Aunque suponga enfrentarme a la mitad de los cinéfilos del planeta, he de confesar que "Un día de furia" me pareció una auténtica estafa. Recuerdo verla en televisión, recomendadísima por mis conocidos, esperando ver la gran película del urbanita al que finalmente se le cruzan los cables y se enfrenta a este mundo sin sentido. Así que cual sería mi sorpresa al descubrir que al final los guionistas (putos cobardes) justifican su comportamiento de forma políticamente correcta aduciendo que al protagonista hacía mucho tiempo que le faltaba un tornillo. Que más o menos viene a decir que una persona civilizada nunca llegaría a esos extremos.
Los cojones.
No es necesario que te falte un tornillo para acabar perdiendo la cabeza. Puede ocurrir, por ejemplo, que después de una noche de calor e insomnio te despiertes con los ruidos de las obras de al lado. Que al levantarte tengas que soportar a tus padres, que se han hecho fuertes en tu piso y no se marcharán hasta que todo esté a su gusto. Que debido a tu demencial horario de trabajo tengas que comer antes de la 1 para salir corriendo a la oficina. Que por culpa del deficiente servicio de autobuses tengas que esperar durante una hora a que finalmente pare uno con suficiente espacio para subirte en él. Que ese autobús sufra una avería nada más arrancar y tras 15 minutos más de apretones y calor infernal tengas que cojer otro. Que llegues una hora tarde al trabajo y después de la bronca tengas que pasarte toda la tarde resolviendo una tonelada de expedientes. Que mientras trabajas te llegue un montón de gilipollas que no saben leer una lista y te reclamen por cualquier estupidez. Que salgas más tarde de lo previsto porque el resto de oficinistas no lo dejaron todo en orden al marcharse y te toque a ti recojerlo todo. Que acabes tan machacado, cabreado y ojeroso que en el autobús de vuelta las mujeres y sus exuberantes escotes veraniegos te aparten la mirada. Que te llame tu casero y tengas que ir corriendo al banco a por el dinero del alquiler, y descubras que no solo tienes que sacar todo el mísero sueldo del mes (ese por el que ni siquiera estás cotizando) sino que nuevamente has de pedirle prestado a tus padres porque aún no has alquilado la habitación que sobra en tu piso y por tanto no has cobrado la parte correspondiente. Que por la noche te tumbes en la cama con la espalda dolorida y al final acabes llorando de frustración porque te sientes impotente para conseguir un empleo en el que ganes lo suficiente para no depender de nadie a pesar de tus estudios y experiencia; y además tanto tus padres como tus conocidos en vez de ofrecerte ayuda de verdad te machaquen todos los días para que dejes de ser el vago que ellos creen y elijas el camino de lo que cada uno de ellos piensan que conduce hacia la gloria o la riqueza, o si no que vuelvas al pueblo donde al menos ellos podrán verte (y manipularte) cuando quieran y serás infeliz toda tu vida; y te des la vuelta y te des cuenta de que esa noche y posiblemente todas las siguientes durante un largo tiempo dormirás solo porque no te pliegas a las condiciones sociales de tu entorno en tu desesperado intento de encontrar tu propio camino o, en resumen, hacer lo que te de la gana y no lo que le de a los demás.
Y entonces sí. Ahí es cuando se te cruza un cable.
Lástima que no estemos en los Estados Unidos y pueda entrar tranquilamente en una tienda y conseguir un bazooka. Porque juro por Palahniuk que Iraq sería una escaramuza comparado con lo que haría yo aquí...
Los cojones.
