10 de septiembre de 2005

La novia del inadaptado (3 de 3)


EL ESTÚPIDO FINAL





El que lo jodió todo fui yo, pero también salí herido... Posted by Picasa


Repasando lo escrito en las dos primeras partes de la historia me he dado cuenta de que hay dos aspectos que se pueden estar malinterpretando. El primero es el tiempo en el que transcurrió todo. Aunque no lo parezca, todo ocurrió en menos de seis meses, menos de un curso universitario. Quizás las cosas fueron un poco deprisa, sobre todo considerando mi absoluta inexperiencia, pero ya he dicho que mis relaciones siempre han sido intensas. Además, ¿para qué coño esperar? Nos gustábamos, nos atraiamos y no tenía sentido darle vueltas a una historia que, de todas formas, estaba condenada a acabar mal.

Lo segundo, y que ciertamente más me preocupa, es que doy la impresión de ser o querer ser el bueno de la película. Pero no fue así en absoluto. Si bien es cierto que mi ex estaba jodida y tenía algunos problemas, yo lo estaba más (aunque en aquel momento no lo supiera). Y, como han sugerido muy acertadamente en los comentarios del anterior mensaje, yo era muy inmaduro. De hecho sigo siéndolo. Irónicamente soy yo el que piena ahora que estar conmigo no resulta excesivamente fácil. Aunque sea vergonzoso reconocerlo aún mantengo pensamientos y actitudes ciertamente infantiles, al menos en cuanto a las relaciones se refiere. Además está el hecho incuestionable de que me gusta la soledad. Soy una persona introvertida, que vive en su propia burbuja, y por eso incluso cuando estoy con una persona que quiero siento a veces la necesidad de encerrarme en mi mismo o, directamente, de quedarme a solas.

El resultado de unir dos personalidades tan problemáticas fue, como no podía ser de otra manera, las discusiones. Tardaron en llegar, por supuesto, ya que los primeros meses estábamos flotando en la nube de los recién enamorados (y recién follados), pero tarde o temprando tenían que producirse. Cuando no era uno el que se comportaba de manera estúpida era el otro, con la consiguiente bronca posterior. Nunca llegamos a tener peleas muy fuertes y además nos reconciliábamos enseguida, pero que duda cabe que fueron erosionando la relación. Es cierto que es normal que una pareja discuta, pero si los dos son unos crios inmaduros y emocionalmente inestables cualquier mínimo enfrentamiento supone un problema.

Fueron dos los elementos que echaron todo a perder. El primero, que mi ex se rindió. No en cuanto a nuestra relación, sino en los estudios. A pesar de ser una chica realmente inteligente y que la titulación le gustaba, se le metió en la cabeza que debía alejarse aún más de su pueblo natal, situado a aproximadamente una hora de camino de Alicante. Decía que estaba demasiado cerca de allí, lo que facilitaba que sus padres pudieran visitarla en cualquier momento. ¿Huida de una parentela demasiado protectora o de un ambiente familiar incómodo? Nunca llegué a saberlo. Lo único de lo que me di cuenta es que poco a poco dejó de acudir a clase hasta abandonar la carrera por completo, dejándome en la estacada en todos los trabajos que supuestamente ibamos a realizar de forma conjunta.

El segundo motivo fui yo. Sí, fui yo quien rompió. ¿Por qué? Pues vereis, tras haber quemado etapas tan deprisa los primeros meses llegó el inevitable momento de calma. Nos convertimos en una pareja corriente, rutinaria, que quedaba (o no) los fines de semana para ir al cine o echar un polvo. Algo completamente normal, pero que a mi me horrorizaba. Había contemplado durante años a esas parejas de mi pueblo que empezaban a salir en el instituto y tenían noviazgos de años y años hasta que se casaban por pura inercia, y no quería convertirme en una de ellas. Entonces fue cuando, hablando del tema, mi ex me dijo: "Así podemos estar para siempre". Y era cierto. Habíamos llegado a ese mismo punto de equilibrio donde la pasión ha acabado pero la relación es lo suficientemente buena como para no plantearte dejarla. Entonces me acojoné. Sí, me entró pánico a comprometerme con la primera chica con la que había salido en mi vida. Yo quería más, quería experimentar, conocer a más mujeres, probar cosas nuevas. Era un puto gilipollas.

