Ni por favor, ni gracias

El portero y la delantera

Juro que no quería entrar al trapo. No quería volver a hacer comentarios sobre el cine español, porque es un tema demasiado sobado incluso para un blog personal en el que cada uno puede escribir lo que le de la gana. Pero me han tocado mucho las narices y al final me han obligado a esto.

Que conste que no tengo nada en contra de Fernando Tejero. A fin de cuentas es un tio como otro cualquiera que simplemente ha tenido un poco de suerte y se ha hecho un hueco en el cine y la televisión. Corre el serio peligro de encasillarse de por vida en papeles de "graciosete" o "macarrilla", pero que le quiten lo bailao (seguro que en estos momentos gana más pasta al mes que yo en tres o cuatro). Sin embargo empieza a irritarme verle en todas partes: en los trailers del cine, en los trailers de la televisión, en los reportajes de las noticias, en revistas, en vallas publicitarias, en artículos de internet... Una campaña mediática parecida a la que vivimos con Mar Adentro solo que sin políticos de por medio. Aunque quien sabe, igual el día del estreno Zapatero no tiene nada mejor que hacer y se deja caer por allí para que le inviten a ver la película.

Dudo entre aplaudir o tirarle piedras a los productores de cine de este pais. Por una parte me alegro profundamente de que se hayan dado cuenta (¡por fin!) que para vender una película solo hacen falta tres cosas: publicidad, publicidad y publicidad. Es lo que llevan tanto tiempo haciendo los americanos y que tan buenos resultados da, para cabreo de nuestros paisanos que no parecen darse cuenta que la calidad a veces también cuenta. A veces. Pero por otra parte, me cabrea y mucho que la industria se conforme con cuadrar números gracias a tan solo dos o tres películas del centenar que se producen anualmente. Una de Amenabar (o de Almodovar, según el año), una película graciosilla con los "nuevos talentos" (algunos casi tan viejos como mi padre), una independiente de relumbrón y ya tienes la mayor parte de la recaudación del cine español esa temporada. Y como sabemos que dan resultados y hay que explotarlas al máximo, vamos a gastarnos en publicidad casi tanto como nos costó la película. Aunque sea un bodrio, pero vamos a venderla bien y al resto que le den por culo. Si han de retirarlas a la semana de entrar en cartelera porque la gente no sabe ni de que van, peor para ellos. Nosotros ya tenemos las espaldas cubiertas y el discurso preparado para llorarle a la ministra en la próxima reunión de la Academia.

Debo confesarlo, yo fui a ver El otro lado de la cama. Me dejé llevar por las exacerbadas buenas críticas que estaba cosechando, solo para descubrir lo que ya me temía: que es un enorme truño envuelto con celofán y sobadísimas canciones de los 80. Entretenida, sí, pero el guión apesta y ni siquiera se atrevieron a sacar a Natalia Verbeke completamente en pelotas. Sin embargo, como digo, fui a verla al igual que hizo medio pais ¿Por qué? Por la publicidad. Pocas veces se había visto un esfuerzo promocional semejante. El mismo que están haciendo con El penalti más largo del mundo (título que contiene 6 palabras, al igual que el anterior ¿casualidad?). La gente irá a verla en masa, estoy convencido, porque somos así de borregos, porque sale Fernando Tejero y porque trata sobre futbol. La combinación ideal. Sin embargo, ¿y si invertieran ese dinero en promocionar películas menores pero con mayor calidad? ¿y si invirtieran ese dinero en buscar más nuevos talentos que proporcionen un poco de aire fresco a nuestro cine, tan rancio y poco entretenido? ¿y si invirtieran ese dinero en campañas un poquito menos cutres para convencer a la gente de que le den una oportunidad a la producción propia?

Desde aquí lo digo bien alto. Lo siento Fernando, pero ya te tengo muy visto, no me gusta el futbol y la mayoría de las comedias españolas que he visto en estos últimos años me han aburrido. Así que no me espereis en la taquilla...