7 de enero de 2009

Querido yo de 14 años...

A los 14 años tuve una epifanía, una revelación, un momento de claridad absoluta de esos que solo proporcionan las drogas psicotrópicas y los cómics de Grant Morrison. Fue estando en clase (creo, no lo recuerdo bien; últimamente tengo la memoria de un pez de colores), cuando, sin ningún motivo aparente (aunque el aburrimiento seguro que tuvo algo que ver), lo supe. Supe, con una certeza total, con la mayor seguridad de la que he tenido jamás sobre algo, que no follaría hasta los 18. Y acerté, vaya que si acerté. Por poco (me faltaban apenas tres meses para cumplir los 19 cuando eché mi horroroso primer polvo), pero lo hice. Ser consciente de esa circunstancia (es decir, que me mataría a pajas durante mi adolescencia, algo que cualquiera podía vaticinar sin una bola de cristal, por otra parte) me proporcionó cierta tranquilidad durante el bachillerato, sabedor de que todo esfuerzo por conseguir algo más sería inútil. Cierto, también estaban la exclusión social, la falta de entendimiento con mis amigos, la sensación de no pertenecer al lugar donde vivía, el hastío existencial, el nulo contacto físico con las mujeres y otros mil temas que hicieron del instituto una pesadilla, pero, coño, al menos no me amargaba ser virgen.

Ya es algo.

Ahora estoy llegando a los 30 y me ha dado por echar la vista atrás y contabilizar todas las cagadas que he cometido en mi vida (otros se ponen un piercing en la ceja o dejan a su novia, a cada uno le da por algo distinto). Ya lo se, errar es humano y así es como uno madura y aprende, pero eso no quita que joda bastante. Así que me ha venido a la memoria ese breve momento de clarividencia pubescente y me he dado cuenta de lo realmente útil que hubiera sido poder utilizar ese don a lo largo de mi vida aparte de para calcular cuándo podría mojar el chorizo en aceite por primera vez. Ya no digo acertar la lotería (que también), pero sí como mínimo darme cuenta de cuándo la estoy cagando y rectificar a tiempo. Es por eso que, en un ejercicio de autocompasión muy propio de mí, he decidido fantasear con la posibilidad de enviar, taquiones mediante, un mensaje a aquel piltrafilla de 14 años con gafas enormes y flequillo espantoso para advertirle sobre todas aquellas cosas que, de haberlas sabido con antelación, hubiera podido cambiar y ahorrarme humillaciones, disgustos, un año de terapia e ingentes cantidades de tiempo y dinero.

Querido yo de 14 años...

