De: El inadaptado
A: Los doctores Von Karajoten y Sin Pi Cha
Asunto: Intercambio de datos y contraste de ideas con respecto a la bisexualidad anómala
Resumen: Mucho ruido y pocas nueces
1. INTRODUCCIÓN
Internet es un mundo aparte, eso lo aprende cualquiera en sus primeros quince minutos de navegación por el ciberespacio. Debido a su virtual infinitud incluso podríamos afirmar sin miedo que se trata de un universo virtual dentro de nuestro propio universo físico. Y, al igual que ocurre en el mundo real, está compuesto por galaxias, planetas y civilizaciones diversas que evolucionan, aparecen o desaparecen. Hoy día es casi imposible disociar Internet de la World Wide Web, pero hay que recordar que en realidad solo es una parte del todo. Que existen otras redes-dentro-de-la-red, otros pequeños (o grandes) sistemas solares que se desarrollan muchas veces ajenos a todo lo demás. Además de la WWW está Usenet, y el Irc, y las redes P2P, y los servidores de juegos en red, e incluso la blogosfera (que gracias a su sistema de enlaces entre blogs está haciéndole la competencia a las webs tradicionales).
Cada pequeño universo, sistema solar o planeta tiene sus propias reglas y leyes. Lo que en un lugar es normal en otro podría resultar del todo inaceptable (algo que conoce muy bien la tripulación del Enterprise, a pesar de que siempre acaban metidos en lios). Y mientras que algunos entornos tienen restricciones, otros te permiten hacer prácticamente casi cualquier cosa con el único límite de la imaginación. Pero eso nos conduce a un problema, el de la pérdida de la realidad. Al derribarse todos los límites previamente establecidos el sujeto puede verse tentado de dar rienda suelta a todas sus fantasías (y/o pajas mentales) y luego sentirse confundido al regresar al estado anterior. Sería como no saber distinguir entre la vigilia y el sueño (otros dos mundos distintos pero a su vez conectados entre sí). Alguien que haya soñado con volar no procedería después a tirarse desde un balcón. Sin embargo en el cibermorbo la gente cree que podrá aplicar en la vida real lo que ha practicado en la red, con todo los conflictos que supone a posteriori.
2. EL CIBERMORBO Y EL CIBERSEXO
Cada pequeño universo, sistema solar o planeta tiene sus propias reglas y leyes. Lo que en un lugar es normal en otro podría resultar del todo inaceptable (algo que conoce muy bien la tripulación del Enterprise, a pesar de que siempre acaban metidos en lios). Y mientras que algunos entornos tienen restricciones, otros te permiten hacer prácticamente casi cualquier cosa con el único límite de la imaginación. Pero eso nos conduce a un problema, el de la pérdida de la realidad. Al derribarse todos los límites previamente establecidos el sujeto puede verse tentado de dar rienda suelta a todas sus fantasías (y/o pajas mentales) y luego sentirse confundido al regresar al estado anterior. Sería como no saber distinguir entre la vigilia y el sueño (otros dos mundos distintos pero a su vez conectados entre sí). Alguien que haya soñado con volar no procedería después a tirarse desde un balcón. Sin embargo en el cibermorbo la gente cree que podrá aplicar en la vida real lo que ha practicado en la red, con todo los conflictos que supone a posteriori.
2. EL CIBERMORBO Y EL CIBERSEXO
Si bien es cierto que mis relaciones sexuales en el plano existencial real han sido escasas y muy dilatadas en el tiempo (además de no excesivamente satisfactorias), también es cierto que durante una época tuve contactos cibersexuales de grado 2 y 3 (más adelante estableceré la clasificación y graduación) y que he formado parte de algún sistema de contactos. Por lo tanto quiero aportar mis propias experiencias en el plano existencial virtual, de igual modo que ya lo hicieran los doctores Von Karajoten y Sin Pi Cha en el liberal o "swinger", sobre la existencia de bisexualidad anómala y otros especímenes de dificil categorización.
