TESIS
Entre todos los escándalos políticos y financieros que suelen salpicar las páginas de los diarios alicantinos, ayer hubo una noticia que se ganó un lugar en la portada de los periódicos locales a pesar de su aparente irrelevancia: el cierre de dos de los tres últimos cines que sobrevivían en el centro de la ciudad. Todos sabíamos que ocurriría, tarde o temprano, pero me ha sorprendido gratamente la conmoción que esto ha provocado en una gran parte de la ciudadanía que, por otro lado, son los mismos que los han condenado a la quiebra. Se que este no es un fenómeno aislado, sino que en la mayoría de ciudades medianas y grandes está ocurriendo lo mismo. Los cines históricos no pueden competir con las multisalas de los centros comerciales y uno a uno están cerrando sus puertas. A los que nos gusta el cine se nos rompe el corazón cada vez que ocurre, recordando todo lo que vivimos entre sus paredes, en sus butacas viejas de fieltro rojo, en sus palcos peligrosamente inclinados, en los escalones de marmol de la entrada...
Pronto serán objetos de museo...
De los 8 cines que existían en el centro de Alicante, solo habían sobrevivido tres. Ahora, solo quedarán dos. Esta es una breve crónica de esos cines, de su pasado, de su futuro y de lo que viví en ellos.
- MONUMENTAL - Al lado del Mercado de Abastos, compuesto de una sola sala que hacía honor a su nombre, con dos plantas y una programación comercial y familiar. Entre sus butacas vi, entre otras, "Mejor imposible". Era un cine relativamente moderno, pero su inmejorable situación lo convirtió en objetivo de los intereses inmobiliarios. El local fue derribado hace pocos años y en su lugar se construyeron pisos de lujo.
- ARCADIA - La desaparición de sus dos salas es incomprensible. Se trataba del cine patrocinado por la Generalitat en el que se proyectaba cine independiente y aquellas cintas que no tenían cabida en el circuito comercial. Allí fue donde vi "Oh, Brother!", de los hermanos Coen. Tras cerrar sus puertas, se convirtió en un gigantesco DOMTI.
- CARLOS III - Sin duda uno de los cines más llorados por los Alicantinos. También por mi, ya que fue en ese local donde mi ex y yo empezamos "oficialmente" nuestra relación, mientras veiamos "Perdita Durango". Se trata de una larguísima y muy vieja sala con butacas de madera, una pantalla enorme cubierta por unas cortinas de teatro y la sensación de estar viajando en el tiempo cada vez que entrabas. Y digo "se trata" y no "se trataba" porque, curiosamente, el cine aún existe. Ante sus problemas económicos los dueños decidieron cerrar durante un tiempo y volvieron a abrir con una propuesta interesante: dos películas por el precio de una, volviendo a proyectar películas que hacía meses que habían desaparecido de las carteleras. Desafortunadamente la fórmula no funcionó y tuvieron que volver a cerrar.
- CASABLANCA - Al igual que el Monumental, se trataba de un cine relativamente moderno situado al lado de la plaza de los luceros y que sucumbió a los intereses inmobiliarios. En esta ocasión no se trataba de una sola sala, sino de tres, y lo que les llevó a la quiebra fue su obcecación en proyectar películas minoritarias que no habían llamado la atención de otros cines. Yo estuve presente en la última sesión de la última película que proyectaron, concretamente "El gran jefe", una de esas mal llamadas "películas de actores" con Kevin Spacey, Danny DeVito y Peter Facinelli como únicos personajes. Hoy también se ha convertido en un bloque de apartamentos y oficinas.
- IDEAL - Si me hubieran dado la posibilidad de salvar a uno solo de los cines, hubiera escogido el Ideal. Se trataba de un antiguo teatro reconvertido en cine, ubicado en un edificio cuya fachada es considerada como parte del patrimonio cultural de la ciudad. Incluso existe una página web (pinchar aquí) de un colectivo que está tratando de que el ayuntamiento tome cartas en el asunto, ya que se intuye que los dueños están dejando pasar el tiempo para que el local se deteriore y puedan derribarlo. Sería una auténtica lástima, ya que sería una magnífica sala de espectáculos. Entre sus butacas y palcos vi la película "Illuminata", como una bella metáfora de la fusión de teatro y cine que el Ideal representa.
- NAVAS- Posiblemente una de las salas en las que más películas he visto. Situada en un lugar relativamente poco atractivo para las inmobiliarias (lo cual posiblemente lo ha salvado del derribo hasta ahora), el Navas es un local moderno en el que desde hace mucho tiempo solo se estrenan las películas más comerciales que le permiten llenar su enorme patio de butacas. Allí vi cintas como "Los Increibles" o "El retorno del Rey", película esta cuya cola para entrar casi daba la vuelta a la manzana. Aun a pesar de eso, la presión de los multicines ha conseguido que el cine perdiera su acuerdo con las distribuidoras, de forma que se verán obligados a cerrar definitivamente en pocos dias si nadie lo remedia.
- AANA - Parte de una cadena de cines de la comunidad, el Aana es de momento el único cine que se va a salvar de la quema. A pesar de estar situado también muy cerca de la plaza de los luceros y ser uno de los más conocidos de la ciudad, es patente que han perdido muchos espectadores. Dispone de tres salas en las que suelen alternar titulos comerciales (allí es donde vi "Sky Captain y el mundo del mañana") con otros menos conocidos, razón quizás por la cual ha sido escogido para situar de forma temporal la filmoteca. Siempre me ha gustado su estilo levemente retro y que sea uno de los pocos lugares donde usan los tickets de toda la vida (estos pequeños de cartón y color azul, blanco o salmón) por lo que me alegro que aún podamos disfrutar de él al menos unos años más.
- ASTORIA - El día que cierren los minicines Astoria, algo habrá muerto definitivamente en Alicante. Situado en pleno casco antiguo de Alicante, a la espalda del castillo de Santa Bárbara y rodeado de pubs, en sus dos salas se proyectan las películas que es imposible ver en ninguna otra parte. Títulos como "Pleno verano" o la en esos momentos desconocida "Las vírgenes suicidas" no habrían visto la luz en Alicante de no ser por ellos. Reconozco que hace mucho que no voy a ninguna de sus sesiones, pero siento un inexplicable orgullo cada vez que me acerco hasta su puerta para ver la programación, y una absoluta tristeza cuando finalmente entro a ver una película y compruebo que la sala está casi vacía...
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