon digital. Debido a su altísima impopularidad, que tantas protestas ha generado, es imprescindible que dicha tasa sea eliminada y sustituida por algo mucho más aceptado por el pueblo como es un impuesto estatal. Concretamente, y si queremos evitar que la cultura desaparezca para siempre, es necesario que a partir de ese momento se retenga el 30% del sueldo neto de los trabajadores y las prestaciones sociales de los desempleados. Un tributo justo, donde cada uno aportaría a la causa en función de sus ingresos y que sin duda aceptarán de buen grado todos los ciudadanos. Porque, ¿quién no querría contribuir para la salvación de la música o el cine?

No obstante sigue existiendo el peligro de que algunos individuos claramente perturbados e irracionales quieran hacer peligrar nuestra cultura descargándose obras a través de programas de BitTorrent o P2P (y perdone que utilice términos tan técnicos, sin duda alguien de su gabinete, o alguno de sus nietos, se lo podrá explicar más adecuadamente). Para atajar ese problema de una vez por todas hay que dejarse de estériles debates sobre el control al que las operadoras pueden someter a los usuarios, para que el estado sea el que asuma el control de las operadoras. Hay que volver a los gloriosos tiempos en que tan solo existía una compañía telefónica, sin quejas sobre migraciones, velocidades o precios, de forma que el gobierno, tomando el ejemplo chino, pueda controlar cada uno de los bits que circulan por este país, sabiendo en cada momento quién es leal a su país y quién trata de traicionarlo bajandose música de Internet; esto, huelga decirlo, estaría acompañado de penas de cárcel y trabajos forzados para los últimos.

Una vez erradicado el problema de la piratería habría que afrontar la tarea, difícil y heroica, de establecer las condiciones más adecuadas para que la cultura florezca como no se había visto desde hacía siglos, cuando se transmitía a través de códices en monasterios apartados de la civilización. Y para acelerar el proceso qué mejor que quienes la han protegido hasta nuestros días, como son las editoriales, productoras y sellos discográficos, auténticos adalides que han arriesgado todo por dar a conocer las distintas artes sin pedir casi nada a cambio (excepto quizás el 60% de los ingresos por las ventas). A través de las distintas secretarías de la Agencia Nacional de Derechos de Autor se dedicarían a seleccionar y asesorar a aquellos autores e intérpretes que en su sabia opinión merecen el honor de ser presentados ante el público, a cambio de una mísera comisión por sus servicios.

Esta pieza clave del plan debe ir acompañado de una última medida: el control de los medios de distribución. Si queremos rescatar a la cultura no podemos permitir que unos autores o intérpretes tengan ventaja sobre otros, excepto si han sido ya ampliamente reconocidos (al Cesar lo que es del Cesar). Por eso es conveniente que el gobierno asuma la distribución y promoción de los discos, libros y películas, haciendo llegar de forma equitativa a cada punto de venta solamente los seleccionados por las empresas asesoras de la Agencia Nacional de Derechos de Autor. El método elegido para la selección queda en manos de dichas empresas, ya que su inestimable experiencia y conocimiento del medio las convierte sin duda en las más capacitadas para conseguir que todo el mundo tenga su oportunidad, aunque desde estas líneas propongo que se mantenga el formato de programas de televisión con castings grabados y votación a través de SMS, que ya han demostrado su éxito y sin duda proporcionarían unos ingresos extras para la causa.

De esta forma, con todas las piezas en el tablero, es como empezaríamos a construir nuestra utopía cultural. Todo aquel autor o intérprete que quisiera dedicarse a tal oficio pasaría por un proceso de selección tras el cual, en caso de ser elegido, se pondría en las manos de la secretaría pertinente para que sus obras se difundieran por los canales gubernamentales establecidos. Cobrando de entrada un pequeño estipendio por su participación, aquellos que más éxito tuvieran podrían llegar no solo a cobrar el equivalente al sueldo mínimo, sino incluso a recibir un extra como recompensa a sus esfuerzos. Por otro lado, aquellos a los que el público diera la espalda no estarían abandonados, ya que el estado asumiría el control de sus derechos para que sus obras se siguieran difundiendo, al tiempo que se le buscaría un oficio más acorde con sus aptitudes.

Por otro lado, el esfuerzo económico de los españoles estaría por fin debidamente recompensado. Porque no solo se habría salvado la cultura (que ya debería significar suficiente recompensa por sí mismo), sino que que el estado les garantizaría el acceso universal a la misma en igualdad de condiciones para todos y a un precio más que asequible, fijado de acuerdo al IPC de ese año. Y para asegurarse que la cultura impregne en todos los estamentos de la ciudadanía, primer paso de lo que sin duda sería una nueva era de prosperidad y conocimiento del país, cada residente (legal, por supuesto) recibirá trimestralmente una cartilla con la que adquirir ¡totalmente gratis! (pues la generosidad del estado no conoce límites) un libro, un disco y una entrada de cine para obras españolas de imprescindible difusión. De forma obligatoria, eso sí, bajo fuertes multas en caso de negarse, ya que no hay que menospreciar el esfuerzo hecho por las autoridades.

Esta es, pues, mi propuesta, que sin duda encontrará razonable, equilibrada y justa. En caso de que usted o el ministerio que representa tenga interés en la misma me pongo a su absoluta disposición para concretar y pulir los detalles y hablar de mi comisión por la idea. Que, señores, las ideas son lo más importante de este mundo y deben ser recompensadas.

Suyo seguro servidor,

El Inadaptado Social.

25 de noviembre de 2008

Pero qué malos somos, joder



Según la última campaña del Ministerio de Cultura que ha empezado a emitirse hoy en televisión, descargarse música de Internet equivale a:
  • Fumar delante de una embarazada
  • Casi atropellar a una familia, niño incluido
  • Rayar un coche (??)
Pues bien, señor Ministro de Cultura, ante la contundencia de los argumentos y sabiendo que las descargas de Internet, al menos por el momento, no son ilegales, solo cabe una contestación: VAYA A LLAMAR GILIPOLLAS A SU PUTA MADRE.

Con cariño, eso sí.

9 de noviembre de 2008

Daños y perjuicios

ESCENA 23

INT Sala de reuniones en la sede del PP, calle Génova. Esperanza Aguirre (Glenn Close) se encuentra sentada en la mesa, ojeando papeles. Las puertas se abren de golpe y entra Alberto Ruiz-Gallardón (Tim Robbins), visiblemente enojado. Gallardón arroja un periódico delante de Aguirre.

- ¿Invasión de competencias? ¿Es que te estás riendo de mí?

- Vaya, veo que estamos perdiendo los buenos modales. ¿Ya ni siquiera me vas a dar los buenos días?

- No me vengas con formalidades, Esperanza ¿se puede saber a qué juegas?

- ¿Jugar? No soy yo quien quiere dejar en el paro a la gente solo porque su trabajo no le parece "digno".

- Oh, sí, claro: Aguirre, la gran defensora de los obreros. Apuesto a que hasta que no salió la noticia en los periódicos ni siquiera sabías que existían.

- Habló el santo varón. ¿O me vas decir que es casualidad que el ayuntamiento sea el único que puede poner publicidad en la calle con la nueva ordenanza? Lo de "recuperar el esplendor histórico" ya no cuela, Albertito, esta vez se te ha visto el plumero.

- Dios, mira que puedes llegar a ser cínica. Y después te sorprende que te abucheen en los hospitales. ¿Qué es lo que quieres, una parte de esto?

- Me parece que has visto demasiadas veces Los Soprano, querido. Y sabes muy bien que el dinero no tiene nada que ver.

- Ya veo, así es como van a ser las cosas a partir de ahora, ¿verdad? Vas a aprovechar cualquier excusa para atacarme y ponerme en evidencia. Pues te advierto que no pienso dejarme intimidar.

- Pero qué melodrámatico puedes llegar a ser. Yo lo único que he hecho es darle a la gente lo que me pedía. Los madrileños me quieren, ¿sabías?

- ¡No me vengas con gilipolleces! ¡Soy el alcalde! ¡Es mi ciudad!

- ¡Porque nosotros te dejamos! ¿Pero quién te has creido que eres? ¡No eres nadie! ¡¡Nadie!! Solo un crío al que dejamos jugar con los mayores para ganar votos. ¿Y nos lo has agradecido? No, en vez de eso te has dedicado a darle la espalda al partido en cuanto has tenido ocasión.

- ¿El partido? ¡Esta sí que es buena! El partido solo te importa en cuanto sirva a tus intereses. ¿Por qué no me dices de una vez que es lo que tengo que hacer para que me dejes en paz? ¿¿Cuánto más va a durar esto??

- ¡¡Hasta que regreses al agujero de donde saliste y no vuelva a verte jamás!! ¿De verdad creías que podrías intentar apartarme de la política? Te has interpuesto en mi camino durante demasiado tiempo y no pienso tolerarlo más. ¡Estás acabado! ¿Me oyes? ¡¡Acabado!! Más vale que termines todas las obras que has empezado porque juro por dios que dentro de tres años nadie se acordará de tí.

- Estás loca.

- No sabes de lo que soy capaz.

- Esto no quedará así.

Gallardón sale por la puerta al mismo tiempo que entra Mariano Rajoy (Paul Giamatti).

