8 de enero de 2006

Alegato en defensa de los piratas



A muchos periodistas les gusta el sensacionalismo. Incluso los medios más serios hablan alguna vez de temas populistas si eso les va a granjear el favor del público o están tan en boca de todos que es imposible pasarlos por alto. Pero sus actos tienen consecuencias, algunas veces llegando a perjudicar a colectivos enteros sin ninguna necesidad, tan solo por vender periódicos o ganar audiencia. Mi ejemplo favorito es, sin duda, el caso del asesino del rol. El tratamiento descaradamente oportunista del asunto convirtió un juego en una actividad delictiva, estigma del que le va a costar mucho tiempo desprenderse. Sobre todo habiendo incompetentes dentro del oficio, pues no hará ni dos meses que ante un asesinato misterioso se preguntaba un redactor en un informativo si se habría producido con motivo de un juego de rol. Si estuviera en mi mano, ya estaría despedido...

Como hemos visto, y sufrido, una de las actividades favoritas de muchos medios de comunicación es otorgar etiquetas populistas que ayuden a vender la noticia. Aunque suponga difamar el verdadero significado de dicha etiqueta, lo importante es que la gente se quede con el nombre. Por eso hoy quiero romper una lanza en favor de un sector que está siendo constantemente degradado debido al uso indiscriminado de su título: los piratas.

He de admitir que a mi las historias de piratas nunca me han atraido demasiado, pero no puedo negar el irresistible encanto aventurero que poseen. Quien no haya visto nunca una película sobre el tema, no haya leido "La isla del tesoro", o no haya dicho jamás en su vida "¡Al abordaje!" que tire la primera piedra. Los piratas molan. Es cierto que la realidad histórica es bastante menos agradable, ya que una gran parte de ellos se dedicaron a saquear los buques mercantes de nuestra flota, pero aun así, molan. El capitán con el parche y la pata de palo, las canciones, el código de honor, la "Jolly Roger", los barcos, el ron, la isla Tortuga, los tesoros escondidos... Han aportado una rica imaginería tanto a la literatura como a la cultura popular, sin olvidarnos de su explotación en el cine. Por eso empieza a cabrearme y mucho que se utilice el término "pirata" para designar actividades que no tienen nada que ver con ellos.

Para empezar, los "piratas informáticos". Es cierto que el hecho de "asaltar" un ordenador ajeno para obtener información puede ser un equivalente a abordar un barco para robar su mercancía, pero definitivamente no son lo mismo. Como "pirata" tiene una connotación altamente negativa, de delincuente sin bandera y sin escrúpulos, las empresas se han encargado de englobar dentro de esta etiqueta a cualquiera que ponga en evidencia la falta de seguridad de sus sistemas. Pero no es lo mismo alguien que roba información para venderla o anula sistemas para cometer un crimen que quien simplemente se dedica a buscar los agujeros de seguridad en los programas. Así que debería de buscarse desde ya un equivalente más preciso tanto para "hacker" como para "cracker". Para eso están los traductores, señores.

Y, por supuesto, no podía falta la "piratería" de las grandes marcas, ya sean perfumes, ropa, cine o música. Porque no se podían utilizar términos como "falsifación", "imitación fraudulenta", "engaño" o "fraude". Nooo, había que utilizar "pirata", ya que son gente muy mala que se dedica a recortar sus beneficios. La cuestión es que no van en barco, ni asaltan otros buques, ni operan desde isla Tortuga, por lo tanto no son piratas, ni corsarios, ni bucaneros, ni filibusteros. Pero, claro, ya hemos hablado de las connotaciones que tiene el término y de lo facilmente que la gente lo recuerda. Y así el público no tiene en cuenta que no es lo mismo alguien que falsifica un bolso de Prada e intenta venderlo como auténtico, que un mantero que intenta ganarse la vida vendiendo grandes éxitos a un precio más que justo (debido a su ínfima calidad) o que alguien que comparte su música a través de una red de pares.

Desde aquí exijo inmediatamente que deje de usarse el término "pirata" para designar a actividades que poco o nada tienen que ver con las guerras de corso. Porque de lo que aquí se trata no es solo que se esté difamando un icono popular de primer orden, sino que además se manipule la realidad. Si llamaramos a cada cosa por su nombre, sin etiquetas, sin apodos, sin aditivos, la visión que tenemos de las cosas cambiaría radicalmente. Y dejaría de haber confusiones, malentendidos y privilegios. Así los chavales no tendrían que explicar a sus padres que si juegan al rol no significa que maten a gente por la calle. Así se consideraría al alcohol como lo que es, una droga y además peligrosa. Así los que leemos comics dejariamos de ser "frikis" para ser simplemente eso, lectores de comics.

Así empezaríamos a asumir la verdad, aunque duela...

6 comentarios:

Malalua dijo...

Parte de la culpa de ese sensacionalismo lo tienen los dueños de los medios de comunicación, que en su mayoría, no conocen la ética de esta profesión tan "útil" y que sólo utilizan la información como mercadería...

Aludido dijo...

Como periodista directamente aludido por su mensaje, no puedo más que lamentar su "envidente" falta de información. Pero allá cada cual con sus errores y su verborrea.

El inadaptado dijo...

Es cierto; estoy siendo totalmente injusto y parcial al meter a todos los periodistas dentro del mismo saco. Estoy convencido de que hay muchos y muy buenos profesionales a los que estos temas les cabrean tanto como a mi. Y lo siento por ellos.

Pero quiero recordar a todo el mundo que esto no deja de ser una opinión personal en un mensaje estúpido de un blog estúpido. No pretendo llevar razón, ni sentar cátedra, ni dar lecciones. Por Hitch, que nadie me tome en serio...

gemuchi dijo...

aish niño..que tío más guapo ilustra tu post de hoy!!!!justo mi último post habla de él, x k es lo más jincable del mundo mundiall!!aishhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh

El inadaptado dijo...

En buena hora se me ocurre poner una foto suya... ains...

Por cierto, ya he matizado el texto para no generalizar, puesto que yo soy el primero al que no le gusta que se haga. Eso sí, sigue siendo una opinión puramente personal, que conste...

Dosjerez dijo...

Es evidente que hay de todo, que hay periodistas serios que se toman -valga la redundancia- en serio su trabajo, pero muchos no parecen saber muy bien de lo que hablan, confundiendo el tocino con la velocidad, de los temas en los que si me manejo podría hablar largo y tendido, pero ya tenemos a malaprensa y malaciencia (fenomenales blogs de obligada visita) que creo les deja en evidencia con bastante acierto...

A lo que iba, lo peor, creo, no es el medio escrito, es la televisión y sus campañas...aquél programa de la milá relacionando el 11-m con el top manta y la mula, o libros absurdos, llenos de falacias e inexactitudes del estilo de "el año en que me limpiaba el culo con papel de lija".

Nosotros ya hemos tomado una decisión, comparamos, vemos distintos telediarios, leemos distintos periodicos, mucho blog y mucha radio, comparamos y sacamos la media estadística, por asi decirlo...