Puesto que yo quería un cambio de aires y la relación no estaba en su mejor momento, le plantee a mi ex dejarlo, aunque fuera solo "por un tiempo", solo "por probar" (una forma tan estúpida como otra cualquiera de cortar). Las vacaciones de Semana Santa estaban cerca, así que me pareció una buena idea romper la relación durante ese periodo (en el que de todas formas no nos veríamos) a ver que ocurría. Ella aceptó, aunque yo estuve a punto de echarme atrás. El día antes de separarnos "oficialmente" fuimos al cine. Y en su casa estuvo más cariñosa de lo que había estado en muchos días. Sin embargo la decisión ya estaba tomada y solo por eso ya debíamos reconsiderar nuestro noviazgo.

Mi ex y yo mantuvimos contacto telefónico constante esos días. Durante toda nuestra relación, incluso cuando sólo eramos amigos, hablábamos durante horas y horas por teléfono (para disgusto de nuestros padres, claro). Y fue a través de ese medio que me enteré que un chico que a ella siempre le había gustado había decidido tirarle los tejos en cuanto supo que había cortado con "ese tio misterioso de Alicante que nadie conocía". Yo, aún en mis trece de buscar otras historias, le dije que si tanto le gustaba no se lo pensara y le siguiera la corriente. Ya fuera por despecho o porque realmente estaba interesado en él, la cuestión es que me hizo caso.

Cuando nos volvimos a encontrar tras las vacaciones yo empezaba a cuestionarme la soberana estupidez que había hecho. Por mucho que hubiera follado con ella yo seguía siendo yo, lo cual significaba que no tenía ni idea de como tratar con las mujeres. Aunque con mi ex ya solo mantenía una sincera amistad, igual que antes de ser novios, me entraron dudas. ¿Debía pedir que volvieramos? No lo tenía claro. Sin embargo pronto obtuve respuesta. Un día al llegar a clase ví que los ojos le brillaban y el rostro se le había iluminado. El motivo: había recibido una carta de ese chico, invitándole a pasar un fin de semana con él en la localidad donde residía. En ese preciso instante me di cuenta de que todo estaba perdido y lo acepté con deportividad. Fui yo quien decidió cortar, así que no tenía derecho a enfadarme porque ella hubiera encontrado a otra persona. Curiosamente era ella la que tenía dudas. Pero yo le repetí una y otra vez que no dejara pasar la oportunidad, porque quizás luego se arrepintiera. La convencí in extremis y yo mismo tuve que ir a comprarle el billete de autobús porque apenas le quedaba tiempo para hacer las maletas.

Según ella el fin de semana fue muy romántico. El chico era todo ternura, besos y palabras bonitas (hasta el punto que ni siquiera llegaron a follar). Mi ex volvió muy encoñada y habiendo iniciado una relación con él. Nuestra historia había acabado.




NO SE VAYAN TODAVÍA... ¡AÚN HAY MÁS!


Aceleremos el tiempo. Poco después de aquel encuentro mi ex se largó definitivamente de Alicante y ya solo la volvería a ver en persona unos meses más tarde en las fiestas de otra localidad. Durante ese verano y los casi tres años siguientes el único contacto que mantuvimos fue por teléfono y correo electrónico, ya que su novio boicoteaba todo intento de encontrarnos. Pero pese a su novio y a que se había marchado a otra ciudad a estudiar, conservamos la misma amistad con la que nos conocimos. No obstante a veces me flaqueaban las fuerzas y le decía chorradas como que no me había olvidado de ella y tal. Lo típico, porque a fin de cuentas durante todo ese tiempo no me comí una rosca. Sin embargo ella no me lo tenía en cuenta.

Un día tuve mi pequeña venganza. A los dos años de nuestra ruptura mi ex me mandó un correo que estuve a punto de imprimir y hacerlo enmarcar. En él se quejaba furiosa de que tanto cariño y tanta ternura de su novio le empezaban a cansar. ¡Que ella lo que quería era follar! Solté tal carcajada que estuve a punto de conseguir que me echaran de la sala de ordenadores de la facultad.

