5 de febrero de 2005

Por favor, que alguien me saque de mi vida

Lo mejor y lo peor de este asco de vida que me ha tocado vivir, es que absolutamente nada de lo que me sucede es normal. Y ya no es tan solo que mi vida no se corresponda con los patrones establecidos por el cine y la publicidad, sino que cualquier hecho insignificante se convierte en algo completamente surrealista o tragicómico. En vez de tener un grupo de amigos que se reunen y se divierten (y se emborrachan, o se meten rayas, o se enrollan unos con otros, o forman todos parte de un movimiento o actividad), mi "pandilla" está constituida por un grupo de personas que no encajaban en ninguna otra parte, con bastante poco en común entre ellos, que no hacen lo que los demás y que se han seguido reuniendo los fines de semana por pura inercia, a pesar de que siempre se aburren, sin preguntarse en ningún momento por qué lo hacen o si de verdad quieren seguir haciéndolo. En vez de acabar la carrera y meterme en una oficina o prepararme unas oposiciones para tener algo que hacer el resto de mi vida, me he dedicado a ir de un lado a otro arrastrando una puta asignatura que no consigo aprobar, entre Madrid, Alicante y mi pueblo, compartiendo piso con todo tipo de gente, algunos de los cuales (como los que tengo en estos momentos) me gustaría encontrarme desangrados en la bañera para tener algo que celebrar. En vez de haber aprendido a tontear con las chicas en la adolescencia, tuve que pasar de la más absoluta nada al todo al llegar a la universidad, para después perderlo de nuevo e iniciar una larga carrera de oportunidades perdidas, años de abstinencia y la absurda búsqueda de una vida sexual sin sentido en una persona que sueña por las noches con besar a alguien.


La secuencia es la siguiente. Ayer, como todos los fines de semana, fui a alrededor de las 2 menos cuarto a "mi" pub, para tomar un refresco, fumar un cigarro y bailar. Si hay algo que me ha mantenido cuerdo este tiempo, es poder bailar todas las semanas hasta olvidar quien soy. Estamos en carnavales, así que además de un poquito más de gente de lo normal había personas disfrazadas, entre ellos un grupo de chicas disfrazadas de Pipi Calzaslargas. Que una de ellas me mirara sonriendo al pasar a mi lado, no me chocó mucho (es carnaval, la gente bebe y se vuelve más sociable). Cuando descubrí que esa chica me observaba, empezaron a temblarme las piernas. Es una gilipollez, ya lo se, claro que lo es, pero hace años, muchos años que no me miraban de esa manera. Por supuesto no supe como reaccionar, eso sí que hubiera sido una novedad; el local estaba atestado de gente y cualquier acercamiento hubiera sido evidente. Era entrar a por todas o quedarse donde estaba. Elegí lo segundo, buscando... no se, algún tipo de señal que los anormales como yo siempre esperan pero que no sabrían captar ni aunque se la hicieran con un letrero luminoso. Así que cual sería mi sorpresa cuando esa señal llegó: me lanzó desde el otro lado del local un mono de peluche (parte del disfraz, imagino). Le doy las gracias, le pregunto con señales si quiere que se lo tire de nuevo y ella me dice que me lo quede. Me lo cuelgo del cinturón; ella desaparece brevemente de mi campo visual, así que sigo bailando aun a pesar del cada vez más acentuado temblor de piernas. Cuando vuelvo a verla está enseñando el mono a un amiga, quien sorprendida me grita que es suyo y quiere que se lo devuelva. Por señales nuevamente les indico si quieren que se lo tire y me dicen que no, que mejor después. Debí haber ido, pero no, me quedé esperando. Apareció la chica que me miraba, siempre sonriendome. Me preguntó mi nombre con un acento extranjero, se lo dije, no se me ocurrió preguntarle el suyo. Mientras me quito el mono del cinturón le digo: "(el mono) me estaba haciendo compañía". Ella me replica: "yo te haré compañía". Al borde del infarto. La chica le tira el mono a su amiga, falla, cae en la barra del bar y va a por él. Cuando se lo devuelve me hace señales para que le siga a la calle. La conversación siguiente fue más o menos así:

Yo: Brrr, hace frio (no llevaba el abrigo puesto)
Ella: ¿Si?
Ella: Me voy
Yo: Ah, vale. Mira, vamos a juego (su peluca y mi camiseta eran naranjas)
Ella: Sí, bueno. Hasta luego.