No te voy a mentir, te esperan unos años difíciles. Eres un chaval serio, callado, introvertido, siempre en las nubes, al que le cuesta encajar en su entorno y hacer amigos. Llevas escrito "pringao" en la frente. En el instituto serás el típico empollón rarito con el que se mete todo el mundo y al que los únicos que le respetan son los profesores. Lo cual, por cierto no te convertirá en alguien precisamente popular. Así que aquí van unos cuantos consejos de supervivencia para sobrellevar lo que te queda con un poco de dignidad:
  • Vuélvete invisible. Eres incapaz de defenderte cuando te atacan, así que lo mejor que puedes hacer es que no se fijen en tí. Reduce el contacto humano al mínimo. Nunca respondas a las provocaciones de los más cabrones, ni siquiera les mires. Levanta la mano lo menos posible y no confraternices con otros empollones en clase. Búscate amigas (para ellas eres inofensivo, será fácil). No seas voluntario ni participes en actividad extracurricular alguna. Habla lo menos posible y no hagas nada que te ponga en envidencia. Puede que alguna vez te sientas solo pero, creeme, la alternativa es mucho peor.
  • Aléjate poco a poco de tus amigos del pueblo. Bueno, solo de los chicos, con las chicas siempre te has llevado bien. Porque de toda la gente que conozcas ellos son los que más putadas te harán, así que te aseguro que saldrás ganando. De hecho te lo pasarás mejor más jugando, viendo la televisión o leyendo libros en casa que saliendo con ellos, porque en realidad son aún más capullos que tu. Y de todas formas acabarás perdiendo el contacto, incluso la amistad, así que evitarás discusiones en el proceso.
  • Un consejo que te valdrá para siempre: no intentes nada, nunca, con ninguna de las chicas que te gusten pero que no muestren interés por tí. No es fingido, es que pasan de tí como de comer mierda. Así que por mucho que te alguien te ponga a mil no le hagas caso. Limítate a sonreirle y sigue con lo tuyo. Te ahorrarás muchas frustraciones.
  • Usa el hilo dental. Ya se que nadie te ha enseñado, y de hecho ninguno de los putos dentistas inútiles que tendrás te dirán como usarlo, pero lee una enciclopedia si hace falta (lástima que no tengas internet todavía en aquella época) porque eso te ahorrará la docena de empastes y endodoncias que llevo ahora mismo.
  • Conserva en buen estado tus Tente. Valdrán su peso en oro en unos años. Y son cojonudos.
  • Busca algún deporte que no te disguste demasiado (el que sea, como si escoges el badminton) e intenta dar clases o jugar con regularidad. Te ayudará a distraerte, a aislarte de tu entorno inmediato y será una gran ayuda con tus futuros problemas de ansiedad.
  • Te lo digo antes de que sea demasiado tarde: las matemáticas no son lo tuyo. En serio. Necesitarás ayuda.
  • Cuando acabes el instituto, entre otras cosas, abandona el grupo folclórico en el que tocas. Como mucho quédate otro año, pero ni se te ocurra seguir más allá. Llegará un punto en que te darás cuenta de que no tienes nada en común con toda esa gente y, lo que es más importante, estás ridículo con esas pintas.
  • Cuando llegues a la universidad no se te ocurra escoger Alemán como optativa. Es una lengua difícil, te exigirán mucho y los profesores son imbéciles. En lugar de eso, mejor elige Ruso. Te será más fácil aprobar y las rusas están mucho más buenas, dónde va a parar.
  • No bebas. Nunca. Jamás de los jamases. En un futuro no muy cercano aborrecerás el alcohol como a ninguna otra cosa en el mundo, así te mantendrás puro de espíritu. Bueno, eso y que siempre te sabrá asqueroso, mejor ahórrate las arcadas y el mal sabor de boca.
  • Sobre el tabaco, por otra parte, no voy a ser hipócrita: te va a gustar. Mucho. Fumar porros también. Así que espera hasta casi acabar la universidad para poder controlarlo lo más posible. Eso sí, se consciente de que una vez que empieces te va a costar horrores quitarte del hábito definitivamente, al menos hasta que llegue cierta operación que te harán en el futuro y de la que no te voy a hablar para evitarte pesadillas...
  • Tómate los estudios con calma. En Traducción vas a encontrarte con un montón de empollonas (porque tíos seréis pocos) compitiendo unas con otras por ser la mejor. Que les den. Ser el primero de la promoción no te va a valer de nada, así que disfruta de esos años y aprovecha el tiempo para hacer cosas más útiles. Pasear por la playa, por ejemplo.