- ¿Ya estáis peleando otra vez? De verdad que no se qué hacer con vosotros dos.

- Mariano, querido, ¿no tienes alguna cifra del paro que restregar al gobierno?

20 de septiembre de 2008

134

Tanto abusamos de ella en los servicios de atención al cliente, que dentro de 100 años la gente utilizará la palabra "incidencia" como sinónimo de "catástrofe".

17 de septiembre de 2008

Doctrinas

Fuente: Foxtongue

Existe una considerable cantidad de familias que se han acogido a la objeción de conciencia sobre la asignatura de Educación para la ciudadanía alegando que no quieren que el estado adoctrine a sus hijos. Dejando de lado el debate de si pueden o no objetar, de si realmente la asignatura es necesaria y de qué coño pinta la religión en las escuelas, para mí está muy claro que este movimiento no es sino una forma de tocarle los cojones al gobierno de Zapatero alentado por la Iglesia y los partidos de derecha (perdón por la redundancia). Ni doctrina, ni educación, ni pollas en vinagre. Y la prueba más fehaciente es que si realmente quisieran boicotear la asignatura en estos momentos no estarían moviendo ni un dedo.

Porque, vamos a ver, ¡que estamos hablando del instituto! ¡Adolescentes con hormonas y móviles! ¡Y además esta asignatura es una "maría"! ¡Seguramente ni siquiera les harán examen! ¿De verdad quieren que Educación para la ciudadanía fracase? Pues que dejen que los estudiantes acudan a ella. A fin de cuentas, ¡¡NADIE LE VA A HACER NI PUTO CASO!!

15 de septiembre de 2008

Meta



Me faltan 10 créditos para obtener el título de la carrera que, sobre el papel, terminé hace 7 años. La pregunta inevitable que me hace todo el mundo es, ¿por qué no terminas la carrera de una vez? Y entonces es cuando hago memoria y me doy cuenta de que, en estos 7 años:
  • Nunca me han pedido que enseñe el título.
  • Sólo 1 de cada 5 entrevistadores conocía la existencia de mi carrera.
  • Nada de lo que he aprendido me ha ayudado a encontrar trabajo.
  • Podría haber llegado hasta donde estoy con tan solo un par de cursos en una academia o de módulos de FP.
  • No tengo intención, al menos en el futuro inmediato, de ser funcionario.
  • Tendría que invertir una considerable cantidad de tiempo y dinero.
  • Ningún aspecto de mi vida va a mejorar cuando lo consiga.
  • De aquí a muy poco tiempo el plan Bolonia va a convertir ese plan de estudios en algo obsoleto.

Así que, la auténtica cuestión es, ¿por qué coño siento esta enorme presión social en mi entorno (y allá donde cuente mi historia) por conseguir un papel que no me va a servir absolutamente para nada excepto para adornar las paredes? ¿Por qué esa necesidad tan perentoria de obtener premios, títulos y medallas para demostrar nuestra valía? ¿Realmente me van a respetar más si apruebo ese examen? Y en ese caso, ¿¿es que nos hemos vuelto todos gilipollas??

14 de septiembre de 2008

133

No entiendo como en un mundo en el que existen hasta distintos tipos de ropa interior sigamos teniendo que conformarnos con elegir entre monarquía o república, dos sistemas políticos cuya única diferencia real es si podemos elegir o no a la persona que estará por encima de todos nosotros, con más privilegios que nadie y cuya función política es meramente decorativa...

12 de septiembre de 2008

Casi perfecta

Aprovechando que los viernes me dejan solo, que la parienta aún no ha tenido tiempo de censurarme y que, de todas formas, solo tengo ganas de escribir algo lúdico, retomemos una de la tradiciones del blog que más he echado de menos: mis fetiches. Y esta vez, sin que sirva de precedente, será un fetiche en sentido estricto, ya que se trata de una célebre "internet idol" conocida como Busty Alli.



Daría datos biográficos, pero aparte de que no se encuentran por ningún lado, las dos razones principales por las que se ha convertido en uno de mis fetiches saltan a la vista. Dos grandes y bien hermosas razones.



Aparte de eso, el que suscribe piensa que, en conjunto, tiene uno de los cuerpos más perfectos que sus miopes ojos jamás hayan visto. Bien torneado y proporcionado, con abundantes carnes y curvas, muy lejos del estereotipo de modelo anoréxica que se sigue viendo en las pasarelas por mucha masa corporal que midan. Que si todas fueran como ella, otro gallo le cantaría a la Pasarela Cibeles...



No obstante, lo que más me fascina es, precisamente, que no es una obra de arte. Que a poco que se fije uno se pueden apreciar esas pequeñas imperfecciones (manchas, estrías, arrugas) que en otros medios se intentan ocultar a toda costa, convirtiéndo a las mujeres en poco menos que muñecas de plástico sin alma. Y además está el hecho de que, digámoslo abiertamente, no es demasiado atractiva. De mirada poco expresiva, sonrisa algo bobalicona y facciones no muy pulidas, destaca más bien poco o nada en este mundo de húngaras y checas, a cada cual más guapa, que últimamente parecen fabricadas en serie.



Este hecho crea una paradoja, ya que Alli (o como quiera que se llame en realidad) tiene uno de esos rostros que, más que lujuria, lo que transmiten es simpatía, confianza, que te dan ganas de sentarse a charlar con ella. Supongo que es una de esas grandes bromas del Karma. Aunque, reconozcámoslo, su afición a hacerse coletas de colegiala o fotografiarse con lo primero que pille en casa (la aspiradora, mismamente) tampoco ayuda. Y eso que, cuando quiere, puede ser lo suficientemente provocativa.



Aún así, se agradece. Internet ya tiene suficientes lolitas con pretensiones, que no sonríen ni aunque les paguen y que en realidad no valen más que tu vecina de enfrente. Así que, viva la naturalidad, viva la simpatía... y vivan las tetas grandes.

11 de septiembre de 2008

Let's begin with something simple



Después de darle vueltas y más vueltas a cómo retomar el blog habiendo cambiado por completo las circunstancias en las que fue creado y desarrollado, me he dado cuenta de que lo más fácil es empezar por el principio, por lo más básico. Y ya que esto es un weblog, usease, un diario en formato web, qué mejor que volver a escribir todos los días (bueno, excepto los sábados) lo primero que se me pase por la cabeza, sea lo que sea. Que la creatividad, la ironía y las críticas mordaces vendrán por sí solas, si es que han de venir. Y si no, por favor, dejen de leerme antes de que me ponga a hablar de mis plantas.

Reflexión crítica de hoy: ¿por qué tenemos tantísimas ganas de que llegue la crisis? Bien es cierto que ya ha aumentado el paro, que los precios suben y las hipotecas ahogan a las familias, pero, joder, las cosas no van mucho peor que hace dos meses. Y sin embargo por lo que cuentan algunos parece que haya llegado el fin del mundo. Parece que quieran que haya una recesión económica que nos eche a todos a la calle a dormir debajo de los puentes y alimentarnos con cartillas de racionamiento. Pero yo, que vivo en el centro, miro por la ventana y sigo viendo a la gente salir en masa los fines de semana, comprar en las tiendas y montarse en el coche (con lo cara que está la gasolina). Sigo viendo carteles de "Se vende" en los balcones que me dicen que la gente no está tan necesitada de dinero como para alquilar sus pisos en vez de esperar más de un año a venderlo. Sigo viendo edificios en construcción y obras públicas faraónicas. Sigo viendo que las cosas, digan lo que digan, no van tan mal.

Así que no puedo dejar de preguntarme la razón de este intenso deseo de que nos vayamos todos al carajo. ¿Efectos secundarios de una educación judeo-cristiana que alaba el martirio por encima de la superación personal? ¿Queremos que nos vaya mal para poder decir al gobierno "Sois unos putos inútiles"? ¿Acaso es que nos gusta sentirnos jodidos, para sentir esa especie de superioridad moral que da el ser menos privilegiado que otros?

Ya, se que de aquí a un año las cosas van a ir realmente mal (o eso cuentan), pero, sinceramente, yo veo a más gente quejarse que aportar soluciones. Que cuando los pisos se vendían y compraban por tres veces su valor real nadie decía ni pio, pero bien que ahora todo el mundo despotrica contra los políticos por no haber hecho nada. Y, la verdad, hasta que la gente no empiece a emigrar en masa a Suiza o los países escandinavos no voy a dejar de pensar que vivimos en el primer mundo (aunque a veces no lo parezca) y quien quiere puede capear esta crisis y las que les echen.

3 de septiembre de 2008

Vivir para ver



En el complejo Alfa hay tres temas de conversación recursivos a la hora de la comida: la propia comida, los destinos de vacaciones y poner a parir a los compañeros ausentes. De esos tres, el que más me fascina es el ansia viajera de mis compañeros. Casi parece que estuviera en el contrato salir de casa en cuanto se tienen un par de días libres, ya no digamos una semana. Tal es su afán que entre todos ya se han dado como mínimo un par de vueltas al mundo, pasando cada uno de ellos al menos una vez por los destinos principales de cualquier catálogo básico de agencia de viajes: Egipto, Cancún, Turquía, Praga, Marruecos, Nueva York, Irlanda...

