13 de noviembre de 2006

Ínfulas

En el primer episodio de la serie Un Paso Adelante (que me tragué casi entera tan sólo por lo burro que me ponían las profesoras; bueno, y alguna de las alumnas), la directora del centro daba a los nuevos admitidos un discurso que bien podrían hacer obligatorio en todas las universidades: "De todos vosotros, tan solo uno o dos tendrá la oportunidad de demostrar su talento. Ojo, no he dicho que vaya a triunfar. No, simplemente tendrá una oportunidad de intentarlo". Una escena que, por cierto, es calcadita a una viñeta del Art School Confidential de Daniel Clowes. Y, como en el cómic, estoy convencido de que todos los personajes pensarían: "Seguro que seré yo".

Alguien debería hacer lo mismo en la blogosfera.

Admitámoslo. Si no pensáramos que nos van a leer nadie se metería en esto. A partir de ahí los blogueros se dividen en los que en realidad no les importa demasiado el número de visitas (que son los que menos) y los que miran a diario el contador y los comentarios para saber si lo que dicen le importa a alguien o están gritando al aire. O escribiendo, como sea. Porque el éxito ajeno nos da envidia, qué coño. Ya te hayas metido en esto porque te aburres, para follar más (los hay que lo consiguen), para intentar vivir del cuento, o simplemente para demostrar tu talento (si es que lo tienes), al que más y el que menos nos gusta que nos alaben, que nos digan lo bien que escribimos, lo graciosos que son nuestros montajes o lo mucho que sabemos sobre algo. Y de esto no me libro. Desgraciadamente, al igual que los de UPA (profético, por cierto, que los actores no se están comiendo un rosco...), de entre los millones de blogs que hay por la red son muy pocos los que conseguirán la auténtica fama. O llegar al top 100 de Bitacoras.com, que cada uno se conforma con lo que quiere...

Pero ese no es el auténtico problema. El problema es que siempre hay a quien le gustaría más. Entre ellos yo, que de eso se trata todo esto rollo. A pesar de que, irónicamente, siempre me he decantado por las ciencias, desde que era un crío no ha faltado quien alabara mi forma de escribir. No es que sus opiniones fueran muy objetivas, pero tampoco me codeo con académicos de la lengua. Las cosas como son. El caso es que al final, tal es la naturaleza humana, te lo acabas creyendo. Por eso es casi inevitable que te plantees hacerte profesional, escribir un libro, convertirte en columnista o cualquier otra cosa que te permita vivir de juntar palabras con mayor o menor destreza. Sin embargo si hay algo que sobra en este país son presuntos escritores sin talento como yo. O libros de buenos escritores que no se venden ni regalados. Que no quiere decir que no pueda conseguir que me publiquen algo, aunque de ahí a que me lo compren media un abismo. Así es como uno, a falta de pan, acaba volcando sus ínfulas en el blog.

Ya lo ha dicho psycobite, del que seguro me van a acusar de plagio aunque no sea cierto (y que diga que hace un par de semanas que empecé a escribir el borrador no se lo va a creer nadie). No obstante no es ninguna coincidencia que tenga la misma idea en la cabeza. A pesar de que apenas hace año y medio que pululo por aquí, he visto lo suficiente como para darme cuenta también de que esta burbuja tiene que desinflarse tarde o temprano. Como la de la vivienda, con un poco de suerte. Que somos muchos y todavía han de llegar más, al menos mientras dure esta moda y se hable de los blogs por la tele o los blogueros pasen a escribir columnas en revistas. Y si todo el mundo tiene intención de hacerse profesional (o algo parecido) llegará un momento en que esto será una competición más que un hobby. Si no lo es ya. Por eso va siendo hora de dejar de hablar de buenos y malos blogs, de comparar estadísticas, de intentar crear la plantilla más vistosa o de (¿Por qué no?) dar premios a los mejores. Que siempre son los mismos.

En resumen, que vamos a escribir lo que nos salga de las partes pudendas (usease, la polla o el coño, según cada cual), cuando nos de la gana y con el blog que queramos. Si a los demás no les gusta, que se jodan. Y si además nos desprecian... bueno, que parezca un accidente...

3 comentarios:

Azena dijo...

¿he dicho ya que te quiero? después de un post como éste te tiraría los trastos, pero la verdad es que no iba a servir de nada (no iba a conseguir nada que no tenga ya), así que paso. empecé vomitando sentimientos y me enganché a los comentarios. y debo a la blogsfera mucha felicidad. mentiría si dijera que no he soñado nunca con publicar, pero lo que ya tengo es tanto...

Azena dijo...

ah, se me olvidaba... doy fe de que el borrador de este post lleva unos cuantos días en el limbo de los blogs...

Mavi dijo...

Vaya, es la primera vez que paso por aquí y me encuentro con este post.
Si todos los demás tienen esa fuerza tendré que volver con más tiempo.
Un saludo