14 de septiembre de 2006

Batallitas

- Abuelo, ¿qué era la mili?

- Pues... la mili era un entrenamiento como soldado que antes tenían que hacer obligatoriamente los jóvenes. Por si nos atacaban, o yo que se para qué coño...

- ¡Abuelo, no digas palabrotas!

- Lo siento, tesoro

- Y tu, ¿hiciste la mili?

- No hija, no, eso se acabó antes de que me tocara a mi. Bueno, de hecho conseguí evitarla hasta que la quitaron, porque mi padre, tu bisabuelo, dijo que él ya la había hecho por los dos. Más de un año estuvo.

- ¿Tu no querías hacer la mili?

- No, cariño, la verdad es que muy pocos querían hacer la mili ya en esa época. Algunos decían que estaba bien, que hacerla te enseñaba cosas que no se podían aprender en ninguna otra parte. Que te hacía más hombre. Aunque todo dependía de donde cayeras, claro. Había algunos que se la pasaban haciendo flexiones y otros tocándose los... ejem... haciendo el vago. Pero muchos creian que era una pérdida de tiempo. Por eso la quitaron, para tener un ejército de verdad (bueno, si a eso se le podía llamar "ejército"). Además, yo ya tuve mi mili particular cuando empecé a trabajar.

- ¿Y eso?

- En mi época cuando no tenías experiencia tenías que pasar por los trabajos más duros. Y eso sí que era una mili. Quizás no tuve que hacer nunca doscientas flexiones delante de mi cabo, pero si tuve que preparar doscientos sandwiches a toda prisa para dar de comer a la imensa de cola de gente que había en el centro comercial en navidades, con unos cuchillos tan largos como mi brazo que me podían cortar un dedo de un solo tajo. Quizás nunca me echó una bronca mi sargento, pero tuve que aguantar muchas broncas de mis encargados, de mis jefes de tienda, de los inspectores, de los subdirectores y de cualquiera que se creyera con un poco de autoridad. Quizás nunca tuve que hacer guardias, pero si tuve que hacer muchos turnos de noche, aguantando a clientes borrachos y cerrando la verja para que no me pusieran una navaja en el cuello y me quitaran el dinero. Quizás nunca tuve que descargar camiones de suministros, pero si tuve que descargar muchos camiones de reparto, en almacenes diminutos sin ventilación y con estanterías de mie... este... con estanterías muy malas que se te podían caer encima en cualquier momento. Quizás nunca me fui de maniobras, pero sí tuve que repartir muchas pizzas a toda velocidad esquivando coches, saltándome semáforos y circulando por donde no podía, arriesgándome a chocar con alguien y que me rompiera una pierna o algo peor. Quizás nunca tuve que marchar con mis compañeros, pero sí pasé muchas horas en la vendimia, con un calor infernal o lloviendo a mares, sin poder parar ni un minuto para que no se estropearan las uvas. Sí, quizás no hice la mili, pero desde luego no se puede decir que lo tuviera muy fácil.

- ...

- ...

- Oye, abuelo... ¿y te pagaban mucho por esos trabajos?

- Pues, no, la verdad es que estaba bastante mal pagados. Bueno, menos la vendimia, claro, pero ahí realmente te ganabas tu jornal.

- Ya, bueno... ¿y en la mili pagaban mucho?

- Pues tampoco, era más bien una miseria.

-...

-...

-¿Abuelo?

- ¿Sí, preciosa?

- En tus tiempos no erais muy listos, ¿verdad?

4 comentarios:

Azena dijo...

en tus tiempos somos más bien tontos... o, mejor dicho, hay otros que son más listos...

JaviWoll dijo...

¡Muy bueno!.

El Otro dijo...

Ju-as ju-as ju-as.

Se me saltan las lágrimas ;)

El Otro

Mili en España dijo...

http://mili.losforos.es/

cuenta tu batallita aqui. Nos juntamos por ser ex reclutas de la mili.