Todo es una gran broma...
Cuando crecemos nos damos cuenta de que la vida no era como nosotros creíamos de niños. Que la mayoría de las cosas de adultos son grises y aburridas, y mucho más simples de lo que parecían a simple vista. Sin embargo hay adultos que se resisten a crecer y siguen creyendo en los cuentos de hadas. Algunos se limitan a rememorar y manipular la fantasía clásica (ahí está Tim Burton, sin ir más lejos), pero otros ya no se conforman con las historias de duendes y es cuando surgen las conspiraciones, los enigmas históricos y las intrigas políticas.
Es precisamente este último tema el mayor responsable de sus propias leyendas. Porque tal y como le oí comentar a un periodista, "los habitantes de un país toleran que sus gobernantes les mientan hasta cierto punto". Terrible, pero cierto. Estamos tan acostumbrados a que los políticos nos mangoneen y nos manipulen que hemos aprendido a no hacer preguntas de las que sabemos que no obtendremos respuesta fácil. Y por eso nos tenemos que conformar con imaginar o especular sobre la realidad que se oculta tras un acontecimiento más o menos oscuro. Como, por ejemplo, la invasión de la Isla Perejil. La mayoría de la gente se rió del tema (no era para menos), pero también hubo otros que se preguntaron porqué el gobierno se tomó tan en serio la ocupación de un islote minúsculo lleno de cabras. Desde el desafio político, en un momento de tensas relaciones diplomáticas, hasta el inicio frustrado de una invasión militar en toda regla he oido todo tipo de explicaciones. Puede que todo fuera cuestión de un malentendido, pero uno no deja de sospechar al ver la premeditación con la que se restó importancia al asunto.
Es precisamente este último tema el mayor responsable de sus propias leyendas. Porque tal y como le oí comentar a un periodista, "los habitantes de un país toleran que sus gobernantes les mientan hasta cierto punto". Terrible, pero cierto. Estamos tan acostumbrados a que los políticos nos mangoneen y nos manipulen que hemos aprendido a no hacer preguntas de las que sabemos que no obtendremos respuesta fácil. Y por eso nos tenemos que conformar con imaginar o especular sobre la realidad que se oculta tras un acontecimiento más o menos oscuro. Como, por ejemplo, la invasión de la Isla Perejil. La mayoría de la gente se rió del tema (no era para menos), pero también hubo otros que se preguntaron porqué el gobierno se tomó tan en serio la ocupación de un islote minúsculo lleno de cabras. Desde el desafio político, en un momento de tensas relaciones diplomáticas, hasta el inicio frustrado de una invasión militar en toda regla he oido todo tipo de explicaciones. Puede que todo fuera cuestión de un malentendido, pero uno no deja de sospechar al ver la premeditación con la que se restó importancia al asunto.
Leí hace poco en un blog (del que no recuerdo el nombre, lo siento por la autora) una referencia al libro "El club Bilderberg", al que le auguraba un gran éxito a nivel mundial. Es muy posible que así sea, ya que es conspiranoia en estado puro: un club privado, hermético e inaccesible de dirigentes, empresarios e incluso realeza europea (en pocas palabras, la élite capitalista occidental) que se reune en distintos lugares del planeta para discutir sobre el funcionamiento del mundo (hay un completísimo reportaje sobre los mismos en esta web). Y además no está basado en especulaciones (como el Código DaVinci) sino que es real: hay fotos, listas de participantes, pequeñas filtraciones sobre el contenido de sus asambleas... Joder, tienen incluso una pequeña sede en no se dónde.
Sin embargo, al buscar información sobre el no-tan-oculto club Bilderberg me he dado cuenta de que tiene bastante poco que ver con la monarquía secreta que el supervillano Tao trata de manipular en la (notable) serie Sleeper, de Ed Brubaker. Si bien estos reyes en la sombra son decadentes, al menos mantienen un poder fáctico (genial ese momento en el que uno de ellos dice "¿Movimiento antiglobalización? A partir del mes que viene volvemos a poner de moda el reggae. Y cuando estén hasta las cejas de fumar marihuana ya veremos si les quedan ganas de manifestarse"). En cambio los "todopoderosos" Bilderbergs parecen más bien una asesoría económica mundial que los auténticos "amos del mundo" como así les llaman. Baste con decir que Donald Rumsfeld aseguró en una de las reuniones que no habría guera en Irak y los muy pardillos se lo tragaron, con la consiguiente bronca posterior. Además la lista de participantes invitados es increiblemente heterodoxa (joder, incluso Esperanza Aguirre ha asistido alguna vez) , incluyendo a un nutrido grupo de grandes empresarios o representantes de multinacionales. Lo cual te hace preguntarte hasta que punto se puede poner de acuerdo gente tan dispar.