He de confesar que esta afición por coger las maletas a la mínima ocasión y marchar a donde indique el touroperador de turno no me es totalmente ajena. Cuando era un crío, entre muchas otras fantasías propias de la edad, llegué a la determinación de conocer el planeta entero. Quería verlo todo; todos los continentes, todos los países, todas las ciudades, todos los monumentos y rincones, todo lo que este mundo tuviera que ofrecer. Era, en parte, una cuestión de curiosidad, alimentada por haberme criado en un pueblo situado en el culo del mundo y con una mentalidad endogámica del que me parecía ser imposible escapar. No obstante sí que era posible, y de hecho en los tres primeros años de universidad llegué a hacer sendos viajes que me permitieron creerme por un momento que no volvería a quedarme demasiado tiempo en ningún sitio.

Pero la principal causa de mi propia ansia viajera no era una cuestión intelectual. Cierto es que había (y hay) una serie de lugares conocidos que me gustaría ver, aunque tan solo sea por sus connotaciones subculturales; egiptología aparte, ya no podré mirar las pirámides sin pensar en Stargate, Asterix y Superlópez. Sin embargo, si quería recorrerme la Tierra de punta a punta sin dejar de fotografiar ni una piedra era una cuestión, ante todo, existencial. Algo o alguien me había metido en la cabeza que, entre muchas otras cosas (sexo, drogas, rokanrol y todo eso que anuncian por la tele), sería un delito llegar a viejo sin haberlo visto todo porque me parecería no haber vivido lo suficiente. Y así lo creí durante muchos años hasta que ahora, llegado ya a la treintena, me he dado cuenta de que a mí, en realidad, viajar me parece un auténtico coñazo.

Ya para empezar me horroriza ese hábito moderno llamado "turismo" de desplazarse varios cientos o miles de kilómetros para alojarse en una impersonal habitación de hotel o un mugriento apartamento de alquiler y pasarse el día corriendo de una punta a otra del lugar de visita para ver la mayor cantidad de monumentos, museos y sitios de interés posibles antes de que se acabe el tiempo y el dinero; difícilmente se puede conocer un país o una ciudad cuando estás más preocupado por llegar a la cena o que salgas en todas las fotos que en la historia de lo que tienes delante. Pero es que las alternativas no me parecen mucho mejores. No tengo edad (ni he tenido nunca ganas) para cogerme una mochila más pesada que yo y recorrerme un continente entero en tres días a base de muchos trenes, poco sueño y menos higiene. Tampoco me parece apetecible ir de un lado a otro del país en coche, más preocupado que estaría de la gasolina, el tráfico y que no me robaran la radio que de mirar el paisaje. Y ya no digamos hacer el camino en bici o andando, sabiendo que me canso con solo bajar a comprar pan.

No. Siendo como soy una persona en absoluto romántica, pienso no obstante que la única opción plausible para viajar es vivir en el lugar que se quiera visitar. Y no un día, ni una semana, ni siquiera un mes. Vivir todo el tiempo que haga falta, sin restricciones, sin fecha de retorno, sin billete de vuelta. Dejar atrás nuestras raices y arraigar en otra parte. Porque a fin de cuentas un país no es sus monumentos ni sus edificios, sino su gente, su cultura, sus costumbres. Que nos pueden parecer mejores o peores que las nuestras, pero son las que tienen y por tanto las que realmente nos deberían interesar. Deberíamos alojarnos en sus casas, comer su comida, llevar su ropa; deberíamos respetar sus hábitos, hacer sus trabajos y celebrar sus fiestas. Deberíamos ser parte de su sociedad, antes que verla desde el otro lado de la cámara de fotos. Sin embargo, como miembros privilegiados del primer mundo, nos empeñamos en verlo todo desde la arrogancia del turista de paso, siempre al otro lado de un escaparate imaginario, completamente impermeables a lo que tenemos a nuestro alrededor. Los conflictos sociales, las tensiones políticas, las diferencias religiosas, los ataques al ecosistema; nada de eso sale en los folletos, sino que queda al otro lado del muro del hotel o fuera del autobús. Aunque la verdad es que nos importa una mierda lo que pase allí, siempre que tras vivir nuestros grandes momentos prefabricados podamos volver a casa para recordarlo en la distancia.

Que, la verdad, para eso ya tengo Google Earth...

27 de agosto de 2008

Disculpen las molestias

Como ya me imaginaba, resulta difícil arrancar de nuevo. El calor, el trabajo, las obligaciones, haber perdido el hábito de escribir a diario... Es como si alguien me hubiera robado las ganas, a pesar de que las ideas empiezan a agolparse en mi cabeza. Creo que voy a a tener que acudir a la policía, a ver si las encuentran. Concretamente...

¡esta policía!


Mientras tanto voy a aprovechar para poner bonito el blog, que falta le hacía, y terminar de probar las pijaditas nuevas de Blogger. Lo que sea con tal de perder el tiempo...

5 de agosto de 2008

31 de julio de 2008

La jungla de papel (II)

Aunque cueste creerlo, esta conversación está basada en hechos reales.


Sistemas:
Ehmm, ¿sip?

Eso, viva la confianza...

Inadaptado: Hola, llamo de Internacional, es que pedí acceso a la carpeta 5.12.3.41\Informes y supuestamente ya tenía y he intentado entrar pero sigue sin dejarme.
Sistemas: ¿Comorl?

Vale, tranquilidad, es que no te has explicado bien, no seas un luser, tú respira hondo y vuelve a empezar...

I: Sí, a ver, soy el Inadaptado, del departamento de envíos internacionales del complejo Alfa. Hace un mes solicité que se me habilitara acceso con mi usuario y contraseña a la carpeta "Informes" que está en la unidad de red 5.12.3.41. Alguien le notificó a mi supervisora que ya tengo pero lo he intentado hoy y no es cierto.
S: No te entiendo.

No puede ser. Joder, que solo me ha faltado decirlo en verso. Debe estar tan convencida de que le voy a decir una burrada que su cerebro no asimila la información correctamente. O eso o la he pillado en plena siesta.

I: Ehhh, ¿te digo mi IP?
S: Si, me conecto y me lo explicas.

Bueno, a ver si haciendo circulos con el puntero alrededor de 5.12.3.41 en el arbol de carpetas va cogiendo la idea.

I: ¡Ahí, quiero entrar ahí!
S: Ajamm, ¿y no te deja?

Coño, a ver si me ha tocado la becaria...

I: No, ¿ves? Introduzco mi usuario y contraseña pero nada, nothing, nichts, niente, rien du tout.
S: Yap, y necesitas acceso...

Arrrgggdfjaskfjsd...

I: ¡¡Sí, necesito acceso!! Porque es la carpeta en la que se guardan los informes que genera el puto programa prehistórico que seguimos usando en este departamento y que tengo que enviar a diario a mis clientes. Y no me deja, por eso hice la petición. Y algún capullo de tu departamento le ha dicho a mi supervisora que ya puedo entrar. Y he intentado entrar y sigue sin dejarme. Y mientras tanto (aunque se que está prohibido pero lo voy a confesar igualmente solo por tocar los cojones) estoy usando el usuario y contraseña de una compañera que se fue de la empresa hace siglos pero que sí tenía acceso y no os acordásteis de dar de baja. ¡¿¡ Lo entiendes ahora?!?
S: Eh... vale... te tomo nota.


Eso fue en noviembre de 2007. Sigo esperando.

30 de julio de 2008

132

- No se cómo te puedes tragar este culebrón. Estás hecho una portera.
- Eso no es cierto. Las porteras son las que cotillean en las vidas de sus vecinos, amigos y familiares. A mí solo me intersan los personajes de ficción; las vidas de la gente que me rodea son casi siempre un puto aburrimiento...

28 de julio de 2008

Analfabetismo capital

Esto te ha pasado a tí. Mandaste o te mandaron un paquete con una empresa de mensajería y se perdió. Te cabreaste, llamaste a la empresa, abrieron expediente y te dijeron que lo investigarían. Pasaron los días, nadie te decía nada y te cabreaste más. Llamaste otras quince veces, abrieron otros 15 expedientes, pero siguieron sin decirte donde estaba tu mercancía. Y llegó un momento en que estabas tan cabreado que te importaba un pimiento ese bulto, lo que querías es que te pagaran, que te indemnizaran, que te soltaran pasta como víctima que eras. Querías justicia.

Pues no. Te jodes.

Ya para empezar lo más probable es que tu paquete se haya entregado en una dirección equivocada y el que lo recibió se haya callado como una puta. Esa es, de largo, la causa más común de pérdida. También podría ser que lo robaran o que, por qué no, se cayera de la furgoneta en el camino, pero casi con toda seguridad lo tiene algún cabrón que pensó que a caballo regalado que le den por culo a su legítimo dueño. Así son las cosas, te lo creas o no. Puede que las empresas de mensajería no sean perfectas, pero desde luego no somos tan inútiles como crees.

