11 de octubre de 2005

Comida basura, clientes basura


Para que no se mosquee Tom Gordon, el autor,
esta es la dirección de su web




La primera norma que te enseñan cuando consigues un trabajo de cara al público es que el cliente siempre tiene la razón. Sí, claro... ¡¡Y UNA MIERDA!! La mayor parte de la gente a la que he atendido no solo no tenían razón, sino que en general ni siquiera sabían lo que querían. Algunos por no saber no sabían ni donde estaban, con las consiguientes quejas, reclamaciones, broncas y conatos de genocidio. Aunque, eso sí, en estos casos siempre puedes llamar al encargado para que se coma el marrón...

La cuestión es que no entiendo la preocupación de determinados adalides de la españolidad con respecto al desembarco de la cultura norteamericana en nuestro país. Porque, sí, vale, existen ciertas costumbres y giros lingüísticos que se están imponiendo con rapidez (Halloween y decir "jodidamente", por ejemplo), pero la actitud general de la sociedad no ha variado un ápice desde hace 50 años. Por mucho que se empeñen, los españoles jamás se comportarán como "clientes profesionales" que llegan, piden su menu, se lo comen (o no), tiran los restos a la papelera y se largan sin decir una palabra. Ojalá fuera así, porque eso nos evitaría infinitos problemas y haría que el trabajo en estos restaurantes (bwa-ha-ha-ha) fuera incluso agradable.

Pero no, el español medio solo es auténticamente él mismo dentro de un bar, y por eso extiende su hábitat natural donde quiera que vaya. Da igual que lleves un uniforme de colores chillones, da igual que las hamburguesas no se parezcan en nada a un pincho de tortilla, da igual que le estemos timando con un trozo de pizza recalentada, un auténtico ejemplar nacional te hablará igual que le habla a su camarero de toda la vida, agarrará los vasos de papel como si se estuviera bebiendo un cubata y no sabrá ni por donde se coge una bandeja de plástico. Joder, hasta los he visto beberse una cerveza acodado a una barra!

Es cierto que hay clientes y clientes. No es lo mismo la clientela que acude al restaurante Jockey de Madrid que la de un Burger King en un centro comercial un fin de semana (les invito a apreciar también las diferencias entre las webs). También es cierto que gilipollas hay en todas partes, pero determinados lugares los atraen como las farolas a las polillas en agosto. Las hamburgueserías y pizzerías son dos de esos lugares. Y lo peor es que a todos, absolutamente todos hay que sonreirles por igual, aunque tengas ganas de estrangularlos. Aunque si te cae muy mal siempre puedes escupirles en la comida...

A continuación ofrezco un somero repaso a la clientela habitual de los restaurantes (bwa-ha-ha-ha) de comida rápida, en orden ascendente por edades. Acompañando a cada subtipo encontrarán su NTP, es decir, su Nivel de Tocamiento de Pelotas. Quizás sorprendan algunos de los resultados, pero todo será explicado convenientemente.:


INFANTES

Aunque debería estar prohibido que los niños se acercaran a uno de estos lugares (porque hay productos que podrían taponar las arterias a un elefante), sigue habiendo padres inconscientes que ceden a sus súplicas y los llevan a regañadientes. Aunque bien que se zampan ellos también una hamburguesa...

Suelen presentarse en dos formas:

  1. Niño + parentela/abuelos/tutor legal (NTP: medio) - La situación siempre es exáctamente igual. El niño y su acompañante se plantan en la barra, el adulto pregunta "¿qué quieres?" y los dos pasan los siguientes 5 minutos mirando la lista de menús como autistas. El niño porque le gusta y todo y le cuesta elegir. El adulto porque no pisa un lugar así desde que el sexo con su cónyuge era agradable y ni siquiera recuerda a que saben esas cosas. Al final el infante señala algo con el dedo (normalmente solo hay dos menús a elegir, así que no es tan difícil, coño) y el acompañante el producto más hipocalórico de todos. Con patatas, siempre con patatas. El espectáculo que montan los dos en la mesa ya es caso aparte, porque parece una competición a ver cual de los dos se pringa más con el ketchup...
  2. Cumpleaños (NTP: el horror, el horror...) - Baste decir que he conocido a compañeros que han alegado enfermedad con tal de no tener que enfrentarse con algo así. Especialmente si tu restaurante (bwa-ha-ha-ha) tiene un parque infantil, hacerse cargo de un cumpleaños es como ir a la guerra. Hordas de niños gritando, llorando, corriendo por el local, manchándolo todo, derribando objetos de decoración, preguntándote cosas, pidiéndote caramelos... Y al fondo una multitud de madres (porque siempre son ellas las que se comen el marrón) con cara de profundo hastío, fumando como carreteros y lanzando miradas lascivas a algún ocasional empleado buenorro. Ahí es donde demuestras tu valía como currante...

