26 de julio de 2007

Madridleñismos (XI)

Y llegó el día en que la contaminación pudo a la naturaleza y, libre por fin de la molesta capa de ozono, el sol se convirtió en un dios vengativo que abrasaba con sus rayos a cualquiera que osara caminar al descubierto. Así fue como los habitantes de la ciudad comenzaron a construir hacia abajo, en vez de hacia arriba, aprovechando el metro, las alcantarillas y los mil túneles de la capital, hasta que todo Madrid se convirtió en un infinito subterráneo.

Al cabo de poco tiempo nadie notaba la diferencia. Bueno, sí, que ya no había palomas.

1 comentario:

Odioafujitsu dijo...

Después de leer tu blog, me he dado cuenta que has descrito a la perfección mi ciudad, salvo por el metro (aunque ya lo estamos construyendo).

Voy muy a menudo a madrid por cuestiones de trabajo y desde luego que lleváis un ritomo de vida frenético, transbordos de una línea a otra corriendo por los pasillos para no perder el próximo...gente aglutinada, tráfico incesante, caótico.

Aquí en mi ciudad vamos por ese camino, aunque de momento tenemos un ritmo de vida mas pausado...y claro..tenemos playa ;)

Esta maldita vida.... me parece que solo romperé con la rutina el día que me muera...

Todas las mañanas lo mismo... levantarse a la misma hora, ducha, desayuno, ropa y camino al garaje,atraviesa media ciudad, llega a la oficina.... papeles, teléfono, mails, almuerzo, más papeles, más teléfono, comer en el curro, más papeles, más teléfonos, más mails.... pilla moto, vuelve a casa...

Ves a la gente por la calle, cada persona es un pequeño mundo, todas tan distantes, tan ausentes, el único contácto es cuando algún merluzo se pone nervioso por el tráfico y te dedica algún improperio.

Si hay una expresión que resuma el día a dia es : PUAG