Crisis

¿Soy el único que piensa que debió
morir mucha más gente?

Cuando un aficionado a los cómics escucha la palabra "crisis", se echa a temblar. Especialmente los seguidores de los cómics DC, que son a quienes afecta directamente. Para los legos en la materia, esta editorial (que es la que publica las historias de Batman, Superman y WonderWoman, entre otros menos conocidos) sacó al mercado hace ya 20 años un gigantesco crossover (o cruce de distintos personajes) con el que trató de poner un poco de orden a su caótico universo. Sin entrar en teorías cuánticas, baste decir que DC tenía hasta ese momento la mala costumbre de crear un universo paralelo (mismos planetas, distintas realidades) cada vez que no sabían donde colocar a sus personajes. Y como durante ese tiempo compraron los derechos de varias editoriales más pequeñas, pronto acumularon demasiadas versiones del planeta Tierra (Tierra-1, Tierra-2, Tierra-X, etc...) con distintos superhéroes y los lectores no se enteraban de nada. Así fue como en la "Crisis en Tierras Infinitas" destruyeron todo lo que había antes para fusionar los universos en uno solo.

¿Consiguieron su propósito? Bueno, yo no he leido muchos cómics de DC hasta el momento (por cuestiones económicas que todos sabemos), pero cuentan por ahí que quedaron muchos cabos sueltos. De hecho hay gente que echa de menos el multiverso pre-crisis. El caso es que fue tal el éxito que la editorial ha utilizado la fatídica palabra para dos nuevos crossovers: Identity Crisis, que arranca con la muerte de un personaje secundario y continúa con el ataque a muchos otros más; e Infinite Crisis, que afectará de cerca a Batman, Superman y WonderWoman (todavía no se sabe como) y en el que todos esperan más muertes. Porque una "DC crisis" es eso, muertes, heridos, realidades trastocadas, grandes cambios en las relaciones de los personajes, grupos que se rehacen o deshacen, malos rollos... y buenas ventas.

He llegado a la conclusión de que los prebostes de la cultura de este país no leen cómics. Si los leen, no son de DC. Y si son de esta editorial, definitivamente no han aprendido nada con ellos. Cada vez que hay un crossover las ventas suben y el mercado se mueve, para bien o para mal. Sobre todo si tiene la palabra "crisis" en la portada, ya que los lectores esperan que haya importantes cambios en el universo que han conocido hasta ahora. En la naturaleza la muerte es un símbolo de renovación, ya que será una nueva vida la que reemplace a la anterior. Se que en los cómics americanos a los personajes les cuesta mucho morirse (¡¡Joder, me acabo de enterar de que Jason Todd ha regresado de la tumba!!), pero cuando lo hacen es para dar un nuevo rumbo a guiones en muchos casos estancados y sin ideas, dando la posibilidad de crear nuevos héroes.

Sin embargo en España las crisis son infinitas, como las tierras del cómic. ¿Cuantos años hace que supuestamente está en crisis el teatro español? Casi desde el siglo de oro, si me apuran, ya que no he oido que nuestra escena haya tenido otro momento de gloria aparte de ese. Siempre hay quejas sobre la ausencia de público, sobre la dificultad de levantar ciertos proyectos, sobre la falta de locales o promoción. Pero los teatros siguen en pie, sigue habiendo oferta, sigue habiendo compañías profesionales y propuestas alternativas. ¿Dónde está la crisis, pues? ¿Que esto no es Broadway, ni siquiera el off-Broadway? Claro, supongo que a todos les gustaría que el teatro superara en espectadores a Hollywood, pero en la época de la Playstation 2, los cines Imax y los grandes parques de atracciones, seguir teniendo un público pequeño y fiel es para darse con un canto en los dientes. Además los musicales están atrayendo a mucha gente que antes no había pisado un patio de butacas, con lo cual aún habrán de pasar muchos años hasta que haya que hablar de la "muerte del teatro".

