30 de diciembre de 2005

Psicópatas sobre ruedas

No, esto no es una reseña sobre esta película,
pero no podía faltar la referencia



Las estadísticas y las cifras oficiales han echado por tierra algunos de los estereotipos más extendidos de los paises europeos. Por ejemplo, y en el caso que nos ocupa, se ha demostrado que los españoles no somos en absoluto tan vagos como creemos. De hecho trabajamos más que en muchos otros lugares (aunque cobrando menos, como no podía ser de otra manera). Así que durante todo este tiempo nos hemos equivocado en cuanto a nuestro pecado capital favorito. Desterrada la pereza, yo propongo una nueva etiqueta más acorde con lo que puedo ver día a día y que sin duda nos define mucho mejor: la soberbia.

Hace algún tiempo me encontré sin saber muy bien cómo afrontando un día de prueba para optar a un puesto en una autodenominada "empresa de telecomunicaciones". El trabajo consistía en realidad en acosar a los comerciantes y PYMES de la zona para que suscribieran alguna de las ofertas de telefonía de la operadora a la que representaban. Huelga decir que no me gustaron un pelo sus métodos (y el hecho de que cobraran a comisión), pero antes de llegar a la ciudad en la que iban a mostrarme el "oficio" ya sabía que no trabajaría para ellos. ¿Cómo? Porque en la autovía el que iba conduciendo se pegó al carril izquierdo y no se separó de él hasta que llegamos a nuestro destino.

En este país las leyes las dictan los gobernantes y las aprueba el pueblo. Tal es el grado de soberbia al que hemos llegado. Es la gente la que decide que normas sigue y cuales se salta a la torera. Como un psicópata que creyéndose por encima del bien y del mal mata a quien desea o cree conveniente, así muchas personas consideran que la legalidad se ajusta a su capricho. Y no hay lugar donde esto sea más patente que en las carreteras.

Yo admiro profundamente a la DGT, ya que sin darse cuenta se han convertido en defensores de una causa casi perdida. Por muchos radares y policías que pongan, por mucho que se endurezcan las leyes, basta hacer un breve viaje por cualquier autovía española para darse cuenta de que ante el volante, cualquiera se cree dios. Y dios no sigue las normas, que de puro ignoradas más bien parece "recomendaciones". ¿Límite de velocidad? Eso lo hacen para poner multas, yo puedo ir a 160 y no pasa nada. ¿Doble fila? Eso lo hacen para poner multas, solo voy a estar un minuto. ¿No consumir nada antes de conducir? Eso lo hacen para poner multas, yo controlo. Así podriamos seguir con el código de circulación al completo.

He de reconocer que me da miedo conducir de acuerdo con las normas de tráfico. Cada vez que lo hago no hago sino provocar pitidos, malas caras, gestos agresivos o incluso insultos de otros conductores. En Madrid provoqué dos accidentes de tráfico, en uno de los cuales pude haber salido herido, solo por querer ser prudente mientras conducía la moto de reparto en vez de sortear los coches y saltarme los semáforos como hacen todos los demás. Es aterrador ver como la gente se transforma cuando toma un volante entre sus manos. Y más aterrador es ver como nuestra soberbia se transforma en miles de muertos en las carreteras cada año. Gente que" controla". Gente que "nunca se duerme". Gente que "sabe conducir".

Gente que, como los psicópatas, creen estar por encima del bien y del mal...



Esto es para quitarle un poco de hierro al asunto.
Y para pediros que tengais cuidado al volante.
No quiero perder lectores estas fechas...

9 comentarios:

TST dijo...

Pérez Reverte escribió hace más de 10 años un artículo titulado "Carta a un imbécil" sobre este tipo de asesinos al volante.

Feliz 2006!!

Lord Christmas dijo...

