Quiero que me timen. Es más, lo estoy pidiendo a gritos. Quiero que traten de engañarme, de estafarme, de metérmela doblada. Quiero que me metan una bola más grande que la catedral de Burgos para quedarse con mi dinero, o involucrarme en una operación delictiva, o simplemente dejarme en ridículo en público.
Me explico. Yo durante bastante tiempo fui adicto a los chats. Y con eso no me refiero a que fuera aficionado a ellos, o tuviera un gusto excesivo por el tema. No, estoy hablando de llegar a no comer y no dormir con tal de no despegarme de la pantalla. De pasarme horas y horas tecleando hasta que todos los músculos del cuerpo me dolían y la vista se me nublaba. De perder el sentido de la realidad. De rehabilitarme y no querer volver a ver a comunicarme con nadie si no era en persona.
El problema es que como en toda adicción es fácil volver a caer. Y yo no tengo fuerza de voluntad. Durante algún tiempo maté el mono con el Messenger (la metadona de los adictos como yo) pero cuando se me ocurrió poner Chatango en el blog no era consciente de que detrás había toda una comunidad de chat ya establecida. Y piqué. No sólo eso, sino que además se me ocurrió crear un perfil en una página de contactos guiri a la que están apuntados muchos de esos chateadores a petición de mis primeros compañeros de vicio. Lo cual redundó en que conociera a más gente dispuesta a chatear conmigo. Así que estoy enganchado de nuevo.
Obviamente ya no veo las cosas de la misma manera. Han sido muchas horas desperdiciadas delante del ordenador, muchas experiencias de todo tipo, muchas alegrías y desengaños como para que me comporte igual que antes. Ahora sé de que va todo esto. Sé donde están los límites. Sé cuales son las reglas. No es que no pueda caer en los mismos errores que ya he cometido (siempre he sido y seré muy crédulo), pero ahora al menos ya no me pillarán de nuevas. Por eso estoy deseando que traten de timarme.
Acabo de pasar por una situación bastante surrealista, esta vez a través del correo electrónico. Una chica rusa, agradable en el trato, excesivamente apasionada para mi gusto, cuyas fotos me mostraban lo que parecía ser poco menos que una modelo. Me escribía largas epístolas contándome toda su vida, urgiéndome siempre a contestarle cuanto antes. Pronto llegué a la conclusión de que sólo podía ser:
a) Una pirada
b) Una broma
c) Un timo
Primera muestra de mal rollo: su perfil en el sistema de contactos desapareció misteriosamente dos días después de conocerla. Además estaba el hecho de que pareciera tener tanta urgencia en entablar algún tipo de relación sentimental conmigo sin apenas conocernos. Pero lo mejor vino cuando por ¿error? recibí un mensaje suyo que ya me había mandado previamente (palabra por palabra) dirigido a otro chico. Oh, sorpresa, no era al único que trataba de engatusar. Después de una escueta disculpa no he sabido más de ella.
Aunque sigue existiendo la posibilidad de que fuera una pirada, llevo desde entonces fantaseando con la posibilidad de que en realidad todo fuera una elaborada farsa para encontrar un marido que la sacara cagando leches de su pueblo natal. O que incluso eso fuera parte del timo. Como en "Oscura seducción", más o menos. Habría sido genial recibir tanta atención ficticia tan sólo por conseguir unos papeles. Me hubiera gustado saber hasta dónde hubiera estado dispuesta a llegar. ¿Me hubiese pedido dinero? ¿Habría complacido mis fantasías cibersexuales? Ya no lo sabré. Así que estoy deseando que vuelvan a intentarlo.
De momento ya tengo otra candidata. Una chica nigeriana, aparentemente aún más agradable, complaciente y guapa que la anterior (si es que debo hacer caso de la foto de su perfil). En apenas unas pocas conversaciones ha mostrado un sospechoso apego por mí. Dice que me echa de menos y todo cuando pasamos mucho tiempo sin hablar. Y empieza a hacerme insinuaciones sobre querer verme en persona (me pregunto cómo) o, al menos, a través de la webcam. Que yo no tengo.