No es necesario que te falte un tornillo para acabar perdiendo la cabeza. Puede ocurrir, por ejemplo, que después de una noche de calor e insomnio te despiertes con los ruidos de las obras de al lado. Que al levantarte tengas que soportar a tus padres, que se han hecho fuertes en tu piso y no se marcharán hasta que todo esté a su gusto. Que debido a tu demencial horario de trabajo tengas que comer antes de la 1 para salir corriendo a la oficina. Que por culpa del deficiente servicio de autobuses tengas que esperar durante una hora a que finalmente pare uno con suficiente espacio para subirte en él. Que ese autobús sufra una avería nada más arrancar y tras 15 minutos más de apretones y calor infernal tengas que cojer otro. Que llegues una hora tarde al trabajo y después de la bronca tengas que pasarte toda la tarde resolviendo una tonelada de expedientes. Que mientras trabajas te llegue un montón de gilipollas que no saben leer una lista y te reclamen por cualquier estupidez. Que salgas más tarde de lo previsto porque el resto de oficinistas no lo dejaron todo en orden al marcharse y te toque a ti recojerlo todo. Que acabes tan machacado, cabreado y ojeroso que en el autobús de vuelta las mujeres y sus exuberantes escotes veraniegos te aparten la mirada. Que te llame tu casero y tengas que ir corriendo al banco a por el dinero del alquiler, y descubras que no solo tienes que sacar todo el mísero sueldo del mes (ese por el que ni siquiera estás cotizando) sino que nuevamente has de pedirle prestado a tus padres porque aún no has alquilado la habitación que sobra en tu piso y por tanto no has cobrado la parte correspondiente. Que por la noche te tumbes en la cama con la espalda dolorida y al final acabes llorando de frustración porque te sientes impotente para conseguir un empleo en el que ganes lo suficiente para no depender de nadie a pesar de tus estudios y experiencia; y además tanto tus padres como tus conocidos en vez de ofrecerte ayuda de verdad te machaquen todos los días para que dejes de ser el vago que ellos creen y elijas el camino de lo que cada uno de ellos piensan que conduce hacia la gloria o la riqueza, o si no que vuelvas al pueblo donde al menos ellos podrán verte (y manipularte) cuando quieran y serás infeliz toda tu vida; y te des la vuelta y te des cuenta de que esa noche y posiblemente todas las siguientes durante un largo tiempo dormirás solo porque no te pliegas a las condiciones sociales de tu entorno en tu desesperado intento de encontrar tu propio camino o, en resumen, hacer lo que te de la gana y no lo que le de a los demás.
Y entonces sí. Ahí es cuando se te cruza un cable.
Lástima que no estemos en los Estados Unidos y pueda entrar tranquilamente en una tienda y conseguir un bazooka. Porque juro por Palahniuk que Iraq sería una escaramuza comparado con lo que haría yo aquí...
8 comentarios:
Yo ya me hubiese vuelto majara
Menos mal que no tienes pareja, porque si no, a todo eso se le hubiese unido que al llegar a casa, tendrias que discutir con tu pareja, pq llegas cabreado, y todas esas cosas, y luego no follarias, no te relajarias y para colmo de males tendrias que dormir con ella x muy mosqueado que estuvieses pq no tienes mas sitio en el piso, etc etc etc.... sigo? bah, si lo desglosas asi suena fatal pero sabes como llamo yo a eso "un dia normal"
Besos miles mi niño!
Volviendo de Córdoba a Barcelona el pasado fin de semana se montó un mi vagón una hipiosa con su pareja y cuatro nenes porculeros y berreones. Encima, ella hablando a voces, soltando tacos delante de los niños e insultando a la gente.
Te aseguro que hubo momentos en que estuve muy tentado de levantarme del asiento y matarla allí mismo.
Pero, aparte de eso, soy un tío muy pacífico.
Tienes mucha razón, pero chico, a bazucazos no creo yo que se arregle nada...
:)
Sí, tienes razón. Donde esté una recortada...
y a pesar de todo sigo pensando que la vida es bella...
Pues estoy completamente de acuerdo contigo. Un día odioso en el que te encuentras todo al revés, que nada te sale al derecho y que encima andas cabreado y salido lo que te apetece es violar y saquear y sentirte atila por un día. Pos sí. A veces hay días en que estamparías a tu jefe/a en la pared por inutil. Pero... Gracias a nuestra inteligencia y educación resistimos y nos desahogamos en una discoteca/karaoke/lo que sea de la manera que sea para no matar a alguien (o no matarnos) Estoy completamente de acuerdo contigo que son unos putos hipócritas los guionistas.
no seas tan duro... pero te entiendo... incluso Tyler Durden está parapetado en su esquizofreniaInsómnica como excusa. Pero si lo miras friamente viene a decir lo mismo y en realidad ¿quien no comete locuras?
Loco es el que hace locuras como diría Forrest Gump
Publicar un comentario