Es cierto. Algunas veces el tráfico, los pitidos -dirigidos a mí-, y distintas anomalías del mundo de la carretera... son tales, que tengo que parar en la cuneta, apagar el motor y poner unos minutos de música en plan ambiente, ridícula. Sino hicera eso de vez en cuando, me podrían estallar los dientes de furia y los los telediarios tendrían carnaza fresca para el día siguiente.

Supongo.

Wishcure dijo...

A mí me fastidia sobremanera el tema distancia de seguridad...algún día he estado a punto de convertirme en un emparedado, entre un camión y una furgoneta porque ambos no respetaban sus respectivas distancias de seguridad...ni el limite de velocidad permitido claro...y el que se llevó la bronca fui yo claro. Por suerte vivo para contarlo...

Feliz año 2006!

Angie dijo...

A mi esta noche, me toca estar en la carretera en cuanto salga del trabajo... a las once, once y media... con suerte, no habra casi nadie, por desgracia, los pocos coches que se cruzaran conmigo seran los que piensan que llegaran a tiempo para las uvas... ojala lo hagan... pero si yo no llego a las uvas... al menos quiero ver el proximo año, y no estoy dispuesta a palmarla un dia como hoy y mucho menos por culpa de otro... Me voy en breve a trabajar, y como todos los dias, me comere el atasco de acceso a la ciudad... con mi musiquita de fondo, creo que soy la mas relajada de toda la fila...

Besos, feliz año, feliz vida... y que el 2006 te traiga para aca... vale?

Besitos miles cielo

Angie

Chasky dijo...

El problema de estos psicópatas no es que cometan una infracción y se maten sino que puede ser perjudicada otra u otras personas sin comerlo ni beberlo. Si se quieren matar pues que lo hagan pero el resto de gente que va por la carretera no tiene porqué pagar las consecuencias de que estén locos.

Logan dijo...

La verdad es que hace tiempo que no vale con que tu conduzcas bien. Además tienes que tener suerte y que no te "toque" alguien que pasa de su vida, y lo que es peor, de la tuya.

El no ponernos en el lugar de los demás es lo que tiene.

Feliz Año Nuevo...

藤原 弓美 dijo...

Ey! Trabajamos más horas, pero rendimos bastante menos.

Eso, eso, por mi estos kamikazes ya se pueden matar como y cuando quieran, eso sí, ellos solitos... que no se lleven a los demás por delante.

El Tete dijo...

Je, tendrías que ver cómo conducen en El Cairo. Pa habernos matao...

vitalidad dijo...

Efectivamente lo malo es que normalmente ellos no se matan, matan a los demás y ellos salen ilesos.

No tiene remedio la cosa, la tienen tan corta y la usan tan poco que lo vuelcan en conducir como locos, es el rato en que se sienten superiores esos mierdas.

Tienen una prisa loca para acabar parándose sin remedio en el siguiente semáforo, van haciendo el gilipollas porque su vida no tiene valor, están adocenados, amuermados, sin valores y sin cultura.

Todo el mundo quiere venir conmigo en el coche, voy despacio, me importa un pito llegar antes o después, menos mi hija que se pone de los nervios y quiere que corra más.


Cuando me pongo al volante siempre me digo a mí misma que llevo una pistola cargada en las manos, que es una máquina de matar y por lo tanto debo llevar cuidado. He renovado el carnet ya dos veces, no he dejado de conducir desde el primer día, no he tenido accidentes graves, y aún así a veces te encuentras con dificultades. Pero ellos no, les regalaron el carnet ayer y controlan.


En un curso de prevención de riesgos laborales que hice nos explicaron muy bien que cuanto más vayas a 160 más probabilidades tienes de que te pase algo. La estupidez les hace creer que como siempre van a esa velocidad y se creen que controlan, el riesgo disminuye y es mentira, el riesgo continuamente aumenta, no hay más que ver las cifras de muertos.

Solo espero eso, que se maten ellos y no se lleven a nadie por delante.

Perdón por el sermón me cabreo y no controlo.