Aprovechando que tengo una amiga que se ha ido a trabajar al culo del mundo, y a la que no veré en una buena temporada si no es través de videoconferencia, creo que me compraré una y le seguiré el juego. Quiero saber a qué conduce esto. Lo dicho, estoy pidiendo a gritos que me timen...
Me explico. Yo durante bastante tiempo fui adicto a los chats. Y con eso no me refiero a que fuera aficionado a ellos, o tuviera un gusto excesivo por el tema. No, estoy hablando de llegar a no comer y no dormir con tal de no despegarme de la pantalla. De pasarme horas y horas tecleando hasta que todos los músculos del cuerpo me dolían y la vista se me nublaba. De perder el sentido de la realidad. De rehabilitarme y no querer volver a ver a comunicarme con nadie si no era en persona.
El problema es que como en toda adicción es fácil volver a caer. Y yo no tengo fuerza de voluntad. Durante algún tiempo maté el mono con el Messenger (la metadona de los adictos como yo) pero cuando se me ocurrió poner Chatango en el blog no era consciente de que detrás había toda una comunidad de chat ya establecida. Y piqué. No sólo eso, sino que además se me ocurrió crear un perfil en una página de contactos guiri a la que están apuntados muchos de esos chateadores a petición de mis primeros compañeros de vicio. Lo cual redundó en que conociera a más gente dispuesta a chatear conmigo. Así que estoy enganchado de nuevo.
Obviamente ya no veo las cosas de la misma manera. Han sido muchas horas desperdiciadas delante del ordenador, muchas experiencias de todo tipo, muchas alegrías y desengaños como para que me comporte igual que antes. Ahora sé de que va todo esto. Sé donde están los límites. Sé cuales son las reglas. No es que no pueda caer en los mismos errores que ya he cometido (siempre he sido y seré muy crédulo), pero ahora al menos ya no me pillarán de nuevas. Por eso estoy deseando que traten de timarme.
Acabo de pasar por una situación bastante surrealista, esta vez a través del correo electrónico. Una chica rusa, agradable en el trato, excesivamente apasionada para mi gusto, cuyas fotos me mostraban lo que parecía ser poco menos que una modelo. Me escribía largas epístolas contándome toda su vida, urgiéndome siempre a contestarle cuanto antes. Pronto llegué a la conclusión de que sólo podía ser:
a) Una pirada
b) Una broma
c) Un timo
Primera muestra de mal rollo: su perfil en el sistema de contactos desapareció misteriosamente dos días después de conocerla. Además estaba el hecho de que pareciera tener tanta urgencia en entablar algún tipo de relación sentimental conmigo sin apenas conocernos. Pero lo mejor vino cuando por ¿error? recibí un mensaje suyo que ya me había mandado previamente (palabra por palabra) dirigido a otro chico. Oh, sorpresa, no era al único que trataba de engatusar. Después de una escueta disculpa no he sabido más de ella.
Aunque sigue existiendo la posibilidad de que fuera una pirada, llevo desde entonces fantaseando con la posibilidad de que en realidad todo fuera una elaborada farsa para encontrar un marido que la sacara cagando leches de su pueblo natal. O que incluso eso fuera parte del timo. Como en "Oscura seducción", más o menos. Habría sido genial recibir tanta atención ficticia tan sólo por conseguir unos papeles. Me hubiera gustado saber hasta dónde hubiera estado dispuesta a llegar. ¿Me hubiese pedido dinero? ¿Habría complacido mis fantasías cibersexuales? Ya no lo sabré. Así que estoy deseando que vuelvan a intentarlo.
De momento ya tengo otra candidata. Una chica nigeriana, aparentemente aún más agradable, complaciente y guapa que la anterior (si es que debo hacer caso de la foto de su perfil). En apenas unas pocas conversaciones ha mostrado un sospechoso apego por mí. Dice que me echa de menos y todo cuando pasamos mucho tiempo sin hablar. Y empieza a hacerme insinuaciones sobre querer verme en persona (me pregunto cómo) o, al menos, a través de la webcam. Que yo no tengo.
