Come sobras o alimentos preparados en recipientes de plástico, tiene un dueño al que tiene que obedecer aunque le grite, va persiguiendo autobuses por la calle y se pasa el día encerrado en un edificio salvo un rato que sale a pasear por la noche o el fin de semana.
Vaya, ahora no se si la respuesta es "perro" u "oficinista".
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