Transporter

¿Dónde se lo dejo?

Una mentira comúnmente aceptada (entre otras como "el amor de tu vida siempre llega" o "tu voto cuenta") es que todos tenemos un talento natural que debemos descubrir y explotar, sobre todo para ganarnos la vida con ello. Los cojones del mico (y pido perdón a los micos). Existe gente completamente inutil para todo aquello que se proponen de igual manera que hay otros que hagan lo que hagan les saldrá bien.

En mi opinión (perfectamente rebatible, por supuesto) es sobre todo el ambiente y las circunstancias lo que empuja a las personas a potenciar un arte, oficio, contorsión corporal o habilidad sobrenatural. Sí, ya lo se, existe un millón de estudios (todos imprecisos) sobre la actividad más o menos desarrollada de alguno de los dos hemisferios cerebrales que parece estar detrás de artistas, escritores u hombres de negocios que hayan triunfado en algún campo en concreto. De igual manera todos nos hemos encontrado alguna vez con alguien capaz de hacer sin despeinarse cosas que a nosotros nos costaría años aprender. Pero, nuevamente en mi opinión, todo es cuestión de ponerse. A mi no me vale eso de "yo no tengo oido para la música" o "es que los idiomas se me dan fatal". Chorradas. En algún momento determinado de nuestras vidas nos inclinamos hacia un área en particular y solemos aferrarnos a ello despreciando todo lo demás. La misma educación reglada lo potencia, con esa arcaica división entre "ciencias" y "letras" que debería empezar a desaparecer en estos tiempos en los que todo curriculum de menos de tres hojas parece insuficiente.

A mi padre, policía y técnico en electrónica (lo primero por necesidad, lo segundo por vocación), le gustaría que siguiese alguno de sus dos caminos. Nunca me lo ha dicho directamente, pero lo se. Sobre todo el primero, ya que ahora apenas trabaja entre diodos y resistencias por culpa de los aparatos de nueva generación (que se merecen un mensaje aparte). Según él (y tendré que creer en su palabra, ya que lleva más de 20 años en el cuerpo) si quisiera podría ser inspector en la Interpol. No os riais, coño, que lo dice en serio. El problema es que con mi carácter blandengue y mi cara de niño bueno no llegaría a ningún sitio (bueno, sí, a levantar atestados o resolver asuntos judiciales, dos puestos recurrentes para uniformados ociosos o inútiles). ¿Acaso no podría hacer caso a mi propia crítica y "ponerme a ello"? Pues la verdad es que en teoría sí, pero en este caso ha sido el segundo camino el que ha podido más. Crecer entre televisores destripados y herramientas de nombres imposibles ha tenido que ver y mucho para que me pase horas y horas delante de la pantalla del ordenador.

La cuestión más importante es, ¿y porqué no trabajo en ello? Bueno, como si fuera tan fácil. Es lo que quisiera más de la mitad de la población internauta. O quizás todos. Lo hice en Inglaterra, cierto, pero aquí es bastante más complicado. Ni siquiera una licenciatura en ingeniería de sistemas (lo que estuve a punto de estudiar en la universidad) podría garantizarme nada, tal y como están las cosas. No, a la hora de buscar un trabajo acorde con mis "facultades", y siguiendo mi propia teoría, lo mejor es analizar que aptitudes han potenciado las circunstancias en las que he vivido.

PREGUNTA - ¿Qué llevo haciendo durante todos estos años de forma gratuita y me podría desmarcar de los demás? ¿Que podría aprovechar en mi beneficio sin necesidad de recibir formación complementaria?

RESPUESTA - Moverme de un sitio a otro

Practicamente toda mi vida (excepto los cuatro años de la carrera) he tenido que hacer constantes viajes a Madrid para recibir tratamiento odontológico. Primero de mi pueblo a la capital, ahora incluyendo también Alicante. Cientos de viajes en tren, en autobús y en coche en los que he perdido el tiempo y el dinero de forma innecesaria, la mayoría de las veces con una enorme mochila a cuestas. Así que, ¿por qué no aprovecharlo? Ya se a que tengo que dedicarme. Seré correo.

Chico joven y discreto se ofrece para transportar todo tipo de objetos de forma clandestina por la península. Con coche propio, coartadas plausibles y sin antecedentes. Experto en pasar desapercibido en cualquier ambiente. Precios negociables dependiendo del volumen de la mercancía y la distancia a recorrer. Sin preguntas. Trabajos rápidos y garantizados (devolución del dinero más una compensación en caso de arresto o pérdida del cargamento). Especialidad en envios de droga y armas cortas a la capital.

Lo que hay que hacer para ganarse la vida...