2 de junio de 2005

UN DIA EN LA VIDA DEL INADAPTADO

(Relato autobiográfico, ofensivo, gratuito
y sin vergüenza)


El despertador me arranca del duermevela a las 6 de la mañana y forcejeo con las sabanas que se han retorcido alrededor de mis piernas en otra noche interminable de calor y pesadillas. Me levanto con la boca pastosa, los ojos entrecerrados y una erección de dos metros, y me arrastro hasta el lavabo como un zombi para comprobar el aumento de volumen de mis ojeras. Haberme operado los ojos tiene la ventaja de que ahora puedo mirarme a la cara directamente; lo peor es que no me gusta lo que veo. Me lavo la cara para despejarme y me siento a ver las noticias con un vaso de leche fria y mono de tabaco; me gusta comprobar que hay gente que está más jodida que yo antes de salir hacia el hotel...





El frio de la madrugada me golpea cuando salgo a la calle, y todos los tios con los que me cruzo tienen la misma expresión de infinita resignación y odio contenido. Unos llegan de trabajar, otros marchan como yo camino del matadero. Desde que empecé en este oficio todo el mundo me ha hecho la misma estúpida pregunta: "¿Estás contento?". ¿Contento? ¿Es que la gente no es consciente todavía de que los términos "contento" y "trabajo" son absolutamente incompatibles? En mi opinión, la utopía de "realizarse" en el trabajo ha hecho más daño al proletariado que todas las patronales juntas. ¿O acaso debiera arrodillarme y dar gracias al estado todopoderoso por haberme ofrecido mi primer empleo "serio" después de años de infratrabajos aun peor pagados que este? No se como coño podría estar contento trabajando en este establecimiento de segunda, que uno de nuestros clientes sugirió derribar y construir de nuevo. No es mala idea. Estoy convencido de que ardería de puta madre, gracias a sus moquetas raidas, su madera carcomida y las infinitas capas de pintura plástica en las paredes. Eso si que sería una buena hoguera...

Pero cuando llego el edificio sigue en pie y tiene que comenzar el espectáculo. Me visto como un payaso en un cuartucho infecto, que sirve de vestuario y trastero, con unos pantalones dos tallas más grandes que pertenecieron a mi antecesor, una camisa blanca sudada y una corbata descosida que me corta la respiración, y comienzo a interpretar mi papel. Para alguien que no soporta a los demás, trabajar allí significa actuar continuamente. Sonreir a los clientes que desprecias, fingir ante el jefe que sabes lo que haces, hacer creer a tus compañeros que te importan sus vidas. Y todo para conservar un trabajo repetitivo y monótono con un sueldo mísero. Lo único bueno que tiene este empleo son los ratos muertos. Siempre hay tiempo para echar una partida al Zelda, escribir en el blog desde el despacho del director, o subirme a hacerme una paja con la película porno que proyectamos todas las noches. Podría ser peor...


Cuando acaba mi turno me dirijo a toda prisa y sin mirar atrás hacia ese agujero que llamo hogar como una criatura pantonosa ante la luz del sol. Engullo la comida como un animal hambriento, repto hasta la cama, y después de masturbarme caigo en un coma profundo que dura apenas 35 minutos. Entonces me despierto sobresaltado, confuso y me asalta la idea de que me he dormido y llego tarde al hotel. Tardo varios segundos en recordar quien soy, en que dia vivo, que hora es. No es la primera vez que me ocurre. Llevo varias semanas sin dormir bien; cuando no es la obsesión por trabajo, son las interminables obras de la calle, o un vendedor puerta a puerta, o el perro paranoico de la vecina de abajo que ladra en cuanto oye el más mínimo ruido. Odio este edificio, odio a mis vecinos, odio este puto barrio.