Aprovechando que tengo una amiga que se ha ido a trabajar al culo del mundo, y a la que no veré en una buena temporada si no es través de videoconferencia, creo que me compraré una y le seguiré el juego. Quiero saber a qué conduce esto. Lo dicho, estoy pidiendo a gritos que me timen...
11 comentarios:
Las adicciones son una verdadera mierda.
Cuando pequeño fui adicto a los videojuegos. Al igual que tú, dejaba de comer y dormir por jugar hasta que los músculos de todo el cuerpo me terminaban ardiendo.
Saludos cordiales:
Seb :)
adicciones miles y te dejo esto
http://patton.blogdeldia.com/item/180
si, no eres el unico al que trata de timar una mujer por internet, como en ¿ruleta rusa, creo qeu se llama esa pelicula?
un saludo
Ten cuidado, no vayas a acabar criando unos rumanitos, o algo peor.
Bueno, como tu mismo dices, eres consciente de en lo que te estás metiendo. Disfruta del juego y controla las emociones.
Un saludo.
A mí a veces se me cuelan en el Messenger niñas de América Latina, que me agregan por error.
Me encanta decirles obscenidades (las más bestias que se me ocurren)y ver cómo reaccionan.
Y cuando digo niñas, me refiero a niñas de 12 ó 13 años. A ver si aprenden la lección y dejan de hablar con desconocidos. Un día se van a llevar un disgusto.
Anoche la nigeriana no solo me pidió la dirección de mi casa aduciendo no se qué leches de tener que renovar el pasaporte, sino que me hizo insinuaciones acerca de vivir juntos si venía a España.
Vivir juntos. Una nigeriana a la que no he visto en la vida. Y con solo tres conversaciones.
Tuve que aguantarme las ganas de soltar alguna barbaridad. Le he dado largas y un poco de bolilla para ver hasta dónde llega el tema. Estoy deseando que empiece a pedirme dinero...
Vale tío, la nigeriana tendrá un morro que se lo pisa. Pero piensa en lo desesperada que tiene que estar, o lo mal que se encuentra en su país, o vete-a-saber-qué-traumas tiene para proponerle "eso" a un desconocido (del Primer mundo, eso sí) que por lo que ella sabe de ti, lo mismo eres un psicópata, o estás tarado, o eres un proxeneta...
Yo que sé, tío. Timarte no te van a timar porque para eso hace falta una ingenuidad que tú ya no tienes.
Pero el hecho de que esa chica quiera salir de su miseria (económica y/o personal) a toda costa debería darte un poquito que pensar... ¿no?
Muy cierto, y no creas que no lo he pensado después del artículo que me ha enseñado Angela. Pero todo adicto a los chats sabe que lo primero que no ha de creerse es la identidad de tu conversador.
Usease, que dudo seriamente que sea una chica. Ya no solo la chica de la foto (que juraría que es una cantante) sino una chica de verdad.
En cualquier caso, no va a salir más perjudicada/o de esto de lo que ya está. Lo único que va a conseguir es llevarse un chasco de narices...
Leo tu post y suspiro...parece como una autobiografia mia. esos tiempos de xats, de horas metidos en lycos escribiendo, soltando perversidades a las xicas o a las tias k conocias por ahi pa ligar...esos romances, guerras, risas y alguna k otra kdd...si...me siento aludido, pero con cariño, lo añoro, pero jamas volveria, por eso sigo con mi metadona, el msn y tambien los blogs! feliz semana... mola mazo el blog :D
Mmmmm... supongo que tienes razón (en eso de que la gente miente por chat, y que probablemente ni sea chica, ni ná...)
Me parece que a mí sí que es fácil timarme. Creo que soy una de esas que lleva en la cara la frase "Tómame el pelo,me lo creo todo" :P
Si es que... hay que ver cómo te va la marcha :p xDDD
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