8 de octubre de 2005

El decálogo del buen compañero de piso


Ficción vs. Realidad... Posted by Picasa


Repasemos las cuentas de mis casi 9 años de semi-independencia, contando también los dos meses que pasé como Erasmus en Brighton (Inglaterra, Reino Unido, el país ese donde comen tan mal):

  • He vivido en 2 ciudades diferentes (Alicante y Madrid) y en el campus de la universidad de Sussex.
  • He habitado 9 pisos
  • He compartido mi espacio con 28 personas distintas (más 2 okupas):
    • En cuanto a nacionalidades:1 italiano, 1 ruso, 1 malayo, 1 indonesio, 1 lituana, 1 colombiana, 2 francesas, 4 ingleses y 16 españoles (los okupas también eran nacionales).
    • En cuanto a sexos: 12 mujeres (y una okupa) y 16 hombres (y un okupa).
Para ser un inadaptado al que no le gusta la gente, no está mal. Eso sí, no creo que sea necesario explicar porqué tengo tantas ganas de tener una vivienda para mi solo, aunque sea de 30 metros cuadrados.

En estos 9 años he visto practicamente de todo: muchas borracheras, unas cuantas fumadas, formas inimaginables de ensuciar una cocina, sexo (casi) en directo, a un compañero grabarse una cruz en el pecho con un cuchillo, conatos de incendio, visitas de la policía... Ha sido un camino muy largo (y afortunadamente no siempre desagradable) en el que me he visto obligado a aprender de una manera muy expeditiva a sobrevivir por mis propios medios y compartir mi espacio con otras personas. Aunque en el fondo siga siendo el mismo, queda ya poco de aquel chaval pardillo que llegó a Alicante con una bolsa llena de ropa y que no había frito un huevo en su vida.

Sin embargo convivir nunca es fácil. Depende mucho de la disposición de las personas, de sus circunstancias personales y, sobre todo, de si saben ceder o no. Porque esa es una de las claves fundamentales de la convivencia, saber ceder tu espacio para resolver los problemas. A menudo la gente se pregunta "¿cómo es posible que los concursantes de Gran Hermano se peleen por semejantes tonterías?". Pues lo hacen porque cuando varios extraños comparten un lugar es inevitable el enfrentamiento, por muy bien que te lleves con los demás. Y si nadie se apea del burro (algo lógico al tratarse de un concurso en el que se juegan mucho dinero), todos acaban tirándose los trastos a la cabeza.

Ya que considero que tengo sobrada experiencia en este campo (aunque todo es rebatible, por supuesto) he decidido elaborar un decálogo de normas que es necesario respetar para conseguir una convivencia armónica. O, al menos, para que la policía no tenga que llamar a vuestra puerta cada dos días.



1. RESPETARÁS A TUS COMPAÑEROS

A menos que sean nuevos, claro. En ese sentido he tenido bastante suerte, ya que la imagen de inocencia, fragilidad y seriedad que suelo transmitir cuando estoy en un ambiente extraño han impedido ser blanco de las típicas bromas que se hacen a los recién llegados. Pero haberlas haylas y muy gordas. Como aquella compañera de clase que me contó que le cambiaron el champú por una mezcla de miel y no se que pringue más. O la típica de despertar a un resacoso poniéndole una radio a todo volumen al lado de la oreja. En esto existe una variante más agresiva y solo apta para gente con mucha confianza: entrar a saco mientras está follando y hacer fotos. Una putada, sí, pero no veas lo que te ríes...


2. NO DESEARÁS A TU PRÓJIMO

Tener un rollo, aventura, relación o polvo de una noche con alguien con quien convives es un gran riesgo. Porque si la cosa funciona no pasa nada, pero si hay un mal rollo seguirás viendo a esa persona a diario. Sin embargo vamos a ser honestos: es normal y casi inevitable que acabes mirando con buenos ojos a algún compañero o compañera. El roze hace el cariño, o eso dicen, y al igual que ocurre en Gran Hermano la gente que comparte un espacio vital tiende a buscar apoyo en su entorno inmediato. Puede que al principio no les prestes demasiada atención, pero los instintos acaban por imponerse: esos cruces de miradas cuando sales con una toalla alrededor del cuerpo tras una ducha, esas confidencias en una noche de insomnio o borrachera, ese desprendimiento progresivo de ropa cuando llega la época de calor...


