21 de marzo de 2005
La guerra de almas
Seguro que todo el mundo ha oido ese chiste tan explotado del reprimido que compra el Interviú o la MAN y afirma hacerlo por los reportajes. Yo también me he reido con eso, razón por la cual no puedo pedir a nadie que me crea cuando afirmo que en una revista pornográfica he encontrado algunos de los mejores artículos que he leido nunca. Concretamente en la revista Hustler, la creación del controvertido Larry Flint cuyo escándalo (ese que da nombre a la película que protagonizó Woody Harrelson) no fue otro que defender a capa y espada el derecho a la libertad de expresión más allá de la política y la moral (tienen una buena entrevista a "el hombre" en esta web). Por su fama de revista obscena y macarra (hace tiempo que no la compro, pero al menos antes sí que lo era) y por el carácter contestatario de su creador, Hustler no tiene ningún reparo en denunciar los aspectos más sórdidos de su propio pais de origen. Y gracias a uno de aquellos reportajes, he ido tirando de un hilo que me ha llevado hasta otra noticia de actualidad.
Comentan en todos los telediarios el debate que ha surgido en EEUU a raíz del caso de Terri Schiavo, la mujer que lleva 13 años en coma irreversible y conectada a una máquina, cuyo marido trata de desconectar para que tenga una muerte digna. Los padres y hermanos de Terri se oponen a ello por el simple hecho de que tiene los ojos abiertos y parece responder a sus voces, a pesar de los médicos que tratan de explicarles que esas reacciones son normales y que nunca despertará. Podrían equivocarse (no sería la primera recuperación "milagrosa" que hemos visto), pero no es esa la cuestión principal. Lo que realmente importa es que haya traspasado las fronteras personales y el caso se haya convertido en una cuestión política, hasta el punto de que el presidente haya interrumpido sus vacaciones para firmar una ley específica para este caso. Poco han hablado los telediarios sobre este detalle, pero que el máximo mandatario de un pais se inmiscuya en un caso familiar no es casualidad. Sin apelar a la manida metáfora del iceberg, este tipo de noticias siempre esconden algo mucho más grande detrás. Y la palabra clave de este tema es EVANGELISTAS.
Antes de seguir aclaremos un punto. El movimiento evangélico es una rama cristiana muy extendida tanto por EEUU como por el resto del mundo, y no podemos meter a todos en el mismo saco. Sería como afirmar que todos los musulmanes son terroristas. Sin embargo, si incluso sus propios compatriotas (cristianos incluidos) están preocupados por el alcance de su influencia, quiere decir que algo está pasando. Con la excusa del 11-S, los intelectuales y políticos neoconservadores se han aliado con los predicadores evangelistas más radicales, consiguiendo arrastrar consigo a muchos creyentes y a grupos pro-vida y pro-familia. En conjunto, se han convertido en un poderosísimo grupo de presión cuyas raices se alimentan del miedo al terrorismo internacional y cuyas ramas llegan a todos los estratos del poder, incluido el presidente. Especialmente el presidente. En el canal Historia hace algún tiempo se emitió un escalofriante reportaje cuyo resumen podría ser: para ganar las elecciones, hay que satisfacer a los evangelistas. En España se suele ver a los aspirantes a la Casa Blanca dando discursos en todos los estados, en congresos y convenciones. Pero rara vez se les ve en un estadio lleno hasta rebosar de congregaciones religiosas, haciendo promesas sobre la protección de la familia, la moral y la lucha contra el enemigo infiel. Clinton lo hizo, Kerry lo hizo, Bush lo hizo. Pero solo fue este último, ultraconservador de pro, quien consiguió convencerles. La aplastante victoria en los pasados comicios no es una casualidad.
Como he dicho, no podemos meter en el mismo saco a todos los evangelistas. Muchos de ellos son solo personas buenas que creen firmemente en su dios y tratan de vivir de acuerdo a sus valores morales. No se lo reprocho. Pero en nombre de la religión, se ha instalado en todo el pais un fanatismo nacionalista aún más virulento que el que tratan de combatir. Y sin saberlo, en estos momentos se están excavando las trincheras de una guerra de almas que empequeñecerá las dos mundiales anteriores. Aunque aquí no se ha hablado del tema (sobre todo porque a pocos les interesa), no son solo tropas lo que EEUU ha mandado a Iraq. Como nos muestran en este excelente artículo, las fuerzas de coalición están tratando que los iraquies lleven "comida en una mano, y una biblia en la otra". Junto a ellos, grupos evangelistas se están desplazando a la zona para tratar de convertir a la población, espoleados por predicadores como el reverendo Franklin Graham, que considera al islamismo como una "religión perversa y violenta" (sic) a la que hay que combatir. Como preguntan en este otro artículo, ¿conocen a alguna otra religión que organice grupos para convertir a los que no pertenecen a ella? Sin contar a los Hare Krishna, que son un mundo aparte, ¿ha criticado algún hindú su indumentaria? ¿les ha asaltado algún musulmán por la calle para leerles pasajes del Corán?
Personajes como Graham (a cuyo lado Rouco Varela parece un liberal) son los que han avivado el fuego de la intolerancia tras el ataque a las torres gemelas, del que se alimentan no solo los creyentes más fanáticos, sino también la ultraderecha, que está más organizada que nunca. Y como sabemos que todo lo que surge de allí se acaba extendiendo al resto del mundo, corremos el serio riesgo de hundir en pocos años todos los esfuerzos que se han hecho durante siglos por el entendimiento entre las grandes religiones mayoritarias, y crear un enfrentamiento espiritual y militar a escala planetaria. Si les parece alarmante el control de la educación privada y ciertos sectores de la política española por parte de grupos como el Opus Dei o los Legionarios de Cristo, es que no se imaginan a lo que podemos llegar...
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