Sin embargo eso no es lo peor. Lo peor es que no vas a recuperar tu dinero y encima es culpa tuya. Porque me juego un huevo y parte del otro a que firmaste el albarán de envío o aprobaste la compra por correo sin mirarte las condiciones. Pero, claro, ¿por qué te debería interesar que no te garantizan cuánto va a tardar en llegar? ¿O que seguramente no podrán entregártelo en el horario que a tí te venga bien? ¿O que en caso de pérdida solo te abonarán una cantidad de acuerdo con el peso del bulto? No, estoy convencido de que tu solo te has fijado en lo que a tí te parece un excesivo precio (una puta ganga, teniendo en cuenta lo que cuesta la gasolina) y después has asumido que la empresa perderá el culo por complacerte. Perdónanos si tenemos que ponerte en espera cuando llames para quejarte porque no podemos aguantar la risa.

Es triste, muy triste, que en un país que ha abrazado el capitalismo (como todos, por otra parte) seamos tan completamente analfabetos a la hora de comprar. Yo el primero. Aunque quizás sea esa precisamente la razón de que hayamos llegado hasta aquí; las empresas saben que no vamos a preocuparnos por la letra pequeña y que podrán estafarnos a su gusto, consiguiendo unos beneficios espectaculares que impulsarán la economía (por lo menos la suya, claro). Bien es cierto que las cosas están cambiando, aunque tampoco demasiado. Sí, de acuerdo, ahora hemos aprendido a pedir hojas de reclamaciones y acudir al defensor del consumidor (a pesar de que hay poca gente que sepa que lo primero no vale una mierda si no se lleva después una copia a lo segundo), pero quejarnos nos servirá de bien poco si seguimos dejando que nos engañen como a niños de teta. ¿Cuánta gente no habrá comprado un piso por su precio y su distancia al centro de la ciudad, sin conocer su valor real, los materiales y el tipo de suelo en el que están construidos? ¿Cuántos habrán contratado un plan de precios para su móvil sin saber todas las restricciones que le impone la compañía? ¿Cuántos alimentos con supuestos elementos saludables añadidos comemos al día sin ser conscientes de que en realidad o son inocuos o tienen aún más contraindicaciones que beneficios?

Me resulta paradójico que alguien que se pasa semanas revisando catálogos, consultando webs especializadas y hablando con entendidos para comprarse, no se, un equipo de música acojonante o un ordenador calcadito a los de la NASA después se compre una pantalla de plasma en el Carrefour sin saber cuánto va a durar antes de que se queme. Pero así son las cosas. Nos fijamos mucho en el precio y en la forma, apenas en el fondo y nada en los detalles. Seguimos siendo ese país de tópicos en el que queremos burro grande ande o vaya haciendo autostop, los mismos que montan bodas horteras para creerse ricos por una noche y que se matan entre ellos por aparecer 15 minutos en la tele. Y ahí es donde está la diferencia con el resto de países. No en tener mejores sueldos, impuestos más sensatos o mejores fuentes de ingresos, sino en nuestra autoestima como pueblo. Estamos tan acostumbrados a vivir jodidos que no nos preguntamos si nos merecemos algo más, pero no en cantidad, sino sobre todo en calidad. Y sin embargo deberíamos exigirlo. Deberíamos dejar de lado la idea de que es inevitable que algo vaya mal, que salgamos perdiendo, que las cosas no sean como deberían ser. Deberíamos dejar de ser tan pardillos y empezar a ser conscientes de que si somos los que pagamos somos los que mandamos. Que tenemos derechos y debemos ser informados. Que si ponen letra pequeña tendrán que darnos una lupa para leerla. Que una firma es un instrumento poderoso que no se debe utilizar a la ligera. Que siempre hay alternativas y si no se inventan. Que si creamos la demanda, tendrá que crearse una oferta. Y que sin consumo no hay economía ni beneficios que valga.

Así que la próxima vez dale la vuelta al albarán y leete las condiciones, que no cuesta tanto, coño.

23 de julio de 2008

131

- ¿Nunca te han dicho que eres muy raro?
- Sí. Lo que no me han dicho es en comparación con quién.

La jungla de papel (I)

No consigo escribir nada. En principio por el calor, pero sobre todo por el cansancio con el que llego de la oficina. Tengo el cerebro tan abotargado estos días que incluso me cuesta leer cómics Marvel. Y, coño, eso sí que es grave. Aunque me lo tengo merecido, desde luego. No en vano tuve las santas pelotas de decir que era mi vocación desde crío y ya se sabe que hay que tener mucho cuidado con lo que uno desea, no sea que se haga realidad.

Tampoco es que me vaya tan mal, dicho sea de paso. No voy a encontrar muchas oficinas donde no importe si no me afeito en toda la semana, pueda vestir como quiera (o casi; no me permiten llevar pantalones cortos, pero bien que se hace la vista gorda con las minifaldas y los escotes...) y encima cobre un sueldo decente. Bueno, al menos decente para alguien como yo cuyos únicos gastos son las novedades editoriales del mes y algún videojuego de vez en cuando. Sin embargo, mi departamento ha entrado en una espiral de infantilización que está transformando el ambiente en el propio de un instituto. Y, joder, no es que guarde demasiado buenos recuerdos de esa época. Chismes, secretitos, gente que se pelea y deja de hablarse, grupitos de amigos, mensajes pasándose de un ordenador a otro sin que se entere la supervisora... A veces me cuesta creer que la edad media de los que curramos allí sean 27 años y no 15. Ayer sin ir más lejos empezó a trabajar una chica nueva (que tiene un polvazo, eso sí) y la cantidad de hormonas que había en el aire se podía cortar con un cuchillo. Yo, por supuesto, ya hace tiempo que soy el raro de la oficina, el retraido, huraño, poco hablador y con gustos frikis. Vamos, que me siento igual que en 2º de BUP. Sin hacerme tantas pajas, eso es cierto.

El trabajo en sí tampoco ayuda, sobre todo por lo increiblemente mal gestionado que está. Es una de las desventajas que tiene trabajar en una empresa multinacional de transportes que se dedicó a comprar empresas más pequeñas de todo el mundo para meterse por todo el morro en el mercado del país respectivo, y que fue comprada a su vez por una compañía más grande (o, al menos, con más dinero) que no tiene ni puta idea de cómo dirigir el negocio. Me pregunto quién fue el iluminado que decidió que, en vez de crear líneas de comunicación interna específicas, serían los mismos departamentos de atención al cliente de cada zona los que atendieran al resto de departamentos de atención al cliente que solicitaran información. Supongo que fue el mismo que decidió que no era importante unificar procedimientos y criterios, y que cada país podría seguir operando como le saliera de los cojones (es decir, igual que antes de que les absorbieran) con tal de que mantuvieran la imagen de la compañía.

De esta forma, me he encontrado a mi mismo jugando cada día una gigantesca partida de Paranoia en vivo. No solo por el hecho de debernos a una Central que nos obliga a ser felices si no queremos vernos de patitas en la calle, tener un sistema burocratizado hasta la náusea, sabernos completamente prescindibles y sufrir un sistema de castas que practicamente impide el ascenso a puestos más altos; sino sobre todo porque somos conscientes de que nos estamos traicionando unos a otros constantemente. A fin de cuentas, yo, que trabajo en un departamento de atención al cliente, miento todo el tiempo a los ídem para salvar mi culo. Y se que los demás departamentos también lo hacen con los suyos. Por lo cual, cuando vaya a pedirles información y sepan que han hecho algo mal ,también van a mentirme a mí. Además es muy posible que previamente las distintas estaciones de reparto les hayan mentido a ellos primero, puesto que en realidad son los primeros que la cagan y a los que más les interesa tratar de ocultar los marrones. Sin embargo, al final yo tengo que fingir que no se que unos y otros me han engañado, intentar deducir todo lo que se han callado como putas, y después seguir haciendo teatro frente a mis propios clientes. Joder, y pensar que no he jugado a rol de verdad en mi vida...

Pero donde la Central consiguió superarse a sí misma fue con Sistemas. Hay que tenerlos muy bien puestos para crear un servicio de atención al cliente para dar soporte técnico a un servicio de atención al cliente. Yo entiendo que cuando una empresa tiene el tamaño de la nuestra no puedes tener a dos simples "informáticos" encargándose de la red y los equipos, pero que nos intenten dar largas con los mismos trucos con los que intentamos dar largas a los demás es, como poco, surrealista.

Entiendo que no se lo ponemos fácil, ya que yo mismo me comporto muchas veces como un luser. Manda huevos que después de pasarme media vida delante de la pantalla del ordenador, desde aquel 286 con MS-DOS que se acabó quemando (literalmente), siga sin tener ni zorra de progamar, de usar linux como dios manda o tan siquiera de configurar una red. Si a eso le añadimos mi innata capacidad de explicarme como el culo nos da como resultado que más de un técnico informático se debe de haber acordado de mi familia hasta la quinta generación, abuelo más abuelo menos. Por eso no debería sorprenderme que, como los 300, este pequeño grupo de aguerridos hombres y mujeres resistan con sus armas desde su emplazamiento sin retroceder jamás. Es decir, que gracias al teléfono, el VNC, su intuición y quien sabe si una bola de cristal, de su departamento no los saca ni dios. Valga como muestra que en más de un año que llevo currando aquí los he visto en persona dos veces. Dos. Coño, hasta el cometa Halley pasa con más frecuencia.

No obstante eso no quita que el comportamiento del Helpdesk de mi empresa roce en algunos momentos el absurdo total. Ya no tanto por su propio trabajo (que también) sino sobre todo por la ridícula burocracia por las que se rige la empresa, que no permite cambiar ni un ratón si no es con su permiso. Pero ya es hora de ir a dormir y eso es otra historia...