Hablando de cine, este es otro gran sector que parece estar perpétuamente en crisis. De hecho acabo de leer que la ministra de Cultura ha convocado un crossover con todos los sectores del cine para, y cito textualmente, "tener una radiografía exacta de la situación del cine español". Pues si quiere yo se lo digo ahora mismo: la gente no ve producciones nacionales excepto comedias chorras con actores famosos y dramones profusamente promocionados. Y las películas de Alex de la Iglesia, que son un género aparte. El resto no se come una rosca porque llevamos años anquilosados por culpa de directores con falta de visión, guionistas con falta de ideas, mucha endogamia, poca autocrítica y dándole por completo la espalda al público, como si fueran ellos y no nosotros los que sabemos lo que nos gusta y lo que no nos gusta. ¿Qué van a solucionar en ese congreso? Prácticamente nada. Aprobarán medidas de protección que obliguen a las salas y las cadenas de televisión proyectar más cine patrio, taparán con dinero la boca del sector crítico y Garci seguirá estando entre las tres candidatas a la candidatura de la candidatura de los Oscar. Dicen que van a fomentar las coproducciones, pero existe una ley de Murphy que dice:

"Si echas una cucharada de agua a un tonel lleno de basura, el resultado será un tonel de basura. Si echas una cucharada de basura a un tonel lleno de agua, el resultado será un tonel de basura"

Que poco han cambiado las cosas y
que poco van a cambiar...

¿Y la música? ¿Que ocurre con el panorama musical español? Porque según la SGAE hace ya al menos un par de años que también está en crisis, a pesar de que ellos no dejan de aumentar sus ingresos (lo cual te hace preguntarte quién está dejando de cobrar lo que supuestamente están perdiendo con la piratería y las redes de pares ¿Los managers? ¿Los artistas? ¿Los "pipas"?). Podría pensar que se han contagiado de nuestro pesimismo cultural inherente, pero estoy totalmente de acuerdo con Eddy Ba-Bautista (y sus cuarenta ladrones): la música de nuestro país está en crisis. Y no porque al dinosaurio comercial de repente le haya salido un competidor (ya que, repito, no parece que les vaya tan mal), sino porque basta encender la radio para darse cuenta de que falta talento e iniciativa en cantidades industriales.

Ya confesé de forma más o menos velada que estoy siguiendo la última entrega (porque esto parece ya una serie) de Operación Triunfo. Y me he dado cuenta de que si está volviendo a tener un relativo éxito no es por la música, sino por los participantes: son monos, bastante pardillos, lloran mucho y se hacen querer. Pero todos los que estamos fuera contemplándolos desde nuestras casas sabemos que no tienen futuro. Puede que algunos graben un disco, incluso dos, pero acabarán siendo relegados al más miserable de los olvidos. El mercado está más que saturado de solistas y no hay sitio para ellos. Y los que ya están sobreviven a base de repetirse a sí mismos o lucir el palmito. Puede que Bisbal aún rompa corazones y moje bragas durante muchos años, pero otros como su compañero de programa Bustamante deberían pensar seriamente en apuntarse al paro, porque le quedan dos telediarios.

En un panorama como este no me extraña que haya triunfado algo tan absurdo como el reggeaton, porque la gente está ávida de cosas nuevas. ¿Dónde están los grupos? ¿Qué ha sido de esos chavales que se juntan en un garage a ensayar y actuan en un millón de locales de mala muerte hasta que un productor se fija en ellos? Este fue un gran país para los grupos, y de hecho en el circuito de locales pequeños siguen siendo los que mandan. ¿Es que desde los 80 no ha nacido nadie con buenas ideas? Eso explicaría por qué el panorama "indie" se está volcando en el sonido electro-pop de aquellos años, por qué están resucitando todas las viejas glorias y por qué cualquier mínima novedad se convierta en un éxito. ¿Habria llegado Marlango al segundo disco en los 80? Pues con todos mis respectos a la guapísima Leonor Watling, puede que se tuvieran que haber conformado con actuar en cafés y vender los casettes a la salida. Y quizás Chambao ni siquiera hubieran publicado el primer álbum, porque, admitámoslo, aquí casi no se hace buena música electrónica (entendiendo por eso el techno, el house o el drum&bass, porque de chunda-chunda vamos más que sobrados).

No obstante, puede que después de todo no sea culpa nuestra. Aunque hace siglos que no piso una discoteca, los temas llegados del extranjero que mi hermana ha oido este verano y le ha pedido a la mula son casi todos remezclas de grandes éxitos pop de los 80. Y ya están apareciendo recopilatorios de House de los 90. ¿Será que con el nuevo milenio nos hemos vuelto todos tontos...?