3. PAGARÁS EL ALQUILER CUANDO DEBAS

Esto es algo en lo que la mayoría de la gente suele estar de acuerdo: si no pagas, a la puta calle. Pero existe un problema añadido que tiene peor solución, ¿quién se enfrenta con el/la casero/a? Porque los dueños de pisos de alquiler son un tema que daría para un blog entero. Son una especia aparte, desde la típica viuda o solterona amargada que posee medio barrio hasta el tio salidorro que entra en el piso con su llave sin avisar para ver si pilla a alguien saliendo de la ducha. Si tienes mucha, mucha suerte puede que sean dos chavales jóvenes que se han comprado el piso pensando en la boda y lo van a alquilar para amortizar la hipoteca hasta que llegue el día. Si no tienes suerte puede que sean tres jubilados a los que nunca ves en persona y que te no te dejan ver las facturas que supuestamente tienes que pagar. Aunque esto último tiene una ventaja: puedes irte sin pagar y como no te han visto la cara no pueden reclamarte el dinero...


4. LIMPIARÁS CUANDO TE TOQUE

He probado a hacer esquemas detallados, turnos de fácil recordatorio o repartos sencillos de tareas, pero es inútil. Especialmente en los pisos de estudiantes o de post-universitarios es absolutamente imposible que todo el mundo limpie lo que le toca y cuando le toca. Al principio suele haber bastante colaboración y buen rollo, pero con el paso de los días las tareas se van abandonando más y más hasta que llegue el punto que solo uno de los habitantes del piso limpie. Si es que le quedan ganas. En mi cuarta vivienda hubo un momento en el que nos pusimos de acuerdo para no limpiar en absoluto. El piso ya estaba considerablemente sucio cuando lo alquilamos y de sus tres habitantes uno se pasaba casi todo el tiempo borracho, el otro follando y yo delante del ordenador. Así que, para que molestarse. Con la compañía que hacen esas bolas de pelusa que cuando abres la puerta vienen a recibirte... Eso sí, existe un método infalible para que todos colaboren: montar un fiestón por todo lo alto. La casa acabará tan sucia que se sentirán culpables y lo limpiarán todo. Incluso los invitados que no viven allí...


5. NO ROBARÁS

Cuando digo robar no me estoy refiriendo a dinero u objetos personales con algún valor, algo que es motivo de expulsión inmediata en cualquier piso compartido. No, estoy hablando al contenido del refrigerador. Y aquí no vale la típica excusa de, "lo siento, lo confundí con lo mio". Es cierto que cuando se comparte un mismo frigorífico es fácil que se mezcle lo que compra cada uno (sobre todo si es pequeño), pero también es muy cierto que el gorroneo es una práctica bastante extendida entre ciertos individuos. Suelen pasar por tres fases: primero te lo piden antes de cogértelo prestado, para que veas que van de buen rollo; al cabo de un tiempo te lo dicen después de habertelo cogido, para que no te mosquees cuando te des cuenta de que falta algo; finalmente acaban arramblando con todo y sin decir ni una palabra. Los hay sutiles que solo te roban cosas de las que es difícil recordar la cantidad que había antes (por ejemplo, un poco de café o aceite), pero otros te vacían la nevera a la primera de cambio. ¿Recordais el anuncio de "Tio, ¿dónde está mi lasaña?". Pues yo lo he vivido...


