8 de septiembre de 2005

La novia del inadaptado (1 de 3)


EL ROMÁNTICO INICIO




No, no somos nosotros dos, pero como foto simbólica vale... Posted by Picasa


Antes de que me lluevan las felicitaciones: NO, no tengo novia. De hecho en todo este tiempo solo he tenido una y es de ella de quien quiero hablar. ¿A santo de qué, si hace literalmente 7 años que no la veo? Pues a que estoy de bajón. Además de llevar más de un mes desempleado, no tener un duro y estar pasando por una complicada situación sentimental, las lluvias de otoño (que ya de por sí suelen tornarme nostálgico) me han traido unos cuantos quebraderos de cabeza. Para empezar la partida de mi hermana, con todo lo que eso conlleva: la separación de un ser querido con quien había compartido espacio durante dos años de forma más que satisfactoria y el buscar a dos desconocidos para hacer frente a los gastos del piso. Además con el comienzo del curso escolar vuelve la pesadilla que lleva años atormentándome: conseguir los 8 miserables créditos que necesito para obtener un título que en realidad no necesito, pero que incluso a mi me da vergüenza ver inacabado.

La cuestión es que apenas me apetece escribir. Al menos sobre algo realmente interesante. Llevo unos días dándole vueltas a un hiriente mensaje sobre fútbol al que le tengo muchas ganas, pero no me siento lo suficientemente sarcástico para llevarlo a buen puerto. Y como los Psychoviews me absorben mucho tiempo pensé que sería buena idea publicar otro mensaje sobre mis mujeres favoritas. Entonces es cuando me he dado cuenta de que tengo una cuenta pendiente con la única chica con la que he mantenido una relación más o menos estable (lo cual, para un indaptado como yo, es toda una hazaña). Es cierto que en estos momentos no se merece homenajes de ningún tipo (por los motivos que expondré en el último mensaje), pero considero necesario exorcizar este capítulo de mi pasado.

Rebobinemos un poco y pongámonos en situación. Después de 18 años sin ningún tipo de contacto con el sexo femenino (ni sexo, ni citas, ni besos, ni paseos agarrados por la mano ni nada de nada de absolutamente nada) llegué a Alicante casi huyendo de mi pueblo de origen y muy, muy pardillo. Tuve la fortuna, sin embargo, de que durante la beca de verano en Inglaterra de la que había disfrutado apenas un par de meses antes conociera a la que sería una de mis futuras compañeras de clase, lo que me sirvió para no quedarme completamente solo los primeros días. Algo que hubiera sido casi inevitable, ya que aparte de ser un inadaptado había caido en una carrera con aproximadamente 80 mujeres y menos de 20 hombres. Y, como creo que ya he mencionado alguna vez, dentro de un ambiente de absoluta insociabilidad.

Mi ex (a partir de ahora solo la mencionaré por este apelativo) era una de esas mujeres, y el destino quiso que nos conocieramos casi desde el principio. Daba la casualidad que la mayoría de mis compañeros vivían en los pueblos cercanos y por lo tanto muy pocos residiamos en la capital. Un día ella me abordó. SÍ, efectivamente, como no podía ser de otra manera fue ella la que dio el primer paso. Habíamos coincidido en el autobús de vuelta a Alicante y ella, que estaba junto a una amiga de la chica a la que había conocido en Inglaterra, se dirigió a mi para preguntarme si yo también pertenecía a su misma clase. Entonces iniciamos una larga y amena conversación que duró hasta que llegamos a su parada y en la que (ya en aquel primer momento!) decidimos ir juntos a un concierto de un grupo que nos gustaba a ambos. Estaba claro que había feeling.

Durante los días siguientes nos encontramos con frecuencia en el autobús, algo que no resultaba demasiado extraño ya que solo existía una línea para llegar hasta la universidad y, como ya he dicho, eramos muy pocos los que residiamos en la capital. No obstante en seguida nos hicimos amigos, porque además de feeling apenas conocíamos a nadie más. Nos sentábamos juntos en clase, realizábamos juntos el trayecto de vuelta y también empezamos a salir juntos. Como amigos, por supuesto.

Aunque la primera vez que la vi no me había fijado demasiado en ella, enseguida empezó a gustarme. A fin de cuentas era guapa, inteligente, estaba muy buena (lo juro) y habíamos conectado. Y a ella yo también le gustaba. Había que estar muy ciego para no verlo, pero yo, por supuesto, al principio no lo ví. ¿He dicho ya que era muy pardillo? Pues lo era, condenadamente pardillo. Una sola palabra hubiera bastado para que empezáramos a salir mucho antes de lo que hicimos, y sin embargo estuvimos mareando la perdiz durante al menos un par de meses. Como amigos salimos muchas veces, al principio con otra amiga, otras veces con el resto de compañeros (en las ocasiones especiales) y más tarde los dos solos. Recuerdo una noche en la que, tras un concierto, nos pasamos horas hablando de todo, hasta que a las 8 de la mañana no pudo más y se fue a dormir un poco. Y en otra ocasión, tras una cena con buena parte de la clase, ella se apoyó cansada en mi cuerpo y yo la abrazé y le acaricié el pelo, ante la mirada asombrada de varias compañeras que ni se habían olido lo que estaba ocurriendo (y que, presumo, no terminaban de creerse que una chica como ella estuviera con alguien como yo).