Pero antes de continuar supongo que habrá que determinar que es el cibermorbo. Como he dicho anteriormente, el paso por el universo virtual lleva a muchas personas a deshacerse de todo tipo de restricciones (especialmente físicas y morales) y dedicarse a investigar aquellos aspectos que antes les estaban vedados o con los que se encontraban reprimidos. Especialmente, por supuesto, los sexuales. Nos encontramos en un curioso punto intermedio de la evolución social. Al tiempo que se están logrando importantes avances en el reconocimiento de los derechos de opciones no reconocidas por las todopoderosas religiones monoteistas, existen individuos dominados por estas mismas de forma directa o indirecta (creo que huelga decir que conservadurismo y catolicismo van cogidos de la mano). En esta coexistencia de libertad y represión es dónde surge la curiosidad o, para ser más exactos, el morbo. Su cabeza (su conciencia, su familia, su entorno) les dice que está mal, pero al mismo tiempo ven que hay gente que disfruta de su sexualidad sin tapujos y se preguntan, ¿podría probarlo yo? Sin embargo muchos de estos individuos se ven incapaces de librarse de las ataduras (muchas veces psicológicas o inexistentes) del plano existencial real y por eso se refugian en el plano existencial virtual para dar rienda suelta a sus fantasías.
Aquí es donde surge el cibermorbo. Gente que en la red son capaces de protagonizar las más retorcidas fórmulas sexuales pero que en el plano existencial real serían incapaces de repetir. En la mayoría de los casos relacionados con una bisexualidad que ciertamente no existe. Porque el problema del cibermorbo es que conduce a la gente a cuestionarse su propia orientación sexual partiendo de una fantasía que nunca se hace realidad. Y al no atreverse a comprobarlo en su propia carne, la fantasía crece y evoluciona hasta el punto de que el individuo se crea sus propias mentiras.
Ya he contado en alguna ocasión que he mantenido distintos encuentros homoeróticos en la red. Al principio yo también fui presa del cibermorbo, pero finalmente pude distinguirlo del morbo a secas. Porque el principal problema de los cibermorbosos es no saber desligar el mundo virtual del real, lo que lleva a la confusión mencionada. Todo se solucionaría de forma muy fácil si tan solo se plantaran en medio de la calle y observaran atentamente a las personas de su mismo sexo en busca de una reacción erótica o, más directamente, intentaran algún tipo de contacto físico (un solo beso supongo que bastaría). Sin embargo esto no ocurre ya que el cibermorbo se sustenta sobre dos pilares fundamentales: el primero, la fantasía que nunca se lleva a cabo y el individuo se acaba creyendo; y el segundo, la errónea idea (muy extendida) de que si un individuo tiene pensamientos morbosos hacia personas de su mismo sexo eso le conduce inexorablemente hacia la bisexualidad o la homosexualidad.
Lógicamente, no es así. A pesar de los abnegados esfuerzos de Lorena Berdul por la normalización de la sexualidad hay mucha gente que no asume que hacerte una paja pensando en un tio (si eres tio) o una tia (si eres tia) no tiene porqué significar nada. Es morbo, solamente morbo y nada más que morbo. Pero ese desconocimiento (y otras causas que ya veremos más adelante) conduce a mucha gente a tratar de desarrollar una inexistente bisexualidad a través de la red. Y aquí es donde entra el cibersexo. Porque se trata de una práctica fácil, rápida y aséptica que no implica contacto físico alguno y que potencia la confusión cibermorbosa hasta el infinito (y más allá). En un canal de chat puedes hacer lo que quieras: encuentros homoeróticos, trios en todas las combinaciones posibles, orgias infinitas, proezas sexuales... Tan solo hay que escribirlo, imaginarlo y ya está. Un pacato oficinista aburrido, que vomitaría si un hombre le diera un beso de verdad, puede sin esfuerzo alguno (bueno, el que supone escribir y masturbarse al mismo tiempo) pasarse por la piedra a todo un cuerpo de bomberos. Yo, sin ir más lejos, mantuve un encuentro Hombre-Mujer-Hombre en casi todas las combinaciones posibles (y cuando digo casi todas, es casi todas). ¿Significa eso que podría repetirlo en persona? Sinceramente, lo dudo mucho. Cada vez que alguien me pregunta si me gustan los hombres repito la misma respuesta: "Al menos los que conozco, no". Nunca he sentido atracción por las personas de mi mismo sexo, lo cual no me impidió montarme un numerito porno por todo lo alto. En la red vale todo.
