6 de marzo de 2005

Unplugged

El apagón de hace unos dias y una conversación mantenida durante la considerablemente aburrida boda a la que he tenido que asistir este fin de semana me han hecho reflexionar sobre nuestra excesiva dependiencia de los aparatos eléctricos y de la electricidad en general. Dentro de unos cuantos años (menos de los que creemos) un segmento de la población, se sobreentiende que con dinero, vivirá en casas parcialmente domotizadas: autoregulación de la temperatura, humedad y luz; electrodomésticos que se comunican entre sí como vecinas cotillas en un patio de vecinos; sistemas de alarma que saltarán en cuanto el gato de la familia tenga insomnio; comunicación con todo el mundo a través de videoconferencia, internet en el televisor y teléfonos móvil que te siguen como un perrillo lamechochos. Pero yo me pregunto (para variar...), ¿realmente necesitamos todas estas gilipolleces?

No es que tenga nada en contra de la tecnología punta (esa que en este pais ni olemos), puesto que en el campo de la medicina nos está proporcionando grandes avances en la lucha contra diversas enfermedades y trastornos que antes se creian incurables. Pero, dejando a un lado el tema médico, ¿que ocurriría si hubiese un GRAN APAGÓN a nivel mundial? ¿Y si el abuso de los combustibles fósiles, el desprecio a las energias alternativas y las inseguras centrales nucleares nos dejaran sin fluido eléctrico?

Mi primera preocupación cuando me quedé sin luz fue la comida que teníamos en el frigorífico. Recuerdo aquel capítulo tan asquerosamente ñoño de la por otra parte entretenida y caústica serie Dinosaurios (¡¡Tu no mami!!) en el que se celebraba "El día de la nevera". Qué duda cabe que tener la posibilidad de conservar los alimentos frios para que no se estropeen y podamos consumirlos en otra ocasión fue un gran avance. Vale, ahora imaginemos que no podemos utilizarlas, que la falta de fluido las han convertido en inútiles. Para empezar, no podríamos comprar congelados precocinados. Sería absolutamente terrible, ¡¡tendríamos que aprender a cocinar!!. Y eso si que no, en este sociedad borderline en la que lo queremos todo ya mismo y en la que nuestra alimentación es infinitamente menos importante que el trabajo o el ocio, perder el tiempo en recuperar las viejas recetas y pasarse horas en la cocina para preparar platos exquisitos, sanos y naturales es un lujo que no nos podemos permitir. Además, al no disponer de una nevera nos veriamos obligados nada menos que ¡¡a comprar alimentos frescos a diario!! Y recuperar la importancia del mercado, ya que al no poder congelar todo (desde carne hasta fruta), las empresas tendrían que distribuir el género con rapidez y con sus propiedades intáctas. Y debido a la inmediatez de la distribución el gobierno se vería obligado a aportar más dinero al sector agrícola para que se multipliquen los cultivos útiles y de calidad. Una auténtica utopía irrealizable.

Otra consecuencia directa, y que posiblemente provocaría suicidios en masa durante los primeros meses, es que no dispondríamos de televisión. Y eso si que no; este pais se vendría abajo si las familias se vieran obligadas a relacionarse entre ellas. ¿Padres jugando o realizando actividades con sus hijos? ¿Nietos escuchando las historias de sus abuelos? ¿Conversaciones durante las comidas? ¿Matrimonios compartiendo intimidades? Por favor... Sin embargo esto no sería lo peor. Habrá quien pueda sobrevivir durante algún tiempo a base de partidas de parchís, ajedrez, Monopoly, Pictionary, Trivial Pursuit, Cluedo y similares. Pero al no disponer de esas alternativas de ocio en los hogares, cuyo precio se incrementaría espectacularmente, mucha gente acabaría por leer periódicos e incluso libros. ¡¡Libros!! Esos tochos voluminosos llenos de páginas impresas en letra pequeña que nos obligaban a mirarnos cuando eramos pequeños y de los que afortunadamente pudimos librarnos de mayores (para eso hacían las películas, ¿no?). Muchos no podrían asimilarlo y el resultado sería dantesco: los hospitales llenos de gente ciega, catatónica o con el cerebro hecho puré por el esfuerzo de fijar la vista y la atención de esa manera. Cómo podría dormir Gutenberg por las noches...