PÚBERES

En cuanto los crios de hoy en día crecen un poco lo primero que hacen es vestirse como putas (o raperos), pedirle a sus padres un móvil y largarse todas las tardes a fundirse la paga en cualquier gilipollez. Ni que decir tiene que son clientes habituales. Suelen presentarse siempre en grupo (a esas edades todavía crees en los amigos) y estoy convencido de que muchas cadenas sobreviven gracias a ellos.

  1. Grupos pequeños (NTP: bajo) - Por sexos o mixtos, vienen de tres en tres o de cuatro en cuatro. Tienen la mala costumbre de pedir de uno en uno (con la consiguiente pérdida de tiempo) y suelen quedarse durante horas en una mesa, hablando y enviandose mensajitos con el móvil. Eso sí, aún conservan algo de educación y suelen dejar las bandejas en su sitio.
  2. Grupos grandes (NTP: alto) - Mixtos y en fin de semana. Al estar todos juntos se envalentonan y desde que entran arman follón. Se apelotonan todos en la barra y comienzan a marear al personal. Es el problema de su generación: tienen de todo. Eso hace que se cansen de los menús habituales y por eso piden cosas más complicadas. A veces una cosa diferente cada uno. Después se sientan todos juntos (acaparando medio local) y se comportan como si estuvieran en una fiesta: gritan, se tiran cosas, viajan constantemente al baño... La única ventaja es que les puedes dar todas las largas que quieras si les falta algo, pero eso es porque de todas formas se pasarán allí todo el día.

NIÑATOS

El NTP de los adolescentes es bajo, aunque sea sorprendente. Pero es lógico si lo pensamos: se han pasado la edad del pavo en este tipo de locales y se conocen los menús al dedillo. Mejor que los empleados de hecho. Eso sí, tienen sus inconvenientes:

  • Suelen vacilar a los cajeros
  • Suelen intentar ligar con las cajeras
  • Tienen la desagradable costumbre de pagar con billetes grandes
  • Nunca dejan las bandejas en su sitio

JÓVENES Y POST-JÓVENES

Clientes ocasionales en su mayoría, la frecuencia de sus visitas disminuye con la edad (Cuánto daño han hecho las pizzas congeladas al negocio... ). Sin embargo esto es como el tabaco: nunca lo dejas del todo. Y para fidelizar a esta clientela es por lo que las empresas se empeñan en crear nuevos productos (que imiten a los de la competencia, especialmente a los kebabs y similares) y cerrar a horas intempestivas. Esto jode y mucho, pero tenemos nuestra venganza cuando al cabo de un tiempo se incorporan a la empresa en busca de su primer empleo. Existen diversos tipos y subtipos:

  • Cliente individual (NTP: casi nulo) - Acuciados por la necesidad y el hambre (especialmente cuando están en una ciudad desconocida y no saben dónde acudir) entran a los locales casi con vergüenza. Tardan un poco en decidirse, pero cuando cogen su bandeja se sientan en un rincón de la sala y comen en absoluto silencio, mirando constantemente a su alrededor. Ellos mismos son conscientes de parecer bichos raros y a veces te da la impresión que de un momento a otro van a sacar un kalasnikov de la mochila y masacrar a toda el mundo..
  • Clientes en grupo (NTP: moderado) - Raros a partir de ciertas edades, pero son siempre bienvenidos. Especialmente por las abismales cantidades de basura que pueden llegar a ingerir entre todos. Algunos especímenes son un espectáculo que podría exhibirse en ferias. Se dividen en dos subcategorías:
    • Entre semana - Amigos o compañeros de clase que se reunen casualmente cuando van de compras, al cine o algún acto cultural. Son bastante educados y solo tienen dos pegas: que siempre se pelean por invitarse unos a otros y que no paran de pedirte extras (con el subsiguiente bufido del cocinero).
    • Fin de semana - Ya sea antes o después de la borrachera, a veces son los mismos que antes pero completamente transformados en seres gritones y con muchas ganas de vacilar al personal. Se empeñan en socializar o ligar con unos cajeros que están hasta las pelotas de todos ellos y que los maldicen entre dientes porque obligan a los restaurantes (bwa-ha-ha-ha) a cerrar a las dos de la mañana. Se piensan mucho el pedido, van constantemente al baño (muchas veces sin consumir) y, lo que es peor, vomitan.

