2 de marzo de 2005
Iber-trola patrocina... este apagón
20 horas. Han sido exactamente 20 horas las que he pasado sin electricidad por culpa de la ineptitud humana y con el puto chucho en esmoking en la página riéndose de mi. A continuación, paso a relatar la secuencia de los hechos, reconstruida a partir de consultas, quejas y comentarios furtivos:
21:15 (aprox.) Un golpe de viento desprende un cable de alta tensión de una torre situada en lo alto de un edficio. Los vecinos llaman a la compañía.
21:40 (aprox.) Los técnicos llegan al edificio en cuestión. Uno de los vecinos, completamente gilipollas, se niega a permitirles el acceso hasta la azotea, por lo que se hace necesario el uso de una "pluma" o carretilla elevadora. Se informa del suceso a la compañía.
22:00 La electricidad de mi piso va y viene tres veces hasta que se produce el apagón definitivo. Ningún conmutador de la caja del inmueble ha saltado, por lo que presupongo que se trata de una avería más gorda. Ceno con la esperanza de que todo se arregle pronto.
22:30 Tras comprobar que la luz no llega, llamo a los vecinos en busca de alguien que me diga como revisar los contadores principales. Soy el único que ha sufrido el apagón, lo cual me mosquea. Además descubro sorprendido que nadie sabe quien es el presidente de la comunidad (posiblemente ni siquiera exista) y me indican que las cajas están en el cuarto de las escobas, con la puerta abierta. Bajo a revisarla pero se trata de un sistema antiguo, en el que solo un electricista puede meter mano.
23:00 Llamo a la compañía. Me informan que, efectivamente, se ha dado un aviso de avería y me prometen que el problema se solucionará a medianoche. Se postula la posibilidad de que si soy el único que ha perdido la corriente, se deba a un problema en una fase (una de esas palabras que la mayoría de la gente no sabe lo que significan pero que quedan de puta madre para tranquilizar a los clientes).
01:00 La luz no ha llegado. Me acuesto (aunque aún tardo dos horas en dormirme)
10:45 El despertador suena (cabrón). Me levanto y compruebo que aún no ha venido la luz. Desayuno resignado y mascullando entre dientes: "lo sabía..."
11:00 Me dirijo a las oficinas de la compañía. En el camino descubro, no sin demasiada sorpresa, que acaban de llegar las furgonetas de la compañía para arreglar el cable. Hago una mención a la familia de la teleoperadora.
11:30 El oficinista comprueba mi queja. Efectivamente, existe una avería y están arreglándola porque hasta esta mañana no han podido disponer de la "pluma". Me promete que la avería estará arreglada en cuestión de una hora.
14:00 La luz sigue sin aparecer. Vuelvo a llamar a la línea de atención al cliente. El teleoperador me informa de que la avería fue arreglada la noche pasada, lo cual he comprobado con mis propios ojos que es mentira, y me sugiere la idea de que el problema sea exclusivamente mío. Me da el número de teléfono de un electricista autorizado, para que revise mi instalación. Si la culpa es de la compañía, me saldrá gratis. Si no...
14:15 Comemos y nos sentamos a leer en familia, delante de la radio, como hace 60 años. Dedico un pensamiento a los muertos del oficinista y el teleoperador.
15:15 Ni rastro de electricidad. Me dirijo a las oficinas. La furgoneta y la "pluma" han desaparecido.
15:30 Hablo con otro oficinista. Me informa, perplejo, de que la avería fue solucionada hace un buen rato y no tiene sentido que sea el único piso sin electricidad (contradiciendo a la señorita que me atendió por teléfono en primer lugar). Según él, el problema es efectivamente solo mío, quizás un fusible de la caja de contadores.
16:00 Llamo al número del electricista autorizado. Prometen mandarme a alguien rápidamente.
17:00 El técnico llega. Revisa los fusibles y comprueba que todos funcionan corréctamente. Entonces descubre el problema. La comunidad instaló limitadores de potencia. El de mi piso es de solo 15 amperios, mientras que la caja de conmutadores que hay arriba es de 25. Solución, mandar el limitador a la mierda (porque ya está jodido) y puentear la línea. No soy el único que lo ha hecho, ya que hay otro puente correspondiente a un vecino del último piso. El electricista me confiesa, en confianza, que tarde o temprano todos caerán, como el mio. Precio de la reparación y las confidencias: 70 tazos.
18:00 Por fin volvemos a tener electricidad y puedo quitar al chucho de enmedio. Me siento a mirar el correo y decido escribir este mensaje para desahogarme.
20 horas. Me he pasado 20 horas sin electricidad por culpa de un puñado de chupatintas incompetentes y una maldita casualidad. O quizás no. Resulta peculiarmente extraño que mi limitador petara justo en el mismo momento que el cable de alta tensión se soltó, cinco manzanas más abajo de mi edificio. De hecho en mis dos primeras consultas a la compañía se aseguró que mi piso había sido afectado por dicha avería, aun cuando era el único en todo el bloque sin electricidad. Pero pese a toda la tecnología punta, el adsl a través del enchufe, las pantallitas con puntitos de colores indicando el consumo y las consultas online, nadie advirtió esta paradoja. Si lo hubiera sabido en su momento, hubieramos tenido electricidad al cabo de 3 o 4 horas (eso sí, pagando una factura mucho más abultada a un técnico de urgencia). Pero no. 18 horas he necesitado para saber que simplemente vivo en un edificio de tacaños redomados que decidieron limitar el gasto, por si acaso. Y lo peor es que posiblemente no pueda justificar esta factura ante mi casero, quien alegaría perfectamente que el problema se debió a un excesivo consumo de los inquilinos (lo cual es probablemente cierto). Al final, siempre es una cuestión de dinero.
En las inmortales palabras de Ford Fairlane: "Tantos gilipollas y tan pocas balas..."
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1 comentario:
Chico S! Y yo que creí que te había tragado la tierra...
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