(Imagen de Feuillu)
Es por la crisis, nos dice. Cómo no, ya tocaba que nos apuntáramos a la gran excusa del siglo. Cuando todo esto pase y podamos echar la vista atrás, será cuando nos demos cuenta de cómo nos la han metido doblada por su culpa. Los cambios en la legislación laboral, el saneamiento de los bancos, la reestructuración de negocios caducos... Que sí, que los obreros las vamos a pasar putas, pero qué bien ha venido todo esto a algunos.
La crisis, habíamos dicho. Que la cosa está jodida, explica el jefe en la reunión de esta mañana. Entran pocos tráficos nuevos y demasiado pequeños, se nos ha largado alguno de los grandes y los jefazos empiezan a preguntarse si realmente necesitan un departamento dedicado solamente a lamer el culo a los clientes importantes. Como si no tuviéramos ya una cohorte de comerciales y ejecutivos, a cada cual más reluciente con sus trajes y sus coches de empresa. Y, mira tu que cosas, estos nunca sobran. Así que tenemos que evitar que se fijen en nosotros, de la única manera que sabemos hacer en este país: pringando. Se acabó el privilegio de tener a gente que nos sustituya en las vacaciones o los permisos. Se acabó poder enseñar a alguien cómo hacer la pelota correctamente para no echar a perder el negocio. Se acabó tener pululando por el departamento a carne fresca a la que poder amaestrar y echar a patadas a los 3 meses, como antaño.
A partir de ahora, si alguien no está que se joda el resto. Que quien puede manejar 10 clientes a la vez bien puede manejar 20. Aunque no tengas tiempo para más. Aunque nadie te haya explicado cómo hacerlo. Aunque no tengamos un sistema unificado que permita hacer un seguimiento sencillo y rápido de todo lo relacionado con la cuenta. No, eso sería mucho pedir. Aquí se hace a la española, improvisando, mal y tarde. Turnándonos diez personas para mirar el mismo ordenador (¿Red local? ¿Qué es eso?) y dando largas cuando nos hacen una consulta porque no tenemos ni puta idea del asunto. Aunque, eso sí, todo tiene que estar perfecto. Los informes hechos, los problemas resueltos y los clientes contentos. Que la dirección nos está mirando, ¿eh? Hay que trabajar el doble en las mismas horas y dejarse la piel por el mismo sueldo para mantener esto a flote. Y sin rechistar. Porque aquí nadie es imprescindible, la cosa está muy malita y con todo el paro que hay ya podemos darnos con un canto en los dientes por cobrar todos los meses. Y si no, ya sabes donde está la puerta.
Bueno, lo cierto es que esto último no lo dijo. Ni falta que hacía. Se veía en los ojos y en la sonrisa mal reprimida del muy cabrón mientras nos contaba cómo nos iban a dar por culo durante los próximos meses...
4 comentarios:
Esto de la crisis es la panacea para algunos jefes y empresarios. Si por alguno fuese la crisis ya podía durar toda la vida.
Expedientes de regulación de empleo a la carta, reducciones de salario obligatorias, sobrecargas de trabajo injustificadas...
Estos son tiempos de crisis, si, pero para los trabajadores. Los jefazos se frotan las patitas viendo los recortes que pueden hacer y que nunca habían soñado que la justicia les permitiese llevar a cabo.
¿estás seguro de que sabes dónde está la puerta? porque sí, sabemos que podemos irnos cuando nos dé la gana, pero también sabemos que el mundo es una jungla y nos aferramos como liendres al 'más vale malo conocido'...
No quiero ser borde, si entro aquí es porque espero encontrar algo que me interese, con lo que digo que alguna vez ya lo he encontrado (entiéndase esto como afecto y de ahí la frase inicial), pero espero (y sé que puedo esperar sentado) leer sobre algo más que tu fantástica oficina dónde ya tengo claro que no iría a trabajar nunca, a no ser que me amenazaran con quitarme los chococrispies de la dieta..., no puede ser que por tener novia se te hayan pasado todos los males, no me lo creo... y espero que no sea por miedo a que lo lea ella.. na', pajas mentales mías...
Todo se andará...
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