La gran movida llegó en la nochevieja de mi último año de carrera. Estaba harto de las mismas celebraciones de siempre en mi pueblo, así que acepté la invitación de una de mis compañeras de piso en Alicante, que había montado una fiesta allí con sus amigos. Fue un fiestón de esos que luego se recuerdan cuando llegas a la cuarentena, con sujetadores tirados por el suelo, gente durmiendo en cualquier parte, mucho alcohol y aún más drogas. Aunque no bebí (pero sí fumé) acabé tan derrengado que decidí quedarme unos días más.

Sin embargo, apenas había llegado al segundo día cuando me entró un ataque de nostalgia navideña. Sentí la imperiosa necesidad de estar con mi familia en esas fechas, quien sabe si contagiado por el espíritu de los anuncios de turrón o por los canutos que me había fumado. En cualquier caso ya había comprado el billete de vuelta cuando me llegó un mensaje al móvil que acababa de adquirir. En él, agarrense a los asientos, mi ex me contaba que había cortado con su novio esa misma nochevieja porque estaba harta de que le prestara más atención a su ordenador que a ella, y que ya que estaba en Alicante quería quedar conmigo para salir de marcha al día siguiente, martes.

Vale, repasémoslo, despacio. Ha cortado con su novio. Quiere quedar conmigo. Después de tres años sin verme. Un martes. Tras la nochevieja. Con posiblemente todos los bares cerrados.

...

¿Soy el único que piensa que lo que quería era echarme un polvo por puro despecho?

...

En fin, la cuestión es que entonces tuve que tomar una decisión. O volvía con mi familia, a la que echaba terriblemente de menos a pesar de que tras unos días juntos mis padres me sacaban de quicio, o me quedaba en Alicante para ver a mi ex, a la que hacía tres años que no veía y que posiblemente lo único que quería era desquitarse de su novio follando conmigo.

Vaya tela, ¿eh?

Finalmente los anuncios de turrón fueron más fuertes. Si quedaba con mi ex me arriesgaba a no pasar la noche de reyes en mi casa, y emocionalmente tocado como ya estaba en aquel momento (los ataques de ansiedad habían comenzado hacía tiempo) no se si lo hubiera soportado. Así que muy cortésmente rechacé la invitación. Sí, como oís, no quise quedar con ella. Entre acostarme con la única chica que me había querido o abrir regalos con mi familia, elegí a mi familia.

Poco tiempo después empecé a arrepentirme de la decisión, por supuesto. Entonces intenté quedar con ella en la localidad donde estudiaba mi hermana aprovechando que pronto sería fiesta y su piso estaría vacío. Sin embargo ya por aquel entonces noté que mi ex estaba más fria conmigo. No quiso hacer comentarios sobre mi proposición y apenas hablábamos. No obstante yo quería verla en persona, así que le sugerí que quedáramos en la ciudad en la que ella estaba haciendo la carrera, ya que tenía que ir hasta allí a resolver unos asuntos.

Entonces me envio EL MENSAJE. El puto correo electrónico que aún resuena en mi cabeza. Venía a decir algo así.

"Pues si es verdad que vas a venir a esta ciudad, espero que sea lo suficientemente grande para que no nos encontremos. No quiero volver a saber nada más de tí. No intentes escribirme ni ponerte en contacto conmigo porque no te voy a responder. Adiós"


Eso me dolió. Me dolió en lo más profundo. Fue como si me atravesaran el corazón con un puñal candente y lo retorcieran. ¿Que clase de persona te cuenta a través de un correo electrónico que quiere borrarte para siempre de su vida, después de todo lo que habeis compartido? Sin explicaciones, sin motivos, simplemente la advertencia de que para ella ya no existes. Fue injusto, muy injusto.

He buscado un millón de explicaciones diferentes a este mensaje. Desde que fue otra persona la que lo mandó a que había sido captada por una secta. La más razonable, por supuesto, es que se sintió profundamente traicionada cuando me negué a estar con ella en el momento en que más lo necesitaba. Es una buena razón, desde luego, porque a fin de cuentas seguíamos siendo grandes amigos, pero, ¿acaso tenía derecho a pedirme exclusividad? Coño, hacía casi tres años que no la veía en persona y de repente quería quedar conmigo en plenas navidades. Y de todas formas, por mucho que la hiriera, ¿no había otra manera de hacer las cosas? ¿No podía haberme llamado para decirme que era un puto cabrón aprovechado e inmaduro que lo único que le interesa es el sexo? ¿No podía haber quedado conmigo para darme dos buenas ostias por gilipollas? Una puta carta escrita de su puño y letra contándome las razones, joder, no hacía falta más.

