2 de mayo de 2005

Superfashion

Ah, que bien sientan unos dias libres. Descansar, reflexionar, darle una nueva imagen al blog, acordarse de la familia...

Especialmente, de la familia del que inventó las corbatas, esa horca portatil para oficinistas, comerciales y asistentes a bodas y eventos de postín. Estoy convencido que por las noches aún se pueden oir las risas de su creador en la tumba. Ocho años llevaba el autor de esta página sin ponerse uno de esos elementos de tortura, ¡ocho! Bueno, a decir verdad si que tuve que llevar una corbata de pega en uno de mis infratrabajos, pero el hecho de ser una parodia de si misma lo hacía más tolerable (y eso que era fea de cojones...).

Huelga decir que este blog y la moda se llevan mal. Muy mal. Jamás entenderé que un nucleo importante de la población decida llevar variaciones de la misma prenda o directamente el mismo vestuario que los demás tan solo por algo tan arbitrario como una tendencia de temporada. Y lo peor es que es casi imposible escapar a las imposiciones sociales sobre las prendas de vestir, de forma que todos tenemos una idea, casi involuntaria, de lo que es "raro" y lo que es "normal". Como ejemplo, la comunidad budista de Alicante. De sus miembros, el más conocido es una mujer que suele verse por el centro paseando con el pelo rapado y la tradicional túnica anaranjada. Pues hasta los "pies negros" que piden por el centro, los mismos que las personas "de bien" suelen evitar y que no han cambiado la chupa de cuero en 8 años, se paran a mirarla cuando pasa. Algo funciona muy mal en el inconsciente colectivo.



Pues a mi me sienta bien...
Posted by Hello

Lo que más me intriga de la moda es su origen. ¿Qué mecanismos se ponen en marcha para que el 70% de las jóvenes entre 15 y 25 años lleven conjuntos parecidos? En tiempos pretéritos en los que la población luchaba día a día por sobrevivir y la ropa era un lujo es comprensible que el grueso de la población tuviera que conformarse con lo que tenían a mano. El resto, los cuatro privilegiados de siempre, se movían por pura inercia y envidia, imitando como autómatas la última adquisición de cualquier noble o miembro de la realeza. Pero, ¿y hoy en día? ¿Tan poco hemos evolucionado en los últimos 20 siglos? Puedo entender que, al igual que los cuatro privilegiados de antes, la "masa" decida imitar a algún famoso o personaje notorio cuando se cambia de peinado o decide llevar a todas partes un complemento absurdo. Sin embargo no son esas modas pasajeras lo que me preocupan. Lo que realmente me preocupan, son los uniformes.

Cuando hablo de uniformes no me refiero a los tradicionales, a los que utiliza el clero, las fuerzas del orden o los curritos. Estos al menos tienen un valor icónico irreprochable (¿que sería de la pornografía sin los bomberos, las doncellas, las monjas o los mecánicos de coches?). No, cuando hablo de uniformes me refiero a la escalofriante semejanza en cuanto a estilo y colores de las prendas que la gente (yo incluido) solemos llevar a diario. Prendas que suelen variar de un pais a otro de forma más o menos acentuada, pero que localmente llegan a convertirse en una seña de identidad. Especialmente cuando hablamos de tribus urbanas o colectivos sociales. ¿Acaso por bailar House debo vestir con colores chillones y prendas de plástico? ¿Es obligatorio usar polos para ser pijo? ¿Me expulsarán del mundo de la subcultura si me visto como Beckam?

Y vuelvo a preguntarme, ¿quién decide lo que llevamos y lo que no? ¿En qué momento las camisas de pico son lo último para después convertirse en una absoluta "horterada"? Se supone que son los diseñadores los que mueven las tendencias anualmente y las introducen en la población. Sin embargo, por mucha influencia que tengan, me cuesta creer que un excéntrico modisto que vive holgadamente en su mansión de la riviera francesa o de la zona más "chic" de París pueda influir en todo un continente de esa manera. Además, ¿por qué las tendencias de cada temporada son tan sospechosamente parecidas? ¿Acaso se ponen de acuerdo? Si se supone que son tan creativos y tan distintos entre sí, lo más lógico es que cada uno tuviera unos criterios altamente dispares, cuando la realidad nos muestra que de originales, poco. ¿Se reunen en secreto cada año para decidir, entre brandy y habanos, con que estúpida prenda inundarán los mercados o con qué color adornarán las calles?

Personalmente, me inclino a pensar que existen razones mucho más prosaicas para esta aparente uniformidad. Antes que Yves Saint-Laurent, pienso que los que realmente mueven los hilos son los verdaderos artífices de las prendas, es decir, los encargados de los talleres masivos que todas las marcas tienen en determinados paises asiaticos y que proveen al resto del planeta. Me imagino la conversación:

-Capataz, dicen los del almacén que ya no les queda tela oscura.
-Ah, ¿si? Pues este invierno todo dios a vestir de rojo.

Y cientos de miles de prendas rojas llegan a las tiendas de todo el mundo, las de marca y las de no, a los mercadillos y los grandes almacenes, y cuando uno decide que ya es hora de cambiar esa camisa remendada entra en cualquier tienda y se encuentra con la cruda realidad.

No se trata de una moda. ¡Es que no hay otra cosa!

5 comentarios:

Jackal dijo...

Me gusta el nuevo diseño. Lo podemos llamar tu renacimiento?

Henrique dijo...

pues yo llevo toda la vida ocn vaqueros, zapatillas de deporte y camiseta. ¿Porque? porque es comodo, no voy desnudo y no tengo frio. ¿Necesito más razones?

Bueno, en las cenas de fin de año me pongo corbata... pero en plan RESERVOIR DOGS.

El inadaptado dijo...

Me gusta más el término "digievolución"...

Masky dijo...

Yo desde ya hace unos anhos he rechazado todo tipo de trabajo donde me obligen a llevar uniforme de pinguino (hay algo mas incomodo?)
que les den por el ollo

Horrorscope dijo...

Que razón tiene usted.

P.D.: Yo para las cenas de fin de año prefiero el loock Vincent Vega.