20 de julio de 2005

Crónicas de la nada




Tengo que confesar algo. Cada vez que veo el trailer de Crónicas de Narnia me emociono. A duras penas puedo contener las lágrimas. Apenas se nada del libro ni de la historia, pero no puedo evitar echarme a llorar. Y creo saber por qué.

Si tuviera que poner un título a mi vida actual, bien podría llamarse Crónicas de la nada. O simplemente Nada, igual que el libro de Carmen Laforet. Pero incluso ella tenía algo que podía plasmar en una novela. Desde hace cuatro años mi existencia es insulsa y vacía, carente de todo sentido. Cuando trabajo los dias pasan lentos pero inexorables, cada uno igual que el anterior e igual al siguiente; los pocos días libres que tengo los dedico a descansar y recuperarme para poder volver a la interminable rutina de siempre. Cuando estoy parado (como me pasa ahora), el tiempo pasa tan rápido que siento que se me escapa de los dedos: al acostarme suelo descubrir que no he hecho absolutamente nada que merezca la pena en todo el día, y el terror que me produce no me deja dormir.

Todo lo que sé sobre la película que he mencionado es que trata de las aventuras de unos crios en un mundo de fantasía, donde conocen a todo tipo de extrañas criaturas y se enfrentan a una malvada bruja. Sueños de niño que todos hemos tenido en algún momento y que desaparecen con el peso de los años y las responsabilidades. Pero esas imágenes tienen la cualidad de pulsar ese interruptor secreto que todos llevamos dentro y que nos retrae a nuestra infancia, cuando todo era posible y no había límites para la imaginación. Esas imágenes me hacen desear de una forma violenta vivir aventuras imposibles que me saquen de este infierno de rutina y vacio, viajar hasta mundos perdidos y, por qué no, conocer un amor tan apasionado que pueda llegar a destruirme. Esas imágenes me hacen soñar con morir empuñando una espada defendiendo valores tan perdidos como el honor o simplemente el bien.

Hay mucha gente a la que le cuesta entender el mensaje de la película Donnie Darko. Sin embargo para mi está muy claro. Si tienes la oportunidad de vivir tu vida con toda intensidad, uno puede llegar hasta su hora final sabiendo que ha merecido la pena...

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