Se marcha. No se ni que pensar. La veo doblar la esquina. Decido que estoy demasiado nervioso para seguir en el pub, entro a por mi chaqueta y voy por el mismo camino que ha tomado ella, casualmente el mismo camino que tomo siempre de vuelta. Al pasar por otro pub ella está enfrente de la puerta. Dice mi nombre, me giro, al principio no la reconozco porque se ha puesto la chaqueta, me quedo un poco pillado porque ni siquiera esperaba vera allí. Estoy un poco aturdido, no se como reaccionar, continuo como si no la hubiera visto, ella ha echado a andar tras de mi. Me paro en la siguiente esquina fingiendo sonarme la nariz. Ella sigue andando, veo como se quita la peluca (precioso pelo rubio, oí a sus amigos decir que era sueca). Decido seguirla, a los pocos metros se para ya que han instalado un escenario en la calle y un grupo está actuando. Se pierde entre la gente. Me paro y escucho durante unos momentos al grupo. Ella vuelve a aparecer y sigue calle arriba, cruza de una acera a otra, al llegar a la esquina parece vacilar. Creo que se vuelve a mirar (a esa distancia no podía asegurarlo porque desde que me operaron de la miopía padezco ceguera nocturna). En algún momento decide continuar su camino, yo voy detrás de ella. Soy plenamente consciente de que me estoy comportando como un perturbado, como un violador, estoy demasiado alterado como para pensar. Ella apreta el paso y al llegar a cierta esquina, la pierdo de vista. Me paro y echo un vistazo alrededor, me avergüenzo de lo que estoy haciendo y decido retomar desde allí el camino hasta mi piso. En más de una ocasión estoy a punto de volver sobre mis pasos y buscarla otra vez. Finalmente desisto y me meto corriendo en la cama.

Apenas si he podido dormir esta noche.


Otra persona, en otra vida, pero en las mismas circunstancias, posiblemente habría iniciado una conversación. Hubiera bastado preguntarle su nombre, de donde era, qué hacía en España, contarle mis batallitas de cuando fui un Erasmus. Ni tan solo eso, solo era necesario haber preguntado "¿Te acompaño?" para dejar las cosas claras cuando estábamos en la calle. Es más, si mi actitud hubiera sido otra, si no hubiera estado tan histérico, puede que no hubiera hecho falta una pregunta. Puede que me hubiera limitado a poner mi mano en su cadera, o acariciarle las pecas pintadas de las mejillas, o directamente la hubiera besado y que sea lo que Dios quiera. Pero no, en mi vida, en mis circunstancias, estas cosas no pasan. Hubiera sido simple, hubiera sido fácil, hubiera sido normal. Yo no hago nada normal. Y ahora, como siempre, la frustración me corroe las entrañas y las preguntas se suceden en mi cabeza. Rememoro la secuencia de los hechos una y otra vez, una y otra vez, analizando todas las posibilidades que existían en cada momento, todo lo que hice mal. O quizás no, o quizás simplemente estaba muy borracha y quería reirse del tarado que sale solo todos los fines de semana al mismo pub, se pide un refresco y se pone a bailar también solo donde buenamente le dejan.

En cualquier caso, duele, duele más de lo que jamás creerían. Y no por ella, por una chica con la que he intercambiado 3 palabras, de la que ni siquiera se su nombre, que quizás me estaba tomando el pelo. Duele infinitamente por la oportunidad perdida, por no haber sabido comportarme, por esos besos que casi podía sentir en mis labios y que nunca llegaron a suceder, por haber vuelto solo a casa una vez más. Duele hasta sentir ganas de abrirme el pecho con un cuchillo y arrancarme el corazón. Tengo unas terribles ganas de llorar, pero no me salen las lágrimas. ¿Por qué no pueden ser las cosas de otra manera? ¿Por qué no puedo ser como los demás? ¿¿Por qué?? ¿¿POR QUÉ??


Por favor, que alguien me rescate, que alguien me saque de esta vida absurda, me quite el cerebro y el corazón, y pueda empezar a ser feliz.

2 comentarios:

Anonymous dijo...

Qué tonto eres!!!!

jajaja...

En fin, reconocer que yo he sido aún MÁS tonto que tú, por si te sirve de consuelo!!

Y si me lo permites... un consejo...ENTRENA, cada vez que salgas éntrale a dos o tres chicas, aunque no te gusten, sin esperar nada a cambio. De este modo si te vuelve a pasar (no volverá a pasar pero...) no te quedaras bloqueado.

Que es lo que me pasa a mi ahora, no ligo nada pero bloquearme, eso te aseguro que no me pasa!!

Y perdona el rollete
Joan

Anonymous dijo...

Ah si... Me encanta tu blog!!!


Joan