6. NO HARÁS RUIDO

Especialmente en los pisos de estudiantes es de buena educación moderar el volumen de la música y/o las conversaciones de los amigos. Sobre todo en época de exámenes, que todo el mundo está tenso y a la que salta. Sin embargo existe algo en lo que es difícil conseguir que la gente cumpla esta regla: follando. Si vosotros mismos no sois de esa clase, seguro que habeis conocido a alguien que tenga orgasmos en Dolby Stereo Surround. Cuando hay buen rollito en el piso suele ser incluso motivo de juerga y choteo (aplausos incluidos tras la faena), pero cuando estás a dos velas... De mis cuatro años de universitario, tres fueron de abstinencia absoluta. Y en los tres tuve compañeros que gemían como si estuvieran cantando ópera. Unas pocas veces me divertía, otras incluso me excitaba, pero la mayor parte del tiempo tenía ganas de montarme un númerito a lo Jason Voorhes y entrar en la habitación con un cuchillo y una máscara. Soy incapaz de hacer daño a una mosca, pero el rollo fijo que se lo cortaba...


7. COMPARTIRÁS LAS DROGAS

Si hay algo que una a los compañeros de piso es drogarse juntos. Desde el típico botellón a la fumada colectiva, compartir un estado de intoxicación ata lazos. Por eso es importante no ser un agarrado y pasar el canuto o invitar a los demás a las fiestas. Si la ocasión es propicia puedes incluso llamar a los vecinos. He conocido bloques enteros en los que la fiesta se hacía de forma simultanea en todos y cada uno de los apartamentos, para que así nadie se quejara y tuviera que llamar a la policía. Incluso estuve en una que se realizaba al mismo tiempo en un piso y en el que estaba justo enfrente al otro lado de la calle; los invitados se saludaban y hablaban a través de los balcones y se desplazaban continuamente de un lugar a otro. Que malo es beber...


8. NO DISCUTIRÁS DE POLÍTICA

Si hay algo que provoca auténticas guerras civiles dentro de un piso compartido es la política. Se puede discutir sobre fútbol, los turnos de limpieza, las facturas o incluso sobre asuntos de cuernos, pero nunca, nunca de política. Porque ya sabemos como está el tema en este país; la gran mayoría pasa, pero los que se lo toman en serio se lo toman demasiado en serio. Junta a un socialista convencido con un popular irredento y lo único que conseguirás es que haya mal rollo. De hecho la plaza que ocupé en uno de mis pisos de alquiler se quedó vacante porque tuvieron que echar a un compañero a patadas. Es lo que pasa cuando en un lugar donde la gente es mayoritariamente nacionalista y de izquierdas cuelgas un cartel de las Juventudes del PP...



9. NO TE APODERARÁS DE ESPACIOS COMUNES

Entiéndase como espacio común todo aquel elemento de la vivienda que sea de uso general por todos los habitantes de la misma. Ya puede ser el baño, el mando a distancia, la nevera o esa novia salida que se acuesta con los compañeros de su pareja cuando él está ausente (esto es verídico, lo juro). Sin llegar a los extremos de medir las estanterías de la cocina para que todos tengan el mismo espacio exacto para sus cosas (esto también es verídico), siempre es posible llegar a un acuerdo para que todos pueda disfrutar de los elementos comunes. Si uno quiere ver un programa de televisión entonces los demás tienen derecho a elegir otros que se emitan en días diferentes (aunque no te gusten). Si el agua caliente está limitada entonces cada uno se duchará solo durante un tiempo determinado (bajo amenaza de abrir todos los grifos de la cocina y dejarte sin agua si te pasas). Sin embargo a algunos les cuesta entender eso de la solidaridad. Como aquellas compañeras de piso que, literalmente, me echaban de mi habitación cuando querían utilizar mi ordenador para realizar un trabajo que iban a presentar a un concurso. Ganaron. Y yo todavía estoy esperando una retribución por ello...