ADULTOS

Habrá a quien le extrañe esta categoría y la siguiente, pero eso depende del tipo de franquicia para la que se haya trabajado. Durante mucho tiempo estuve en una que era a su vez restaurante (bwa-ha-ha-ha) y cafetería, lo que propiciaba que entrara gente más adulta de lo que se ve en otros sitios. Aunque no por ser mayores son mejores clientes, especialmente porque para ellos es un mundo extraño. Estos son los especímenes que solía encontrarme:

  • Cliente habitual (NTP: alto) - Que alguien acuda a una franquicia de comida rápida con frecuencia ya te hace cuestionarte su salud mental. Y física, porque ir más de tres veces al mes ya debería ser motivo de daños irreparables en el organismo. Existen varios subgrupos
    • Negreros - Pasan tanto tiempo allí que te consideran sus esclavos personales: son exigentes, no te perdonan un error y se quejan con frecuencia. Más de uno acaba llamando a la policía por cualquier gilipollez.
    • Borrachos - Ya que no los dejan entrar en ningún bar algunos acaban reculando en estos locales, donde los empleados están demasiado asustados para decirles nada. No se venden cubatas, claro, pero pueden llegar a vaciarte el bidón de cerveza. Y cuando montan bronca no hay dios que los eche...
    • Sibaritas - Son los que siempre te cambian algún ingrediente del menú. O varios. O todos. Hamburguesas y pizzas a la carta, como si estuvieran en un restaurante. Los cocineros los odian a muerte...
  • Clientes de hora punta (NTP: muy alto) - A primera hora son cafés, justo antes de entrar al trabajo. A última hora son menús para llevar, cuando no tienen tiempo de preparar una cena como dios manda o hay un partido de fútbol. Vienen todos a la vez y todos quieren su pedido al instante, por lo que inevitablemente se cabrean y saturan al personal. Joder, que se busquen un bar...
  • Reuniones (NTP: moderado) - De vez en cuando vienen pequeños grupitos de oficinistas o similares a celebrar encuentros (¡incluso entrevistas!) a algún local de comida rápida debido a su proximidad al centro de trabajo. Aunque no dan problemas si que molestan por dos motivos: la envidia que da verlos tan trajeados y profesionales, y que a pesar de pedir muy poco acaparan las mesas durante mucho tiempo. A este grupo se ha unido recientemente el de treintañeras, ya sean secretarias de descanso o amigas de compras, atraidas por la aparición de ensaladas y productos "dietéticos" (bwa-ha-ha-ha) en los menús.

JUBILADOS

El NTP de este grupo es muy alto, solo superado por los cumpleaños. Y cualquiera que haya trabajado en una cafetería sabe porqué. Aparecen en bloque a la hora de la merienda y literalmente se hacen los dueños del local, acaparando espacio y empleados. Sus inconvenientes son muchos y variados:

  • Quieren darte palique todo el tiempo, como si fueras sus nietos
  • La edad los convierte en incapaces de manejar una bandeja de plástico, hasta el punto que muchas veces tengas que servirles como si fueras un camarero normal
  • Son extremadamente puntillosos con la composición, textura y temperatura de los cafés o bollos
  • Insisten en darte cambio, para lo que se tiran horas rebuscando en sus monederos
  • Se pasan toda la tarde en la sala, como si estuvieran en un club social
  • Ahuyentan a los clientes más jóvenes
  • Pueden tener emergencias médicas o incluso que se muera uno en el mismo local (yo conozco al menos un caso)

Pedazo de tocho. Debería de publicar algún libro sobre esto, el "Manual de autodefensa para empleados de comida rápida". A la espera de que me anime a publicar el tercer capítulo, dedicado a los selectores de personal, será mejor que lo deje aquí.

Mañana apenas si podré conectarme, así que prepararé una inadaptira en su lugar. Y ese Relato Encadenado, ¡¡que empiece ya!!

15 comentarios:

laceci dijo...

Siempre llego antes de tiempo...

Dr.Benway dijo...

