5 de junio de 2005

El abismo

En ocasiones siento que la vida se abre ante mi como un enorme abismo profundo y oscuro. Yo estoy al borde del precipio, lo miro, me quedo paralizado ante su visión y soy incapaz de evitar que me precipite hacia el. Resbalo, poco a poco, la tierra cede bajo mis pies, la gravedad me impulsa hacia abajo. Hasta que caigo y me traga la oscuridad.

No es un sentimiento nuevo. Se han escrito rios de tinta sobre el terror que se siente al comprobar que tu vida se escapa de tus manos. Pero eso no lo hace menos doloroso.

En ocasiones me doy cuenta de lo realmente esteril que es mi vida. De que mis actos son fruto del instinto de supervivencia: alimentarme, dormir, trabajar, masturbarme. Vivo por inercia, no por deseo. Muchas veces me despierto por las mañanas y busco un buen motivo para levantarme. Nunca lo encuentro, pero TENGO que hacerlo. Tengo que levantarme, y comer, y vestirme, y limpiar la casa, y ganar dinero, y cuidar a mi hermana. Tengo que seguir vivo, porque no quiero estar muerto. Sin embargo, ¿que sentido tiene vivir así?

Muchas veces me pregunto que tendría que hacer para que mi vida tuviera sentido. ¿Tendría más sentido si estuviera enamorado, si tuviera una esposa o una amante? ¿Tendría sentido si fundara una familia? ¿Tendria sentido si la dedicara a ayudar a los demás? ¿Tendría sentido si me dedicara a hundir este mundo que no entiendo y que a veces tanto odio? ¿Tendría más sentido si encontrara una meta, un hobby, una afición, una pasión tal que todo lo demás se subordinara a ello? ¿Tendría más sentido si viviera de forma más hedonista, o dedicara mi tiempo al conocimiento, o amasara dinero hasta que no tuviera que preocuparme de ello nunca más?

Sin embargo, cuando pienso en todas esas opciones, me suenan a mentira. Publicidad, propaganda, ideas mil repetidas por los gobiernos, las religiones, el cine, la literatura. Quizás no estoy preparado para tener una relación, y tener una podría joderme la vida. Quizás no valga para ayudar a los demás, y viviera amargado haciendo felices a otros. Quizás me arruinaría intentando ser rico. Quizás el sexo me aburriría en cuanto fuera algo fácil y seguro. Quizás no exista nada que me interese lo suficiente como para dedicarle todo mi tiempo y mi dinero.

Quizás, después de todo, el problema no es que mi vida está vacia. Quizás, después de todo, es que me han dicho que es así. Y yo me lo he creido.

1 comentario:

Anonymous dijo...

Un dicho tradicional Zen dice: "cuando veas el abismo, da un paso al frente"