Al desaparecer la electricidad se acabaría la telefonía moderna y volveríamos a los tiempos de las señoritas operadoras cambiando clavijas a destajo por un sueldo miserable. Y claro, no todo el mundo aguantaría con estoicismo esas largas esperas y la ínfima calidad de la conexión, especialmente en los negocios. Con lo cual, después de haber sufrido el calvario de recuperar el hábito de la lectura y al carecer de ordenadores e impresoras, también tendríamos que armarnos de valor para volver a escribir... ¡a mano! Las cartas se convertirían en el principal medio de comunicación entre particulares, los cuales al principio tendrían grandes dificultades para leerlas debido a su gran extensión y a la carencia de abreviaturas d esas k ns gustan tnto. Arcaismos como los adjetivos, los adverbios, las locuciones y las construcciones sintácticas complejas volverían a ser de uso cotidiano, con lo cual más de uno, al no poder soportar la presión, acabaría huyendo al monte para cortar sus lazos con la humanidad.

Y con la desaparición de la telefonía y los ordenadores, obviamente no tendríamos internet. ¿Cómo podrá vivir el mundo sin ello? Tener que buscar información en las bibliotecas o de boca de expertos que sepan darnos explicaciones sencillas y concretas. ¡Menuda pérdida de tiempo! O conocer las noticias a través de los periódicos, que obviamente harían más hincapie a los asuntos locales. ¿A quien le importa conocer las decisiones de nuestros ayuntamientos, para no tener que reclamar posteriormente? ¿Y quien nos informará del record de ingesta de perritos calientes a la hora? Es vital para nuestra formación cultural conocer datos de tamaña importancia. Pero claro, sin internet, ¿con quienes los compartiremos? Sin la posibilidad de hablar con 30 personas al mismo tiempo en un canal de chat o de pajearse con las guarradas que le decimos a alguien a quien no le hemos visto la cara y de la que ni siquiera conocemos realmente su sexo, ¿qué será de nuestra vida social? ¡Tendríamos que confraternizar con la gente en la calle! Sería terrible tener que sacar temas de conversación inteligentes e interesantes en los pubs para poder ligar con alguien. ¿Y como haremos amistades? ¿Tendremos que mover el culo de nuestros sofás y realizar actividades deportivas o culturales de los temas que nos interesen para conocer a personas con nuestros mismos gustos? ¡¡Es el fin de la civilización occidental!!

Ante este panorama, seguramente mucha gente huiría de las ciudades para convertirse en campesinos en los pueblos o ascetas en el monte. Pero, claro, sin fuentes de energía contaminantes tampoco habría coches. ¿Y como nos desplazariamos? ¿En carros? pfff... ¿En bici? jajajjajaja ¿Andando? JJAJAJAJAJJAJAJJA

7 comentarios:

malaputa dijo...

Pues un cabrón se montará sobre el primer tonto que se dejé y espoleándolo llegará a dónde se tercie... Al fin y al cabo es el medio de locomoción clásico desde que el hombre es hombre ;)

malaputa dijo...

Perdón, "el primer tonto que se DEJE" :P

Osita Punk! dijo...

Me declaro, dependiente de mi celular y de mi computador. Culpable.
Coté.-

Viroide dijo...

Yo seria uno de los primeros en suicidarme sin movil, PC y nebera.. k mas me keda en mi vida?

Con la maioria de la jente kon la k me relaciono es a traves de mi movil o del messenger. Asi k si kitamos las amistades y kitamos el frigorifico... sin komida ni amigos..

SUICIDIO MASIVO!!

Anonymous dijo...

Detesto el móvil. Estar disponible y localizada por todo el mundo las 24 horas del día? Ni de coña.

Todos estos trastos tan "súperimprescindibles" para la mayoría, la verdad, me dan pelín pereza, sigo prefiriendo el tú a tú de toda la vida. Para qué si no nacimos dotados (la mayoría, se entiende) de cinco sentidos? Para al final quedarnos reducidos a "vista-teclas-pantalla"?

Chica Z

Anonymous dijo...

Te recomiendo ver la peli "El efecto Dominó" de David Koepp (guionista habitual de Spielberg y De Palma):

http://www.allmovie.com/cg/avg.dll?p=avg&sql=1:136236

Javi dijo...

El Efecto Dominó... jo, ya ni me acordaba de esta peli, y creo que cuando la ví me pareció buena, pero no sé si no me he acordado hasta ver el enlace, será por algo ¿no? :-p

Vamos, que se te olvida al día siguiente.