Tarde un día entero en recuperarme de aquello. Y entonces decidí que no dejaría que ninguna mujer me hiciera daño de esa manera nunca más.

Os concedo a vosotros la potestad de decidir si actué como un soberano gilipollas y me lo merecía o si mi ex no tenía derecho a borrar cuatro años de amor y amistad a través de un vulgar e-mail. O quizás ninguna de las dos. Quizás simplemente seguíamos siendo un par de crios inseguros jugando a papás y mamás. En cualquier caso las cosas no deberían haber acabado de esa manera, con dos heridos y una relación muerta.

Hace 5 años de ese mensaje. No he vuelto a intentar contactar con ella ni ella conmigo. Y por lo que a mi respecta, todo eso ya es agua pasada...

30 comentarios:

ZERO dijo...

dibuja esta historia en comic y te forras...

El inadaptado dijo...

Bueno, no sería tan voluminoso como Blankets, pero con un dibujo naïve, unas cuantas anécdotas de relleno y la adecuada promoción fijo que lo vendo a pares.

¡Tiembla, Craig Thompson!

gemuchi dijo...

y..te has quedado sin decirnos porque pensabas en todo lo acontecido justo ahora..

ZERO dijo...

ahhhhh eso me recuerda, hace unos dias soñe que estaba leyendo tu blog y relatabas que tenias novia nueva y habias encontrado al amor de tu vida, espero sea premonitorio.

saludos¡¡¡¡

maría dijo...

Hola, soy maría de nuevo.
Gracias por leer mi comment y tenerlo en cuenta con simpatía, me alegra comprobar que ha sido interpretado con el mismo buen rollo con que fue enviado!
Respecto a tu historia con esa chica te reitero mi opinión, que, como siempre digo, puede ser inacertada por no conocer todos los datos, pero acertada por venir desde un punto de vista neutro.
No soy psicoanalista, vaya, pero si que soy más mayor y he corrido lo mío, así que espero servirte de ayuda, y si no, te echas unas risas a costa de las tonterías que te voy a decir.
No creo que hicieras algo malo por dejar a esa chica, ni mucho menos. Lo que pasa es que es un poco decuadrante que, sin motivo aparente, abandones a esa persona porque, simplemente se ha convertido en rutina. Te anuncio que yo dejé a mi primer novio por exactamente la misma razón y me sentí muy culpable, pero ahora entiendo que hice algo positivo para mí y para esa persona, pues no hay nada más triste que permanecer con alguien por comodidad o por rutina.
Tal vez te parezca que fuiste malo porque, como tu mismo decías, luchaste mucho por ese amor, te sentías envuelto en una situación desquiciada, pero muy romántica y...,bien, cuando las cosas se asentaron, pues ese maravilloso amor comenzó a aburrrirte. Sin embargo, ni de lejos fuiste tan malo como piensas, sencillamente inmaduro, pero tampoco creo que te comportaras de modo cruel por lo que percibo de tu relato.
Rompiste con ella y os dolería porque también, como inadaptados e inseguros que erais, teníais vuestra propia burbuja, un mundo en el que os sentíais bien, protegidos, pese a todo.
Seguramente ella encontró otro chico con el que reproduciría comportamientos parecidos a los que había tenido contigo, inseguridad, desequilibrio en la demostración de afectos etc... Tú, en cambio, te quedaste más aislado.
Es decir, tú te creaste una burbuja de soledad y ella una burbuja con otra persona, pero siempre os teníais el uno al otro, de modo que si vuestra burbuja se rompía siempre os podíais volver a dar lo que siempre teníais el uno junto al otro: una sensación de seguridad, de estima mutua, de protección.
Tú crees que, cuando rompió con el otro chico, ella quería sexo contigo de un modo muy tajante.
Es probable que así hubiera sido al final, no lo se, pero creo que ella, sencillamente, había roto la relacción con el otro chaval y te necesitaba.
Eso creo, que tenía necesidad de estar junto a tí, de que le dieras apoyo y reafirmaras su estima, como siempre lo habías hecho, como no habías dejado de hacerlo, incluso diciéndole que no te podías olvidar de ella cuando tenía otro novio, lo cual, ten por seguro, le hacía sentir deseable y especial.
Y tú coges y la dejas plantada.
Tomaste la decisión de no protegerla, de no reafirmar su autoestima en ese momento que, para ella, más lo necesitaba.
Y por eso te escribió ese rencoroso mail. Seguro que si alguna vez lo meditas o hablas con ella de nuevo llegarás a la misma conclusión, pero como te hizo tanto daño, ahora te resulta imposible verlo con la imparcialidad que yo puedo.
Mira, no creo que tomaras una decisión incorrecta. Supongo que al final habrías caido en el mismo juego de siempre con ella, reavivado por el período de separación, pero, una vez apagado ese fuego, te habrías visto en el mismo brete que cuando os separasteis.
Te repito la misma conclusión que en mi comment anterior. Con una dosis de madurez y otra de autoestima ninguno de los dos os habríais comportado así, pero son las cosas que tiene la vida, no? hay que cometer errores para aprender de ellos y ser más feliz.
Me tienes como amiga virtual, ya lo sabes.
Un abrazo