Ante la imposibilidad de dormir me levanto y hago la cama al ritmo de "Born Slippy" de Underworld. Mi dormitorio es un buen reflejo de mi estado de ánimo: si estoy de buen humor la cama estará siempre hecha, el cuarto ventilado y limpio, y todos mis libros y comics debidamente colocados. Si no, puedo pasarme dias con la persiana bajada, la cama deshecha y la habitación desordenada y llena de polvo oliendo a sudor, pies, semen e incienso barato. En realidad no importa: nadie ha entrado nunca en ese cuarto aparte de mi hermana. Por eso apenas cuido mi aspecto. Por eso mi ropa está vieja y raida, y no me preocupa en comprar más. Odio ir de tiendas. Si no sintiera tanta repulsión por mi propio cuerpo, iría desnudo por la calle.




Tras vomitar toda mi rabia en el blog, acompañado de un te con miel y la música de Franz Ferdinand, decido dar una vuelta por la ciudad. El sol brilla con rabia homicida y las gafas de sol son lo único que evitan que tire a la basura las 300.000 ptas que costó operarme. En un principio deambulo por las calles sin rumbo fijo, esquivando a los repartidores de propaganda y recreandome en los cuerpos femeninos que encuentro a mi paso. El verano está a la vuelta de la esquina, hace calor y la carne mediterranea se exhibe sin pudor alguno. Casi todas las mujeres que veo me provocan un deseo animal, irracional, un impulso que surge de lo más recóndito de mi cerebelo reptiliano y que trata inutilmente de convencer al resto de las neuronas. Es algo primitivo, instintivo. Sin embargo, en el fondo me la pela. Si realmente me interesara el sexo, hace mucho tiempo que me iría de putas con frecuencia.

Tras un rato de vagabundeo, los pies me llevan de forma inconsciente a mis lugares de culto. Bajo por la Avenida de la estación y me meto en la Fnac, a empaparme del ambiente, de la música de fondo, de la moqueta, el olor a libros y los dependientes que parecen recien salidos de un concierto de Moby. La Fnac me relaja, al contrario que el Ateneo, donde me doy cuenta que nunca ganaré suficiente dinero para comprar todo lo que quiero leer. Al salir de allí subo por Maissonave, atravieso la Plaza de la montañeta y me paro para contemplar los peces del acuario de la Plaza Nueva. Al mirarlos trato de comprender el indescriptible terror que deben sentir al estar permanentemente rodeados de criaturas como nosotros. Con ese pensamiento me dirijo hacia la Rambla y callejeo durante un rato por el Casco Antiguo, la zona de marcha nocturna, que incluso durante el día apesta a alcohol, orina y perfumes caros. Echo un vistazo a la cartelera de los únicos cines que quedan en pie en el centro, ando un poco más y cuando decido que ya he tenido suficiente, enfilo la calle San Vicente y vuelvo a mi madriguera.

Ceno una pizza recalentada mientras veo la programación nocturna, mato unos cuantos demonios azules en el ordenador y me voy a la cama. Y es entonces cuando soy brutal y plenamente consciente de que mi vida no tiene ningún sentido, que está basada en la repetición constante de los mismos hábitos (trabajar, comer, dormir, ir al cine, leer comics, escribir en el blog), que no me proporcionan ninguna satisfacción. Hace mucho tiempo que no vivo, solo sobrevivo. No tengo expectativas de futuro, ni sueños, ni deseos, ni ilusiones. Soy uno de esos peces que están encerrados en un diminuto acuario en medio de la calle y que dan vueltas a su alrededor una y otra vez, una y otra vez, rodeados de seres que no conocen y que les asustan.

Como todas las noches, estoy desvelado. Aun tardaré un par de horas en dormirme, a menos que rompa la abstinencia y me lie un canuto para llamar al sueño. En todo caso, mañana será otro día. Aunque quizás haya suerte, y cuando me despierte el mundo se haya ido al carajo...

13 comentarios:

- dijo...

Una vez más, no defraudas al espectador.

Hay una cosa que me ha sorprendido; dices que leer comics, ir al cine y escribir en el blog no te proporcionan ninguna satisfacción: entonces, por qué lo haces? Hay cosas que no proporcionan satisfacción que se hacen por obligación, como trabajar. Pero se supone que las cosas que se hacen libremente es porque gusta hacerlas.

Permiteme esta vez preguntarte una cosa. En un escrito anterior leí que estudiaste una carrera, pero parece ser que trabajas de camarero o algo de eso(no sé).La pregunta es: qué carrera tiene un futuro tal que hay que trabajar luego de camarero(o similares)? espero que no te moleste la pregunta.