El gran momento llegó en un sesión de cine. Acababa de discutir con mi madre (para variar) y me sentía especialmente vulnerable. Precisamente ese día había decidido pedirle que fueramos algo más que amigos, pero no hizo falta. En determinado momento ella apoyó su cabeza en mi hombro y entonces yo le cogí la mano, que tenía apoyada en el respaldo. Con eso nos lo dijimos todo.

Muy poco después de aquello llegó el concierto del que habíamos hablado en nuestro primer encuentro. Era en Madrid y fuimos por separado, lo cual fue un error porque estuvimos a punto de perdernos de vista dos veces. La primera fue al tratar de reunirnos para ir hasta el lugar de la actuación. Habíamos quedado en un lugar grande y concurrido, pero no nos vimos. Afortunadamente habíamos establecido un segundo lugar en el que si nos encontramos. Y la otra ocasión fue durante el mismo concierto. Yo había salido del recinto para comprar unos bocadillos cuando apagaron las luces. Sin embargo conseguí llegar hasta ella. Estabamos predestinados a estar juntos.

Lo mejor llegó en el viaje de vuelta. Apenas habíamos dormido y en el tren que nos llevaba a Alicante estábamos completamente agotados. Nos apoyamos el uno en el otro para descansar y fue en ese momento cuando nos dimos nuestro primer beso. Que para mí era el primer beso de todos. Siempre he tenido una mágica conexión con los medios de transporte, pero os juro que ese instante fue de película...

9 comentarios:

Dr.Benway dijo...

Veo que recuerdas con cariño a tu primera novia, creo que eso está bien porque implica que ya lo has superado (joder y menos mal que has tenido siete años). Si me aceptas un consejo no la recuerdes con rencor, no te servirá absolutamente de nada.

Saludos y ánimo ;)

La-Ruina dijo...

Recuerdo a TODAS las mujeres que he perdido con cierto cariño, pero a UNA en especial...

Micropene dijo...

Bonita forma de ralatarlo en los tiempos de la cólera y el resentimiento.

Dosjerez dijo...

La primera, el primero, siempre son especiales, no tanto porque realmente lo fueran, sino por el simple hecho de ser los primeros, la memoria es traicionera y en ocasiones minimiza algunas cosas y maximiza otras, nunca olvidarás tu primera vez de nada y siempre la recordarás (las primera veces de lo que sea) de manera especial.

Esperamos ansiosos el resto de la historia...

藤原 弓美 dijo...

Dosjerez, no siempre de manera especial, bueno sí, mi primer beso lo recuerdo como algo especialmente desagradable.

La escena del cine me encanta...

Mycroft dijo...

Empatizo totalmente con su situación actual (universidad, estado de ánimo otoñal) y con la poca experiencia previa a su "conocimiento carnal"(si me permite la broma cinéfila) con su ex...
La diferencia esta en que, hoy en día, yo no tengo mucha más experiencia...
Mérde...

gemuchi dijo...

Jo..que manera más bonita de relatarlo.

Sólo tengo una cosa que añadir..a los ojos de todos está, que eres un chico capaz de expresarte con mucho acierto, tienes buenas ideas, gustos en general aceptables(jejeje es que a mi lo de las cabinas no me va..jajaja), un tío con una personalidad atractiva. Y pa que se entere todo el mundo, tantas veces que te menosprecias y haces comentarios del tipo "alucinaron de ver que alguien así pudiera estar conmigo" les diré a los señores lectores, que fisicamente no eres nada parecido al jorobado de notredame.

Eres superbonico lechessssssssssssssssssssssssssssss, alto ..algo delgaico, pero joder, un tío perfectamente follable, adorable y apto para ser novio de cualquiera con quien coincidas en gustos.

Aishh si es que sabes porque pasan 7 años?????????????? precisamente por eso..porque no has cogido un espejo y tes has parado delante sin moverte hasta ser plenamente consciente de tus capacidades!!

Y comon sigas así...no gozarás de otra shistoria precisoa en siglos!! bobiii!!!!!!!!!

porlacara dijo...

Por lo que parece sigues muy tocado con esa relación. Deberías hacer algo al respecto, puede que tengas razón y tengas una cuenta pendiente con esa chica, en cualquier caso creo que debes exortizar esos demonios interiores y emprender un nuevo camino... animo.

El inadaptado dijo...

Uis, todavía falta un buen trozo de historia, ya vereis, ya...

Por cierto, Gemmita, vas a conseguir que me sonroje. No obstante debo hacer un par de aclaraciones. Lo de "una chica como esa con alguien como yo" era porque en mi clase ya tenía fama de tipo raro, solitario y retraido, además de frecuentar el grupo de los "empollones" (que no eran los más populares en el aula, por supuesto).

Y los 7 años es el tiempo que hace que no la veo, lo que no quiere decir que no haya tenido trato con ella en este tiempo ni que no haya habido otras relaciones mientras. Extrañas, por supuesto, pero las ha habido.

En fin, que aún faltan dos capítulos. Pronto entendereis a que viene todo esto...