La-Ruina dijo...

María es un CRACK.

藤原 弓美 dijo...

Eso de quedar como amigos, como antes, es falso, nunca puede ser como antes... sólo puede ser así cuando ha pasado un tiempo prudencial (y contadas veces, desgraciadamente). Si se corta, se corta. Lo sano es dejar pasar tiempo sin tener contacto alguno con esa persona con la que has estado implicado emocionalmente, y al cabo de ese tiempo, y en según qué casos se puede volver a tener una buena relación.
Cuando ambos han rehecho su vida (no digo encontrar pareja necesariamente), cuando la herida se ha cerrado...
Y en este caso no creo que fuera así, y por lo visto parece que después de tantos años, y al menos por tu parte, todavía colea la cosa.
Es curioso como (casi) siempre pasa lo mismo, ella encuentra a otro y buen rollito por su parte, el otro la deja, te pide que le heches una mano y como no se las das, en fin...
Otro gallo cantaría si se encontraran "sustitutos" rápidamente después de las rupturas en muchos casos.
Esto es como el perro del hortelano...

La-Ruina dijo...

Creo firmemente en la amistad tras una relación. Eso sí, con las pistolas sobre la mesa. Hay que saber comportarse como personas y dejar el orgullo en el armario, ¡y no me refiero al orgullo gay!
El diálogo no es un imposible.

藤原 弓美 dijo...

Ey! Yo también creo firmemente en ello, pero saber comportarse ha de ser en frío, en caliente es complicado, así que insisto en dejar pasar el tiempo para retormar esa amistad.

El inadaptado dijo...

Básicamente, estoy de acuerdo en todo lo dicho (Maria, eres un crack). Soy muy consciente de que eramos muy inmaduros, especialmente yo, de ahí que decidiera terminar la relación solo porque me entró miedo de que se convirtiera en algo rutinario. No obstante las cosas no iban del todo bien, así que tampoco me siento excesivamente culpable por ello. Fue una decisión, y la vida es tomar decisiones.

He de reiterar que tras romper mantuvimos la misma amistad que al principio. Porque, como dijo Pau Donés, ¿en que se diferencia la amistad verdadera del amor? Iniciamos una bonita relación en la que durante una etapa hubo besos, caricias y sexo, y en la otra no, pero básicamente seguíamos siendo dos personas que compartíamos una complicidad, una intimidad.

El tema de la nochevieja es espinoso. Sí, di por hecho que quería sexo, porque al menos ella no parecía especialmente hundida por su ruptura (a menos que se hiciera la dura, claro, pero no olvidemos que fue ella quien cortó). El mensaje que me mandó simplemente decía que quería pegarse una noche de juerga para olvidarse de todo. Pero lo que tenía que olvidar era un novio que no le prestaba atención y no le satisfacía en la cama (algo que parecía importante para ella) y pretendía quedar un día en el que ella sabía que muy probablemente no encontraríamos algo abierto. No son suficientes motivos, cierto, pero en aquel momento me lo pareció. Necesitaba apoyo, por supuesto, necesitaba un hombro en el que llorar (o quizás no), pero el caso es que tras tres años de confidencias por teléfono o por mail, que de repente tuviera esa necesidad perentoria de quedar conmigo era poco menos que sospechosa (sobre todo habiendole manifestado previamente que no la había olvidado). Aunque también es posible que simplemente tenga la mirada sucia....

Y ahora la gran pregunta. ¿A santo de qué hablar de mi ex ahora? ¿Es porque no la he olvidado? No, en absoluto. Es decir, claro que no he olvidado a la que fue mi primer amor y mi, hasta el momento, única novia. Pero ya no pienso en ella en esos términos. De hecho se que muy posiblemente no nos volvamos a ver jamás. Y, la verdad, me la suda. Hace ya mucho tiempo de esa relación y no pienso anclarme en el pasado. Hace mucho, mucho, que la olvidé.

Bien, de acuerdo, no he contestado a la pregunta. ¿Que por qué estoy hablando de ella? Porque era una cuenta pendiente. Este blog (y el otro) se creó para contar mis miserias personales y que duda cabe que para una persona como yo una novia fue todo un acontecimiento. Era simplemente una deuda pendiente, que me pareció apropiado saldar este fin de semana en el que tengo un bajón de cojones (el humor perfecto para hablar de una ex). Y, la verdad, me siento mejor. Ahora que me he quitado este lastre de encima vuelvo a tener ganas de escribir sobre cosas más mundanas y seguir destripando sin piedad el mundo que nos rodea.

He dicho.

Fuckme dijo...

Si tratas a las mujeres demasiado bien, siempre terminan tratandote como un trapo.
Y tu no has tenido los huevos de contactar con ella. Lo de la carta, pues que quieres que te diga, si realmente es importante para ti esa tia habrias mandado a la mierda la carta y le habrias demostrado que estarias ahi para ella si te diera una segunda oportunidad. Porque a fin de cuentas... que perdias? nada, porque a ella parece que ya la has perdido de todos modos.

Y yo tb me pregunto, a k viene ese arranke de melancolia despues de 5 años del ultimo contacto?

藤原 弓美 dijo...

Eso de que si tratas demasiado bien a alguien sobra, es falso, no puedes generalizar sobre algo que te ha pasado a ti porque estés dolido.

El primer "amor" siempre es el primer "amor", y ahí queda, eso es impepinable.

En mi humilde opinión, aparte de ella te la debieran sudar muchas cosas más y serías menos infeliz...

Me encanta dar mi opinión cuando yo no sigo ni uno de mis consejos.

藤原 弓美 dijo...

Una pregunta al aire.

¿Realmente creeis que se madura con la edad y la experiencia?

Ja!

Dosjerez dijo...

Aún estando de acuerdo con María en todo lo que señala y estando convencidos que en realidad hiciste lo mas adecuado (para los dos) la rutina es una cuestión mental, quiero decir, hay miles de maneras de mandar la rutina a hacer gárgaras, lo primero es detectarla y una vez que lo haces evitar que te embauque con su comodidad, mantener una relación es un trabajo constante, diario, compaginar esos ratos de complicidad y comodidad con otros de locura y alboroto es una obligación de ambos, la rutina mata la originalidad y espontaneidad (y eso destroza cualquier cosa) pero la espontaneidad asusta mucho mas a la rutina, la mantiene a raya, pongo un ejemplo absurdo:
El sexo, el sexo llega a convertirse en rutina tarde o temprano, pues evitemoslo, no voy a recomendar historias swinger para salir de la rutina (de hecho suele ser contraproducente) pero si jugar, explorarse el uno al otro, cambiar de postura, de sitio, de agujero, ver porno juntos....hay mil maneras, pero hay que tener ganas, hay que estar motivado para luchar contra la rutina, no queremos caer en el paternalismo mas ñoño, pero joder, con la edad que tenías lo suyo era ir de flor en flor, hacer el loco, para luego, con nuestra edad, poder mirar atrás sin pensar en lo que pudo ser y no fué, hay que ser un putón de joven, para no añorarlo después.

La-Ruina dijo...

Madurar, no sé..., pero putadas por un tubo, las queráis...

La-Ruina dijo...

Perdon, "las que queráis".

藤原 弓美 dijo...

Respeto a María, pero lo que dice es de manual, y cada persona es un mundo, no se puede generalizar. Está claro que nadie es especialmente único, pero sí que todos vivimos lo mismo en un momento u otro, y depende del carácter de cada uno encajarlo de una manera u otra. Está claro que cada uno vive lo que otros pero de manera distinta, así que creo que es muy complicado juzgar y dar consejos.