18 de julio de 2008

La jungla de papel (prólogo)

Estoy hasta los huevos de tener siempre mil ventanas abiertas. La verdad es que sería bastante cómodo poder tener un navegador con pestañas, así ahorraría espacio. Me pregunto sí... seguramente no, pero... bueno, qué coño, vamos a llamar:

Sistemas: Dime (así me gusta, formalidad).
Inadaptado: Me preguntaba... por un casual... si no estáis ocupados... siempre y cuando no sea mucha molestia... vamos, más un favor que otra cosa... ¿me podríais actualizar el Internet Explorer a la versión 7?.
Sistemas: Pues no, no es corporativo.

Claaaro, claro, tener una versión más cómoda, más segura y más actualizada del único navegador que permite usar todos nuestros servicios web (que aún usan marcos, no podía esperar que fueran W3C compliant), los cuales a su vez representan el 80% de los programas que utilizamos en el departamento, no es corporativo. Eso sí, el RealPlayer y el Quicktime están incluidos en la instalación básica de la cuenta.

Si es que a veces pregunto cada gilipollez...

16 de julio de 2008

La gran farsa

Casi no pude soportarlo. Nada más ver entrar a los novios en el salón al ritmo de la marcha nupcial, con sus impostadas caras de solemnidad, sus carísimos trajes a medida (que posiblemente nunca volverán a ponerse) y sus padrinos henchidos de orgullo, ya empecé a sentir una profunda nausea ascendiendo por la garganta. Después, cuando se detuvieron para hacer el brindis delante de la cámara, moviéndose con lentitud ensayada y sonriendo como en un anuncio de Freixenet, estuve a punto de salir corriendo sin mirar atrás. Finalmente conseguí aguantar hasta el baile, pero, tras el vals de rigor (debidamente grabado, por supuesto), cuando la orquesta comenzó a tocar pachanga a un volumen atronador y la gente se agolpaba en la barra libre decidí agarrar a la parienta y salir de allí antes de que pegara fuego al local. Creo que para la próxima invitación, salvo en el muy improbable caso de que la implicada sea mi hermana pequeña, voy a contraer una misteriosa enfermedad tropical que me durará exactamente ese fin de semana.

Nada ha cambiado mi opinión en estos tres años: las bodas (siempre desde mi sesgada, subjetiva e inadaptada opinión) son algo absurdo y anacrónico; son un aberración moral, un símbolo de todo lo que estamos haciendo mal como sociedad y que nos impide evolucionar; son la sublimación del triunfo del celofán sobre el contenido, de la tradición más rancia y el chantaje emocional más inhumano. Y hasta ayer ni siquiera entendía como a estas alturas de la civilización podía seguir soñando la gente con ser parte de ese circo.

Hasta ayer.

Quiso la casualidad que de camino a casa me cruzara con un enlace, solo que esta vez de postín. Unas nupcias de gente adinerada, pero de verdad, con iglesia de las que se reservan a golpe de talonario, pamelas y chaqués en pleno mes de julio, alfombra roja hasta la calle para los novios y Mercedes aparcados en doble fila. Y entonces fue cuando até cabos. Me di cuenta de lo increíblemente ingenuo que había sido hasta ahora, de lo equivocado y perdido que estaba. Siempre había creído que una parte fundamental del fenómeno de las bodas era el cuento de hadas, la idea de que vestirse de blanco, casarse por un rito religioso y el posterior banquete resultaría mágico y especial. Pero no, nada más lejos de la realidad.

Porque de lo que de verdad estamos hablando no es de sentirse princesas, sino más bien directores de banco. Las bodas serían, ni más ni menos, que un burdo y patético intento de sentirse importante por unas horas, de vivir el sueño de los ricos, famosos y poderosos. Comprarse un traje nuevo, cenar a 70€ el cubierto, fumar habanos. La fantasía del obrero materializada por un día y que los novios sirven en bandeja a amigos y familiares, sabiéndolo una inversión segura, solo para sacarles el dinero suficiente con el que pagar algunos (o muchos) gastos. Una gran farsa, en definitiva, que se acepta y perpetúa para escapar, aunque sea de vez en cuando, de nuestras grises vidas.

Y me pregunto yo, ¿es así como van a ser siempre las cosas en este país? ¿Viviremos eternamente codiciando la posición de otros, soñando con el pelotazo, el braguetazo, la herencia o el boleto de lotería que nos eleve en la escala social a base de fiestas y regalos? No es de extrañar, pues, que gran parte de la crisis se deba a todos aquellos que creyeron que comprar una vivienda serían ganancias seguras; tampoco que muchas familias no puedan con los precios, porque todo intermediario se crea con derecho a inflarlos lo que sea conveniente para sacar todo el beneficio posible; ni que otras no lleguen a fin de mes porque viven encima de sus posibilidades. Ya no me sorprende que la justicia trate mejor al empresario que ha robado 800 millones que al chorizo que ha robado 80€; que las discográficas se crean con derecho de pernada; menos aún que nos dejemos pisotear en nuestros derechos laborales e incluso civiles, más pendientes que estamos en ascender que en mejorar la situación que ya tenemos. Y ya no digamos invertir en nuestra formación, nuestra cultura o simplemente nuestros conocimientos, siendo notorio que por estos lares nadie se ha hecho millonario de esta manera.

Ahora, además de asco, siento una profunda pena. Por las bodas y por la gran farsa en la que se está convirtiendo la propia estructura de esta sociedad. A este paso llegará el día en que aparentar y medrar sea lo único importante, lo que se enseñe en las escuelas y por lo que se mida nuestro valor como persona. Se que un coleccionista de cómics, acumulador de objetos casi inútiles por propia definición, no puede dar lecciones sobre materialismo, pero el día que me harte hago caso a la parienta, nos tiramos al monte a vivir de lo que cultivemos y no volvemos a pisar un lugar poblado.

Aunque, eso sí, pondríamos Internet...

14 de julio de 2008

Salvadores

Me pregunto en qué momento de esta lucha casi encarnizada entre todo lo que representa la SGAE y los consumidores hartos de su prepotencia y sus prácticas mafiosas nos hemos erigido como los buenos de la película. Oh, sí, soy consciente de todo el atractivo épico de esta historia: la guerra encarnizada y sin cuartel entre el despiadado imperio de los distribuidores de cultura (entendiendose como tal toda forma de expresión que se pueda editar, empaquetar y vender en la Fnac) y un grupo de consumidores rebeldes hartos de estar sometidos al yugo de los precios elevados y que quieren libertad, P2P y productos de calidad (bueno, lo que cada uno considere calidad, claro). Con esto se podría escribir un libro. O tres. Y sus respectivas películas.

También soy consciente de que a estas alturas del enfrentamiento ya ha quedado claro quién tiene redaños suficientes para cobrar de espectáculos benéficos, acosar a negocios humildes y borrar de un plumazo la presunción de inocencia de un país entero y seguir durmiendo por las noches. Eso, creo yo (al menos hasta que empecemos a quemar sus sedes o a apedrear a sus directivos), nos sitúa un punto por encima en la escala moral. Sin embargo esto no deja de ser una guerra, y como en todas lo único que veo son dos bandos intentando imponer su propio punto de vista y creyéndose en posesión de la razón absoluta.

Dijo Esquilo que en una guerra la primera víctima es la verdad. Y la verdad aquí es que estamos siendo tan hipócritas los unos como los otros. La prueba más sangrante es que ambos nos estemos peleando por enarbolar la bandera de "salvadores de la cultura" cuando aquí cada uno mira por sus propios intereses. Por un lado la SGAE, que no deja de ser la voz de su amo, procurando que no decaigan los ingresos de discográficas, editoriales y demás corporaciones no sea que la música o la literatura se muera sin su apoyo. Por otro lado nosotros, protegidos por un resquicio legal que más pronto que tarde acabará cayendo (el de la copia privada, que la UE no aprueba y ya sabemos que pasa cuando no les gusta algo), defendiendo nuestro derecho a la barra libre de internet en pro de "compartir" y "conocer cosas nuevas" por si luego nos gusta y lo compramos. Así, en mi opinión, no es como se salva la cultura. Si quisiéramos hacerlo aprenderíamos a tocar un instrumento, en vez de quejarnos del precio de los discos; o los medios le darían la oportunidad a cualquier nuevo autor, sin mirar los beneficios que pueda reportarles. Pero esta es, a fin de cuentas, una lucha por ver quien consigue sacar la mayor tajada. E, irónicamente, el canon ha sido lo mejor que nos ha podido pasar a todos. Porque a ellos les da el dinero que tanto ansían y a nosotros nos convierte en mártires, atrae a más gente a la causa y nos justifica moralmente para seguir cargando las mulas hasta que revienten.

Sin embargo, en este conflicto quien tiene en realidad la última palabra es a quien no se la estamos pidiendo. La cultura misma. O, siendo un poco más exactos, los propios autores. No dejan de ser sus creaciones y sus propios intereses los que nos estamos jugando, como si nos pertenecieran. Y no dejan de ser ellos la base de la que se han erigidio las grandes compañías. Así que son ellos los que tienen que decidir el final del conflicto. Porque por mucho que lo intentemos, no podemos derribar a colosos como la industria de la música o la industria literaria desde fuera. Es un trabajo que tiene que realizarse desde dentro, de un cambio de mentalidad sobre los derechos de autor, los formatos y la distribución. Son los mismos creadores los que tienen que decidir dar un paso adelante. Sin embargo...

