27 de noviembre de 2005

El relato encadenado. Capítulo 11

Escrito por Xun, del blog Confablogario de un tal Xun


De pronto vinieron más dudas, ¿Qué coño sucedía? Ya no importaba, no quería saber nada, debía esfumarse; probablemente estaba bien jodido.

Un monstruo... siempre la imagen de un monstruo venía a mi cabeza cuando cerraba los ojos intentando dormir. Me sentía triste pero con cada trago el alcohol me sedaba un poco más y olvidaba por momentos lo que me había llevado a ese estado. Después de ocho largas horas de vuelo, una cena de avión y cuatro vasos de vino, no tenía intenciones de esperar sentado por largo tiempo. Ella y las maletas se habían quedado en algún lugar y yo no tenía muchas opciones mas que desaparecer en esta ciudad sin nombre, esperar que alguien se acercara, un imbécil que pensara que alguien como yo, débil, frágil e indefenso podría ser una presa fácil. Me ofrecería un cigarro, lumbre, quizá hablaríamos un poco del clima y después lo intentaría, pobre.

Entre tanta gente nunca me había sentido tan solo, pero me gustaba la sensación de pensarme alguien diferente. Si me dieran a escoger, tendría una vida regular, iría a la escuela, tareas, ensayos de último minuto, me gustaría caminar por las calles sin pensar, caminar por caminar, dormir por dormir, soñar. Pero no, no tenía tiempo para pensar en eso... las imágenes y las ideas no me habían dejado dormir en días... imágenes que no eran mías, quizá una historia que había leído en algún lugar, en alguna terminal olvidada, en algún hotel sucio, imágenes de dolor...



Las imágenes y el callejón se acabaron y luego su voz "você vive a vida somente uma vez"; el calor en la espalda, la sangre, el miedo, el dolor, el monstruo detrás de mi, un animal fuirioso, no alcancé a voltear. Tocarle, eso hubiera sido suficiente. Cazador cazado, ... ¿por qué Eva?


Continua en... Duque de cabrito

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