31 de marzo de 2005

Tan lejos...


...tan cerca Posted by Hello

Tengo un amigo.

Bueno, no se si puedo llamarlo realmente "amigo". Es un auténtico cabrón, y ese es el motivo por el que voy a hablar de el. Pero para evitar decir su nombre, y como no me gusta inventar pseudónimos, lo llamaré simplemente "mi amigo".

Mi amigo es guapo. No exageradamente guapo, pero lo suficiente para gustarle a las mujeres. Y cuando digo gustar no me estoy refiriendo a una conexión espiritual, a que admiren su inteligencia, a que tenga carisma. No, eso son gilipolleces, cosas que nos decimos los perdedores para consolarnos. Mi amigo es el tipo de tio al que las mujeres estarían dispuestas a follárse en la primera cita. Es guapo, va a al gimnasio y es un auténtico cabrón. Todo lo que yo no soy.

Mi amigo tiene novia. Algo habitual entre el guapo cabrón común, ya sea porque detrás de la fachada hay sentimientos, para contentar a los padres o por asegurarse una ración de sexo semanal. En este caso quizás sea un poco de los tres, no lo se realmente. De hecho, me la suda. Casi todos mis amigos tienen novia, posiblemente todos se acaben casando, y también posiblemente algunos de esos matrimonios se romperán. Quizás todos, no lo se realmente. De hecho, todas sus vidas privadas me la sudan.

A pesar de tener novia, mi amigo tontea con otras mujeres. O, para ser precisos, con otras "niñas", ya que el guapo cabrón común se conforma con objetivos fáciles. No me consta que se haya acostado con otras, parece que después de todo siente algo por su novia, pero si que ha tonteado. Y no han sido solo palabras. No, mi amigo se ha jactado delante de mi, aunque no dirigiéndose a mi, de como una chica borracha le hizo una paja. Posiblemente no lo considere una infidelidad (después de todo, parece que siente algo por su novia), porque parece ser que lo ha hecho más veces. Magreos, morreos, tonteos, pajas. Puede que incluso alguna mamada. Según cierto ex-presidente norteamericano, el sexo oral no es infidelidad. No creo que el quiera ser infiel. Pero al guapo cabrón común le agobia la monogamia. Y, después de todo, parece que siente algo por su novia. Me pregunto el qué.

Lo que más me sorprendió de esa confesión involuntaria no fue la revelación en sí, sino mi reacción ante ella. Sentí indignación y rabia, pero también envidia, consternación y perturbación. Puedo entender lo primero, puesto que considero que tener pareja significa ser monógamo. Si no puedes serlo, no la tengas. Pero me preocupó esto último.

Envidia, consternación y perturbación.

Soy, desde que cumplí 26 hace pocos dias, oficialmente un hombre adulto. Un hombre que ha viajado por el mundo, que ha conocido a mucha gente, con educación, cultura, experiencias vitales. Y, por supuesto, que ha tenido sexo. Poco, no demasiado satisfactorio, pero sexo al fin y al cabo. Sin embargo me sentí perturbado, consternado, confuso. Ni siquiera puedo achacar esta reacción a llevar más de dos años sin tener relaciones sexuales. No, hubo algo más. En ese preciso momento, la idea de que una desconocida agitara mi miembro en la parte trasera de un coche y a espaldas de mi pareja me superaba. La falta de autoestima, mis escasas experiencias, el hecho de vivir encerrado en mi propio mundo... han logrado que, a día de hoy, el simple hecho de yacer desnudo en una cama al lado de un cuerpo feminino agradable y caliente me resulte asombroso. El sexo normal es ciencia ficción. La infidelidad, pura fantasía. El morbo, un lujo que no me puedo permitir.

¿Que si envidio a los guapos cabrones comunes?. Claro que los envidio, porque ellos hacen que todo parezca fácil. Las cosas nunca han sido fáciles para mi, y ahora que tengo la oportunidad de desquitarme, siento que es demasiado tarde. Demasiados traumas, demasiadas frustraciones, demasiadas paranoias. Mi cabeza no puede procesar que una mujer quisiera masturbarme en el asiento trasero de un coche. Apenas si puede procesar que quisiera besarme. Pienso que no me merecí las pocas relaciones sexuales que he tenido: fue mi ex quien dió el primer paso para que nos conocieramos; fue mi amiga la que vino de tan lejos para verme. Cuando he querido luchar por ello, siempre he fracasado, asi que no conozco la satisfacción de una victoria. Ni los mecanismos que me llevarían a ella. ¿Que si envidio a los guapos cabrones comunes? Claro que los envidio, porque ellos siempre tienen media batalla ganada. Que importa que eso les conduzca a relaciones esporádicas y nada sinceras. A fin de cuentas, ellos conocerán a muchas más mujeres que yo, de un modo más íntimo, y tendrán más oportunidades de encontrar a alguien con quien compartir su vida.

Mi amigo es un cabrón, pero tiene las ideas claras. Es guapo, tiene novia, las niñas le masturban en los coches y posiblemente se casará, será feliz y tendrá crios. Y yo, el ético, el inteligente, el sensible, estoy solo. Solo y asustado, incapaz de asumir que quizás, solo quizás, alguien quiera acostarse conmigo. Que quizás, solo quizás, no sea tan invisible como creo.

Que quizás, solo quizás, seré feliz algún día.

1 comentario:

Anonymous dijo...

toda la puta razón colega, ojalá el mundo fuese justo y esos cabrones se comieran la mierda de los perros por dieta y se los llevaran a una isla desierta para que se dieran por culo entre ellos hasta reventar de asco. Si te sirve de consuelo, yo he follado menos que tu, no he tenido novia nunca y encima tengo 30 asi que piensa que encima hay quien esta peor. Suerte y ojala que el mundo haga justicia a los que nos la merecemos.