17 de abril de 2005

Sueños en azul




Si hay algo que envidio de las películas no es que todo parezca maravilloso, emocionante, mágico.

No, si hay algo que envidio de las películas, es que todo parece FÁCIL.

O, al menos, más fácil de lo que es mi vida, de lo que es la vida de los demás. A pesar de que muchos quieran vivir una película, que muchos quieran creer que todo es más fácil de lo que parece.

A veces me da la impresión de que hay gente a la que al nacer le dan un manual de instrucciones, un esquema de lo que debería ser la vida. Y lo cumplen a rajatabla. Nacen, son niños, juegan, crecen, estudian, tienen sus primeros escarceos amorosos, siguen estudiando, prueban alguna droga, fuman (o no), encuentran pareja, encuentran trabajo, envejecen, tienen hijos, se jubilan, mueren...

Sin embargo otros no somos así. No comprendemos este mundo tan extraño en el que nos ha tocado vivir. El resto de la gente da por hecho de que sabes cual es tu papel y mientras damos tumbos de un lugar a otro intentando averigüar cual es tu lugar en todo esto.

Pero a veces no lo consigues.

A veces toda tu vida consiste en ir dando tumbos, hasta que encuentras un pequeño rincón en toda la inmundicia en el que te sientes a gusto.

Otras veces, las que menos, tienes suerte y encuentras a alguien que te muestra el camino. O, al menos, alguien con quien recorrer ese camino.

Sin embargo, ya he dejado de creer en los milagros.

En ocasiones tengo sueños en azul. Sueños en los que yo soy yo, sin miedos, sin dudas, sin preocupaciones. Sueños en los que la vida tiene la misma patina brillante de las películas, donde todo encaja, donde todo es perfecto.

Sueños donde la conozco a ella.

Poco importa si es rubia, morena o pelirroja. Si es alta o baja. Delgada o voluptuosa. Ella siempre es ella, surgida en medio de la nada, hermosa y perfecta, siempre en el momento y lugar adecuados.

Como en una película, poco importa el pasado. Nos vemos, nos gustamos, nos enamoramos, nos besamos, y no hay nada más que decir. Como en una película, todo es perfecto, todo es simple.

Todo es fácil.

Mis sueños duran poco. Como en una película, tienen que acabar. Y cuando me despierto, la soledad que me rodea se hace dolorosamente patente. La vida vuelve a ser compleja, dura, difícil.

Hay dias en los que no merece la pena levantarse de la cama...

No hay comentarios: