22 de mayo de 2006

Equilibrio



Durante esta última semana, tras dos meses de perfecta abstinencia, he caido de nuevo en el tabaco. O más bien debo decir "había caido", porque este sábado, tras consumirse el último cigarrillo del paquete, el deseo de seguir fumando desapareció sin más. Lo que durante los últimos siete días había sido una necesidad perentoria, que me impedía ponerme a escribir en el ordenador sin un cenicero a mano, se convirtió de repente en tan sólo un capricho fugaz al que no le debía dar mayor importancia.

Tras mucho reflexionar he llegado a la conclusión de que no era realmente nicotina lo que me pedía el cuerpo. Ni siquiera el hábito de tener algo en lo que ocupar las manos durante los ratos muertos o la capacidad de aturdir mis sentidos con el humo para evadirme (de alguna manera) de mis problemas. No, lo que reamente me pedía el cuerpo era equilibrio. Ante una vida insulsa, ordenada, predecible, tranquila, sin sorpresas, el cuerpo me pedía a gritos un poco de descontrol, de sinrazón, de maldad. Me pedía joderme a mí mismo al menos durante unos días para compensar todos las excesivas precauciones que tomo el resto del tiempo.

En realidad no me gusta fumar. En realidad cada vez que lo hago me obsesiono con cada calada con la idea de que mi salud se esté deteriorando de manera irremediable. Pero a veces la única forma de salir de un agujero es llegando primero al fondo...

5 comentarios:

Macacolandia dijo...

Son las cosas que tiene el cerebro, unas veces te hace creer que necesitas, otras que no te gusta. El gran enigma.
Un saludo

Jesús León dijo...

Es necesario romper el equilibrio de vez en cuando para percatarnos de que no somos autómatas y que tenemos capacidad de reacción, sentimos crisis y sabemos levantarnos.

Un saludo desequilibrado.

Anonymous dijo...

Si no conoces el fondo, jamas sabras donde habras de colocar la escalera para que no se mueva.

Besos miles!

Villaykorte dijo...

Vamos Fenix, que tú puedes.

Juan Miguel dijo...

Me pregunto muchas veces si preferimos caer en el pozo por gusto o simplemente, no vemos la salida hasta caer, excelente espacio, Saludos desde México.