No obstante, existe un graduación en el cibersexo. No todos se conforman con pelársela como un mono delante de una pantalla con un relato erótico en directo, sino que existen distintas variantes según el nivel de curiosidad y atrevimiento de los individuos. Cuanto más alto en la escala, más posibilidades de que el cibermorbo supere la barrera del plano virtual y salte al real, aunque no garantiza nada. Esta es mi clasificación (en grados):
A falta de la creación de aparatos de realidad virtual a lo "Demolition Man", más allá del grado cuatro entraríamos en los contactos físicos reales. Pero para eso primero hay que hacer una distinción entre hombres y mujeres, ya que cada grupo tiene unas particularidades específicas que merecen ser tratadas aparte.
Pero antes de continuar supongo que habrá que determinar que es el cibermorbo. Como he dicho anteriormente, el paso por el universo virtual lleva a muchas personas a deshacerse de todo tipo de restricciones (especialmente físicas y morales) y dedicarse a investigar aquellos aspectos que antes les estaban vedados o con los que se encontraban reprimidos. Especialmente, por supuesto, los sexuales. Nos encontramos en un curioso punto intermedio de la evolución social. Al tiempo que se están logrando importantes avances en el reconocimiento de los derechos de opciones no reconocidas por las todopoderosas religiones monoteistas, existen individuos dominados por estas mismas de forma directa o indirecta (creo que huelga decir que conservadurismo y catolicismo van cogidos de la mano). En esta coexistencia de libertad y represión es dónde surge la curiosidad o, para ser más exactos, el morbo. Su cabeza (su conciencia, su familia, su entorno) les dice que está mal, pero al mismo tiempo ven que hay gente que disfruta de su sexualidad sin tapujos y se preguntan, ¿podría probarlo yo? Sin embargo muchos de estos individuos se ven incapaces de librarse de las ataduras (muchas veces psicológicas o inexistentes) del plano existencial real y por eso se refugian en el plano existencial virtual para dar rienda suelta a sus fantasías.
Aquí es donde surge el cibermorbo. Gente que en la red son capaces de protagonizar las más retorcidas fórmulas sexuales pero que en el plano existencial real serían incapaces de repetir. En la mayoría de los casos relacionados con una bisexualidad que ciertamente no existe. Porque el problema del cibermorbo es que conduce a la gente a cuestionarse su propia orientación sexual partiendo de una fantasía que nunca se hace realidad. Y al no atreverse a comprobarlo en su propia carne, la fantasía crece y evoluciona hasta el punto de que el individuo se crea sus propias mentiras.
Ya he contado en alguna ocasión que he mantenido distintos encuentros homoeróticos en la red. Al principio yo también fui presa del cibermorbo, pero finalmente pude distinguirlo del morbo a secas. Porque el principal problema de los cibermorbosos es no saber desligar el mundo virtual del real, lo que lleva a la confusión mencionada. Todo se solucionaría de forma muy fácil si tan solo se plantaran en medio de la calle y observaran atentamente a las personas de su mismo sexo en busca de una reacción erótica o, más directamente, intentaran algún tipo de contacto físico (un solo beso supongo que bastaría). Sin embargo esto no ocurre ya que el cibermorbo se sustenta sobre dos pilares fundamentales: el primero, la fantasía que nunca se lleva a cabo y el individuo se acaba creyendo; y el segundo, la errónea idea (muy extendida) de que si un individuo tiene pensamientos morbosos hacia personas de su mismo sexo eso le conduce inexorablemente hacia la bisexualidad o la homosexualidad.