Gran clasificación Inadaptado se le olvidó una pequeña característica: los idiotas que preguntan las cosas evidentes y sobre todo la gente que protesta por idioteces de las que el empleado que le atiende no tiene ninguna culpa...

Andres Manson dijo...

Nuevamente un excelente post. No sé, por ahí yo hubiese agregado una categoria para los extranjeros con idiomas "extraños". Una vez en el BK, estuvimos por un largo rato junto a tres compañeros, intentando desifrar que apuntaba con el dedo una adorable anciana oriental. Pero bueno, cómo te dije, guapisimo el post, y de seguro todos aqullos/as que hayamos trabajado alguna vez en uno de estos locales se descojono de risa leyéndolo (y quienes no, seguro que también). Saludos

PD: ¿Tienes alguna relación con alguién de Sobras.Com?

El inadaptado dijo...

Sí, bueno, me han faltado algunos clientes en particular, pero el mensaje se hubiera hecho eterno. Lo dejaré para un futuro, hipotético e improbable libro.

Y no, no tengo relación alguna con la gente de Sobras.com. Descubrí la página de casualidad mientras buscaba fotos de alguna de mis mujeres fetiche, y me gustó tanto que lleva mucho tiempo en mi lista de enlaces.

No obstante estoy abierto a ofertas comerciales y proposiciones indecentes...

scape95 dijo...

Muy bueno el post.

Añadiría otra categoría, que es la de la gente que antes ha trabajado de cara al público en sitios similares y ahora, como cliente, respeta mucho más a los empleados. Creo que es mi caso o, al menos, espero que lo sea.

Mariano dijo...

De tus mejores post (Lo del NTP... ja,ja) Por cierto, me asombra lo rapido que escribes mensajes tan largos y elaborados ¿ Cuanto te lleva prepararlos y escribirlos?

lutxo dijo...

Pues no me importa confesar que, en ocasiones, he sido cliente joven o post joven, ocasional, de tipo individual. Y me he visto reflejado con su descripción. Si nunca saqué el kalasnikov de la mochila fue porque siempre se me olvidaba en casa.

El inadaptado dijo...

¿Rápido? Algunos de estos mensajes me llevan horas. Pero como de todas formas no tengo nada mejor que hacer...

藤原 弓美 dijo...

Esperaré al improbable libro para encontrar mi estereotipo...

laceci dijo...

Estás equivocado en un tema: en los clientes que no dejan las bandejas en su sitio y los que manchan el local.

Cuantos más clientes se tengan de ese tipo, más empleados serán necesarios para atender el local, ya que los clientes que recogen sus cosas y no manchan, hacen que los responsables de atender esas tareas estén de brazos cruzados, lo cual es un camino previo al despido.

A mí me gusta fomentar el empleo, aunque sea el precario (para todo hay una primera vez) y yo nunca recojo mi bandeja en esos sitios. Pago por la comida, no por recoger y fregar los platos de papel.

Y en mis inicios cuarteé pollos para entrega a domicilio y vendí ambientadores! que conste que no he nacido con un PC delante de los morros.

También los que tardan en pedir contribuyen a aumentar el negocio, ya que se satura la barra de gente y parece que el local se queda pequeño y desatendido, lo que implica que hace falta más personal!!

Mucho ojo con esas cosas, no mordamos la mano que nos da de comer...

Ah! otra cosa, cuando vendía PCs, todos los meses venía un crio de 8 o 9 años a pedirme un presupuesto, que yo le hacía cada vez que lo pedía. Pues bien, pasado un tiempo, ese chaval vino acompañado por su madre y compró el PC más caro que he vendido nunca.
(seguramente en las otras tiendas lo mandaban a tomar por el culo...)

En fin. Muy bueno el post!

laceci dijo...

(joder que rollo te he cascao)

El inadaptado dijo...

Sí, tienes razón en tus apreciaciones. Pero también deberías tener en cuenta algo: ¡a los empleados se la pela el negocio! Lo único que quieren es acabar su turno cuanto antes y limpiar lo menos posible...

laceci dijo...

Se la pela el negocio...eso depende...si el negocio va mal, serán los primeros en ser despedidos....

porlacara dijo...

Lo peor es que después de ir al Mc Donalds van al cine... y siguen siendo igual...

Debería haber una plaquita que dijese: "El cliente además de no tener la razón es subnormal profundo"

Eso mejoraría mucho las cosas.

Anonymous dijo...

yo es que me meo,ya te puedes imaginar oues no llevi dodotis...