10. NO DEJARÁS COLGADOS A TUS COMPAÑEROS

Todos tenemos imprevistos, pero aun así es norma fundamental que si vas a abandonar un piso antes de lo estipulado te encargues tu de buscar a tu sustituto/a. Preferiblemente alguien que sepas va a encajar dentro del ambiente, porque hay muchos que reclutan al primero que encuentran para quitarse el marrón de encima. Aunque también se da el caso de que pongas en tu lugar a alguien con quien tengas algún tipo de relación y al final pases más tiempo en tu antigua vivienda que en la nueva. Que digo yo, entonces, ¿para que coño se muda la gente? He conocido a parejas de novios en las que ella pagaba un alquiler en otro piso y sin embargo vivían los dos en la habitación de él. Sin embargo es cierto que estas cosas también surgen de forma accidental. Como aquel compañero que se acostó con su sustituta la misma noche en que le cedía la habitación. Si eso se estableciera como una costumbre, al menos la gente se esforzaría más a la hora de buscar gente para el piso...


Estos diez mandamientos se resumen en dos: procurarás que haya siempre buen rollito y no darás mucho el coñazo. Y si te quieres follar a un compañero o compañera... ¡hazlo cuando te vayas!

24 comentarios:

Anonymous dijo...

Se nota que te sobra demasiado tiempo...

El inadaptado dijo...

... y me falta demasiado dinero para gastar en formas de entretenimiento tales como el cine o los cómics. ¿Sabe alguien ya cuanto me darían por mi riñón?

The Once and Future King dijo...

Exacto. Como bien dices, lo suyo es buscar personalmente al nuevo inquilino antes de partir.
¡Saluditos!

藤原 弓美 dijo...

Los que no lo hemos vivido, ni lo viviremos, lo envidiamos, bueno, al menos yo, vivir una temporada esa experiencia.

El inadaptado dijo...

Todo depende de si es buena o mala. Hay años enteros de mi vida que me gustaría borrar en mi memoria, y otros que me hubiera gustado que hubieran durado para siempre.

En cualquier caso, como dijo Neruda: confieso que he vivido...

vitalidad dijo...

Si que es verdad que tal como lo cuentas da mucha envidia, yo solo he tenido parejas y nunca he compartido piso a no ser que se pueda llamar así a lo que hago con mi hija.

Cada vez me gusta más lo que escribes. Un besazo,

Dr.Benway dijo...

Diez normas son demasiadas para mí... creo que por eso no he compartido piso hasta ahora (claro que tampoco he tenido la necesidad, la verdad sea dicha)

angeladini dijo...

He convivido en un piso de estudiantes y me siento super identificada, creo que se pasan por todas esas etapas y más. El último era de 5 demasiada gente para un baño (pues el otro lo ocupaban plantas) demasiada gente distinta. Acabamos regular, y dije que nunca me iria a vivir con amigos. ;)
Buen post

lutxo dijo...

Amén...

En uno de los pisos que estuve teníamos un método para limpiar, el Liading. Consistía en asignar una puntuación a cada una de las "liadas" más habituales. A saber, derramar líquido sobre superficies comunes un punto. Romper parte del menaje, dos. Dejar la cafetera en el fuego hasta verla derretida (cosa que pasó unas cinco veces), cinco puntos. No limpiar, bajar la basura... Existía una constitución detallada al efecto. El que llegaba a diez puntos limpiaba el salón a conciencia (con prueba del algodón incluída). Era ciertamente emocionante y gracioso. Pero a la vez éramos severos. El eslogan oficial del juego rezaba: "En esta casa, el fascismo es alegría". Eso sí, es un método solo apto para pisos con buen rollo y sentido del humor.

De todas formas, haya buen rollo o no, suscribo al cien por cien su decálogo. Solo añadiría: no subirás cosas de la basura y las dejará en el salón o zonas comunes. Y algo relacionado con hamsters o mascotas al uso. Pero eso porque conviví con un tipo muy aficionado a recolectar desperdicios. Y con un hamster yonqui que acabó escapandose, sin volver a saber nada de él (por culpa del compañero de la basura, por cierto).

Un saludo!

gemuchi dijo...

Yo compartí apartamento en un college de inglaterra con otras 4 profesoras. Una puta cerda alemana, una puta cerda inglesa, una puta cerda americana y una puta friki francesa.