Cuando uno piensa en "los amos del mundo" se imagina a una élite mundial que elabora complicados planes para conseguir la estabilidad y el progreso en el planeta, al menos hasta el punto en el que les beneficie. Pero cuando echamos un vistazo a los acontecimientos sociales y políticos de los últimos años cuesta creer que haya realmente un plan en todo esto. Un huracán y la credibilidad del país más poderoso del mundo se va a la mierda. Una recesión y los dos países sobre los que supuestamente se articula Europa empiezan a regatear las normas que ellos mismos crearon. Se pone de moda un formato de video (el DVD) y ya tenemos a dos grandes marcas peleándose por conseguir la exclusiva de la nueva versión del mismo. China está convirtiéndose casi sin que nos demos cuenta en una superpotencia imparable. Y seguimos dependiendo de una forma de energía (los combustibles fósiles) que tiene los días contados.
Puede que me equivoque. Nunca se me ha dado bien resolver problemas que exigen el análisis de múltiples factores de forma simultánea (razón por la cual soy un paquete jugando a las cartas, especialmente al mus). Por eso puede que no sea capaz de ver la compleja trama que subyace a los acontecimientos más relevantes de los últimos años. Pero puede que no sea así. Puede que, en realidad, los amos del mundo sean más estúpidos de lo que creemos. A fin de cuentas son la élite capitalista, y cuando hay dinero de por medio uno siempre barre para casa. Los Bilderbergs presumen de no representar a nadie salvo a ellos mismos, un grupo de ciudadanos preocupados por la marcha del mundo. Sin embargo eso no se lo cree nadie. A un dirigente de una multinacional le preocupa más la marcha de su empresa que la situación geopolítica del cono sur, a menos que tenga intereses en la zona. Y son esas mismas empresas las que apoyan a unos gobernantes que en realidad tienen el coeficiente intelectual de un mandril y no lo hubieran conseguido por ellos mismos. Por lo que solo nos queda el caos.
A veces tengo la impresión de que la "gran broma" de la que hablaba el Comediante en Watchmen no es que seamos marionetas de oscuros intereses en la sombra. Que la "gran broma" es que en realidad no hay nadie. Que estamos en manos de personas egoistas y estúpidas que ni siquiera saben lo que se traen entre manos y a las que les importamos un pimiento. Que el club Bilderberg es un grupo de gente rica repartiéndose los beneficios que arañan de los problemas del mundo, el priorato de Sión unos fanáticos religiosos aburridos y los Masones un montón de adultos que aún creen en los cuentos de hadas y se han inventado el suyo propio.
Y se supone que nosotros somos los infantiles por leer tebeos de superhéroes...
Sin embargo, al buscar información sobre el no-tan-oculto club Bilderberg me he dado cuenta de que tiene bastante poco que ver con la monarquía secreta que el supervillano Tao trata de manipular en la (notable) serie Sleeper, de Ed Brubaker. Si bien estos reyes en la sombra son decadentes, al menos mantienen un poder fáctico (genial ese momento en el que uno de ellos dice "¿Movimiento antiglobalización? A partir del mes que viene volvemos a poner de moda el reggae. Y cuando estén hasta las cejas de fumar marihuana ya veremos si les quedan ganas de manifestarse"). En cambio los "todopoderosos" Bilderbergs parecen más bien una asesoría económica mundial que los auténticos "amos del mundo" como así les llaman. Baste con decir que Donald Rumsfeld aseguró en una de las reuniones que no habría guera en Irak y los muy pardillos se lo tragaron, con la consiguiente bronca posterior. Además la lista de participantes invitados es increiblemente heterodoxa (joder, incluso Esperanza Aguirre ha asistido alguna vez) , incluyendo a un nutrido grupo de grandes empresarios o representantes de multinacionales. Lo cual te hace preguntarte hasta que punto se puede poner de acuerdo gente tan dispar.
Cuando uno piensa en "los amos del mundo" se imagina a una élite mundial que elabora complicados planes para conseguir la estabilidad y el progreso en el planeta, al menos hasta el punto en el que les beneficie. Pero cuando echamos un vistazo a los acontecimientos sociales y políticos de los últimos años cuesta creer que haya realmente un plan en todo esto. Un huracán y la credibilidad del país más poderoso del mundo se va a la mierda. Una recesión y los dos países sobre los que supuestamente se articula Europa empiezan a regatear las normas que ellos mismos crearon. Se pone de moda un formato de video (el DVD) y ya tenemos a dos grandes marcas peleándose por conseguir la exclusiva de la nueva versión del mismo. China está convirtiéndose casi sin que nos demos cuenta en una superpotencia imparable. Y seguimos dependiendo de una forma de energía (los combustibles fósiles) que tiene los días contados.
Puede que me equivoque. Nunca se me ha dado bien resolver problemas que exigen el análisis de múltiples factores de forma simultánea (razón por la cual soy un paquete jugando a las cartas, especialmente al mus). Por eso puede que no sea capaz de ver la compleja trama que subyace a los acontecimientos más relevantes de los últimos años. Pero puede que no sea así. Puede que, en realidad, los amos del mundo sean más estúpidos de lo que creemos. A fin de cuentas son la élite capitalista, y cuando hay dinero de por medio uno siempre barre para casa. Los Bilderbergs presumen de no representar a nadie salvo a ellos mismos, un grupo de ciudadanos preocupados por la marcha del mundo. Sin embargo eso no se lo cree nadie. A un dirigente de una multinacional le preocupa más la marcha de su empresa que la situación geopolítica del cono sur, a menos que tenga intereses en la zona. Y son esas mismas empresas las que apoyan a unos gobernantes que en realidad tienen el coeficiente intelectual de un mandril y no lo hubieran conseguido por ellos mismos. Por lo que solo nos queda el caos.
A veces tengo la impresión de que la "gran broma" de la que hablaba el Comediante en Watchmen no es que seamos marionetas de oscuros intereses en la sombra. Que la "gran broma" es que en realidad no hay nadie. Que estamos en manos de personas egoistas y estúpidas que ni siquiera saben lo que se traen entre manos y a las que les importamos un pimiento. Que el club Bilderberg es un grupo de gente rica repartiéndose los beneficios que arañan de los problemas del mundo, el priorato de Sión unos fanáticos religiosos aburridos y los Masones un montón de adultos que aún creen en los cuentos de hadas y se han inventado el suyo propio.
Y se supone que nosotros somos los infantiles por leer tebeos de superhéroes...
11 comentarios:
Yo tengo clarísimo lo que afirmas al final... estamos en manos de personas egoístas y estúpidas que ni siquiera saben lo que se traen entre manos y las que les importamos un pimiento.
Yo sigo leyendo tebeos, son mejores que la prensa seria...
Así son las cosas, yo no los veo como maquiavelos buscando el modo de jodernos, sino mas bien como banqueros buscando el modo de fornicar nuestras nóminas lo mas posible, no creo que discutan de moral o religión, de justicia o injusticia, estos hablaran de pasta y pasta, dinero y dinero...es lo único que les interesa...
Muy a propósito del photoshopeo de http://eltete.blogspot.com/2005/08/who-wanks-wankmen.html
Un día nos hartaremos de que se nos corran en la cara, y entonces...
Siempre ha sido asi...Conspiren!!!
Al final...nosotros tomaremos el mundo, o moriremos en el intento.
Cualquier día de estos que esté aburrido (lo cual es el 90% del tiempo) me inventaré mi propio club secreto semi-místico con rituales extraños, conexiones con civilizaciones pasadas y bulos sobre nuestra influencia en el mundo.
Y básicamente nos dedicaremos a drogarnos, hablar sobre cualquier cosa y follar (aunque esto último es opcional, por supuesto).
Bah, esa élite o cualquier político del mundo son tan listos o tan tontos como cualquiera de nosotros. Lo malo es que ellos mandan.
todo da mucho miedo..
Diga vd que sí, gemmita.
Miedo y asco.
Estoo...que yo me apunto al club ése cuando lo abras, si necesitas ayuda para redactar los estatutos aqui estoy yo. Y para el resto de cosas, claro.
Ayer otro bochornoso espectáculo en el Congreso de los Diputados, algunos no sabían ni encender el ordenador. Pregunta al aire: ¿Alguien conoce personalmente a alguna persona capacitada que se dedique profesionalmente a la política?.(Me recuerda la canción de Sabina, la del blues de lo que pasa en mi escalera)
Publicar un comentario