El Tete dijo...

El que escribió la réplica anterior tiene toda la razón. Lees, vas al cine y escribes porque te gusta. No hay nada que te obligue a hacerlo.

Además, a muy pocas personas les gusta su trabajo. Otra cosa es que se encuentren cómodos haciéndolo.

Además, para un tío a quien le gusta su trabajo, va y lo deja por amor (me refiero a Nacho Vidal, claro).

Un día de éstos tenemos que hablar seriamente tú y yo, colega...

Woed dijo...

El post desprende una sensación de realidad brutal.
A quién ha comentado lo de la carrera y el trabajo. Pues yo estoy harto de ver a personas con carrera trabajando en curros de mierda. Repito, harto estoy de verlos desde hace años. Incluso personas con dos carreras. Una carrera ya no es sinónimo de estabilidad. Algunos afortunados creen que sí.
Es posible leer cómics, jugar a videojuegos, escuchar música y ver pelis y demás, totalmente desganado. Lo comprendo, a mi me ha pasado, y es horroroso, un verdadero infierno.
J+MC, espero que el tiempo se encargue de devolverte la sensación de disfrute en tus aficiones y te salpique algo de optimismo.
Por cierto, el trabajo es muerte.

Listo Entertainment dijo...

Si la pregunta es: ¿qué carrera tiene un futuro tal que hay que trabajar luego de camarero (o similares)?
La respuesta es: filología, filosofía, humanidades, matemáticas, biología, historia, física... qué cojones! incluso las ingenierías!
http://www.aldeaglobal.net/listo/listo11.gif

Pero lo importante es participar.

Steam Man dijo...

Te llamas Victor Mancini? Parece que me estés relatando al personaje de alguna novela de Palahniuk, en especial "Asfixia".

Por lo demás dicen que la abundancia nos niega el mas acá.

Mara Jade dijo...

Guau... la verdad es que no sé qué decir... excepto que comparto contigo que Fnac es uno de los mejores sitios en la tierra.

Dosjerez dijo...

Supongo que es reiterar lo mismo y que es obvio, pero a casi ninguno nos gusta trabajar, a diferencia de lo que dicen que propugnaban Herzberg, Maslow y compañía, el hombre se realiza, cierto, pero no por su trabajo, este embuste (creado por las empresas)el trabajo, para muchos, no es mas que el modo de pagar la hipoteca, si tuvieramos la suficiente pasta gratis cubririamos las necesidades básicas para la cual se necesitan (hambre, techo...)y del resto (sociales,sexuales, de relación..) ya nos encargaríamos nosotros, yo me siento mejor (me realizo mas)soltando mis paranoias en nuestro blog o haciendo un partidón en el day of defeat que acabando bien un encargo, o un trabajo, vamos, que es normal que el trabajo no nos motive, no en realidad a los que tenemos, o queremos tener una vida, nos meten eso en la cabeza para que curremos como capullos, lo peor es que muchos se lo creen y solo viven para trabajar, cuando lo normal es trabajar para vivir.

Del resto, quizás a nuestro anfitrion no es que ya no le guste el cine, los comics o los videojuegos, sino que simplemente ya los necesita para seguir adelante, quiero decir, ya no son una via de escape, una especie de lujo, ya son una necesidad, algo que le da algo de sentido a tu vida, ya no lo adoras, lo necesitas, dependes de eso para dar un paso mas, ya no es algo placentero, se ha convertido en algo necesario para seguir tirando.

No se si nos gustas mas cuando estas así o cuando te pones mas sarcástico, en todo caso lo que valoramos de ti es tu sinceridad, y esos cojones que tienes para decir las cosas como son son tu rasgo mas llamativo, estamos seguros que aunque tuvieras novia y polvo asegurado, aunque trabajaras por un sueldo digno, etc, aun entonces segurías viendo la vida como es, una puta mierda, pilla lo que puedas colega, vive a tope, carpe diem, mas que nada porque solo disfrutarás de los placeres que tu mismo seas capaz de proporcionarte, el ver la vida tal cual es te proporciona la ventaja de darte cuenta de su futilidad, de que su unico sentido es disfrutarla, cada cual con sus placeres, aunque parezca absurdo y pueril, busca nuevos placeres, solo el hedonismo puro nos hace libres, ya pasas de esta sociedad, aprovecha ese empuje.