El inadaptado dijo...

Yo me sigo considerando un poco inmaduro. No del todo, no llega hasta ahí mi falta de autoestima, pero de vez en cuando me sorprendo a mi mismo teniendo pensamientos y actitudes absolutamente infantiles. Especialmente en cuanto lo que se refiere a las mujeres, las relaciones y el sexo. Es como una herida que no ha terminado de cicatrizar del todo. Tengo la esperanza de que algún día me estabilice y pueda asumir mi vida de una forma adulta.

No obstante, ser un bala perdida tiene sus ventajas...

En fin, que no le deis muchas vueltas. Es simplemente la historia de una relación difícil de dos personas difíciles que acabó mal. Ella está viviendo su vida, yo la mía (si es que a esto lo puedo llamar "vida") y puede que algún día nos encontremos y nos riamos de esto.

Veamos el lado positivo. Un día haré una novela con todo esto, será un puntazo (los dramas siempre venden, sobre todo si hay sexo por medio) y podré vivir el resto de mi vida de esribir artículos, hacer traducciones y algún que otro libro más que no será tan bueno pero que se venderá igualmente porque ya tendré un nombre.

Ahora lo que tengo que inventarme es un nombre con gancho. Porque con el mio no voy a vender ni enciclopedias...

Dr.Benway dijo...

María lo ha clavado creo yo, que gran fichaje para tu blog Inadaptado xDDD. Si me permitís cito a Franco Battiato:

"Estaba en ti como argumento de tu amor silogístico, y conclusión de un razonamiento

Y me gustaba tanto estar así,
enredado en tus sentidos artificiales,
Ahora soy casi fluctuante ..."

藤原 弓美 dijo...

Los hay que no maduran nunca, mi padre tiene 77 años y anda en ello.
La genética es jodida.

La-Ruina dijo...

María es doblemente crack ;)
Todos vds. lo son.

藤原 弓美 dijo...

Por cierto, ningún final es estúpido.

La-Ruina dijo...

No es menos cierto que hay finales que son muy tristes.

El inadaptado dijo...

Ya lo dice la Sra. Smith: "Los finales felices son historias sin terminar"

Gran película, señores, vayan a verla. Aunque solo sea para ponerse cachondo viendo a los dos actores más deseados de Hollywood repartiendo ostias y muchas balas...

藤原 弓美 dijo...

A mi me pone la frase final de Eyes Wide Shut...

porlacara dijo...

Considero que la señorita María esta acertada en todas sus afirmaciones, ahora bien, si me lo permites me gustaría ir un poco a contracorriente y decirte que creo que actuaste mal cuando recibiste el mensaje. Te explicaré el porqué.

Creo que ella estaba muy dolida al verse sola al salir de la relación y no encontrarse con que te tenía comiendo en la palma de su mano. Fué sin duda ese egoismo lo que más hirió su orgullo y como uno nunca tiende a asumir sus propios errores tu fuiste el que se llevo todas las papeletas de su monumental enfado.

Ahora bien, creo que el mensaje que te mandó fue un calentón, un ordago a la chica que tu confirmaste. ¿A qué me refiero? Me refiero a que estaba muy enfadada contigo y por eso te mandó ese mensaje, pero sinceramente dudo que realmente no quisiese saber nada más de ti.

Tal vez (y esto es una opinión personal) deberías haber intentado hablar con ella en persona, soltaros todo lo que teníais dentro guardado y que os estaba reconcomiendo. El no hacerlo ha impedido que esa herida quedase abierta durante demasiado tiempo y que probablemente los dos sufrierais innecesariamente. A veces la mejor forma de arreglar este tipo de cosas es tragarse el orgullo e ir a buscar a la otra persona para aclararlo todo.

Cuando dejas una cuenta pendiente o algo sin resolver te martillea en la cabeza durante años, a veces incluso durante toda la vida.

Ahora y después de 5 años creo que tal vez sería un buen momento para cerrar heridas y aclarar las cosas. No creo que pierdas nada por intentarlo, pero quizás ganes tranquilidad.