"En tiempos de guerra, todo agujero es trinchera"
Lógicamente, no es así. A pesar de los abnegados esfuerzos de Lorena Berdul por la normalización de la sexualidad hay mucha gente que no asume que hacerte una paja pensando en un tio (si eres tio) o una tia (si eres tia) no tiene porqué significar nada. Es morbo, solamente morbo y nada más que morbo. Pero ese desconocimiento (y otras causas que ya veremos más adelante) conduce a mucha gente a tratar de desarrollar una inexistente bisexualidad a través de la red. Y aquí es donde entra el cibersexo. Porque se trata de una práctica fácil, rápida y aséptica que no implica contacto físico alguno y que potencia la confusión cibermorbosa hasta el infinito (y más allá). En un canal de chat puedes hacer lo que quieras: encuentros homoeróticos, trios en todas las combinaciones posibles, orgias infinitas, proezas sexuales... Tan solo hay que escribirlo, imaginarlo y ya está. Un pacato oficinista aburrido, que vomitaría si un hombre le diera un beso de verdad, puede sin esfuerzo alguno (bueno, el que supone escribir y masturbarse al mismo tiempo) pasarse por la piedra a todo un cuerpo de bomberos. Yo, sin ir más lejos, mantuve un encuentro Hombre-Mujer-Hombre en casi todas las combinaciones posibles (y cuando digo casi todas, es casi todas). ¿Significa eso que podría repetirlo en persona? Sinceramente, lo dudo mucho. Cada vez que alguien me pregunta si me gustan los hombres repito la misma respuesta: "Al menos los que conozco, no". Nunca he sentido atracción por las personas de mi mismo sexo, lo cual no me impidió montarme un numerito porno por todo lo alto. En la red vale todo.
No obstante, existe un graduación en el cibersexo. No todos se conforman con pelársela como un mono delante de una pantalla con un relato erótico en directo, sino que existen distintas variantes según el nivel de curiosidad y atrevimiento de los individuos. Cuanto más alto en la escala, más posibilidades de que el cibermorbo supere la barrera del plano virtual y salte al real, aunque no garantiza nada. Esta es mi clasificación (en grados):
- Intercambio de pornografía. Práctica habitual en los novatos que acaban de descubrir el cibermorbo y aún consideran excesivo un encuentro frontal aunque sea a través del chat. Variante a su vez de las masturbaciones colectivas adolescentes, los dos participantes se intercambian diversas imágenes o videos, normalmente de sexo heterosexual, para compartir el morbo de masturbarse al unísono. Muy importante distinguirlos de los "maridos que intercambian fotos o relatos de sus mujeres", ya que estos sujetos (cuando son reales y no "cazafotos") pertenecerían a un plano distinto del cibermorbo, el de aquellos que quieren probar experiencias que les están vedadas (como, en ese caso, el intercambio de parejas).
- Cibersexo clásico. Desarrollo de una historia erótica en un canal de chat (ya sea Irc o mensajería instantánea) al tiempo que los participantes se masturban. Práctica bastante complicada en la mayoría de los casos, ya que exige que al menos una mano esté desplazándose de forma constante entre el teclado y los genitales (a menos que se utilicen medios mecánicos auxiliares, como este que he encontrado en una web y que recomiendo a DosJerez como una opción de regalo para su próximo aniversario). Sin embargo es extremadamente popular, hasta el punto que puede crear adicción. A diario son literalmente miles o decenas de miles las personas que buscan cibersexo por la red, ya que en estos tiempos de prisas y comida prefabricada supone un alivio rápido, sin compromisos y sin explicaciones. El hecho de que estimule la imaginación y no exija un contacto físico es el motivo por el que muchas mujeres y los cibermorbosos lo prefieran a un encuentro real.
- Sexo por teléfono. Variante del cibersexo clásico en el que dos personas se relatan un encuentro sexual a través del teléfono. Tiene las ventajas de que puede dejar las dos manos libres para la estimulación del cuerpo y el efecto excitante de oir los gemidos del otro. Supone un grado más de atrevimiento en la exploración del cibermorbo, ya que la voz es un elemento físico que otorga más realidad al encuentro. Sin embargo al no haber todavía una presencia física que lo corrobore se mantiene la ilusión de una falsa bisexualidad (u homosexualidad).
- Sexo con webcam. Una combinación de los tres grados anteriores, ya que se alterna imagen, sonido y texto. Supone que los individuos puedan verse a través de una webcam y, opcionalmente, oirse gracias a un micrófono y altavoces (o, en su defecto, comunicarse mediante mensajes escritos). Aquí si existe una presencia física importante, ya que parte del juego consiste en mostrar los cuerpos desnudos y el acto de la masturbación. No obstante sigue teniendo sus limitaciones. La normalmente poca calidad en la transmisión de las imágenes y la falta de contacto físico real sigue impulsando a los cibermorbosos a desarrollar su fantasía, en este caso muy aumentada por la visión del otro. Sin embargo, ¿en qué se diferencia eso de masturbarse viendo pornografía? Más bien poco.
