19 de junio de 2006

El verano que no fue


Nunca sabré con exactitud en qué momento empecé a tener esta fantasía. Quizás tras ver alguna película, anuncio o programa de televisión. A lo mejor no se debe a una sola cosa, sino a la suma de una infinidad de referencias asimiladas consciente e inconscientemente a lo largo de los años. O puede que ni siquiera tenga un origen, sino que sea la materialización de un deseo reprimido oculto en algún rincón de mi mente. En cualquier caso hace demasiado tiempo que está ahí y por mucho que lo intente no puedo ignorarla.

Explicarla resulta difícil, porque en realidad nunca ha sido algo concreto que se repita a menudo sino que va cambiando de forma. Podríamos hablar incluso de un conjunto de fantasías que se rigen por un patrón común: siempre ocurre en verano, nunca estoy solo, se desarrolla a través de la vivencia de nuevas experiencias y, en términos generales, me envuelve una agradable sensación de libertad. Y también de felicidad.

Resulta curioso apuntar que el sexo pocas veces aparece en estas fantasías. En conjunto son mucho más asépticas, más castas, más puras. Pureza, esa es una palabra importante. Todo lo que imagino es limpio, brillante, agradable, hermoso. Cualquier situación, cualquier lugar, cualquier momento tiene algo de mágico y deseable a mis ojos. No hay nada por muy desagradable que sea que pueda estropear lo que vivo en esas fantasías.

Intensidad es otra característica a tener en cuenta. Todo lo que pasa allí es dolorosamente intenso. Cualquier gesto, cualquier palabra, cualquier detalle por pequeño que sea se graba a fuego en mi mente. Es por eso por lo que mis fantasías son tan puras. Un casto beso en ellas tiene más intensidad que casi todo el sexo que he tenido hasta ahora, de igual manera que en las películas hasta la mayor nimiedad resulta más interesante que en la vida real.

A veces me inclino a creer que estas fantasías son simples deseos o caprichos que me gustaría cumplir. A fin de cuentas la mayoría de ellas se corresponden con situaciones que nunca he vivido. Por ejemplo, viajar en coche, tren o autostop por Europa; pasar unas vacaciones en una playa perdida de algún país sudamericano; asistir a una gigantesca rave party en algún lugar exótico; montar una acampada en el bosque. Sin embargo resulta interesante descubrir que algunas de esas fantasías en cierto modo ya las he cumplido en algún momento de mi vida. He asistido a bastantes fiestas, algunas muy extrañas; he visitado otros paises; he tomado drogas; he conocido a gente de todo tipo; he ido a conciertos, museos, exposiciones, actos culturales... Y, a pesar de todo, las fantasías siguen estando ahí, imperturbables, como si no pensaran moverse de mi mente hasta que llegue su hora.

No se si alguna vez llegaré a vivir este verano que nunca fue, o si tan siquiera llegaré a entender qué es realmente. ¿Ansia de nuevas experiencias? ¿Búsqueda de libertad? ¿Demasiados anuncios de colonia? Lo único que se es que esas fantasías aparecen en mi cabeza por alguna razón. Es la forma en que mi suconsciente trata de decirme algo, aunque aún no sepa qué. Y, por el momento, me quedo con el único hecho irrefutable común a todas esas imágenes:

En ningún momento llego a sentirme solo...

7 comentarios:

La-Ruina dijo...

¡Abajo el verano!

El inadaptado dijo...

Sí, empiezo a odiarlo profundamente...

Azena dijo...

no te sientas solo. no lo estás. a pesar de lo que pueda parecer. yo también creía estar sola hasta que me di cuenta de que a veces los que no están cerca nos acompañan desde lejos.

(últimamente estoy un poco mística, pero lo que sí es cierto es que en alguna parte están esas personas que algún día te demostrarán que no estás solo)

Anonymous dijo...

t escribi antes,mi blogia es http://analizando-me.blogia.com/
saludos

Anonymous dijo...

Tengo la sana costumbre, o la gran paranoia (segun el psicologo que analice la situacion) de poner tu voz a todo aquello que escribes, por lo tanto, es como si me lo estuvieras contando. No estas solo.


Besos miles

Erotismo dijo...

te entiendo que el verano puede generar muchas expectativas insatisfechas... las películas americanas también crean ese mundo fantasioso mágico inexistente... aún así el verano y sus summer lovings son cojonudos (mi opinión), siempre que lo entiendas dentro del contexto de la realidad de semi-alpargata.

ANIMO! eres un crack

ALtraste dijo...

Yo voto por el exceso de anuncios de colonia. La tele puede matar.

Recuerda:


"Todos deseamos Yoda. Todos tenemos miedo. Todos sufrimos. Un Jedi aprende a reprimir esas cosas, a ignorarlas, a simular que no existen, o que, de existir, son aplicables a otro, no a nosotros. No a los puros. No a los protectores. Para conocer el Lado Oscuro solo hay que dejar de mentir."
-Conde Dooku-

Para rematar:

"No hay emoción, hay paz; no hay ignorancia, hay conocimiento; no hay pasión, hay serenidad; no hay muerte, está la Fuerza"

Despues de este comentario prometo disminuir mi nivel de estupefacientes en sangre XDDD

Besos y cosas,

AL.