14 de mayo de 2006

Por una manifestación digna



Me lo estaba temiendo (de hecho estaba casi convencido), pero no por eso ha sido menos humillante. La sentada de hoy en Alicante por una vivienda digna, convocada mal y a destiempo desde este blog, ha sido un sonado fracaso. Apenas 30 ó 40 personas en el momento de más afluencia, de las cuales sólo unas 20 llegamos a sentarnos. Al menos parece que acerté en la elección del lugar de la sentada, ya que en la Explanada de España pudimos llamar la atención de la enorme cantidad de gente que en esos momentos paseaba por allí o volvía de la playa.

Afortunadamente parece que va a salir algo bueno de todo esto. Los pocos allí reunidos compartíamos claros intereses comunes, y es por eso que tras hablarlo hemos decidido convocar una asamblea para pensar en otras formas de actuación más efectivas. Asamblea de la que me he convertido involuntariamente en el portavoz, al confesar que yo había sido el (des) organizador de la sentada alicantina (y porque alguien se tenía que comer el marrón, aunque sarna con gusto no pica).

En cualquier caso he de decir que no me arrepiento. Por primera vez en mucho, mucho tiempo me siento parte de algo. Puede que por fin (quizás) haya encontrado el lugar en el que no sea un inadaptado, o al menos no el único, y en el que pueda conocer gente nueva. Ni gimnasios, ni excursiones, ni clubs ni ostias. Lo que realmente une a la gente es tener un objetivo (o enemigo) en común.

Eso sí, que nadie piense que ahora me voy a dejar perilla para hacerme el progre...

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