A falta de la creación de aparatos de realidad virtual a lo "Demolition Man", más allá del grado cuatro entraríamos en los contactos físicos reales. Pero para eso primero hay que hacer una distinción entre hombres y mujeres, ya que cada grupo tiene unas particularidades específicas que merecen ser tratadas aparte.
Lo que lleva la chica no es un simple cinturón.
Y a buen entendedor, pocas palabras bastan...
Y a buen entendedor, pocas palabras bastan...
Se ha hablado de metrosexualidad, del "nuevo macho", del heterogay... pero existe un grupo de individuos que escapan a todas estas clasificaciones: el hetero morboso. Aunque se podrían confundir con los últimos mencionados anteriormente, en realidad este grupo nace como consecuencia del cibermorbo. Son los que han roto la barrera virtual y han materializado su fantasía.
Personalmente considero que el hetero morboso oculta en gran parte de los casos a un bisexual y, en ocasiones, incluso a un homosexual. Y digo "oculta" porque a pesar de lo que diga o haga, la principal característica de estos individuos es que muy raramente renuncian a su estatus de heterosexualidad. Puede que haya tenido encuentros físicos reales con otros hombres, pero muy dificilmente se considerará a sí mismo gay. Es el cibermorbo llevado hasta el extremo, la consecución del sexo como fantasía y no como acto.
Los heteros morbosos se encuentran principalmente en los chats sexuales, en sus dos variantes principales: Irc y SMS. Si bien comienzan practicando cibersexo, especialmente los tres primeros grados, pronto buscarán la materialización del cibermorbo. Pero, y aquí está el quid de la cuestión, a ser posible con otros de su especie. El hetero morboso es sexualmente inseguro, razón por la cual evitan el contacto con hombres de tendencias abiertamente homo o bi (lo que les obligaría, por su parte, cuestionarse su propia sexualidad). Por el contrario aceptan de buen grado el encuentro con otros morbosos, ya que al mantener los dos individudos el mismo estatus sexual se fuerza un ambiente de fantasía aséptica similar al que obtiene en un canal de chat. Ambos se encierran en su burbuja de morbo y así su condición nunca queda en entredicho: eran heteros antes y seguirán siendo heteros.
Tengo que añadir que debido a este fenómeno creciente existen muchos individuos abiertamente homosexuales que se hacen pasar por heteros morbosos para conseguir sexo. No les culpo. A río revuelto...
Personalmente considero que el hetero morboso oculta en gran parte de los casos a un bisexual y, en ocasiones, incluso a un homosexual. Y digo "oculta" porque a pesar de lo que diga o haga, la principal característica de estos individuos es que muy raramente renuncian a su estatus de heterosexualidad. Puede que haya tenido encuentros físicos reales con otros hombres, pero muy dificilmente se considerará a sí mismo gay. Es el cibermorbo llevado hasta el extremo, la consecución del sexo como fantasía y no como acto.
Los heteros morbosos se encuentran principalmente en los chats sexuales, en sus dos variantes principales: Irc y SMS. Si bien comienzan practicando cibersexo, especialmente los tres primeros grados, pronto buscarán la materialización del cibermorbo. Pero, y aquí está el quid de la cuestión, a ser posible con otros de su especie. El hetero morboso es sexualmente inseguro, razón por la cual evitan el contacto con hombres de tendencias abiertamente homo o bi (lo que les obligaría, por su parte, cuestionarse su propia sexualidad). Por el contrario aceptan de buen grado el encuentro con otros morbosos, ya que al mantener los dos individudos el mismo estatus sexual se fuerza un ambiente de fantasía aséptica similar al que obtiene en un canal de chat. Ambos se encierran en su burbuja de morbo y así su condición nunca queda en entredicho: eran heteros antes y seguirán siendo heteros.
Tengo que añadir que debido a este fenómeno creciente existen muchos individuos abiertamente homosexuales que se hacen pasar por heteros morbosos para conseguir sexo. No les culpo. A río revuelto...