Puede que me esté volviendo más cínico con la edad, pero yo no estoy viendo a los cantantes de los 40 principales rescindir sus contratos en masa con las discográficas para vender sus canciones desde sus propias páginas web y organizar sus propios conciertos. Tampoco me consta que los grandes escritores estén liberando toda su obra con licencia Creative Commons e imprimiendo los libros bajo demanda. Ni que los pintores o escultores regalen sus obras menores para atraer compradores. No se, quizás... solo quizás... la cultura no quiere ser salvada. No toda, obviamente, siempre habrá quien prefiera compartirla desinteresadamente, pero intuyo que son los menos. Porque quizás resulta que les gusta grabar discos, llenar estadios de fútbol y tener grupies colándose en sus hoteles. Quizás les interesa vivir del cuento como tertulianos de la tele, columnistas en periódicos y jurados en concursos. Quizás todos esos adolescentes que se presentan a los castings de Operación Triunfo, los no tan jóvenes que buscan sonar en Radio 3, o los más talluditos que quieren que les den el Premio Planeta, sueñan con la gloria y la fama en vez de con el talento y la creatividad. Quizás, solo quizás, quieran grabar sus discos, escribir sus libros y vivir (holgadamente, eso sí) de ello.

Lo que nos deja que, en realidad, ya no somos los buenos de la película. Ni tampoco los malos. Somos un bando más, que se cree en poder de la razón y quiere imponer sus propias ideas de cómo debería ser la difusión de la cultura. Para salvarla, aunque no quiera ser salvada, aunque nos la tengamos que llevar por delante tal y como está concebida en estos momentos. Todo porque el nuevo régimen nos beneficie, en vez de perjudicarnos como el presente (lo cual, por cierto, me recuerda a la actitud de ciertos países invadiendo otros y que no voy a mencionar para no caer (aún más) en la demagogia). Y aunque en realidad esté de acuerdo (en lo de la cultura, no en lo de invadir países) me gustaría que al menos fueramos lo suficientemente sinceros como para admitir que esto en el fondo no deja de ser una cuestión de dinero...

12 de julio de 2008

Estimado weblog

Lo siento.

Le he estado dando muchas vueltas a la cabeza buscando la mejor forma de expresar todo lo que me gustaría decirte, en qué tono, con qué estilo, seleccionando los términos con cuidado; sin embargo, no he encontrado nada que lo transmita mejor que estas dos simples palabras: lo siento.

Aunque no me excusa en absoluto, debo admitir que hace dos años mi vida había alcanzado un punto muerto. Estaba harto de convivir con gente extraña por la que muchas veces no sentía ningún aprecio, pero el mísero sueldo de becario que recibía no solo no me permitía vivir por mi cuenta, sino que casi siempre necesitaba ayuda de mis padres para llegar a fin de mes. También hacía algún tiempo que había dejado atrás una relación bastante intensa para la que no estaba preparado, y desde entonces me regodeaba en la autocompasión de alguien incapaz de enfrentarse a una mujer cara a cara, ya no digamos pagar por tener ese sexo que tanto parecía necesitar. Por lo demás, dejaba pasar los días sin un objetivo, sin una meta, vagabundeando por las calles de Alicante, por las páginas de mis cómics o por los blogs que frecuentara en ese momento. Era un ser triste y gris, que ni siquiera era capaz de engancharse de verdad al tabaco, a la cafeina o a cualquier otra droga que le aturdiera lo suficiente hasta que llegara esa operación que debía cambiarlo todo.

Hasta que exploté. Necesitaba un cambio, dar un giro a mi vida, buscar un propósito que me impulsara a levantarme por las mañanas. Pero eso hubiera supuesto enfrentarme a mis propios miedos y fantasmas, así que opté por la opción más cobarde: te cerré. Te di de lado, volví a la espalda a lo que representabas y fingí que las cosas iban a ser distintas.

Y sí, lo fueron. Pero mi decisión poco o nada tuvo que ver. A fin de cuentas, en cuanto apareció el mono de escribir corrí a abrir un nuevo blog. Esta vez en Wordpress, creyendo que al utilizar un soporte distinto (más sencillo, más moderno) estaría haciendo realidad mi nuevo yo, mi nuevo día. El primer experimento, que para alimentar mi ya de por sí inflado ego llevaba mi nombre, no tenía originalidad, ni gracia, ni siquiera sentido. Pero ocurrió que, sin tenerlo planeado, conocí a alguien que me dio todo eso por lo que tanto había suspirado. E inmediatamente llegó mi intervención, y después la convalecencia, y así pasaron las semanas en un torbellino, convertido en mascota, escribiendo lo primero que se me pasara por la cabeza y sin tener aún muy claro hacia donde me dirigía.

Hastiado y asqueado, al final liquidé ese blog. Ya en aquel momento quería volver a ti, pero la verguenza y el orgullo me lo impedían. Así es como, de los restos del anterior, y aprovechando que acababa de comenzar una nueva vida en Madrid, creé una vulgar imitación tuya que, aunque escrita como un sincero homenaje, no te llegaba a las suelas de los zapatos. No es que todo fuera malo, y de hecho estoy bastante satisfecho con algunas de las cosas que hice, pero no se merecía llevar tu nombre. Tampoco duró mucho, de hecho. Sin ideas, sin fuerzas, cada vez más cansado de no tener nada que decir (pues apenas si publicaba nada que me llevara más tiempo que un párrafo o una tira), finalmente también tuve que cerrarlo.

Llegué a darme un último intento, el más sensato de todos. Ya que no tenía ni tiempo ni ganas de escribir, lo más lógico era reducirlo a la mínima expresión. Sin complicaciones, sin florituras, sin nada más que pensamientos breves y fugaces. Pero hasta las ocurrencias más livianas acaban por agotarse, por lo que apenas seis meses después le puse el punto y final.

Y así es como, después de dos años vagando por el país, por mi cabeza y por la red, tuve que aceptar finalmente la verdad. Que gran parte de lo que soy en estos momentos te lo debo a tí; que fuiste más que una simple forma de entretenimiento en un momento difícil; que a través de tus páginas pude gritar, llorar, reir, jugar, vivir, soñar; que estimulaste una creatividad que ni siquiera sabía que me podía permitir; que con tu mediación alcancé el amor y la pasión que tanto anhelaba; que, valga la ironía, conseguiste que me relacionara con más gente, gente que me admiraba y la que admiraba, gente que compartía mis opiniones, gente que me hacía sentir menos solo en el mundo.

Que, en definitiva, fuiste un amigo como nunca he tenido. Por eso ahora vuelvo a tí, humilde, arrepentido, con el alma desnuda, pidiendo tu perdón. Se que mi situación ha cambiado por completo; que de ser un soltero amargado y sin futuro he pasado a tener pareja, trabajo y una cierta estabilidad; que precisamente por estas circunstancias ya no tengo el mismo tiempo, motivaciones, ni energía que antes; que, da igual como lo plantee, nunca volverá a ser lo mismo que al principio. Pero quiero hacerte una promesa. Te prometo, aquí y ahora, que no volveré a abandonarte sin motivo, ni a darte de lado, ni a avergonzarme de tí. Que ahora y siempre serás tan parte de mi como yo lo soy de tí. Que, pase lo que pase, caminaremos juntos a lo que quiera que nos depare el futuro.

Porque, amigo mío, si hay algo que nunca nos faltará en esta vida serán cosas de las que quejarse...

24 de marzo de 2008

129

Siempre que un hombre al que han acusado de homofobia utiliza ese viejo argumento de tener "muchos amigos gays" no puedo evitar preguntarme en qué armario los habrá conocido...

128

Considero que no se está ponderando lo suficiente el enorme valor literario de los eufemismos. Valga como ejemplo cómo el Metro de Madrid ha sido capaz de convertir la frase "la jodimos al hacer los planos y hemos encontrado un socavón en un tunel, por lo que tenemos que cortar la línea hasta que arreglemos el desastre" en "por afección imprevista en las obras se interrumpe temporalmente el servicio".

14 de marzo de 2008

127

Me resulta terriblemente irónico, incluso poético, que en un autodenominado templo de la cultura y la modernidad (de pago, eso sí) como es la FNAC se puedan encontrar en sus baños tíos pajeándose viendo pollas ajenas como en cualquier otro aseo público...

126

Una de las consecuencias que más curiosas me resultan de ser una persona tímida y callada es que la gente suele escandalizarse cuando hago cualquier referencia sexual. Aplicando la lógica inversa eso significa que para poder triunfar con el sexo que nos interese hay que ser abierto y ruidoso, lo que confirmaría mi teoría de que en realidad el hombre tiene más en común con el papagayo que con el mono...

