Hasta los ismos

Lo vemos a diario en la televisión. El presidente de turno defendiendo sus propuestas y decisiones contra viento y marea, a veces contra toda lógica. En el otro lado, la oposición intentando echar por tierra todas estas iniciativas desde, precisamente, el lado opuesto del espectro ideológico. Nos han enseñado que así tienen que ser las cosas y no podemos hacer nada para cambiarlo.

La política hace muchos siglos que tiende hacia un dualismo interesado, en el que dos partidos de supuestos signos enfrentados juegan a robarse el poder. En los paises anglosajones al menos son honestos y lo hacen de forma explícita, sin vergüenza. Aquí todavía son muchas las pequeñas agrupaciones que intentan arañar escaños de forma inútil, teniendo al final que someterse a los dictados de uno u otro bando. Y aquí es donde yo pregunto, ¿estamos tontos o qué?

Hagamos un poco historia. Según la Wikipedia la palabra socialismo comenzó a utilizarse en 1837, aunque no sería hasta un tiempo después cuando se convertiría en un movimiento definido. El comunismo surgió a raiz del manifiesto de Marx y Engels de 1848. Del fascismo se hablaba ya a principios del siglo XX, siendo Mussolini el que le dio forma definitiva. Pocos años después se acuñaría el término nazismo, con el gobierno de Hitler. Y si nos retraemos un poco más, veremos que la dualidad izquierda-derecha se creó en la revolución francesa por el lugar que ocupaban los partisanos de diferentes ideas en el parlamento. Eso es 1790.

Resumiendo: estamos gobernados por partidos que enarbolan ideas con dos y hasta tres siglos de antiguedad. Repetimos, para que quede bien clarito: dos y tres siglos de antiguedad. Así que me remito a la pregunta que hice dos párrafos antes, ¿estamos tontos? ¿Es que no somos capaces de tener ideas nuevas después de trescientos años? ¿Acaso ya está todo inventado? Puedo entender, hasta cierto punto, que una religión haya conservado su ideología básica durante miles de años. A fin de cuentas una parte esencial de cualquier movimiento religioso es el hermetismo y la resistencia a todo cambio. Pero, ¿un movimiento político? ¿Es que acaso no ha cambiado el mundo lo suficiente como para que veamos las cosas de otra manera?

Vale, es cierto, las izquierdas y las derechas de ahora no son las mismas que cuando empezaron. De hecho empieza a ser francamente difícil distinguirlas unas de otras. Sin embargo, al igual que ocurre con los equipos de futbol, aunque no quede nada de sus orígenes siguen enarbolando las mismas banderas y colores que hace tres siglos. Sigue habiendo izquierda y derecha, progresistas y conservadores, comunistas y anarquistas, ultras y moderados. Incluso los movimientos supuestamente desaparecidos siguen resistiendo en las sombras, como los mortifagos de Lord Voldemort. Y ya empiezo a estar hasta los ismos.

En mi opinión va siendo hora de cambiar las cosas. Y no hablo de renovar los partidos, sino de sustituirlos por completo. Ya no necesitamos socialistas, ni populares, ni marxistas, ni falangistas, ni ningún "ista" o "ismo" de hace varios siglos. Creo que este mundo ha cambiado y madurado lo suficiente como para inventar nuevas corrientes políticas más acordes con estos tiempos. Yo particularmente me siento incapaz de identificarme con ninguna de las que existen actualmente, y no pienso rebajarme hasta el punto de entrar en su juego y decantarme por alguno de los dos bandos principales de su infantil guerra ideológica. Debe haber gente religiosa que reclame un estado laico. Debe haber amantes de la naturaleza a favor de la pena de muerte. Debe haber empresarios que crean en la igualdad de clases. Debe haber mucha gente que, como yo, ya no sepa a quien votar porque ningún partido refleja nuestras propias ideas.

Lo suyo sería que, además de los partidos, también renováramos las estructuras de poder. ¿Es necesario elegir siempre entre república o monarquía? ¿Pasaría algo si inventáramos una forma de gobierno sin un líder por encima de todos? La verdad es que no, pero nos hemos vuelto perezosos y nos gusta que piensen y actuen por nosotros. Sin embargo algún día acabaremos todos hasta los ismos. Y ya veremos si no ruedan otras cuantas cabezas...