El caso de las mujeres es particular debido a la confrontación de dos hechos aparentemente opuestos: la liberación de la sexualidad femenina y la mitología cinematográfica y televisiva. Aunque basándome en la especulación (ya que, por razones obvias, no he tenido ocasión de hacer un estudio de campo completo sobre el tema) estoy convencido de que son estas dos causas las que han creado la figura de la hetero morbosa, de rápida extensión por todo el territorio y características distintas a la de su homólogo masculino.
El ámbito de actuación de las morbosas no se limita a los chats de sexo (que, por razones también obvias, suelen evitar) sino que se extiende a un medio en el que se están implantando con fuerza: las páginas de contactos. Especialmente en los dedicados a los contactos para adultos, el número de mujeres que buscan experiencias sexuales homosexuales superan con creces a las heterosexuales. Sin embargo en este caso las motivaciones suelen ser distintas a las masculinas, según he podido constatar. Mientras que ellos jamás renunciarán a su estatus hetero, a ellas no les avergüenza la posibilidad de ser bisexuales. Eso sí, raramente consideran que puedan ser solamente homosexuales (la palabra "lesbiana" les da algo de repelús), razón por la cual son fácilmente identificables.
Aunque se trata de una teoría, ya que no todas admiten las causas, estoy convencido de que la motivación principal de la mayoría de las heteros morbosas es la misma: insatisfacción sexual. De hecho algunas lo dicen abiertamente, están hartas de hombres torpes y por eso quieren probar con mujeres. Con lo cual llegamos a la primera cuestión, ¿quién les ha dicho que el sexo con mujeres será mucho mejor? Mi respuesta: la televisión y el cine. Es un mito, una idea muy masculina (extraida directamente de la pornografía) que sin embargo ha conseguido traspasar la frontera cultural e integrarse en el imaginario femenino. Las heteros morbosas creen que el sexo con mujeres será infinitamente mejor que el sexo con hombres. Ninguna se plantea que es la persona, su experiencia o las circunstancias las que determinan que el acto sexual pueda ser satisfactorio, independientemente de su género. No, buscan el grial del orgasmo perfecto y están convencidas de que lo encontrarán allí.
Sin embargo existen ciertas condiciones previas. De entrada es curioso y muy freudiano que las heteros morbosas busquen mujeres físicamente parecidas o más atractivas que ellas, lo cual ya nos indica que se trata más de una fantasía que de una atracción homosexual real. Pero además imponen toda una serie de reglas para que el encuentro se realice de forma gradual o en un ambiente perfectamente controlado en el que se evite toda situación embarazosa. Estos se realizan siguiendo una escala progresiva (de menor a mayor atrevimiento), que comienza típicamente con el cibersexo como prolegómeno a un futuro encuentro. Hago constar que no todos los pasos se realizan siempre, sino que se comienza en un punto u otro de la escala dependiendo del nivel de curiosidad de la hetero morbosa.
5. CONCLUSIONES
Aunque este estudio es perfectamente rebatible, se basa en gran parte en mis propias incursiones en el mundo virtual, tanto de espectador como de protagonista. Y de ahí he obtenido una serie de hechos irrefutables:
Y si alguien quiere demostrarme lo contrario, estoy abierto a sugerencias...
El ámbito de actuación de las morbosas no se limita a los chats de sexo (que, por razones también obvias, suelen evitar) sino que se extiende a un medio en el que se están implantando con fuerza: las páginas de contactos. Especialmente en los dedicados a los contactos para adultos, el número de mujeres que buscan experiencias sexuales homosexuales superan con creces a las heterosexuales. Sin embargo en este caso las motivaciones suelen ser distintas a las masculinas, según he podido constatar. Mientras que ellos jamás renunciarán a su estatus hetero, a ellas no les avergüenza la posibilidad de ser bisexuales. Eso sí, raramente consideran que puedan ser solamente homosexuales (la palabra "lesbiana" les da algo de repelús), razón por la cual son fácilmente identificables.
