25 de enero de 2005

No es un chiste

¿Que ocurre si lanzas una botella con gasolina dentro de una caldera? Así me siento yo con el sexo.

Dentro de la amplia gama de consecuencias de padecer ansiedad de manera constante, una de las más desagradables es mi relación amor-odio con la sexualidad. Soy un tio de casi 26 años, sano, sin impedimentos físicos, así que obviamente me gustaría tener una vida sexual. Pero al ser casi incapaz de relacionarme con mujeres más allá de una amistad inocente, esa posibilidad queda completamente descartada. Esto es fácil de deducir, pero no queda así la cosa.

Afortunada o desgraciadamente, no soy virgen. Hace mucho tiempo, cuando estaba empezando la carrera, tuve novia. Hay ratos que pienso que todo fue un sueño, pero no, es real, yo estuve saliendo con una chica. Por supuesto ella fue la que se me acercó y todavía me pregunto que es lo que vio en mí; supongo que hay gente para todo. Sin embargo no es el momento de hablar de eso. La cuestión es que nos acostamos varias veces y apenas si pude disfrutar de ello. Si a una persona normal en circunstancias normales ya le altera el hecho de estar en medio de una relación sexual, ¿imaginais como estaba yo? Correcto, al borde del infarto, con los nervios tan a flor de piel que apenas si podía sentir nada. Resultado: soy completamente incapaz de recordar ningún detalle de lo ocurrido, todo es confuso, como si estuviera envuelto en una niebla; es como si todo lo hubiera soñado, o como si estuviera drogado mientras lo haciamos. Amor-odio.

Años de abstinencia forzosa provocan que acabes por odiar tu propia sexualidad. Por norma, todo deseo se acaba convirtiendo en frustración ya que eres incapaz de satisfacerlo. Al principio lo intentas, porque estás tan salido que olvidas tus propios miedos y te acercas a cualquiera que no tenga polla. Conforme llegan los rechazos y el dolor, te encierras un poco en ti mismo y buscas otras vias; cuanta gente en mi situación se pasará horas y horas en los chats, foros y páginas al uso para encontrar pareja o simplemente echar un polvo sin compromisos. Yo también lo hice y por supuesto solo conseguí perder el tiempo y hacerme más daño. Así que te encierras todavía más y comienzas a eludir tus propias necesidades, a asexuarte. Evitas ese ardor súbito e inmediato que te provoca la visión fugaz de una mujer atractiva por la calle, una escena caliente en la televisión, un anuncio pornográfico en internet, un roce involuntario en un ascensor... El deseo se convierte inmediatamente en frustración y la frustración en dolor: las entrañas te arden, la cabeza te da vueltas, te entran ganas de llorar. Finalmente acabas por encerrarte completamente y alcanzas ocasionales periodos de paz en los que el sexo se convierte en algo ajeno a ti. Sí, el sexo deja de ser parte de tu vida; simplemente, no existe. Odio-amor.

Estamos en luna llena y eso significa que estoy más alterado que de costumbre. Podeis creer o no en ese tipo de cosas, pero la cuestión es que a mi me afecta. Durante este periodo me excito con facilidad, así que como comprendereis estoy bastante jodido. Al menos ahora tengo un lugar donde desahogarme contando estas cosas.

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