8 de mayo de 2006

Sin aliento




Lo bueno de ser un poco hipocondríaco es que tarde o temprano acabas teniendo razón.

Lo bueno de ver tanto la televisión es que tarde o temprano algo de lo que has visto te puede ser útil.

Por eso a mis 27 primaveras, tras años y años de buscar explicación a mis inexplicables esporádicos ataques de tos (muchos de los cuales me han mantenido despierto hasta altas horas de la madrugada sin que nada pudiera aliviarme), decidí dejar de hacer caso a mis médicos y seguir las indicaciones del doctor House. Y lo que he aprendido en esa serie es (aparte de que todo el mundo miente) que cuando uno presenta distintos síntomas es bastante probable que estén relacionados.

Así pues... ¡diagnóstico diferencial!

El paciente presenta un cuadro de tos intensa, con flemas, sensación de ahogo y opresión en el pecho. Dichos ataques se presentan de forma esporádica, especialmente de noche y dentro de habitáculos provistos de aire acondicionado. Se ha observado un eczema de tipo alérgico en la mano izquierda y en su historia consta que padece una rinitis alérgica crónica.

Si viviera en el mundo del doctor House, este hubiera gritado ASMA antes de que acabara la primera frase. Pero esto es la vida real. Y he pasado al menos por las manos de 6 médicos distintos (y consumido litros de jarabe para la tos) antes de que uno de ficción me hiciera sumar dos más dos. Toses inexplicables + alergia = ASMA. No se trataba de toses provocadas por mi "exceso de mocos", como dijo uno. No era algo de lo que no debía preocuparme, como dijo otro. No era exclusicamente culpa del tabaco, como me dijo un tercero. Claro, como hasta el momento no he acabado en urgencias a punto de ahogarme a nadie se le había ocurrido esa solución. Pero aunque mi asma solo sea ocasional sigue siendo asma.

Después de exponerle mis argumentos a mi última doctora, más razonable y profesional que los anteriores, por fin he conseguido encajar la última pieza del puzzle. Y ahora que puedo pasearme tranquilo por cualquier parte con mi Ventolín en el bolsillo, he pensado que si permanezco en este piso durante el verano (cosa que todavía no tengo muy claro) voy a decorar mi balcón con unas cuantas plantitas de marihuana, aprovechando que vivo en un octavo con mucha luz y bastante a salvo de miradas indiscretas.

Sí, se que fumar es muy malo para el asma. Pero, ¡eh!, la próxima vez que esté echando los pulmones por la boca al menos ya sabré con certeza la causa...

2 comentarios:

engelson dijo...

Tal vez las plantas abran tus pulmones y tu mente, reduciendo tu hipocondria a un hipo esporádico.

A mi me sucedió...

El inadaptado dijo...

Bueno, dicen que la marihuana tiene efectos terapeuticos ¿no?