Esto ya dura más que una saga de Stracinsky (y perdón por el chiste friki). Empiezo a estar tentado de dejar estos mensajes a los 8 números me den el ordenador o no (que, por cierto, nunca habían tardado tanto en darme una respuesta. O mi PC está realmente jodido o los técnicos son unos vagos del copón).
En fin, a lo que íbamos. Mucha gente me pregunta por activa o por pasiva por qué no acabo la carrera de una puñetera vez. Debe de ser una de las pocas cosas de las que me da vergüenza hablar, a pesar de que he contado tantas intimidades (salvo mi identidad, por supuesto) que no se si me atreveré a mirar a la cara a otros blogueros el día que asista a una quedada (hablar de cuanto y cómo te pajeas es lo que tiene). Pero he pensado que de perdidos al río y que un poco de autocrítica no me vendrá mal.
Básicamente todo se reduce a tres motivos principales. El primero es, obviamente, que no aprobé la asignatura que me quedaba en su momento. Y esto es lo único en lo que tengo excusa ya que mi caso no fue ni con mucho algo aislado. Si aprender alemán ya es jodido, lo es mucho más si te cambian de profesor y de método cada año, si el departamento exige un 70% de aciertos para aprobar el examen (ni que fuera a conducir maquinaria pesada...) y si además la profesora responsable es tonta del culo. Que lo es. Me da igual que sea una apreciación completamente subjetiva y ofensiva, es lo que piensan la gran mayoría de sus alumnos. He conocido a muy poca gente (dos o tres, si acaso) que la respeten. Sobre todo después de que aproximadamente 15 alumnos suspendiéramos sistemáticamente cada examen de repesca que tan caritativamente nos ofrecían. Era casi grotesco ver siempre las mismas caras en junio y septiembre, o tener que asistir a clases en las que cada vez nos separaba más edad del resto de compañeros (y consecuentemente cada vez nos miraban más raro). Puede que no sea un argumento de peso, pero si conociérais a dicha profesora me daríais la razón.
El segundo motivo, y en este si que no tengo excusa alguna, ha sido el pasotismo. Sí, es cierto que no me he esforzado lo suficiente a la hora de buscarme la vida en el mundo de la traducción, pero también se que la titulación sirve de poco o nada. De hecho en mi currículum consto como licenciado desde hace 5 años (casi 6) y no solo no me han pedido nunca que lo demostrara sino que estoy convencido de que ha sido un impedimento a la hora de optar a según que trabajos. Aunque, como ya he dicho, no es ninguna excusa, lo cierto es que ver como mi título me cierra más puertas de las que me abre ha tenido como consecuencia que le perdiera el respeto. Pégale una patada a una piedra y te saldrá un licenciado en algo, con másters y todo. Así que supongo que la idea de esforzarme para conseguir un papel (bastante caro, por cierto) que luego va a coger polvo en la pared no me resulta demasiado atractiva. Eso es infantil, inmaduro y todo lo que querais, pero si hubiera estudiado fontanería ahora tendría piso propio...
El tercer y último motivo es el que más me avergüenza contar, curiosamente, a pesar de que en cierta medida no es mi culpa, o al menos no del todo. El hecho es que si no apruebo la asignatura que me queda (que ya no es alemán, de esa se me agotaron las convocatorias) es porque... bueno, porque no puedo. Así, como suena, no puedo. De un tiempo a esta parte sufro de un bloqueo que me impide coger un libro. No es solo que me cueste estudiar, como ocurre cuando llevas tanto tiempo apartado de los estudios, sino que soy incapaz de hacerlo. Es solo pensar en estudiar y mi ansiedad sube con más rapidez que los precios. Si se me ocurre sentarme delante de los apuntes la silla me quema, podríamos decir. Me altero, me pongo nervioso, me sofoco incluso. De hecho esto se ha agravado hasta el punto de que ya no soy capaz de ir a clase. Si falto tan solo a dos o tres después me da tanta vergüenza volver sin los trabajos hechos que acabo por no pisar la universidad. Y lo peor es que ahora tengo a uno de los profesores más duros de la carrera y se que si falto ni tan siquiera me dejará examinarme.
Este año al menos he sacado fuerzas de flaqueza (tras un par de broncas de dos amigas, todo hay que decirlo) y he decidido buscar ayuda. La universidad tiene un servicio de orientación que aunque no es totalmente profesional (esto no deja de ser una institución pública) al menos sí que puede echarme un cable para tratar de determinar las causas de mi bloqueo para que pueda combatirlo. O al menos intentarlo. Tan solo he tenido dos sesiones y ya he conseguido identificar una pauta de comportamiento que explica no solo este problema sino otras muchas cosas. Resumiendo: mi cerebro reacciona exageradamente a la hora de enfrentarse a situaciones que me estresan. Como ir de compras, por ejemplo. Parecerá una estupidez, pero antes de comprarme una simple camiseta necesito 5 visitas a la tienda hasta que consigo controlar el pánico y me decido. Supongo que lo que me ocurre con los estudios solo es una versión amplificada de esta reacción, ya que todo el mundo me presiona para que acabe la carrera y así pueda... bueno, la verdad es que no sé que cree la gente que voy a conseguir con eso, pero se supone que me servirá para algo.
Ahora la cuestión es si la terapia realmente funcionará. Ya he identificado el problema, cierto, pero superarlo ya es otro tema. Quizás me vea obligado a buscar ayuda profesional, aunque supongo que tendré que acudir a un psicólogo privado si realmente quiero ver resultados. Así podría aprovechar y tratar otros temas ya de paso, porque no hay nada más estresante, por ejemplo, que la idea de intentar salir (o follar) con alguien. Que lo del título la verdad es que no me interesa mucho, pero lo de estar solo sí que no me hace mucha gracia...
En fin, a lo que íbamos. Mucha gente me pregunta por activa o por pasiva por qué no acabo la carrera de una puñetera vez. Debe de ser una de las pocas cosas de las que me da vergüenza hablar, a pesar de que he contado tantas intimidades (salvo mi identidad, por supuesto) que no se si me atreveré a mirar a la cara a otros blogueros el día que asista a una quedada (hablar de cuanto y cómo te pajeas es lo que tiene). Pero he pensado que de perdidos al río y que un poco de autocrítica no me vendrá mal.
Básicamente todo se reduce a tres motivos principales. El primero es, obviamente, que no aprobé la asignatura que me quedaba en su momento. Y esto es lo único en lo que tengo excusa ya que mi caso no fue ni con mucho algo aislado. Si aprender alemán ya es jodido, lo es mucho más si te cambian de profesor y de método cada año, si el departamento exige un 70% de aciertos para aprobar el examen (ni que fuera a conducir maquinaria pesada...) y si además la profesora responsable es tonta del culo. Que lo es. Me da igual que sea una apreciación completamente subjetiva y ofensiva, es lo que piensan la gran mayoría de sus alumnos. He conocido a muy poca gente (dos o tres, si acaso) que la respeten. Sobre todo después de que aproximadamente 15 alumnos suspendiéramos sistemáticamente cada examen de repesca que tan caritativamente nos ofrecían. Era casi grotesco ver siempre las mismas caras en junio y septiembre, o tener que asistir a clases en las que cada vez nos separaba más edad del resto de compañeros (y consecuentemente cada vez nos miraban más raro). Puede que no sea un argumento de peso, pero si conociérais a dicha profesora me daríais la razón.
El segundo motivo, y en este si que no tengo excusa alguna, ha sido el pasotismo. Sí, es cierto que no me he esforzado lo suficiente a la hora de buscarme la vida en el mundo de la traducción, pero también se que la titulación sirve de poco o nada. De hecho en mi currículum consto como licenciado desde hace 5 años (casi 6) y no solo no me han pedido nunca que lo demostrara sino que estoy convencido de que ha sido un impedimento a la hora de optar a según que trabajos. Aunque, como ya he dicho, no es ninguna excusa, lo cierto es que ver como mi título me cierra más puertas de las que me abre ha tenido como consecuencia que le perdiera el respeto. Pégale una patada a una piedra y te saldrá un licenciado en algo, con másters y todo. Así que supongo que la idea de esforzarme para conseguir un papel (bastante caro, por cierto) que luego va a coger polvo en la pared no me resulta demasiado atractiva. Eso es infantil, inmaduro y todo lo que querais, pero si hubiera estudiado fontanería ahora tendría piso propio...
El tercer y último motivo es el que más me avergüenza contar, curiosamente, a pesar de que en cierta medida no es mi culpa, o al menos no del todo. El hecho es que si no apruebo la asignatura que me queda (que ya no es alemán, de esa se me agotaron las convocatorias) es porque... bueno, porque no puedo. Así, como suena, no puedo. De un tiempo a esta parte sufro de un bloqueo que me impide coger un libro. No es solo que me cueste estudiar, como ocurre cuando llevas tanto tiempo apartado de los estudios, sino que soy incapaz de hacerlo. Es solo pensar en estudiar y mi ansiedad sube con más rapidez que los precios. Si se me ocurre sentarme delante de los apuntes la silla me quema, podríamos decir. Me altero, me pongo nervioso, me sofoco incluso. De hecho esto se ha agravado hasta el punto de que ya no soy capaz de ir a clase. Si falto tan solo a dos o tres después me da tanta vergüenza volver sin los trabajos hechos que acabo por no pisar la universidad. Y lo peor es que ahora tengo a uno de los profesores más duros de la carrera y se que si falto ni tan siquiera me dejará examinarme.
Este año al menos he sacado fuerzas de flaqueza (tras un par de broncas de dos amigas, todo hay que decirlo) y he decidido buscar ayuda. La universidad tiene un servicio de orientación que aunque no es totalmente profesional (esto no deja de ser una institución pública) al menos sí que puede echarme un cable para tratar de determinar las causas de mi bloqueo para que pueda combatirlo. O al menos intentarlo. Tan solo he tenido dos sesiones y ya he conseguido identificar una pauta de comportamiento que explica no solo este problema sino otras muchas cosas. Resumiendo: mi cerebro reacciona exageradamente a la hora de enfrentarse a situaciones que me estresan. Como ir de compras, por ejemplo. Parecerá una estupidez, pero antes de comprarme una simple camiseta necesito 5 visitas a la tienda hasta que consigo controlar el pánico y me decido. Supongo que lo que me ocurre con los estudios solo es una versión amplificada de esta reacción, ya que todo el mundo me presiona para que acabe la carrera y así pueda... bueno, la verdad es que no sé que cree la gente que voy a conseguir con eso, pero se supone que me servirá para algo.
Ahora la cuestión es si la terapia realmente funcionará. Ya he identificado el problema, cierto, pero superarlo ya es otro tema. Quizás me vea obligado a buscar ayuda profesional, aunque supongo que tendré que acudir a un psicólogo privado si realmente quiero ver resultados. Así podría aprovechar y tratar otros temas ya de paso, porque no hay nada más estresante, por ejemplo, que la idea de intentar salir (o follar) con alguien. Que lo del título la verdad es que no me interesa mucho, pero lo de estar solo sí que no me hace mucha gracia...