13 de marzo de 2008

125

En un raro momento de iluminación, de esos que sólo se tienen en el trabajo cuando deberías estar haciendo algo productivo, acabo de descubrir la razón del desmedido apoyo del gobierno a la SGAE. El canon existe no para proteger la cultura (esa gran excusa que nadie se ha tragado), ni tampoco para pagar el apoyo de los artistas en las elecciones (ya que nos la suda la opinión de Miguel Bosé), ni siquiera para enriquecer a la SGAE y acólitos (que si no es de aquí sacarán el dinero de cualquier otro sitio); su fin último es mantener a flote la industria discográfica, la hegemonía del disco y la figura de la estrella internacional para mantener la ilusión de todos esos miles de jóvenes que se presentan a cuanto concurso salga en la tele soñando con convertirse en artistas y vivir del cuento al amparo de un sello multinacional, no sea que sin tantos pájaros en la cabeza les de por pensar y se den cuenta de cómo los políticos les están mangoneando continuamente...

124

Siempre he pensado que cuando romper una regla se convierte en norma, respetarla a rajatabla es la única forma de rebeldía posible.

123

Esta semana están instalando agua caliente en todo nuestro edificio de oficinas. Resulta conmovedor cuánto se preocupan nuestros jefes por que nos sintamos cómodos en nuestra jaula.

11 de marzo de 2008

Nunca más

122

Echando cuentas, creo que ya me he gastado casi una quinta parte de mi sueldo en cómics. Lo realmente terrible es que no siento ni el más mínimo remordimiento.

121

Señores directores de las ediciones digitales de los diarios impresos: el objetivo principal de un periódico web es ofrecer las noticias en un formato de rápida actualización y gran accesibilidad, las dos cualidades de las que carece la versión de papel. Así pues, ¿podrían explicarme por qué cojones se empeñan en saturar las portadas de los mismos con una lista interminable de enlaces, secciones, subsecciones, fotografías, videos y publicidad, alargándolas hasta seis veces el tamaño de la pantalla y haciendo completamente imposible encontrar lo que se busca de un solo vistazo?

4 de marzo de 2008

120

Estos días la gente se preguntaba porqué hacía tantos años que no había debates políticos en televisión. Ahora tenemos la respuesta: porque para ver a dos animales adultos lanzándose mierda el uno al otro para saber quién es el jefe ya tenemos la jaula de los monos en el zoo.

119

Tengo un sueño imposible. Me gustaría que algún día los políticos españoles decidieran ser honestos y dejaran de situarse en el espectro político clásico (izquierda, centro, derecha) para empezar a definirse por lo único que realmente les diferencia: el color de su logotipo.

118

Es una interesante paradoja que cuando dos políticos se acusan mutuamente de mentir ambos estén diciendo la verdad...

29 de febrero de 2008

117

¿Soy el único al que le preocupa que el cubo de los envases se llene 3 veces más rápido que el cubo de la basura orgánica?

27 de febrero de 2008

116

Creía que haber sido trasladado al lado de la máquina de agua, teniendo que soportar el continuo ir y venir de gente, era un castigo. Pero, claro, eso fue antes de darme cuenta de que el grifo es demasiado bajo para unas mujeres demasiado altas con unos escotes demasiado grandes...

115

Es enternecedor ver como en esta empresa las delegaciones se mienten unas a otras con las mismas viejas excusas que utilizamos con los clientes...

114

Aunque no es la primera vez, nunca me acostumbraré a la terrible incertidumbre de si la próxima llamada de teléfono será el anuncio de una nueva pérdida en la familia.

113

Soy un oso dormido, esperando una primavera que no llega.

23 de febrero de 2008

112

En un primer momento pensé que esta súbita afición por los cómics de los 80, los videojuegos de los 90, la lucha libre y las Spice Girls eran un burdo intento de recrear mi años de instituto. Sin embargo, después de echar la vista atrás y analizarlo fríamente, me he dado cuenta de que en realidad lo que estoy haciendo es aprovechar mi situación (joven, independiente y con un sueldo fijo) para vivir la adolescencia que nunca tuve...

22 de febrero de 2008

111

Hay raras ocasiones en las que al acabar la jornada laboral me siento pleno, satisfecho, incluso ligeramente orgulloso por tener un oficio y pertenecer a una gran empresa.

Por fortuna cuando suena el despertador a las 6:54 de la mañana siguiente entro en razón y vuelvo a cagarme en mi trabajo, en mi empresa, en el capitalismo y en la puta que los parió a todos.

110

- ¿Nunca has visto en las películas americanas un grupo de orientales mayores en un parque haciendo cosas raras con los brazos y moviéndose como a cámara lenta?

- Sí.

- Bueno, pues eso es el Tai-Chi.

20 de febrero de 2008

109

A veces fantaseo con la idea de que suceda algo que sacuda los cimientos de la civilización actual, tal como el contacto con auténticos extraterrestres, la invención de una máquina del tiempo o que se descubriera gente con poderes extraordinarios. Cualquier cosa que dejara obsoletas nuestras vidas y creencias y nos hiciera iniciar una nueva era para la humanidad.

Por supuesto, no dura mucho. Al cabo de unos minutos la infinita monotonía de la existencia borra cualquier rastro de fantasía de mi mente y me recuerda que lo más probable es que cuando sea viejo las cosas apenas hayan cambiado...

18 de febrero de 2008

108

Desde que acabé la universidad (o, al menos, desde que decidí que ya tenía bastante) no he dejado de vivir en un constante estado de temporalidad, de transición, esperando mejorar mi situación si alcanzaba la siguiente etapa de lo que se me antojaba el transcurso natural de las cosas, solo para descubrir cada vez que el cambio ha sido insignificante y que la meta está más lejos de lo que creía.

Es ahora cuando me empiezo a dar cuenta de que, como dijo aquel, la vida es lo que pasa mientras hago planes y espero...

17 de febrero de 2008

107

Aquellos que no entienden porqué sigo viendo Smallville no se han dado cuenta de que hace mucho tiempo que dejó de ser una mala adaptación de un cómic para convertirse en un vulgar, facilón y considerablemente adictivo culebrón para frikis...

14 de febrero de 2008

106

De un tiempo a esta parte me estoy volviendo tan exigente con los cómics que leo que incluso comienzo a arrepentirme de algunas de las compras que hago.

No se si eso significa que estoy madurando, que mis gustos se empiezan a definir o que gran parte de lo que han publicado las editoriales estos últimos años es una mierda...

105

Últimamente en la oficina suele asaltarme de forma súbita y asfixiante el pensamiento de no saber qué coño estoy haciendo con mi vida. No obstante al cabo de un minuto me doy cuenta de que nunca lo he sabido y sigo con mi trabajo.

104

Con San Valentín la mercadotecnia dio un paso adelante en la evolución del comercio: se pasó de crear una necesidad de comprar a provocar un sentimiento hostil en otras personas por no hacerlo.

103

Cada vez tengo más claro que los gustos minoritarios y los guetos culturales no son más que un intento de sentirse diferente, especial, único; quizás mejor que los demás, puede que simplemente en un plano distinto, pero siempre lo más lejos posible de lo que solemos considerar "normal". Solo así se explica que incluso los que más se quejan de su condición (qué coño, especialmente ellos) sean los primeros en rasgarse las vestiduras cuando aquello que les distingue se hace popular y escapa a su control.

7 de febrero de 2008

102

En un magistral movimiento estratégico las hordas invasoras se apoderaron con rapidez de las amigdalas, consiguiendo el doble objetivo de diezmar una parte de las defensas del cuerpo y atrincherarse en una zona de difícil acceso para cualquier ayuda exterior, pudiendo así extender su infección a las zonas aledañas sin apenas oposición.

Me pregunto si los estreptococos han leido a Sun Tzu...

101

De repente me he dado cuenta de que el único motivo por el que funciona algo tan absurdamente rígido como la burocracia administrativa es por la gran cantidad de gente que se la pasa por el forro de los cojones.

4 de febrero de 2008

100

En los momentos de mayor estrés en el trabajo siempre llego a un punto en el que podría o bien alcanzar la iluminación o bien cometer un magnicidio.

99

Con frecuencia me han acusado de tener horchata en vez de sangre corriendo por las venas.
 
Ojalá fuera cierto: en caso de accidente sería más fácil conseguir una botella de Chufi que una bolsa de cero negativo.

1 de febrero de 2008

98

Qué coño, seamos sinceros: el auténtico motivo de mi repentino interés por "Los crímenes de Oxford" es ver las tetas de Leonor Watling.

97

Honestamente, no encuentro ninguna diferencia entre el miedo a lo diferente y el rechazo a lo común.

96

Se que pienso que la música de antes era mucho mejor que la actual más por nostalgia que por otra razón, pero lo cierto es que ya no se hacen canciones basadas en versos de Poe y relatos de Boris Vian...

31 de enero de 2008

95

Vamos a contar verdades (tralará):

  • Los teléfonos móviles son solo juguetes. Y el club Zed un puto timo.

  • La SGAE extorsiona a la gente.

  • Telefónica, Renfe y Correos pasaron de ser monopolios públicos a monopolios privados.

  • La gente se baja cosas de las redes P2P para no pagarlas.

  • Los hombres somos todos iguales. Las mujeres también.

  • La máxima aspiración de la gran mayoría de españoles es ser famoso, ganar El Gordo o vivir de las rentas.

  • A todos los blogueros nos sobra el ego.

  • Follar a pelo mola. Los coños depilados más. Juntar ambas cosas ni te cuento.