  • No permitas que tu madre te siga comprando la ropa. Ya se que aborreces ir de tiendas, pero haz de tripas corazón y sal a buscar cosas que te gusten si no quieres que te conviertan en una foto de catálogo de Burberry's.
  • Cuando busques compañeros de piso, escoge solo a tías buenas. A ser posible, que estén MUY buenas. De todas formas por mucho que los selecciones siempre tendrás problemas, así que al menos de esta manera te alegrarás la vista. Y, quien sabe, puede que a alguna de sus amigas le intereses.
  • Empieza a comprar cómics en cuanto llegues a Alicante. Se que no entiendes del tema y el dinero no te llegará para mucho, así que vete a lo más conocido. Batman, Patrulla X, JLA, Vengadores... Y cuando salgan los coleccionables semanales de Planeta no te los pierdas, coño, que me está costando un huevo reunirlos.
  • Cuando llegues de Erasmus a Brighton encontrarás un trabajo y tendrás una oportunidad de quedarte allí, aunque solo sea un poco más. No te lo pienses y hazlo. No te preocupes por la beca de estudios, porque estarás ganando dinero; ni por el curso, que podrás acabar más adelante. Te advierto que de todas formas en España lo vas a tener jodido cuando acabes la carrera, así que no pierdes nada por intentarlo. Y aunque no lo consigas aprenderás mucho más inglés en esos pocos meses que en todos los años de Escuela de Idiomas juntos.
  • Sal a bailar, aunque sea solo. Qué puñetas, mejor que sea solo. Al principio te dará mucho corte, pero en poco tiempo no solo te acostumbrarás, sino que seguramente te lo pasaras mucho mejor que saliendo con los raritos de tu carrera. Y, ya que no lo haces nada mal (modestia aparte), hasta es posible que ligues. Quizás con una sueca. Borracha. Vestida de Pippi Lanstrum. No le hagas ascos, hazme el favor.
  • Al acabar la carrera un familiar te conseguirá trabajos en una agencia de traducción. No seas gilipollas y acéptalos, nunca volverás a tener una oportunidad igual.
  • En cuanto empieces a ganar dinero con las traducciones, o si dejan de darte trabajo y tienes que buscar otra cosa, no te vengas a Madrid. Es una ciudad demasiado cara y difícil para empezar de cero. Además de todas formas nunca te gustará vivir aquí. Busca algún sitio más pequeño (con mar, a ser posible) y tómatelo con calma. O vuelve a irte al extranjero. De todas formas cuando conozcas a la parienta te tocará pasar un tiempo en la capital, como todos.
  • Sí te pusieras a trabajar en una cadena de comida rápida y un día salieras de cena con tus compañeros, y una de ellas, que por cierto te interesa bastante (aunque tenga un novio por alguna parte, pero eso son detalles sin importancia), ante lo lejos que está tu casa, te invitara a dormir en su sofá y una vez allí os pusiérais a charlar un momento... ¡bésala, joder! ¡Métele mano! Por Crom, ¡¡TÍRATELA!! ¡¡Que te lo ha puesto a huevo!!
  • Si pasado un tiempo sigues sin saber qué hacer con tu vida, no te lo pienses y busca curro de administrativo. Lo odiarás (como todo el mundo), pero se te dará lo suficientemente bien como para vivir de ello un tiempo hasta que se te ocurra otra cosa. Y si empiezas pronto quizás para cuando llegue la crisis tengas un puesto y un sueldo medio decente. Tendrás vicios muy caros, lo vas a necesitar. Eso sí, ¡que no sea en una constructora!
  • Y para acabar, te voy a dar una palabra mágica que te acabará siendo muy útil: blog. Ya me lo agradecerás.

5 comentarios:

Cambria dijo...

Me gustó mucho tu post, me dieron ganas de escribirme a mí... aunque aún tengo material por juntar.

útil el blog?

El Tete dijo...

Y a mí que esto me sonaba de algo...

http://metamorfosista.blogspot.com/2008/10/carta-un-adolescente-de-hace-veinte-aos.html

El inadaptado dijo...

Pues sí, emme, es bastante útil, no pocos psicólogos e innecesarias matanzas colectivas me han ahorrado.

En cuanto a la carta del otro blog... ¡¡taquiones!!

Zergath dijo...

tienes un problema sabes ? jaja me gusto tu post parce, es la segunda vez que entro a este blog en 1 año y salgo satisfecho suerte continua escribiendo ps

polilla dijo...

simplemente brutal!!!!