El inadaptado dijo...

Gracias por los ánimos. Creo que se desprende por el tono de mis últimos mensajes que no estoy de mi mejor humor. Se me pasará, como todo...

Creo que ya no queda nada por explicar. En mi opinión, una carrera lo único que proporciona es un bonito (y carísimo) título que colgar en la pared. Bueno, en realidad todavía no estoy licenciado, pero eso es otra historia que quizás cuente algún dia.

Y sí, como ya dijo dosjerez, los comics y los videojuegos son más una droga que un auténtico hobby. Los consumo por necesidad, porque son mi única via de escape, parte de mi identidad. Pero desde Transmetropolitan, ningún comic me ha llenado lo suficiente; el resto los leo para intentar "quitarme" el mono. El cine de vez en cuando aporta cosas interesantes, pero es algo efímero, que dura lo que dura la película, igual que los libros, igual que los videojuegos, igual que las drogas. Experiencias de usar y tirar que ya dejan poca o ninguna impronta en mi cerebro, de tantas y tantas que he consumido en mi vida.

Creo que mi madre tiene razón. Necesito buscarme novia...

Jackal dijo...

Chapeau! Pareces la reencarnación de Chuck Palaniuk.

Pepe dijo...

Bueno, un artículo directo del corazón que me ha sentado como una hostia en plena cara (por lo bueno, ¿eh?).

Bien todo él, pero quiero hacerte notar dos cositas que me han chirriado un poco y me han impedido sumergirme del todo en lo que contabas: repites el adjetivo "barato" para denigrar cosas: "pintura barata", "colonia barata". Eso provoca en el lector la sensación de que el narrador es altanero: esa pintura de las paredes no es tan cara como él se merece, él sólo usa o aprecia las colonias caras. Esto, por desgracia, rompe la empatía que habías creado en el lector. Porque yo, como lector, para empezar no uso colonia (vamos, que nunca me lo he planteado), y mi desodorante es un Sanex de toda la vida (baratito), y si alguna vez pinto las paredes de mi casa, seguro que usaré una pintura barata (es más, no sabía que las hubiera caras) de la droguería de la esquina. Podrías haber dicho "pintura vieja" y "colonia sudada" y habrías conseguido el mismo efecto sin romper empatías. (Aunque puede que todo esto sólo sea una paja mental mía. De hecho, lo es.)

Por lo demás, y para que te tonifiques moralmente, quiero recomendarte un blog para que hagas de él una lectura pausada (y a ser posible a lo largo de varios días, que lo bueno en abundancia también cansa...). Tiene muchos meses de entradas, así que vas a tener carne de sobra a la que hincar el diente. Se trata de un tío que se lio la manta a la cabeza y se piró a Londres con una muda y un billete de avión, y de la vida sicotrónica que llevó allí durante un año. Algunos lectores le visitaron y es todo real. Ahora está haciendo un viaje en coche por toda Europa con un amigo y el blog ha bajado mucho de voltaje, por eso te recomiendo especialmente las entradas anteriores a Mayo de 2005. Su lectura me cambió la forma en que veía el mundo. Espero que te guste.

http://blogs.ya.com/asturianoenlondres/

Saludos.

El inadaptado dijo...

Tomo nota del blog y su rectificación. Creo que tiene razón, he abusado del adjetivo "barato" como apelativo despectivo. Puede observar que ya había rectifiado lo de "colonia barata", porque no me parecía apropiado. Aunque he de decir en mi defensa que este despropósito lo fui escribiendo a lo largo de un turno de noche en mi lugar de trabajo.

Lo realmente increible, sabiendo los estragos que producen la falta de sueño, es que no haya dicho algo mucho peor...

Pepe dijo...

Joder, "perfumes caros".

Es Vd un puro exceso. :-D

Masky dijo...

larga vida a la sinceridad :)