  • El mundo occidental es fundamentalmente alcoholico.

  • Aunque no seamos conscientes, seguimos moral y culturalmente mucho más dominados por la religión católica de lo que nos gustaría.

  • El cine español no es malo, es simplemente cansino de cojones.

  • Se pongan las excusas que se pongan, el fin último de la ilegalización del cannabis es poder ponernos ciegos a gusto.

  • Linux tiene mucho menos éxito que Windows porque es más difícil, apenas tiene juegos y la gente no tiene ni zorra de informática.

  • Cuando era adolescente no era tan gilipollas como los de ahora.

  • Por mucho que se nos llene la boca con la democracia y el estado de derecho, quien más y quien menos piensa que habría que condenar a los etarras a muerte. Sin juicio.

  • Internet es para ver porno.

  • Esta entrada es gratuita, prepotente y hasta de mal gusto. Y lo peor es que me la suda.

28 de enero de 2008

94

¿Dónde están los sindicatos?

93

Al parecer Zapatero ha prometido 400€ de ayuda por nuestros votos.

Me siento indignado. El mío vale como poco 1500€.

92

Cuando descubrí que hay mucha gente que prefiere caer enferma antes que ir al trabajo (esa actividad alrededor de la cual se desarrolla la mitad de tu vida y que te permite obtener el dinero con el cual llevar a cabo la otra mitad) me di cuenta de que estamos haciendo algo muy mal como sociedad.

23 de enero de 2008

91

Sí, es cierto: "The Sarah Connor Chronicles" no tiene nada que ver con las películas. Ni siquiera con la tercera. A los actores les falta gancho, los diálogos y monólogos son bastante ridículos, las poses forzadas, la acción carente de ritmo y el truco argumental al final del piloto estaba un tanto metido con calzador.

Pero, joder, Summer Glau es un Terminator. Repito: Summer Glau es un puto Terminator. Es decir, ¿acaso hacen falta más razones?

90

Cada vez que me niego a meterme en un ascensor la gente suele pensar que padezco claustrofobia.

Es mucho más que eso. Si estar encerrado con más gente durante un breve lapso de tiempo en un espacio tan reducido ya suele resultar incómodo para cualquiera, para alguien como yo, al que le cuesta fingir ser sociable incluso cuando se respeta su espacio vital, tener que utilizar un ascensor es un pequeño infierno.

21 de enero de 2008

89

En las pasadas elecciones generales puse mi voto en venta a cambio de trabajo. En estas voy a ser más ambicioso y voy a pedir un piso en propiedad. Sin hipoteca, por supuesto.

18 de enero de 2008

88

Deberíamos reivindicar de una vez por todas que se erradicara el traje con corbata y se sustituyera por el chándal. Iríamos igual de ridículos pero infinítamente más cómodos.

17 de enero de 2008

87

Existe mucha gente que piensa que alquilar es tirar el dinero. Personalmente pienso que en estos tiempos comprar un piso, con hipotecas a cuarenta años que te convierten en esclavo del banco, de tu nómina y del Euribor, pudiendote quedar en la calle si te despiden o rompes con la pareja con la que pagabas los plazos, pasando el mes con lo justo y sin saber si algún día podrás venderlo, no es tirar el dinero. Es tirar tu vida.

86

En estos tiempos de comida prefabricada, alimentos experimentales y cocina de autor, basta con que se estropee la máquina autoventa del comedor para descubrir hasta qué punto seguimos necesitando algo tan antiguo y simple como un trozo de pan.

16 de enero de 2008

85

Con el vinilo vivíamos mejor.

84

Al final he tenido que rendirme ante la evidencia de que la única forma de contentar a mi madre es que rompiera con mi novia, volviera al pueblo, aprobara una plaza de funcionario, me casara con una niña bien, me comprara una casa y tuviera hijos.

Es decir, que me convirtiera en mi padre. Con más pelo, eso sí.

83

Esta mañana nos hemos encontrado por toda la oficina carteles de la nueva campaña de comunicación interna en la que se enumeran los puntos por los que somos mejores que nuestros competidores. Habrá quien lo considere un lavado de cerebro corporativo. Para mí es simple y puro autoengaño.

14 de enero de 2008

82

En el fondo todos somos superficiales. Hasta la persona que dice ser más tolerante puede poner el grito en el cielo por algo tan banal como llevar la camiseta por dentro de los pantalones.

81

Cada vez que me planteaba buscar un nuevo trabajo me surgían dudas sobre si tengo la formación adecuada para encontrar algo igual o mejor que lo que tengo ahora. Pero eso fue antes de que a mis actuales clientes, una empresa con una marca prestigiosa que factura cientos de miles de euros al año, se les ocurriera pedirme que les enviara un material a Estados Unidos... por carretera.

Ahora... no se, como que no me parece que esté tan mal preparado después de todo.

80

There is no place like /root.

79

Me fascina hasta que punto puede ser arbitraria la moral de una sociedad. Sin ir más lejos, vivimos en una en la que se han derribado buena parte de sus tabues sexuales y sin embargo cortarse las uñas en público se sigue considerando algo obsceno.

11 de enero de 2008

78

Siendo la fe un acto puramente irracional ("creer sin ver" decían en catequesis), nunca entenderé porqué cuando alguien se confiesa creyente nadie le cuestiona sus motivos y sin embargo cuando declaras ser ateo lo primero que muchos te preguntan es porqué no crees en nada.

10 de enero de 2008

77

Según tengo entendido, Esperanza Aguirre va a boicotear las ayudas al alquiler del gobierno. No se debería haber molestado; gracias a la pésima calidad, los elevados precios y la escasez de oferta de las viviendas en alquiler de la capital ya se boicotean solas.

76

A veces resulta difícil justificar los gustos de uno. Porqué me gustan las Supernenas y los animales regordetes de peluche. Porqué me gasté 50€ para ver el concierto de reunión de las Spice Girls. Porqué cuando oigo música disco mis piernas se mueven solas. Porqué estoy tan enganchado al culebrón de "Anatomía de Grey". Porqué soy seguidor de un espectáculo en el que hombres musculosos semidesnudos se pelean entre sí como es la WWE.

Bueno, supongo que siempre podré decir que soy gay...

75

Dicen que lo bueno de las discusiones de pareja son las reconciliaciones.

Gilipolleces, que alguien me explique qué coño tiene de bueno discutir con alguien, por muy acojonante que sea el polvo de después.

9 de enero de 2008

74

Qué bonito es el palacio en el que se alberga la SGAE. Lástima que cuando estallen las revueltas a las que inevitablemente nos dirigimos tendremos que quemarlo...

73

Los que amamos y defendemos este medio pedimos imposibles. Que el mundo del cine se de cuenta de que el viejo sistema de proyección en salas vacías o llenas hasta la bandera, pagando una fortuna por la entrada y las palomitas para ver una producción de mala calidad y dejándose las cervicales en el asiento, se está quedando obsoleto frente al auge de las consolas y el cine en casa. Que los grandes sellos musicales entiendan que una industria más sustentada en la publicidad que en la calidad y en el que los intermediarios son los únicos que realmente ganan es insostenible. Que los gobiernos comprendan que la gente no es estúpida y es bueno que puedan expresar sus opiniones con libertad. Que se haga la revolución sexual que tanta falta hace para que desaparezcan todos los prejuicios a los que se aferra esta sociedad.

Pero no. Es mucho más fácil echar la culpa de todo a Internet.

8 de enero de 2008

72

Entiendo que a los que trabajan en el mundo de la computación les cabree, y mucho, que se emplee con tanta ligereza la excusa de que los errores "se han debido un fallo informático", cuestionando su profesionalidad y buen hacer.

Por favor, entiéndanos: esa frase ha salvado más empleos que todos los convenios colectivos juntos.

71

Empiezo a sospechar que esa pequeña obsesión por la movida madrileña no es tanto por la nostalgia de los que lo vivieron sino un desesperado intento de aquellos que ni siquiera estuvieron allí por tratar de recuperar un mito y empaparse de su magia en unos tiempos en los que ninguna leyenda dura más de un mes...

4 de enero de 2008

70

Adoro las pequeñas alianzas, conspiraciones, escondites y secretos que generan todos los años los regalos de Reyes para sorprender a la familia. Es lo más cerca que he estado nunca de la política internacional.

3 de enero de 2008

69

Casa: 16° -> Calle: 3° -> Metro: 28° -> Calle: 3° -> Autobus: 14° -> Calle: 3° -> Oficina: 32° -> Calle: 6° - > Autobus: 15° -> Calle: 6° -> Metro: 25° -> Calle: 6° -> Casa: 16°.

De verdad que no entiendo cómo he podido resfriarme.

68

Desde hace algunos años he recuperado la ilusión por ver la cabalgata de los Reyes Magos en mi pueblo. Siempre que creemos que no puede ir a peor, el alcalde nos sorprende con un espectáculo aún más lamentable que el del año anterior...

1 de enero de 2008

67

Según un estudio de una prestigiosa universidad, el 90% de los argumentos que comienzan con la frase "según un estudio de una prestigiosa universidad" y similares son mentiras interesadas que tratan de generar confusión y están basados en unas investigaciones que, por supuesto, nunca han existido.

66

Definitivamente, lo mejor de estas fiestas es... que se acaben.