Envidio la belleza. Me gustaría poseerla, tanto para mi como en la carne de una mujer sometida a mis deseos
Envidio el dinero. No ansio grandes riquezas, pero sí tener el suficiente como para permitirme esos caprichos que siempre he reprimido
Envidio el poder. Pero no el de los políticos o el que se compra con cheques, sino el que otorga la fuerza bruta, el que provoca miedo y respeto
Envidio a todo aquel que se siente seguro de sí mismo y no parece dudar nunca
Envidio el glamour, el de las grandes fiestas, la sofisticación y la decadencia
Envidio vivir grandes experiencias de esas que se recuerdan toda la vida
Envidio viajar y conocer otros lugares que parecen tan lejos de mi alcance
Envidio a aquellos que no tienen problemas para hacer amigos en cualquier parte
Envidio a esos hombres que tienen facilidad para seducir a mujeres o encontrar a quien se acueste con ellos sin tan siquiera hacer preguntas
Envidio el talento. Ser capaz de crear grandes obras que sobrevivan a sus propios autores y los conviertan en inmortales
Envidio la sabiduría y la inteligencia. Me gustaría poder mirar al mundo con los ojos de aquel que es capaz de ver todas las conexiones, todas las sutilezas, todos los secretos
Envidio el sexo de las películas. Que todo sea perfecto y ambos alcancen cotas de placer como jamás conoceré en mi vida
Envidio a aquellos que no sienten envidia
No hay comentarios:
Publicar un comentario