Aunque se trata de una teoría, ya que no todas admiten las causas, estoy convencido de que la motivación principal de la mayoría de las heteros morbosas es la misma: insatisfacción sexual. De hecho algunas lo dicen abiertamente, están hartas de hombres torpes y por eso quieren probar con mujeres. Con lo cual llegamos a la primera cuestión, ¿quién les ha dicho que el sexo con mujeres será mucho mejor? Mi respuesta: la televisión y el cine. Es un mito, una idea muy masculina (extraida directamente de la pornografía) que sin embargo ha conseguido traspasar la frontera cultural e integrarse en el imaginario femenino. Las heteros morbosas creen que el sexo con mujeres será infinitamente mejor que el sexo con hombres. Ninguna se plantea que es la persona, su experiencia o las circunstancias las que determinan que el acto sexual pueda ser satisfactorio, independientemente de su género. No, buscan el grial del orgasmo perfecto y están convencidas de que lo encontrarán allí.
Sin embargo existen ciertas condiciones previas. De entrada es curioso y muy freudiano que las heteros morbosas busquen mujeres físicamente parecidas o más atractivas que ellas, lo cual ya nos indica que se trata más de una fantasía que de una atracción homosexual real. Pero además imponen toda una serie de reglas para que el encuentro se realice de forma gradual o en un ambiente perfectamente controlado en el que se evite toda situación embarazosa. Estos se realizan siguiendo una escala progresiva (de menor a mayor atrevimiento), que comienza típicamente con el cibersexo como prolegómeno a un futuro encuentro. Hago constar que no todos los pasos se realizan siempre, sino que se comienza en un punto u otro de la escala dependiendo del nivel de curiosidad de la hetero morbosa.
- Cybersexo
- Sexo por teléfono
- Sexo por webcam
- Acercamiento en juegos de parejas - En este caso recomiendo la lectura del caso de Isabella, que si bien no corresponde exactamente a este clasificación, si que se detectan actitudes iguales o similares a las de los heteros morbosos.
- Trio con pareja activa - Típica forma de acercamiento al sexo bisexual, que en el caso de las hetero morbosas llega a convertirse en un sine qua none. Incapaces de enfrentarse a la otra persona por sí mismas, buscan el apoyo físico y psicológico de su novio/amigo/amante para no sentirse incómodas a la hora de realizar el acercamiento. Se suelen dar dos casos: que la hetero morbosa descubra que no le atrae el otro sexo como creía, con lo que la tercera persona acaba siendo desplazada; o que sí que le guste el contacto con la tercera persona, con lo que es el chico quien muchas veces es desplazado.
- Trio con pareja pasiva - Consecuencia de la segunda posibilidad arriba mencionada, la hetero morbosa ha descubierto el placer en el sexo con su mismo ídem, pero requiere la presencia de su pareja para que, al menos, la contemple. Supuestamente se realiza como parte del juego, para aumentar el morbo, pero la repetición del mismo acto me lleva a pensar que se trata de una medida de protección debido a la inseguridad que aún mantiene. Sí está la pareja delante, no es homosexualidad, solo fantasía.
- Encuentro directo - En este punto debo pasar de puntillas, ya que obviamente no he sido testigo de ningún encuentro y tan solo conozco un caso (contado, eso sí, por su protagonista). Si la hetero morbosa decide dar el salto puede quedar directamente con otra mujer para materializar la fantasía. Normalmente, como ya he mencionado, con un alto nivel de exigencia físico, ya que es un cuerpo y no una persona lo que están buscando. Aunque el único caso que me han relatado acabó de forma positiva, intuyo que hay muchos otros que resultan un desastre al descubrir la hetero morbosa que el tema no le gusta tanto como esperaba. Espero confirmación de esta hipótesis.
5. CONCLUSIONES
Aunque este estudio es perfectamente rebatible, se basa en gran parte en mis propias incursiones en el mundo virtual, tanto de espectador como de protagonista. Y de ahí he obtenido una serie de hechos irrefutables:
- Existe, a nivel general, un alto grado de curiosidad por el sexo homosexual o bisexual, ahora que comienza a estar aceptado por la sociedad.
- Una gran parte de esos curiosos confunden morbo con tendencias sexuales reales.
- Y, en general, muy pocos de ellos llegan a materializar sus fantasías.
EN ESTE PAÍS SE HABLA MUCHO PERO SE FOLLA POCO
Y si alguien quiere demostrarme lo contrario, estoy abierto a sugerencias...
14 comentarios:
Einnnn????? tu me has copiado el post o algo pirata....
No, en serio, promete, promete...
¿Esto qué es? ¿Qué hace esa foto ahí en medio? ¿De tríos va la cosa?
