Después de vivir una surrealista road-movie (fui de Alicante a Madrid en ¡4 horas!) que me ha tenido apartado de la blogosfera en los último dos dias, el inadaptado regresa a este su humilde rincón en la web para darles una noticia: tengo trabajo. Si esta es una noticia buena o mala todavía está por ver pero, aunque no me gusta hablar de mi vida personal en este blog (para eso tengo el otro), he pensado que era digna de mención.
Porque no voy a ser subsecretario de una compañía internacional. Ni tampoco intérprete en la ONU, como Nicole Kidman. Ni siquiera conserje en alguno de los casi 40 hoteles de la ciudad. No, el inadaptado ha conseguido un auténtico trabajo de inadaptado, uno de esos oficios temporales que luego se cuenta a los nietos para demostrar lo dura que fue tu juventud: voy a ser dependiente en una "tienda 24 horas". Como Apu, pero sin acento. Y sin fresisuis.
He mencionado y demostrado muchas veces en este blog mi admiración por Chuck Palahniuk, maestro en la creación de relatos inclasificables. Sin embargo apenas he hablado de algunos de los inadaptados literarios con los que más me siento identificado en estos últimos tiempos. Como Henri Chinaski, alter ego de Charles Bukowski, un alcoholico pendenciero incapaz de sobrevivir demasiado tiempo a un trabajo y con una vida errática y un tanto surrealista. Alguien casi completamente opuesto a mi, pero con el que sin embargo comparto la misma falta de comprensión del mundo que nos rodea y el mismo pesimismo vital. En general no soporto el alcohol ni mucho menos a los que beben, pero respeto a Chinaski porque es sincero en sus planteamientos: él bebe porque es lo único que realmente le hace feliz en esta vida...
No obstante, si hay alguien a quien cada vez me parezco más es a este:
Excepto por la cerveza, mi vivo retrato...
Buddy Bradley, el protagonista del cómic Odio, la obra principal de Peter Bagge. Cuando leí la primera historia del primer tomo recopilatorio editado por LaCupula, casi me da un infarto. Ese tio era YO. Un perdedor de 24 años que va de un lugar a otro del pais, cambiando de piso igual que de camisa, sobreviviendo a base de infratrabajos temporales y sin puñetera idea de lo que hacer con su vida. De hecho, incluso empezamos a fumar a la misma edad. Así que tuve que asumirlo: yo también soy un "Buddy".
El comic, para quien no lo haya leido, narra la vida y aventuras de Buddy y sus amigos en el Seattle de la época grunge, que además de un estilo de música fue la actitud vital de toda una generación de veinteañeros desencantados de la vida, sin ambiciones, sin sueños, en un pais que no les ofrecía ninguna salida. El "buddy" es el reflejo del inadaptado, el que se enfrenta a los convencionalismos y siempre sale mal parado, que piensa que hay algo que funciona realmente mal en este mundo. Un perdedor, al que en los últimos cómics la sociedad ha terminado por fagocitar y está convirtiendo en un respetable padre de familia (poco convencional, desde luego, pero padre de familia al fin y al cabo). Como dice una de las críticas oportunamente insertadas en la contraportada de ese primer tomo, Odio refleja fielmente las actitudes de esa época. Solo que él liga, claro.
La España de hoy se parece terriblemente a los EEUU de entonces. Tenemos toda una generación desorientada, sin ilusiones, sin visión de futuro, sobreviviendo a base de empleos precarios y pisos compartidos. Sin embargo, jamás dejará de asombrarme la absoluta pachorra con la que nos lo tomamos todo (y en esto tengo que incluirme). Teniendo un caldo de cultivo tan fertil, lo único que ha surgido en estos últimos años es un revival de la movida de los 80. Un revival tramposo, por supuesto, porque la memoria colectiva y las empresas solo se acuerdan de la música comercial y han dejado de lado el resto de puntales del movimiento (¿soy el único que no soporta a Mecano?). En otro pais, en otra época, pero en similares circunstancias, ya habría surgido un potente movimiento juvenil con su propio estilo musical y sus abanderados. Sin embargo estamos tan aborregados y somos tan sumisos que Internet, la mayor fuente de autocrítica e innovación que existe actualmente, ya ha sido oportunamente criminalizada y expoliada. Parecía imposible, pero están consiguiendo poner puertas al campo. O al menos cobrar la entrada al mismo.
Si no puedes con tu enemigo, véndelo. El único movimiento actual que podría haber hecho mella en esta sociedad era el hip-hop. Sin embargo en poco tiempo se ha vuelto tan absolutamente "fashion" que hasta una marca de vaqueros se ha atrevido a vender su estilo a golpe de versos de Shakespeare. Las empresas y los gobiernos se han aprendido bien la lección recibida con la revolución Hippie; todo tiene su precio. El nivel de vida de esta sociedad es relativamente alto, a pesar de las enormes carencias en materia de empleo, educación, cultura y valores que padecemos. Pero mientras nos podamos permitir un coche, drogas, una hipoteca o una Playstation, saben que nos tienen controlados. El espíritu del Rock'n'Roll no ha muerto, pero está en coma. Y mientras tanto, nos seguirán dando por todas partes.
Acabo de colgar un mini-banner en apoyo del Manifiesto por la liberación de la Cultura al final de la columna de la derecha. Es un paso pequeño, pero por algo se empieza. Posiblemente la mitad de los firmantes acaben siendo investigados por el CESID, pero espero que algún dia pueda contarle a mis nietos que, además de currar duro de joven, ayudé a remover conciencias.
6 comentarios:
Basicamente, todo lo que acabo de tragarme me parece cojonudo.
Joder, cuánta razón...y en lo del odio a Mecano donde hay q firmar?
Por mucho menos, en otros paises los universitarios acosan y derriban gobiernos.
Aquí, la mayoría solo se plantea donde hacer el próximo botellón.
Algo va muy, muy mal...
P.D. ¡Queremos un musical sobre KaKa de Luxe!
bueno tío!, me alegra ver que la crítica tiene algún punto de actividad, y es que, aunque la comunciación entre personas que opinan lo mismo es cojonuda, no ganamos nada si no nos lanzamos a la acción alegando excusas que nunca son suficientes. Desde luego la revolución para mí, está muy lejos de la mera queja y la autocompasión por el mundo en que vivimos y que, en cierto modo estamos ayudando a crear. Vamos a movernos joder! y dejar de sentirnos a un lado, somos el lado que puede y debe remover conciencias y mover las basuras.
Tu post me ha dejado tocado
me ha gustado mucho este log-post. el uso de Transmetropolitan, y la referencia a Bukowski...
marcan buen gusto...
un saludo desde lleida
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