Pollas

La revista Magazine, que se entrega los domingos con el diario Información de Alicante (entre muchos otros periódicos de tirada nacional o regional), lleva un tiempo dedicando un espacio a la escritora Lucía Etxebarría. Aunque las obras que de ella he leido hasta el momento no me han gustado demasiado, he de reconocer que siempre la he admirado como la persona inteligente y crítica que es, y por eso he seguido con interés sus artículos. Desde hace varias semanas se ha unido a la sexóloga Llum Casanova para hablar de sexualidad sin tapujos y desmontar algunos de los tópicos que siguen vigentes en la actualidad. El último tema tratado es precisamente el tópico por excelencia: ¿el tamaño importa?

Independientemente de lo que opine cada uno (para gustos colores o, en este caso, pollas) y de lo que dicte la razón, la respuesta es muy clara: SÍ, importa y mucho. No en la cama, porque en el sexo a fin de cuentas son otras muchas cosas las que cuentan (y un torpe seguirá siendo un torpe por muy grande que la tenga). El tamaño importa, pero a quienes les importa. Es decir, a los hombres que tras años de una mala educación sexual y general, exceso de pornografía o una personalidad endeble e inmadura han depositado en el tamaño de su miembro viril toda la razón de su ser. ¿Que la tienen grande? A presumir. ¿Que la tienen normal? Creen que debería ser más grande. ¿Que la tienen pequeña? Traumatizados sin remedio.

"Veo que la tienes tan larga como la mía...
¡a ver que tal la usas!"

Hace varios mensajes conté que había vuelto a chatear. Ahora solo entro los fines de semana, pero fiel a mis canales de siempre: los de sexo. De entre las muchas razones por las que entro en ese tipo de salas (y no para buscar un polvo fácil, malpensados) una de ellas es la distorsión de la realidad que se produce en ellas. Así a ojo, el tamaño medio de los miembros de los usuarios es alrededor de 23 cm. Sin exagerar. Abundan los anuncios tipo "Enseño mi polla de 25 cm. por cam" o "busco chica de madrid para sexo esporádico. Yo, chico de 23 años y 30 cm.". Es increible la cantidad de superdotados que se está perdiendo el mundo de la pornografía, si hemos de dar crédito a todo lo que nos cuentan. Y lo peor es que ellos mismos se lo creen. Recuerdo que una vez uno de estos "monstruos de la naturaleza" se quedó soprendido al descubrir que el tamaño medio del pene español es de 14 cm. (o eso dicen en las encuestas de Durex, que ellos de penes entienden un rato). ¿En que mundo vivía este hombre? ¿En la Mansión Playboy? ¿Y con qué se la mide? ¿A ojo? ¿Calculándolo a partir de la proyección de la sombra? ¿Dió por hecho que la tenía grande?

Lo único que parece estar claro es que, a pesar de todos los esfuerzos de Lorena Berdul, para buena parte de la población masculina la penetración sigue siendo el eje alrededor del que gira todo el sexo. Los tópicos machistas no solo no han muerto sino que además siguen muy vigentes: es del hombre de quien depende que la mujer alcance el orgasmo y por eso cuanto más grande mejor. Frente a la metrosexualidad (tema de mofa y escarnio en la última entrega de Cálico Electrónico), vuelve a surgir "el macho". Por petición popular, ¿eh?, que yo todavía no me puedo creer la cantidad de mujeres que exigen "hombres de verdad". La cuestión es, ¿qué caracteriza a un "hombre de verdad"? ¿Existen? ¿Alguien ha conocido a alguno? En mi opinión no deja de ser otro tópico más, tan perjudicial como el resto.

Supliendo las carencias neuronales con
metáforas fálicas...

Y sin embargo últimamente se está poniendo de moda comportarse como un troglodita. ¿Sabe alguien que le están dando de comer a los políticos últimamente? En todos estos años no recuerdo semejante exhibición de testosterona como la que estoy viendo en los noticiarios estos días. Parecen adolescentes en un campamento de verano midiéndose la polla en las duchas a ver quien la tiene más grande: Carod-Rovira opinando que si el estatuto se sale de la Constitución, es la Constitución la que debe cambiar (con dos cojones); Otegi lanzando amenazas como si fuera él quien tiene el mando (o como si alguien le hubiera pedido su opinión...); Zapatero diciendo que la oposición debe ceder para alcanzar acuerdos en los temas de estado más importantes; Rajoy diciendo que es el gobierno quien debe cambiar de opinión para que sus proyectos coincidan; y Zaplana... bueno, lo de ese hombre es un caso aparte.

La cuestión es que si nadie se apea del burro, ¿cómo coño va a avanzar el pais? Si el gobierno piensa sacar adelante su programa electoral sin contar con nadie y la oposición no piensa parar hasta que se vuelvan a convocar elecciones, ¿que pintamos en todo este asunto? Nada. Absolutamente nada. En la política, como en el sexo, su polla es lo más importante, alrededor de lo que gira todo. Y mientras nosotros, los votantes, su pareja, nos quedaremos insatisfechos porque no nos prestan la más mínima atención. Aunque cambiemos de amante, el resultado será el mismo: será su propio placer el que busquen, no el nuestro.

Yo, de ser político, me preocuparía por meterla en la bragueta de vez en cuando y fijarse en lo que tiene alrededor. Porque incluso las pollas más grandes pueden tener ladillas o que venga un huracán y demuestre lo que te da tanto miedo reconocer: que a la hora de la verdad no sabes usarla...