24 de febrero de 2006

Desde el más allá - Día 2

Lo ha hecho a propósito.

Es una gilipollez, lo se, pero estoy convencido de que no ha sido un accidente, ni tampoco una casualidad. No, mi ordenador ha decidido dejar de funcionar a propósito y lo ha hecho por mi. Lo ha hecho porque me quiere.

Hay gente que siente una pasión enfermiza por objetos inanimados. En los hombres está el cliché de querer más al coche que a la pareja. En las mujeres a veces se habla maliciosamente de su apego a la tarjeta de crédito. De los adolescentes se dice que no pueden despegarse del móvil ni para follar. La superadaptada dificilmente podría vivir sin un secador de pelo.

En los frikis es el ordenador (o la videoconsola, si te puedes permitir una). La verdad es que en todo este tiempo no me lo había planteado de esa manera. Para mí solo ha sido un juguete y a veces una herramienta con la que buscar trabajo, nada más. Sin embargo, si lo miramos desde cierto punto de vista (un tanto psicótico, todo hay que decirlo), es la relación más estable que he mantenido en todos estos años. Hemos tenido nuestros momentos buenos y nuestros momentos malos, nuestras alegrías y nuestras tristezas, ambos hemos estado enfermos y sin embargo hemos salido adelante. En muchas ocasiones solo nos tenemos el uno al otro; yo procuro mantenerlo actualizado y limpio de suciedad y virus, él me proporciona ocio y un vínculo con el mundo exterior. Se que empieza a estar viejo y que puede que le acabe dejando por uno más jóven, pero no creo que lo olvide.

Ahora ha decidido que estoy pasando demasiado tiempo con él. Se ha dado cuenta de que llevo casi un mes encerrado en mi habitación, escribiendo en el blog, jugando con el emulador de GameBoy Advance y viendo capítulos de series americanas que me descargo con el eMule. No es la primera vez que le dedico tanta atención, pero se ha dado cuenta de que me estoy abandonando, que estoy aislado del mundo, que lo único que hago es trabajar-comer-dormir-usar el ordenador. Por eso se ha desconectado. Por eso anteayer saltó la alarma interna justo antes de apagarse, para llamar mi atención. Por eso después se ha negado a arrancar. Ha sido un suicidio por amor.

Cuando ocurrió me puse histérico. Ayer, tras llevarlo a reparar, me sentí un poco mejor y decidí dar una vuelta por Alicante para tomar un poco el aire. Hacía mucho que no me daba un paseo así. Visité las tiendas de cómics y la FNAC; deambulé por las calles más sórdidas del centro, entre edificios cochambrosos y prostitutas cincuentonas; eché un vistazo a los saldos de los sex-shops del centro; di un rodeo por el puerto antes de volver a casa... Al llegar me acurruqué en un sillón para leer el JLA/JLE vol. 2 con un pitillo de amsterdamer y un té con miel, y después decidí cortarme el pelo ("esquilarme" sería más preciso) con mi Phillips. Es curioso, pero me sentía alguien diferente...

Hoy me he levantado de un considerable buen humor e incluso un poco más salido que de costumbre (lo cual es bueno, a sabiendas de lo apagado que estaba en ese tema ultimamente). Me jode admitirlo, pero necesitaba esto. Mi ordenador lo sabía y por eso se ha sacrificado por mí. No es que ahora me vaya a lanzar a comerme el mundo (yo sigo siendo yo), pero al menos me va a obligar a buscarme otras formas de ocio, a ponerme al día con los asuntos de la casa, a volver a relacionarme con la gente de la que hace siglos que no se nada. Que coño, puede que incluso me disfrace mañana, a pesar de que no me gusta nada el Carnaval. Aunque, la verdad, hace justo un año incluso me entraron. Vale, fue una sueca borracha con la que al final solo intercambié dos palabras, pero...¡me entraron! Quien sabe, puede que mi ordenador también estuviera al tanto de eso. Que quisiera que dejara de lado mis prejuicios y volviera a intentar ligar en estas fechas. Aunque le duela, solo quiere lo mejor para mí.

Hoy, puede que mañana, llamará el informático para decirme que se ha jodido la placa base (o uno de sus componentes principales) o puede que la fuente de alimentación. Que no es grave, pero que sustituir la pieza me va a costar un pico y que en todo caso no lo tendré listo hasta el martes o el miércoles. Que en cualquier caso tendré que buscarme la vida este fin de semana. Y se que en alguno de sus circuitos internos, a su manera, mi ordenador emitirá una risilla cuando lo oiga.

Yo también te quiero...

8 comentarios:

藤原 弓美 dijo...

Que majos tú y tu pc...

Dosjerez dijo...

Todo es adictivo, porque todo puede proporcionar placer (directa o indirectamente) o evitarnos dolor, no creo que fueses adicto a tu pc sino a lo que lograbas por el (escribir/leer, ver...) y en eso hay que darte toda la razón, de vez en cuándo hay que cambiar, hay que deshabituarse, porque todo enganche desconecta de otras cosas...

Gfinger dijo...

Si señor buen relato, mi relacion con mi PC mas bien es de amor-odio, los dos somos muy cabezones.
Por cierto, grandes fiestas las de carnavales en Alicante, guardo grato recuerdo de ellas aunque hace tiempo que no voy por alli, teniendolo tan cerca como lo tengo

Masky dijo...

brillante!
pasar mas tiempo con el mundo real te hace bien, y este post lo demuestra
;)

Anonymous dijo...

http://www.azlyrics.com/lyrics/badreligion/ilovemycomputer.html

El inadaptado dijo...

Creo que mi relación con el ordenador ha sido más bien una de esas historias en la que mantienes una amistad profunda durante años con alguien y cuando ves que se aleja de tu vida te das cuenta de que en realidad le quieres. Un rollo "Brokeback Computer".

En cualquier caso me está haciendo bien desconectarme unos días (bueno, no del todo, sigo conectándome desde el curro y los locutorios). A lo mejor me doy de baja de ONO y empiezo a ahorrar para una PS3...

Steam Man dijo...

Muy interesantes estos últimos posts... quizás todos estemos más o menos sincronizados... seguramente todos seamos clones (o como digo yo "cataclones")... hay que buscar cosas interesantes en las que perder el tiempo... es algo muy digno e interesante

Dronte dijo...

Hasta en la marca de tabaco coincidimos. Joder, si parece MI blog!