Por muchos mandamientos y mucho control del idioma que tengas..cuando no les sale de los ovarios entender no entienden. Así que yo creo que el mandamiento número once debería ser: siempre que las marranas de tus compañeras no sepan convivir, amenazalas con uan sarten llena de aceite hirviendo, traeles una tonelada de mierda de los establos y esparcela sobre su cama para que siga diciendo que ese olor no es repugnante en el salon, sirveles la cena en los platos que no han lavado en 2 semanas y recoge con guantes los pelos púbicos y demás mierda sembrada en el baño y colocaselos con todo el cariño sobre sus almohadas. EN definitiva, tenlas comiendo mierda todo el día hasta que decidan comerte el culo a cucharadas.

En mi vida me vuelven a mi pillar en una de esas!

Dosjerez dijo...

Que recuerdos...los pisos de estudiante...un mundo aparte, en uno que estuvo jose aseguran que entrenaron a una pelusa para atender al portero automático y que estaban entrenando a una bolsa de basura para que se bajase ella sola a la calle....

scape95 dijo...

Ufffff... me alegro de no haber vivido eso!

Queco dijo...

¿Y las legendarias montañas de bolsas de basura sin bajar que se forman junto a la puerta?

Masky dijo...

yo he vivido ya en 4 paises, 9 ciudades, y solo en barcelona he vivido ya en mas de 20 casas diferentes
no me daria una tarde para contar todas las historietas

Fuckme dijo...

yo el echo de que haya alguien follando en mi casa y no sea yo me revienta,
no lo soporto.

carri dijo...

¿y como te puedes desacer de un compañero de piso que no aguantas?

Sobre todo si estais tres y dos no lo aguantan, el tercero es nuevo....

Misósofos dijo...

Increíble... Has plasmado con letras y palabras mi existencia como coinquilino en un piso de alquiler compartido.
¡Bravo!

Anonymous dijo...

Bueno, yo estuve viviendo con una compañera de piso de Murcia, Encarni, que era MALA PERSONA. Y fue horrible. Todo lo ponia en el tablon de anuncios (no daba la cara) siempre dictando normas "SUTILES", me ignoraba totalmente (como si ella fuera la reina de Saba), Corria antes para coger la lavadora, si no quitaba los platos cuando ella queria me fregaba encima, a todo lo que le ofrecias decian que no... En fin esas mujeres QUE DAN MALA FAMA A TODAS LAS MUJERES: UNA PUTA CABRONA.

Saludos

ANA

Anonymous dijo...

JAJAJAJAJA
¿No será la Encarni que yo conoci? Aunque supongo que habra muchas ENCARNIS por el mundo. Por que la mia era igual. Eso es miedo a que te subas a la chepa y por eso actuan asi, controlando y jodiendo.

Empero no toparme mas con encarnis.

Besos
Carmen

Anonymous dijo...

Ja,ja yo encarni no, pero tengo una merce...que oye, esque el salon huele a tabaco(ella es la unica del piso que fuma tabaco)...tia pues no fumes!!! y si el piso esta sucio, no lo pregones y limpia que igual se te rompen las uñas pero no te vas a morir...NUNCA, NUNCA, NUNCA compartais piso con una pija, mejor un piso que se cae a pedazos y con buen rollo que aguantar a una rubia...
En fin, necesitaba desahogarme, cuando me devuelva la fianza...puede prepararse!!!

Anonymous dijo...

Pues a mi tampoco me fue bien con mi compañera, al final acabamos mal y fue una amarga experiencia. Entre mujeres se crea mucha rivalidad y la que paga el alquiler se cree la señora. Es mejor compartir piso con mixto.

Anonymous dijo...

no seras maloliente ni dejaras olores por toda la casa. Gorrinoooooooo

Anonymous dijo...

Yo agregaría el mandamiento número 11: NO OLERÁS. Es muy desagradable cuando uno de los habitantes de una casa no airea su habitación de vez en cuando. Cada vez que entro a mi piso es como recibir una bofetada.

Anonymous dijo...

Tío, que gran razón. en todo. asco de vida.