Por cierto, cada vez ponen más difícil la verificación de la palabra. Ahora me ha tocado "tmkdkhxi"
Ya está publicado. Me ha llevado toda la tarde y es largo de cojones, pero, joder, que a gusto me he quedado...
¡WOW!
De puta madre, es lo único que podemos decir, tu estudio nos aclara muchas cosas, nos hemos topado con alguno de estos sujetos, como ya hemos contado mas de una vez, solo que ahora comprendemos mucho mejor el proceso, las fases y los estancamientos, merece un trackbackeo en el momento adecuado, que será cuando publiquemos algo al respecto, la espera ha merecido la pena y merece la pena analizarlo en profundidad, los doctores von karajoten y sin picha prometen una respuesta apropiada y coherente.
Plas, plas, plas (aplausos)
Interesante y no te falta nada de razón..excepto cuando en tono irónico tras afirmar que pocos acaban materializando sus fantasías dices que "en este país se habla muchoy se folla poco".
Yo siempre pensé que el cibersexo no era un aperitivo a un encuentro real. El cibersexo puede ser un entretenimiento más en un momento dado que satisfaga una fantasía..y esta fantasía puede ser la de tener cibersexo con un desconocido, quedándose con eso, la fantasía totalmente resuelta.
Respeco al tema de las fantasías homo y las tendencias...como tu bien dices sólo hace falta salir a la calle y ver si te pone alguiend e tu mismo sexo. Y eso si..por mucho que la peña lo niegue..al menos yo hablo desde lo que conozco de als féminas como yo, mucha smujeres protagonizan nuestros sueños húmedos!
muaka muakaa
Por favor que alguien me regale ese aparato tan chuliiiiiiiiiiiiiiiiiii!! me ha parecidooo un cucada!jajaja
Yo creo que vivo en otro mundo.
Véngase al mío, yo la adopto.
Uhm...
El cibersexo correctamente planteado me parece una complemento muy estimulante a una vida sexual normal, ya que te permite desarrollar fantasías que de otra forma no encontrarían salida.
Pero el problema es que hay gente para la que el cibersexo supone toda su vida sexual (especialmente quien no consigue encuentros reales) o que se refugia en él para vivir de fantasías e ignorar la realidad.
En cualquier caso, si contrastáramos la frecuencia de actos cibersexuales con los encuentros sexuales reales, estoy convencido de que mi conclusión sería más que acertada.
Vamos, que mucho de boquilla, pero luego a la hora de la verdad...
Hombre, en el follar no me va mal, creo que incluso contribuyo a subir la media nacional!!jajaja
El aparatico ese me ha encantado y además me parece baratísimo! (me pedían 28 euros por una polla doble de silicona!!)
El problema es que la gente no dice lo que desea hacer y mucho menos lo intenta. Y por supuesto muchísimo menos en el plano real. En internet todo es mentira, es un mundo de cobardes anónimos.
Pienso que todos somos bisexuales tendentes a un extremo, porque a mí me encantan los tíos, pero sé apreciar y me quedo mirando a una tía buenorra, incluso se lo comento a mi costillo para que disfrute de la vista. Lo que pasa es que al nacer, nos miran los genitales y nos clasifican en uno u otro sexo y eso conlleva emparejarte con el sexo contario...quieras o no.
Y otro gran problema es el tema social: debemos emparejarnos y formar una familia...el resto de cosas que se nos ocurran hacer se consideran raras , aunque sean para un rato...
Me has inspirado para un post!!
Buenas tardes !
Buena categorización de lo que sucede y creo, que no sólo en este país: se habla mucho pero se folla muy poco, jajaja
Saludos.
Estoy totalmente de acuerdo con su conclusión, es un hecho bastante contrastado... antes las cosas eran mas urgentes... menos apáticas quizás (y yo que coño sé si yo no estaba "antes")
Supongo que en lo del morbo femenino te referiras a paginas como marqueze en las que casi todas las tias son lesbianas (y la que nó lo es quiere sodomizarte y orinarse encima tuya como si fueras un Pedro J cualquiera).
Pues error, todos esos contactos son nabos :p ,una chica contaba que de todas las lesbianas que le saltaban en el irc, "ninguna" sabía cada cuanto se cambia un tampon...
Publicar un comentario