Todo esto es una opinión personal, tu mejor que nadie sabe lo que has vivido y lo que sientes, solo te lo digo porque me parece que estás pasando un mal momento innecesario que a lo mejor (o a lo mejor no vete tu a saber) se arreglaría simplemente sincerandose los dos.

En fin, en cualquier caso, animo. Que sepas que por acá nos tienes para echarte un cable para lo que haga falta.

El inadaptado dijo...

Debo confesar que he omitido un dato. No de forma deliberada, simplemente no lo consideré importante para la historia.

Cuando me mandó el mensaje, yo le respondí. Le dije que después de todo lo que habíamos pasado me merecía al menos una explicación. Que las cosas no podían acabar así, que no tenía derecho a borrar de un plumazo 4 años de amistad. Le prometí que ese sería el último mensaje que le enviaría, pero que ella debía al menos darme las razones por las que no quería volver a saber de mi, ya fuera en ese momento o cuando se calmara.

Por supuesto no se si lo leyó o no, pero en cualquier caso no me respondió. Quizás es cierto que debería tratar de contactar con ella para finiquitar este tema, pero no se como hacerlo. En aquel momento borré de mi agenda su número y dirección de correo. Así que tendrá que ser ella la que de el paso, si no hizo lo mismo que yo.

En cualquier caso ya he dicho que esto es agua pasada. Vale, siempre me quedará esa espinita, pero yo no puedo detener mi vida solo por una discusión absurda y pueril. Aunque no me creais, ya ni siquiera pienso en ella. Y ahora que me he desahogado en el blog, mucho menos...

porlacara dijo...

Pues si ya lo has superado, adelante ;)

Thuringwethil dijo...

Estoy totalmente de acuerdo con todo lo escrito por María, pareces psicoanalista aunque ya has dicho que no lo eres jaja y bueno añadir que no creo que te equivocaras en nada, ni en dejarla cuando la rutina quitaba todo sentido a la relación(siempre que tu consideres haber hecho todo lo posible por solucionarlo sino siempre te quedará eso de que podríais haber salvado la relación en ese aspecto pero bueno) ni en no quedarte en nochevieja con ella puesto que considero que la familia es mucho más importante que cualquier pareja y más aún que una ex. Si no hubieras tenido nada que hacer, pues vale, pero si le explicaste que te ibas a tu casa a pasar nochevieja (no hablamos de cualquier día del año) pues no veo porqué tanto enfado cuando ella ni siquiera había ido expresamente a hacerte una visita ni mucho menos, simplemente estaba en la ciudad de casualidad, vamos que seguro que tenía otros planes para esa noche a parte de ti y por eso si no entendí mal te dijo de verte al día siguiente, no? Menuda convenida! No tenía ningún derecho a enfadarse, y si lo tenía que se lo hubiera guardado adentro. Hay que saber cuando realmente tienes que enfadarte y mostrarlo a la persona implicada y cuando debes ocultarlo.
Y desde luego en lo que difiero de todos los que he leído es en lo de volver a arreglar las cosas, para mi ni lo intentes! Ya mandaste un email en respuesta del suyo en su momento, si no te contestó... se acabó, no vas a ir detrás de ella como un perrito faldero después de tantos años!! Las cosas hay que arreglarlas en el momento, ahora ya no tendría sentido. Otra cosa es que el destino os una en algún lugar (cosas que pueden pasar en la vida)y quedeis para veros, pero sino para qué buscarla?
No creo que ella esté tan sola como tú (lo digo con cariño eh?) simplemente no creo que ella apenas se acuerde de ti, y seguro que ya habrá tenido más novios después de ti y del otro y ahora tendrá alguno o estará a la caza, no merecería la pena dejar tu orgullo y tu dignidad por el suelo sólo porque fue tu primer amor.Cuando tengas más amores, le quitarás más importancia todavía.

Y me parece muy bien que lo hayas contado, siempre es bueno analizar las relaciones pasadas, no significa que desees retomarlas ni que las añores, simplemente se trata de una evolución sentimental y que cuando estás de bajón, comenzando o terminando una relación, te vienen a la cabeza.

Anonymous dijo...

Yo tambien le dije a mi ex eso de que no volviera a dirijirme la palabra ni queria saber nada mas de ella, pero cara a cara, supongo que le dolio, aunque era una zorra y por lo tanto se merecia eso y mas.