7 de abril de 2006

Empacho



Que alguien como yo, un pajero defensor a ultranza de la pornografía, diga que estamos perdiendo el sentido de la decencia debería sonar a chiste. Pero la verdad es que lo pienso.


Tengo un vicio que de tan inocente e irrelevante ni siquiera me atrevo a llamarlo como tal: los quioscos de prensa. De igual manera que mi hermana, la friki-fashion, se podría pasar una tarde entera mirando los últimos modelitos de Blanco, a mi me encanta perder el tiempo en las estanterías de un quiosco curioseando en las portadas de las revistas (no suelo hojearlas, uno tiene sus principios). Y, por supuesto, rara es la vez que no me llevo a casa una de ellas para leerla, aunque al final se quede olvidada en un rincón sin tan siquiera haberla abierto. Ya digo, un vicio.

Ocurre que desde la desaparición de El Víbora me he quedado un tanto huérfano. Era la revista perfecta para entretenerse en los infinitos trayectos en tren que he hecho todos estos años de Alicante a mi pueblo y viceversa. Pero últimamente me he dado cuenta de que la pérdida ha sido por partida doble. No solo ha cerrado la última revista de cómics a la antigua usanza que quedaba en los quioscos (El Jueves no cuenta), sino que además era uno de los pocos productos de calidad que podía encontrarse en sus estanterías. Y, de repente, se ha abierto la veda de la carne.

Últimamente, cada vez que entro en un quiosco tengo la misma sensación que me asalta cuando voy a un sex-shop. De hecho empieza a ser difícil distinguirlos. Las revistas para hombres, las de cómic erótico, las de moda, las de fitness, las de tuning... joder, incluso las revistas de divulgación científica tienen por costumbre mostrar a alguien semidesnudo en sus portada (sobre todo a mujeres, claro). Es tal la exhibición impúdica y gratuita de carne que los quiosqueros ya no tienen que esconder las revistas pornográficas porque apenas si llaman ya la atención entre el resto. Es más, las portadas del nuevo Playboy (alabado sea Hugh) parecen hasta recatadas comparadas con las demás. Ya solo falta que los periódicos decidan imitar a los tabloides británicos y empiecen a publicar fotos de modelos...

Esto no tendría mayor importancia si no fuera que esta guerra de reclamos eróticos en las portadas de las revistas viene acompañado de un descenso acusado en la calidad de los contenidos de las mismas. Mucha publicidad, mucho reportaje polémico mal documentado, mucha caspa y poco que realmente merezca la pena. Además, por si no fuera suficiente, la revista Sie7e ha inauguruado el estilo "revista para descerebrados", que con su tono pretendidamente poco serio está rebajando la prensa profesional al nivel de un fanzine cutre (con todo mi respecto a los fanzineros). Y lo peor es que el resto empieza a imitarles. De un tiempo a esta parte cada vez que quiero comprar algo que leer acabo saliendo corriendo de los quioscos...

No se si todo esto será una estrategia desesperada por vender más revistas en la era de Internet y tal (ya se sabe, Internet tiene la culpa de todo), pero creo que se está perdiendo un poco el norte (de hecho volver a tener a Bárbara Rey desnuda en una portada es signo de estar tocando fondo). Acabaremos tan saturados de culos y tetas que ya apenas nos llamarán la atención. Y eso sí que no. Por el honor de los ombligos al aire, los escotes y las minifaldas, hay que establecer cuanto antes un código de decencia. Que regresen los tiempos de la insinuación y la provocación en las portadas, para poder así disfrutar mejor los contenidos interiores. Que la pornografía y el erotismo sigan siendo dos cosas distintas. Y que las revistas compitan entre ellas por ofrecer los mejores contenidos, no la mejor carne.

Menos mal que aún nos queda el Mondo Brutto...

4 comentarios:

Veva dijo...

A mi es que tanta carne femenina o masculina (pero para hombres siempre) me aburre mucho. Entiendo que en pornografía ya está todo hecho....en erotismo quizá no, pero ultimamente es un coñazo....

Gorguel dijo...

Tema al que he dado vueltas, vaya que sí. El periódico AS (nunca lo he comprado en mi vida) siempre tiene a una chica en la contraportada. El Quo sólo muestra desnudos en las portadas, y los artículos (pésimos) siempre hacen referencia a los mismos.. y tiene un mazo de chistes sin gracia.
Las nuevas revistas como el FMH me dan vergüenza ajena y propia, ves un número y ves todos: tías, coches, videojuegos, pamplinas y deportes.

Y también soy gran amante del porno, pero me gusta separar la carne de las patatas.

Horrorscope dijo...

Parece que usted también se ha dado cuenta.

El inadaptado dijo...

Recuerdo los tiempos en los que la peña se compraba la revista MAN porque le daba vergüenza que les vieran con un Penthouse o un Playboy por la calle. Ahora te compras el Playboy por la vergüenza que da que te vean con un FHM o un Sie7e en la mano...